El Celta cayó derrotado ante el Atlético de Madrid (0-2), en un partido en el que mereció bastante más por juego, pero volvió a mostrar sus carencias de cara al gol. Sergio Carreira, con un disparo al palo, y Santi Mina, incapaz de batir a Oblak en un mano a mano, desperdiciaron las mejores ocasiones de los celestes, que encajaron el segundo ya en tiempo de descuento, haciendo aún más engañoso el resultado final.
Óscar García tenía que resolver las ausencias de Aidoo y Hugo Mallo, y apostó por una defensa con tres centrales, en la que entraban Araújo y Fontán acompañando a Murillo, y con Sergio Carreira como carrilero diestro, por la otra banda aparecía Olaza. Tapia y Beltrán ejercieron en el mediocentro, con Nolito, Aspas y Santi Mina arriba.
El partido llevó un guión muy parecido al de la pasada temporada, ya que el Atlético no tardó mucho en adelantarse. En esta ocasión fue a los seis minutos de juego, con una buena jugada colectiva por la banda derecha del Celta, que acabó con un pase de Manu Sánchez a Luis Suárez, que batió sin mucha dificultad a Ivan Villar. A pesar del gol, el Atlético mantuvo su ímpetu inicial durante unos minutos, e incluso Luis Suárez estuvo cerca de generar peligro, pero mediada la primera mitad volvió a ser el equipo de siempre, retrasando la línea defensiva, y dejando la responsabilidad al Celta.
Y lo cierto es que los de Óscar García se encontraron cómodos en esta situación, moviendo bien el balón y generando ocasiones de gol que bien pudieron acabar en el fondo de las mallas. A los 24 minutos Santi Mina cabeceó flojo un saque de falta, y un minuto después el debutante Sergio Carreira tuvo el empate en sus botas tras una gran acción entre Aspas y Olaza, que acabó con el pase de la muerte del uruguayo. Carreira ajustó demasiado el balón, que golpeó el palo corto.
Casi a renglón seguida Santi Mina falló una ocasión de oro cuando recogió un balón solo ante Oblak, pero su flojo disparo lo atajó el cancerbero esloveno con el pie izquierdo. El Atlético recordó que seguía en Balaídos con un saque de esquina de Lemar, que se estrelló en el larguero, pero el Celta en ese momento estaba desmelenado, llegando con facilidad, y en el 33 lo intentó primero Murillo de chilena, y en la continuación de la jugada fue Fontán el que disparó flojo.
Tras el descanso ambos equipos salieron con los mismos hombres, y nada más comenzar pudo marcar el 0-2 el Atlético, en otra buena acción colectiva, que acaba con pase de Diego Costa para Luis Suárez, que no acierta a definir ante Villar. El pase del excéltico, que se lesionó en ese jugada, se le fue un poco largo complicando la tarea del ariete uruguayo.
El Celta había perdido algo de alegría en su juego en la segunda mitad. Mantenía el dominio del balón, porque al Atlético no le interesaba, pero carente de profundidad. Óscar García movió el banquillo para revitalizar al equipo, dando entrada a Denis y Emre Mor en lugar de Santi Mina y Fran Beltrán.
En el 75 tuvo Fontán otra ocasión para el empate, rematando como pudo una acción en la que no se esperaba recibir el balón. Oblak detuvo sin problema. Unos minutos después Martínez Munuera perdonó la expulsión a Felipe. El zaguero tenía una amarilla, y bloqueó la carrera de Emre Mor, olvidándose por completo del balón. El trencilla, sabedor de quien era el grande, se limitó a señalar falta.
En los últimos minutos Óscar García introdujo cambios muy ofensivos, buscando cambiar la dinámica. Sergio Carreira, que llevaba un buen tramo de partido con calambres, se retiró del terreno de juego para que entrara Gabri Veiga, y más tarde sería Miguel Rodríguez el qu entró por Olaza. El Celta pasó a jugar con tres defensas, con Veiga como carrilero, y con una única ocasión que llevarse a la boca, a través de un cabezazo de Murillo tras saque de falta de Nolito, que salió ligeramente desviado.
Quedaban los seis minutos del descuento para intentar recuperar un punto, pero en el descuento el que encontró el gol fue Carrasco, aprovechando el rechace de un disparo de Joao Félix que había impactado en el larguero, poniendo un 0-2 que no es justo por los méritos de uno y otro, pero que evidencia una vez más las graves carencias ofensivas de este Celta.
