El pasado domingo se celebró una de las finales de la Copa Libertadores más esperadas y accidentadas en la historia de esta competición. A la gran final concurrían los dos equipos más importantes de Argentina, en un clásico que adquirió tintes épicos, y que sufrió diversos aplazamientos. El partido de ida no se pudo jugar en su fecha por las fuertes lluvias que anegaban la bombonera de Boca Juniors, y en la vuelta, los sucesos son sobradamente conocidos.
El encuentro se aplazó después de que el bus de Boca Juniors fuese apedreado antes de llegar al Monumental de River Plate. Varios jugadores sufrieron heridas y no se podía garantizar la seguridad de aficionados y jugadores. Finalmente la Conmebol decidió organizar el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu de Madrid, lo que dio aún más bombo a una final de la que estuvo pendiente casi todo el mundo del fútbol.
Entre los futbolistas que disputaron la gran final se encontraba un ex jugador del Celta, aunque probablemente muy pocos celtistas fuesen conscientes de ello. Se trata de Lucas Olaza, lateral izquierdo uruguayo, que militó durante la Temporada 2015-16 en el Celta B. Su ascenso tras abandonar el club celeste sorprende especialmente porque no destacó mucho en Vigo. Disputó 24 partidos, solo 13 de ellos como titular, y regresó a su país.
Hace unos meses fue contratado por Boca Juniors, después de destacar en su país, y se ha convertido en uno de los jugadores más importantes del cuadro xeneize, especialmente por lo que aporta a balón parado gracias a su potente disparo con la zurda, del que ya hizo gala en Vigo, aunque no pudo marcar ningún gol.
