Dos ex-azulgrana al asalto del Camp Nou


Manuel Agudo Durán, Nolito, y Andreu Fontás, los dos exjugadores del FC Barcelona enrolados en el Celta -además de Rafinha, que pertenece al club azulgrana y volverá a él-, encaran la inminente visita del conjunto vigués al Camp Nou con la firme convicción de que el asalto al bastión azulgrana no es una misión imposible. Tanto el defensa catalán como el artillero andaluz admiten la enorme dificultad de una empresa que esta temporada solo ha logrado el Valencia, pero recuerdan que en fútbol no siempre gana el más fuerte y subrayan que el conjunto de Luis Enrique afronta el partido dispuesto a plantar cara al ogro azulgrana.

"No damos la derrota por descontada", asegura Nolito, que apunta: "Sabemos que contra el Barcelona y el Madrid casi siempre se pierde y nosotros somos un equipo modesto, que lucha por la permanencia, pero nunca se sabe. El Valladolid le ganó estando en descenso, así que no veo por qué no le podemos ganar nosotros".

Al delantero le motiva medirse a un equipo cuyos colores defendió durante tres temporadas -casi todas en el filial-, que le hizo debutar en Primera División, en 2010, con Pep Guardiola, frente al Mallorca, pero que también ha pisado como rival, en la Liga de Campeones, la pasada temporada, defendiendo la zamarra del Benfica. "Estoy contento por reencontrarme con compañeros con los que estuve tres años allí y por jugar contra el Barcelona el Camp Nou. Va a ser un partido muy complicado, pero bueno, veremos qué pasa", dice. Y precisa: "La esperanza siempre es lo último que se pierde. Sabemos que es un partido muy difícil ante uno de los mejores equipos del mundo, si no el mejor. Tiene jugadores muy buenos, que en un segundo te hacen un gol. Pero nosotros vamos a jugar nuestro partido, con nuestras armas y nuestra confianza".

A pesar de que el Celta desconoce la victoria en el Camp Nou -el único partido de Primera División que ha ganado se remonta a octubre de 1941, hace 73 años, en el extinto estadio de Les Corts-, Nolito ve al Celta capaz de romper con tan negativa tradición. "Las estadísticas están para romperlas. Vamos a jugar y a ver. Hay que jugar sabiendo que es el Barcelona y no, con todos los respetos, el equipo de mi pueblo", señala.

El delantero reconoce que le gustaría ser protagonista en un campo que le trae muy buenos recuerdos pero no siente que tenga nada que demostrar ante su exequipo. "No tengo nada que demostrar. Estoy muy contento con haber debutado y jugar algunos partidos en ese campo, pero lo que me gustaría es marcar dos goles y que ganásemos, eso lo firmo ahora", resalta.

Nolito admite que arrebatar la pelota al conjunto que dirige Gerardo, Tata, Martino, es poco menos que imposible, pero matiza que esto no tiene por que implicar necesariamente un derrota para el Celta. "Siendo realistas, no creo que vayamos a tener la posesión, pero al Barcelona hay otras formas de meterle mano", advierte.

El defensa central Andreu Fontás mantiene, con pequeños matices, un discurso muy semejante al de Nolito. En su caso, el zaguero celeste se formó desde pequeño y tuvo una participación mucho más activa en la primera plantilla.

El futbolista criado en la Massía, que pisará por primera vez el césped del Camp Nou como rival del Barcelona en Primera División -el pasado curso, con el Mallorca, estuvo en el banquillo- espera que el Celta dé la cara. "Será un partido especial para mi, contra un equipo en el que he estado mucho tiempo, y donde he dejado muchos compañeros y amigos. Pero bueno hay que ir a coger buenas sensaciones y tratar de hacer un buen partido ante un rival de muchísimo nivel", dice. Y añade: "El nivel del rival es muy alto y sabemos que será muy complicado, pero intentaremos complicarles al máximo la vida. Ellos jugaban esta noche y nosotros llevamos dos días de descanso y vamos con la idea de plantarles cara".

El zaguero celeste hasta esboza el planteamiento del Celta para tan complicado compromiso. "No podemos dejarles jugar cómodos, hay que plantearles un partido muy difícil aunque no será fácil porque ellos, sobre todo en su estadio, tienen mucha posesión de balón y te dominan prácticamente todo el partido. Por esto tenemos que defender muy bien, estar muy seguros atrás e intentar aprovechar las ocasiones que tengamos, que seguramente alguna vamos a tener. Es difícil pero es el único camino para conseguir algo en el Camp Nou", destaca.

Andreu Fontás da por sentado que será el Barcelona el que equipo que gobierne la pelota y ve en la tensión defensiva que el Málaga puso el pasado viernes en Balaídos un ejemplo a seguir este miércoles en el Camp Nou. "Tenemos que ser conscientes de que jugamos ante un rival de un nivel muy superior y es lógico que tenga más el balón que nosotros. Tendremos que estar muy bien sin balón porque si no el Barça es capaz de hacerte mucho daño", observa el central celeste. Y remacha: "El Málaga nos hizo mucho daño, no nos dejó estar cómodos en ningún momento ni sacar el balón desde atrás. Planteó muy bien el partido, nos costó estar cómodos y puede ser un ejemplo de lo que se le puede hacer al Barça".

Fontás resta, por último, importancia, a la falta de gol que ha acompañado al Celta en los últimos partidos y espera que la sequía termine en el estadio azulgrana: "Últimamente no nos están entrando tanto, pero no es preocupante. El otro día el Málaga se cerró muy bien pero contra el Barça será diferente porque no creo que se encierre atrás y podemos pillarle en alguna contra".

Julio Bernardo / Faro de Vigo
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Tertulia de El Fútbol es Celeste (Celta - Málaga)


El Celta volvió a las andadas y perdió merecidamente ante el Málaga. Ni con uno más el equipo fue capaz de generar ocasiones. La titularidad de David Costas, el nivel de Oubiña y la inmovilidad táctica de Luis Enrique son algunos de los temas que debatimos con Marcos L. Bacariza, administrador de moiceleste.com; David Penela, portavoz de Comando Celta, y Germán Pérez, socio de Río Bajo.
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Un Celta con 26 versiones diferentes


Foto: Óscar Vázquez
El puzle de Luis Enrique no tiene límite. El entrenador del Celta ha sido capaz de confirmar 26 onces diferentes en las 29 jornadas que se llevan disputadas. Tan solo repitió el mismo equipo dos jornadas seguidas (en la primera y en la segunda) y desde agosto jamás han jugado los mismos. Lo más parecido ha sido repetir el once en dos salidas consecutivas: Villarreal y Elche. Todo lo demás han sido experimentos continuos, con independencia del rendimiento del equipo en la jornada anterior. Una apuesta que permite tener a todo el equipo enchufado, pero que al mismo tiempo siembra confusión. Podría ser una de las causas de la falta de regularidad en los resultados del Celta, que lleva toda la segunda vuelta haciendo la goma y que solo ha sido capaz hasta la fecha en enlazar en una ocasión dos triunfos consecutivos.

La Liga comenzó con un mensaje de continuidad. El Celta no le ganó al Espanyol en la primera jornada, pero Luis Enrique premió el buen partido celeste repitiendo el mismo equipo en el Benito Villamarín a la semana siguiente. Siete meses después la historia no se ha vuelto a repetir.

Desde la jornada 2 a la 26, el entrenador céltico confeccionó 23 equipos diferentes. Hasta que decidió dar continuidad al once de Villarreal para redoblar la misma apuesta a domicilio en el Martínez Valero. Fue la única excepción porque desde entonces ha experimentado con tres nuevas versiones del mismo Celta.

En semejante galimatías, Yoel ha sido el único intocable, porque el portero céltico lleva encima los 29 partidos de Liga disputados por el conjunto vigués. Le sigue, como jugador de campo Hugo Mallo, que solo se ha perdido tres citas (una por rotación, otra por sanción y la tercera por decisión técnica).

El enredo se alimenta desde la defensa, con once combinaciones diferentes en el cuarteto a lo largo del curso. De hecho, en las últimas semanas Luis Enrique ha venido utilizando a siete jugadores diferentes.

Algo parecido sucede en el centro del campo, en donde Oubiña dejó de ser el único fijo, para entrar y salir asiduamente, lo que provoca continuos viajes al centro de Fontás y abre el elenco de combinaciones. Recuperado para la causa Madinda, son ocho los jugadores que han tenido presencia en esa demarcación a lo largo del curso.

Curiosamente el ataque pasa por ser la línea más estable, especialmente en las últimas jornadas, que es cuando más se ha repetido el tridente Orellana-Charles-Nolito. El delantero, el que menos recambio tiene, ha sido un fijo siempre que ha estado disponible, y los dos exteriores se han afianzado en el equipo después de pasar por diferentes visicitudes. A día de hoy Santi Mina pasa por ser el cuarto delantero, aunque también hay que tener en cuenta que Rafinha ha combinado mucho la posición de centrocampista con la banda derecha.

Esta idea choca con la máxima de dar continuidad a un equipo base, en especial cuando el juego y los resultados acompañan. La idea de Luis Enrique le permite tener a todo el plantel enchufado, pero al mismo tiempo no deja de ser un foco de confusión. El viernes todo indicaba que Íñigo debutaría como titular en casa y sin embargo el preparador gijonés decidió recuperar a un dubitativo David Costas, aunque la muestra más palpable fue la decisión de sentar a Hugo Mallo, uno de los jugadores más en forma, en el Ciutat de Valencia.

En el medio campo sobresale el papel menguante de Álex López en las dos últimas jornadas, después de haber sido el céltico con más comparecencias. Hasta Nolito tuvo su momento de oscuridad. Con Luis Enrique nadie se salva. De lo contrario, sería imposible inventar tantos once con una plantilla que se ha quedado con 21 efectivos. Y queda algún as en la manga.

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El Celta se ofusca en Balaídos


Foto: Marta Grande
El Celta vuelve a adolecer de los problemas que sufrió en Balaídos a principios de temporada. El equipo vigués fue incapaz de ganar ninguno de los siete primeros partidos que disputó como local en el presente ejercicio, serie saldada con tres empates y cuatro derrotas. Después reaccionó con tres victorias en sus cuatro siguientes compromisos sobre el Lagares (cuatro de cinco si contamos el duelo copero contra el Athletic), pero ahora el equipo de Luis Enrique ha vuelto a las andadas. El conjunto celeste lleva dos meses sin ganar en casa, concretamente desde que se deshizo del Betis (4-2) el 24 de enero, es el equipo de Primera División con menos triunfos como local (sólo tres) y el que menos puntos suma en su feudo (15), en este último caso igualado con el Betis y el Rayo Vallecano, ambos con un partido menos.

La afición celeste vivió un 'deja vu' en la noche del viernes. De nuevo vio cómo el Celta dejaba escapar los tres puntos en juego ante un rival muy cómodo en todo momento aun sin desplegar un gran juego y, en el caso del Málaga, a pesar de jugar los 25 últimos minutos en inferioridad numérica. Los vigueses fueron incapaces de crear peligro, ni siquiera jugando en superioridad, y encajaron su tercera derrota en las cuatro últimas jornadas. Pero lo realmente preocupante de la escuadra celeste no es su actual racha de resultados, sino su rendimiento como local. A pesar de que sus magníficos resultados como visitante (nadie gana más partidos fuera de casa, a excepción de los tres grandes) le han colocado en una situación envidiable en la pelea por la permanencia, es evidente que el Celta tiene mucho que mejorar en Balaídos.

Los números no engañan. Quince puntos en quince partidos, fruto de tres victorias (Almería, Valencia y Betis), seis empates (Espanyol, Granada, Villarreal, Osasuna, Athletic y Getafe) y otras seis derrotas (Elche, Levante, Barcelona, Rayo, Atlético y Málaga). Nadie ha sumado menos puntos que los vigueses en su propio feudo y los dos conjuntos que igualan esos 15 puntos (Rayo y Betis) lo hacen con un partido menos, en el caso de los sevillanos el que disputarán esta tarde contra el Atlético de Madrid.

El Celta es, además, el equipo de Primera División que menos partidos ha ganado en casa, las tres victorias antes mencionadas, cifra que por ejemplo en Segunda División sólo igualan dos equipos, el Girona y el Alcorcón, ambos en zona de descenso a Segunda B. Desde su último triunfo en Balaídos, hace dos meses frente al Betis, el cuadro olívico sumó dos empates (Athletic Club y Getafe) y dos derrotas (Atlético y Málaga).

Tranquilidad en el vestuario
Pese a todo, desde el vestuario se declaran tranquilos en este sentido. Es más, el propio Luis Enrique aseguró en la previa del encuentro ante el Málaga sentirse "súper satisfecho" con el rendimiento de su equipo en Balaídos. El técnico valora el hecho de que sus pupilos fueron capaces de competir contra cada uno de los rivales a los que se midieron sobre el Lagares y, por encima de todo, la importancia de caminar hacia los 40 puntos que a priori garantizan la permanencia, ya sea sumándolos como local o como visitante.

En este sentido, el Celta continúa en una situación favorable en la pelea por la permanencia, a pesar de que ayer perdió el undécimo puesto que alcanzó en la vigésimo segunda jornada (después de ganar 1-2 en Granada) y que no había abandonado desde entonces. Los vigueses son ahora duodécimos en la tabla al haber sido superados precisamente por el Granada, que se deshizo del Elche (1-0) en el Nuevo Los Cármenes.

Por el contrario, los célticos se vieron favorecidos por el empate entre otros dos de sus rivales directos en la lucha por la permanencia, el Valladolid y el Rayo Vallecano, que firmaron tablas (1-1) en Zorrilla. Con este resultado, el conjunto pucelano continúa antepenúltimo, marcando la barrera del descenso con 27 puntos, a la espera de lo que haga el Almería mañana en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo contra la Real Sociedad.

El Celta, por tanto, mantiene una renta de seis puntos con respecto al 'pozo', uno menos de los que tenía al término de la pasada jornada, y necesita sumar siete más para continuar un año más en Primera División. El miércoles tendrá su primera oportunidad, pero se antoja complicado que pueda puntuar ante el Barça en el Camp Nou, y el sábado recibirá al Sevilla con el objetivo de mejorar sus números en el estadio de Balaídos, por donde todavía deben pasar, además de los hispalenses, la Real Sociedad, el Valladolid (duelo de la 35ª jornada que puede ser definitivo) y el Real Madrid, que pondrá el broche a la temporada en el vetusto coliseo olívico en un encuentro correspondiente a la penúltima jornada de Liga.

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El Celta paga peaje a balón parado


Foto: Carlos Moret
"Me preocupan las acciones de estrategia porque suelen ser determinantes en los partidos. Es algo que hemos trabajado del primer día y que seguiremos trabajando porque tenemos un problema de genes para defender los balones por alto". Luis Enrique Martínez, técnico del Celta, analizaba, de este modo, en octubre pasado, antes de viajar al Vicente Calderón, los problemas de su equipo en las acciones de estrategia defensiva, que el preparador asturiano achacaba principalmente a un problema de centímetros.

No le faltaban motivos. Casi seis meses después, el Celta ha pegado un alto peaje por sus problemas defensivos a balón parado. El Celta han encajado en este tipo de jugadas 12 goles en 29 partidos de Liga, una cifra relativamente corta que supone algo más de una tercera parte del total de los goles recibidos (41). Pero aunque el número de goles encajados a balón parado es escaso en relación al total de los recibidos, la factura que los celestes han dejado de sumar asciende a 9 puntos, una cifra más que respetable.

El Celta ha recibido goles a balón parado en diez partidos, casi un tercio de los que se llevan disputados, aunque en tres de ellos, ante el Betis en Balaídos (4-2), frente al Granada en los Cármenes, (1-2) y contra el Valladolid en el Nuevo Zorrilla, los goles anotados por Rubén Castro, El Arabi y Javi Guerra, respectivamente, no fueron decisivos en el resultado bien porque el equipo vigués se acabó alzando con la victoria, bien porque hubiera perdido de todos modos del partido.

El primer tanto con la pelota detenida lo recibió el cuadro celeste en el estreno de San Mamés, en la cuarta jornada de Liga, tras cazar San José un rechace en el área. El partido, en el que también anotaron Charles y Mina por los celestes e Iraola y Beñat por los vizcaínos concluyó con una corta victoria local (3-2). Dos puntos perdidos.

Peor fueron las cosas al grupo de Luis Enrique el Coliseum Pérez Muñoz, dos jornadas después. El Getafe resolvió el partido, sin encontrar casi oposición, en dos lanzamientos de córner botados por Pedro León, el primero cabeceado a la red por Lisandro al final del primera tiempo y el segundo, nada más reanudarse el partido, marcado por Arroyo, tras peinar Lisandro.

Frente al Levante, en la novena jornada voló otro punto de Balaídos en un partido que el Celta tuvo en sus manos y dejó escapar en el último suspiro en un lanzamiento de falta de Juanfran rebotado contra la barrera que Pape Diop envió a las mallas con una impresionante volea imposible de detener para Yoel.

En Anoeta, mientras, los celestes recibieron cuatro goles (todos con la firma de Carlos Vela) y anotaron tres. El segundo fue a balón parado tras el lanzamiento de una falta que el ariete mexicano de la Real Sociedad cabeceó en el primer palo, libre de marca, al fondo de la red.

Más evidente, por el grosor del error, fue el punto regalado en Cornellà-El Prat en un choque que parecía abocado al empate sin goles. Una lanza botada desde el Campo del Espanyol bombeada hacia el área céltica la pinchó magistralmente Sergio García, aprovechando un error en el marca, para dar el triunfo al conjunto perico.

Casi calcado a éste fue el primer gol del Getafe en Balaídos, anotado por Lafita. El tanto puso provisionalmente a los madrileños por delante aunque Rafinha, en el segundo tiempo, neutralizó la ventaja de los azulones (1-1).

Los dos últimos goles recibidos por el Celta en acciones de estrategia llegaron el pasado viernes, ambos obra de Camacho, el primero tras un rebote en un lanzamiento de esquina y el segundo en un falta que el centrocampista del Málaga cabeceó completamente libre de marca.

Las faltas han resultado más problemáticas de defender que los córners al Celta esta temporada, a pesar de que el conjunto de Luis Enrique no ha recibido todavía este curso un solo gol de libre directo y Yoel consiguió detener a Diego Costas el único penalti que le han lanzando hasta la fecha.

Los lanzamientos de falta indirectos han supuesto la mayor sangría para los celestes, que han recibido siete tantos en este tipo de jugadas. En dos de ellas, en los partidos contra el Espanyol en Cornellà-El Prat y frente al Getafe en Balaídos, el balón partió de campo contrario.

Desde la esquina, el cuadro celeste ha recibido cinco tantos, dos inapeables en Getafe, el de ayer contra el Málaga, que no llegó directamente desde el rincón, sino de una pelota rebotada, y el que Javi Guerra en el Nuevo Zorrilla, también sin opción alguna para el portero céltico, y el marcado por El Arabi en Los Cármenes.

Los tantos recibidos de cabeza son uno menos de la mitad de los que el rival ha marcado con el pie. De cabeza le han marcado goles a balón parado al Celta Lisandro y Arroyo, del Getafe, Carlos Vela, de la Real Sociedad, El Arabi, del Granada y Camacho del Málaga; con el pie los tantos en jugadas de estrategia llevaron la firma de San José (Athletic) Diop (Levante), Guerra (Valladolid), Sergio García (Espanyol), Rubén Castro (Betis), Lafita (Getafe) y Camacho (Málaga).

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El Nou Camp, cementerio para los equipos del furgón de cola


Foto: David Ramos
El Nou Camp, que el Celta visita el miércoles, es el feudo más difícil de la Liga para la decena de equipos que luchan por la permanencia. Ninguno de los siete rivales directos del cuadro vigués que ya han visitado el estadio culé han sido capaces de evitar la goleada y solo dos de ellos (Valladolid y Almería) marcaron. El primer reto para el Celta de Luis Enrique será hacer un papel digno y competir, cuestión que casi siempre ha hecho salvo contadas excepciones.

Si en el Bernabéu o el Calderón los equipos del furgón de cola han sido capaces de firmar decorosas actuaciones (el propio Celta dio las cara en los dos), en el Nou Camp la tarea parece poco menos que imposible, hasta el punto de que el Barcelona domina los duelos por un global de 32-2, saliendo a 4,5 goles por contienda.

El Osasuna, que visitó el recinto culé hace una semana, fue el peor parado con un 7-0 en su haber en una contienda en donde el grupo del Tata Martino disparó once veces a la portería de Andrés Fernández y finalizó ocho jugadas más, mientras que los navarros solo fueron capaces de acercarse en tres ocasiones a los dominios de Valdés. El Rayo se llevó otra goleada abultada con un 6-0 en otro monólogo azulgrana con diez tiros a portería, dos palos y otros seis fuera.

El mejor parado de todo el furgón de cola ha sido hasta el momento el Málaga, que solo se llevó un 3-0. A nivel global, el único equipo que ha conseguido ganar en Barcelona en lo que va de Liga ha sido el Valencia (2-3) en un partido que parecía tener encarrilado el equipo local. Todo lo demás, 13 partidos, se cuentan por victorias, incluida la visita del Real Madrid.

A mayores de los números de esta temporada, el Camp Nou jamás ha sido un estadio accesible para el Celta, que solo ganó una vez en Barcelona, en los años 40, en Liga y que cosechó su último empate en diciembre del 2003, once años atrás.

Connotaciones especiales

No obstante, y al margen de las infinitas diferencias, la visita del Celta al Nou Camp está rodeada en esta ocasión de una connotaciones especiales por el regreso de Luis Enrique por primera vez como entrenador rival y con tres jugadores con pasado culé en las filas del conjunto céltico.

La pasada temporada el Celta cerró su regreso al escenario azulgrana con un 3-1 en un partido en donde tuvo sus opciones hasta que Jordi Alba desniveló la balanza en un claro fuera de juego. El miércoles será otra historia.

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Una caja de sorpresas


Foto: Jorge Landín
Luis Enrique presume habitualmente de no ser un técnico al uso. "Quizás no estáis acostumbrados a esta forma de liderar a un equipo", llegó a decir recientemente en sala de prensa. Y en cierto modo no le falta razón. El entrenador asturiano es una auténtica caja de sorpresas. Adivinar sus alineaciones, que esconde hasta el mismo día del partido para que sus jugadores sean los primeros en enterarse, resulta por lo general harto complicado. El viernes no fue excepción y el gijonés volvió a sorprender, tanto en la convocatoria –descartó por primera vez por una cuestión técnica a Álex López– como en el once inicial, ya que David Costas volvió a jugar con el primer equipo casi dos meses después.

El objetivo de Luis Enrique es mantener a toda su plantilla en tensión, que los titulares habituales no se confíen y los que menos minutos acumulan sepan que en cualquier momento puede llegar su oportunidad. Así, tal y como aseguran una y otra vez las voces del vestuario celeste, aumenta la calidad de los entrenamientos y, por extensión, el nivel del conjunto en cada compromiso.

Hay futbolistas que empezaron jugando todos los partidos y acabaron desapareciendo del equipo –como Toni, que incluso optó por rescindir su contrato con el club– y otros que no contaban a principio de temporada y ahora son titulares habituales, como Fabián Orellana o Jonny Castro.

En cualquier caso, son muchos los que han formado parte de los onces de Luis Enrique de forma habitual. En concreto, diecisiete de los pupilos del técnico asturiano han sido titulares en diez o más partidos de Liga. Yoel es el único inamovible –ha disputado todos los minutos– y por detrás del meta vigués están Andreu Fontás y Hugo Mallo. Ambos han sido titulares en 26 ocasiones, pero ni siquiera ellos tienen el sitio asegurado. Sin ir más lejos, el lateral marinense se fue al banquillo en el partido de la semana pasada contra el Levante. Y por detrás están jugadores como Charles, Augusto, Rafinha, Borja o Álex López, que también saben lo que es empezar un partido desde el banquillo, si bien en el caso de los dos brasileños sus suplencias casi siempre han tenido más que ver con sus problemas físicos que con decisiones técnicas.

Especialmente llamativo es el caso de Álex. El centrocampista ferrolano fue durante muchos meses intocable para Luis Enrique. Como titular o saliendo desde el banquillo, el canterano jugó en todos y cada uno de los primeros 23 partidos oficiales del Celta esta temporada (21 de Liga y 2 de Copa). A partir de ahí, su peso en el equipo bajó hasta el punto de que el viernes se quedó por primera vez fuera de una lista de convocados por motivos técnicos. De los últimos ocho partidos, Álex dejó de participar en cuatro y hoy por hoy la realidad es que Levy Madinda –que fue titular contra el Levante y tuvo minutos ante el Málaga– está por delante en las rotaciones del centro del campo del Celta. El internacional gabonés es otra de las muestras de los vaivenes de Luis Enrique. Participó en los cuatro primeros partidos de Liga, sólo tuvo minutos en cuatro de los veintidós siguientes y en los tres últimos (también jugó en la segunda parte del duelo ante el Atlético) ha vuelto a ganar protagonismo en el equipo.

La ausencia de Álex fue una de las sorpresas en una lista de convocados en la que también llamó la atención la presencia del jugador del filial David Goldar (ante la ausencia de los sancionados Cabral y Aurtenetxe) y no tanto el nuevo descarte de un Welliton Soares que, visto lo visto, pasará por Vigo con más pena que gloria. Por lo que respecta al once, lo más llamativo fue la presencia de David Costas en el eje de la zaga. Luis Enrique eligió al canterano para ocupar el lugar del sancionado Cabral cuando todo indicaba que la plaza del argentino sería ocupada por Íñigo López. No en vano, el riojano jugó por primera vez de inicio la semana pasada contra el Levante y completó una buena actuación. En cambio, el técnico asturiano apostó finalmente por Costas, que llevaba dos meses sin disputar un partido con el primer equipo (desde el 24 de enero ante el Betis) y que de hecho había bajado por primera vez en la temporada a jugar con el filial, con el que tiene ficha.

El central chapeleiro disputó 14 de los 19 partidos de la primera vuelta, pero después desapareció del equipo en favor de un Gustavo Cabral en un magnífico estado de forma. En su reaparición, Costas se mostró un tanto dubitativo, si bien es cierto que el juego colectivo tampoco fue de ayuda. De cara al choque del Camp Nou, Luis Enrique recupera a Cabral y Aurtenetxe y pierde, también por sanción, a Krohn-Dehli. La ausencia del danés será una de las pocas certezas del once por el que apostará el asturiano.

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Dura derrota del Celta B ante un rival directo


Foto: RCCV
El Celta B salió a por los tres puntos en el campo del Caudal Deportivo, pero las imprecisiones condenaron a los celestes. El conjunto asturiano se adelantó en el primer tiempo tras una mala salida de Rubén Blanco y sentenció el encuentro con dos dianas en la segunda parte. Los canteranos célticos no tuvieron fortuna en el ataque y finalmente se vieron superados por el rival.

El filial saltó al césped de Mieres con determinación y seguridad. Nada más arrancar el encuentro Thaylor a punto estuvo de aprovechar una salida en falso del portero del Caudal, pero su disparo, casi sin ángulo, rozó el larguero y se marchó fuera. La suerte no sonrió al conjunto de De Dios, que en el minuto 13 vio cómo el cuadro local se adelantaba en el marcador por un fallo en el despeje del guardameta céltico. Rojas anotó con una vaselina.

Los vigueses no bajaron los brazos. Rubén Blanco se recompuso y realizó un par de grandes paradas. En la parcela ofensiva lo intentaban Borja Domínguez e Iglesias, pero sin acierto. Tras la reanudación el Caudal Deportivo tomó el control del partido. Otro paradón de Rubén nada más arrancar el segundo tiempo fue el primer aviso de los asturianos, que en dos zarpazos, uno en el minuto 64 y otro en el 81, sentenciaron el choque con dianas de Abraham y Jorge.


Ficha técnica

CAUDAL: Javi Díaz, Lulu, Noel, Pantiga, Samuel, Jano, Javi Sánchez (Richard, min.67), Matador, Rojas (Iago, min.84), Jorge y Abraham (Merchan, min.76)

CELTA B: Rubén, Kevin (Borja Fernández, min.56), Pablo Crespo, Soto, Maceira, Goldar, Antón, Borja Domínguez, Marcos Torres (Yelko Pino, min.67), Thaylor (Aitor, min.56) y Borja Iglesias

Goles: Rojas, min.13 (1-0); Abraham, min.64 (2-0)

Árbitro: González Esteban, del comité vasco

Campo: Estadio Hermanos Antuña (Mieres)

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Charles: "Estamos capacitados para puntuar ante el Barcelona"


Foto: Marta Grande
Charles está convencido de que el Celta hará los deberes más pronto que tarde, a pesar de perder el pasado viernes en Balaídos ante el Málaga. El ariete quiere olvidarse cuanto antes de esta dolorosa derrota y dice tener ya los cinco sentidos puestos en el partido del miércoles ante el Barcelona, un duelo en el que cree que pueden sacar algo positivo.

El delantero entiende, no obstante, que el viernes no ofrecieron su mejor versión: «No fue nuestro mejor día. Hay que darle la enhorabuena al Málaga. Estamos tristes, pero hay que levantar la cabeza. Quedan nueve partidos y el equipo va a más, seguro. Por un partido malo no vamos a dejar de hacer las cosas como las estábamos haciendo».

Los goles ante los de Schuster llegaron casi de forma idéntica y en breve espacio de tiempo, algo que lamenta Charles: «El equipo sigue sufriendo a la hora de defender las jugadas a balón parado. Sabíamos que el Málaga tenía muy buenos lanzadores. Fue un día que no salió nada. Hay que olvidarlo rápidamente y pensar en el partido del miércoles en el Camp Nou».

La moral, intacta

El delantero no ve al vestuario tocado por no haber podido dar este viernes un paso casi definitivo para la salvación: "Al equipo no le va a pesar la última derrota. Desde que empezó la temporada va creciendo. Esta plantilla es joven, pero tiene bastante experiencia en estas cosas. Hemos pasado momentos muy malos y sacado esto adelante. Seguro que esta vez también será así. No lo dudo".

Eso sí, el delantero entiende que no pueden relajarse lo más mínimo. Restan nueve jornadas y hay que sumar siete puntos: "Tenemos que conseguir cuanto antes los que nos faltan. No hay que estar tristes y sí ser optimistas. Llevamos 33 puntos y estamos bien clasificados, aunque no hay que relajarse".

El próximo rival será el Barcelona, el miércoles y tras disputar el Clásico. A pesar de la entidad del rival, Charles no descarta que los de Luis Enrique den la sorpresa: "Aunque sabemos que es difícil enfrentarse a un equipo como el Barça, y más en su casa, Vamos con toda la ilusión de hacer allí nuestro partido y ojalá podamos conseguir algo positivo".

Además, cree que el equipo céltico tiene opciones de sumar ante el cuadro de El Tata Martino. "Al equipo lo veo capacitado para puntuar en Barcelona, de no ser así no estaríamos en Primera. Este equipo va a más, a pesar de la última derrota, y tiene la ilusión a tope", concluyó el ariete celeste.

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Los célticos pierden "duende"


Foto: Ricardo Grobas
El Celta había encontrado esta temporada un filón en los enfrentamientos con los equipos andaluces. Ha ganado los cuatro partidos que ha disputado en el sur peninsular y hasta el viernes, además, había derrotado al Almería y al Betis en Balaídos, donde solamente había cedido un empate ante el Granada. En siete duelos con los andaluces, los de Luis Enrique contabilizaban 19 puntos, más de la mitad de los que poseen en la tabla clasificatoria. Tan agradecidos estaban los célticos a estos resultados que su técnico llegó a bromear en más de una ocasión con que tendrían que plantearse la opción de jugar todos los partidos más allá de Despeñaperros. El Celta tenía duende cuando le tocaba enfrentarse a los conjuntos sureños. Ese embrujo andaluz le duró hasta el viernes.

Todo se inició en la segunda jornada de Liga, cuando los de Luis Enrique se enfrentaron al Betis en Heliópolis. La fortuna quiso que los célticos se llevasen los tres puntos después de que los béticos desperdiciasen claras ocasiones de gol y dos de sus remates se estrellasen contra los postes de la portería de Yoel.

En la siguiente jornada, el Granada logró un punto en Balaídos. Hasta el décimo partido de Liga no se produjo la segunda visita de los gallegos a Andalucía. El Málaga cayó por goleada (0-5). Quince días después, fue el Sevilla (0-1) el que sucumbió a la eficacia céltica en el sur.

A partir del triunfo en el Sánchez Pizjuán se comenzó a hablar del duende que acompañaba al Celta en los enfrentamientos con los equipos andaluces.

Almería y Betis tampoco pudieron romper en Vigo ese embrujo de los célticos, que conquistaron Los Cármenes en la segunda vuelta. La victoria ante el Granada mantiene intacto el idilio del Celta en Andalucía, a donde tiene que viajar para enfrentarse al Almería. El Málaga ganó el viernes en Balaídos, a donde la semana que viene acude el Sevilla.

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Rafinha recae de su lesión y es duda para el Camp Nou


Foto: Marta Grande
El centrocampista hispano-brasileño Rafael Alcántara "Rafinha", futbolista del Celta de Vigo, ha recaído de la artritis traumática que sufría en el primer dedo de su pie izquierdo y es duda para el encuentro de este miércoles contra el FC Barcelona.

El futbolista no ha trabajado con el resto de sus compañeros en la vuelta a los entrenamientos de la plantilla celeste, que esta mañana ha empezado a preparar en las instalaciones deportivas de A Madroa el partido del Camp Nou.

Un choque en el que no estará seguro el centrocampista internacional danés Michael Krohn-Dehli, quien el pasado viernes vio su quinta tarjeta amarilla ante el Málaga y deberá cumplir un partido de sanción. La buena noticia para el Celta es que Luis Enrique recupera al central argentino Gustavo Cabral y al lateral izquierdo Jon Aurtenetxe, que no estuvieron ante el equipo andaluz por sanción.

EFE
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El Celta B se impone reaccionar en Mieres


Foto: Jesús de Arcos
El Celta B viaja a la localidad asturiana de Mieres, donde esta tarde afronta (18.30 horas, estadio Hermanos Antuna) un duelo crucial para su supervivencia en Segunda División B. Se mide el conjunto que dirige David de Dios al Caudal Deportivo, el equipo que marca la línea roja del descenso en Segunda División, con la doble urgencia de poner tierra de por medio con la zona de peligro y abandonar el puesto de promoción de descenso que actualmente ocupan.

Cuatro puntos separan al filial del Caudal y apenas uno del SD Logroñés, el conjunto que precede en la tabla a los celestes y que esta tarde tiene una difícil papeleta con la vista a Las Gaunas del filial del Sporting de Gijón, un equipo cómodamente situado en mitad de tabla que encara sin presión alguna el tramo final de la temporada.

Los celestes se han conjurado para detener esta semana la tenencia negativa que les acompaña desde comienzos de año, cuando golearon al UD Logronés. Desde entonces tan solo han sido capaces de sumar una victoria, curiosamente ante el líder, el Racing de Santander en Barrerio, y tres empates (Ourense, Marino de Luanco y Compostela) en diez partidos. Seis puntos de treinta posibles que han complicado notablemente la situación y obligan al equipo vigués una urgente reacción. El preparador del Celta B ha convocado para el choque ante los asturianos a 17 futbolistas, incluido el portero internacional juvenil Iván Villar, que suple la baja por lesión de Óscar Santiago. La lista la conforman: Rubén Blanco, Iván Villar, Pablo Crespo, Soto, Antón, Maceira, Kevin, Goldar, Borja Fernández, Yelko Pino, Fernán, Borja Domínguez, Borja Iglesias, Javi Rey, Aitor, Thaylor y Marcos Torres.

David de Dios no ha incluido en la expedición a Juan Delgado y Pablo Pérez, por decisión técnica, ni al defensa central David Costas, que el viernes fue titular con el primer equipo en su duelo ante el Málaga.

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Recibe el alta el cadete del Dépor ingresado por traumatismo craneoencefálico producido ante el Celta


Foto: Canteiraceleste.com
El jugador cadete del Deportivo Aarón Sánchez ha recibido hoy el alta médica en la Clínica Fátima de Vigo tras pasar la noche en observación a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico leve, con pérdida de conocimiento, que sufrió este sábado en el encuentro ante el Celta de Vigo en A Madroa.

El futbolista blanquiazul, que tuvo que ser evacuado del campo en ambulancia y posteriormente fue trasladado al hospital vigués, podrá retomar la actividad deportiva en dos semanas, según explica el club coruñés en su web.

En la clínica viguesa, Aarón fue sometido a un TAC y los médicos le diagnosticaron un traumatismo craneoencefálico leve con pérdida de conocimiento y recuperación posterior. Las pruebas complementarias fueron normales y Aarón permaneció menos de 24 horas en observación neurológica.

EFE
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Cuatro detenidos por arrojar botellas a la policía en Balaídos


Un testigo señala manchas de sangre que dejaron los detenidos tras la actuación policial (Foto: La Voz) 
El partido que enfrentó al Celta contra el Málaga en Balaídos el pasado viernes acabó en disturbios. La Policía Nacional detuvo a cuatro jóvenes por su presunta vinculación con actos de violencia callejera al finalizar el encuentro. Los cuatro pasaron a primera hora de la mañana de ayer a disposición del juzgado de instrucción número 6 de Vigo, en funciones de guardia, y quedaron en libertad con cargos acusados de un presunto delito de atentado contra agentes de la autoridad.

Se les acusa de haber arrojado botellas de cerveza contra las fuerzas del orden que se encontraban realizando labores preventivas con motivo del encuentro deportivo. Varios grupos de jóvenes, algunos con cabezas rapadas, profirieron insultos contra los agentes uniformados, que recibieron varios impactos de botellas, por parte de algunos de ellos, que acto seguido echaron a correr.

El despliegue policial se desplegó hacia la calle Manuel de Castro, donde varias dotaciones rodearon a los jóvenes que protagonizaron los actos violentos. Algunos se refugiaron en un par de taperías de la plaza ubicada frente al estadio. Testigos presenciales destacaron que la respuesta policial se llevó a cabo con una gran contundencia y que los arrestados fueron fuertemente reducidos antes de ser esposados y conducidos a los calabozos de la comisaría.

Uno de los vecinos que contempló la escena desde el portal de su vivienda señaló ayer las manchas de sangre que quedaron en el lugar donde se practicaron las detenciones. Por estos hechos, los agentes intervinientes en la operación también deberán prestar declaración en los juzgados la próxima semana.

La propietaria de uno de los establecimientos de hostelería donde se refugiaron los jóvenes señaló que los agentes antidisturbios irrumpieron de repente en su local, donde había varios clientes tomando algunas consumiciones, que se vieron sorprendidos con la operación policial. «Hubo quien llevó sin comerlo ni beberlo», señaló la hostelera, que bajó las persianas de su negocio una vez que los agentes abandonaron el lugar, quedando algunos clientes dentro del establecimiento.

Varias patrullas de la Policía Nacional tomaron las inmediaciones del campo de Balaídos para perseguir a los jóvenes que les habían atacado a la salida del encuentro deportivo. Se trata de los actos violentos más graves que han sucedido durante los últimos tiempos tras la finalización de un partido de fútbol.

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La Federación de Peñas organiza viajes a Vallecas y Almería


El Celta no caminará solo en los dos desplazamientos siguientes al choque del Camp Nou, con dos desplazamientos propicios, que ha aprovechado la Federación de Peñas para realizar sendos desplazamientos. El primero de ellos es a Vallecas. El partido se disputará el sábado 5 de abril a las diez de la noche, y la FdP propone un viaje con salida el mismo sábado a las ocho de la mañana y regreso a Vigo el domingo 6, pernoctando en la capital. El precio es de 70€ para abonados y 80€ para el resto de aficionados. 

La segunda propuesta es para el viaje a Almería, que coincidirá con la semana santa. El partido se disputará el domingo 20 de abril a las 12 del mediodía. La salida será en la noche del miércoles al jueves, y se regresará a Vigo el domingo tras el partido. Se incluye autobús y tres noches de hotel con media pensión. El Coste del viaje es de 210€ para abonados y 220€ para el resto de aficionados. Los menores de 12 años tendrán un descuento de 90€ en ambos casos. Tanto para Vallecas como para Almería, a estos precios hay que sumar el coste de la entrada, que suele rondar los 30€. 

Dos partidos fundamentales para el futuro del Celta, que visitará a dos rivales directos y no quiere hacerlo solo. La afición siempre ha respondido en estas situaciones y a buen seguro que los chicos de Luis Enrique sentirán el aliento de los aficionados en todo momento. Para mayor información tenéis un número de teléfono en los carteles de la Federación de Peñas. 
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Fontàs: "Ante el Barcelona intentaremos dar la sorpresa"


Foto: Óscar Vázquez
El clásico de esta noche en el Bernabéu será seguido con atención por el Celta, que el miércoles visita el Camp Nou (20.00 horas) para enfrentarse al Barcelona en el partido correspondiente a la trigésima jornada de Liga. En el vestuario céltico consideran que la peligrosidad del conjunto azulgrana está por encima del resultado que obtenga hoy ante el Real Madrid. Esperan que el conjunto de Martino les plantee un duelo "muy complicado", independientemente de si ganan o pierden el clásico.

La visita a la Ciudad Condal será especial para varios jugadores y técnicos del Celta con pasado azulgrana. Luis Enrique y Juan Carlos Unzué ejercieron de futbolistas y de técnicos en el conjunto catalán, por cuya cantera han pasado Andreu Fontás, Rafinha Alcántara y Nolito.

El defensa central reconocía el viernes, tras el partido ante el Málaga, que el regreso al Camp Nou supone "volver a la que ha sido mi casa durante muchos años.Será un partido especial. me reeencontraré con excompañeros.Será un partirdo muy bonito para mí".

En el análisis de la visita al Barcelona, Fontás habla de la dificultad que afrontará el Celta en esa jornada para poder sacar algún punto. "El Barça será peligroso el miércoles, pase lo que pase el fin de semana en Madrid. Nosotros intentaremos ir allí a hacer un partido serio, a complicarles la vida. Sabemos que es un partido muy difícil, no es este el tipo de partido que queremos, pero nunca se sabe. Iremos con toda la ilusión del mundo, a intentar hacer un buen papel y dar una sorpresa", proclama.

Charles Dias también habló de las complicaciones de enfrentarse a los azulgrana. "Jugar contra el Barça siempre es complicado. Da igual el resultado que se produzca en el clásico. Va a ser un partido muy complicado, pero iremos a tope y a ver si conseguimos sacar algo positivo", añade.

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Un cadete del Deportivo, ingresado tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza en el derby ante el Celta


Foto: FDV
Aaron Sánchez, jugador del Cadete A del Deportivo, protagonizó el susto del día en A Madroa durante el derbi ante el Celta al sufrir un fuerte golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento durante algunos instantes y obligó a trasladarle a un centro hospitalario donde quedó ingresado por precaución ya que su estado, según los médicos que le atienden es bueno.

El violento choque se produjo en el minuto diez del derbi que Celta y Deportivo jugaban en A Madroa dentro de la División de Honor cadete. El jugador coruñés cayó desplomado al suelo y de inmediato saltaron las alarmas al comprobar que el futbolista perdía el conocimiento. Fue atendido con rapidez por los médicos de ambos equipos y una ambulancia medicalizada entró incluso en el campo para trasladarlo a un hospital. El futbolista recuperó el conocimiento y permenece en el centro por simple precaución.

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Una afición sin desmayo


Foto: José Lores
El celtismo demostró una vez más el viernes su apoyo incondicional a su equipo, pues era consciente de la importancia de los tres puntos que estaban en juego ante un rival directo por la permanencia en la máxima categoría.

La demostración de fidelidad al equipo gallego comenzó mucho antes del inicio del partido ante el Málaga. Decenas de seguidores se concentraron a media tarde en las inmediaciones de Balaídos para recibir con bengalas el autobús que trasladaba a los jugadores y al cuerpo técnico hasta la puerta de los vestuarios.

La quedada se había promovido horas después de que los célticos venciesen al Levante. Los tres puntos conseguidos en el Ciutat de Valencia situaban al Celta al pie de la permanencia: el gran objetivo de la temporada para un equipo que el curso pasado salvó la cabeza en la última jornada.

Como ocurrió en la recta final de la campaña pasada, la afición quería mostrarle a su equipo que no caminará solo en esta travesía hacia la salvación. Ninguno de los jugadores que vivió aquellos extraordinarios recibimientos en la calle Manuel de Castro, con el autobús oculto por el humo multicolor de las bengalas, olvidará tan emotivos días.

Carlos Mouriño señalaba la semana pasada que el actual Celta no sería el mismo sin la afición. Esa que en un número de 7.000 aguantó el calvario de los primeros años en Segunda y que fue creciendo hasta reunir a los más de 22.000 actuales.

Desde el primer minuto, Balaídos se entregó a la causa de los de Luis Enrique. Y no decayó el ánimo a pesar de los goles de Camacho en la portería de Yoel. Da igual que esta temporada el equipo haya ganado solamente tres partidos en casa. El celtismo está dispuesto a perdonarle todo. Eso sí, espera que sus jugadores no le hagan pasar tanto sufrimiento como hace un año, cuando a falta de dos jornadas estaba con 31 puntos cerrando la clasificación. Esta vez queda mucho margen para asegurar la permanencia. Habrá más quedadas.

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La línea continua de Krohn-Dehli


Foto: Jorge Landín
La regularidad es una de las grandes virtudes de Krohn-Dehli. El danés ve el fútbol con claridad, nunca se esconde y rara vez desentona. Cuando el colectivo funciona, ejerce de peón siempre dispuesto a trabajar para que brille el Rey; cuando sus compañeros no acaban de aparecer, da un paso al frente para asumir el peso del partido.

Antes de los goles de Camacho, el Celta sufrió lo indecible con la presión del Málaga, pero cogió algo de aire en cuanto Krohn, bien asociado con Borja Oubiña y Nolito, entró más en contacto con el balón. Incluso estuvo a punto de inaugurar el marcador con un zapatazo que se estrelló en el larguero.

Tras el descanso, el danés tuvo que retrasar unos cuantos metros su posición para ocupar el lugar del capitán. Y como pivote defensivo tampoco desentonó y sostuvo al equipo ante un Málaga, eso sí, más defensivo, sobre todo después de la expulsión de Duda.

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El Celta aplaza su viaje a tierra firme


Foto: Óscar Vázquez
El Celta aún tiene mucho que remar. En un partido horrendo, jugado sin tensión ni ideas,el cuadro vigués desaprovechó una ocasión ideal para acercarse a la orilla de la salvación y enfilar los últimos dos meses de competición con las alforjas casi llenas. Pero como si sintiese que traicionaba la existencia agónica de este club, el Celta volvió a dar un paso atrás, estropeó la sensación ofrecida en sus últimos compromisos y recuperó la imagen dubitativa previa al parón navideño. El equipo fue una ruina general de la que solo se salvaron los esfuerzos, en ocasiones exagerados por individualistas, de Nolito y la clase de Rafinha cuando irrumpió en el segundo tiempo en busca de una remontada en la que casi nadie creyó. El resto fue un desastre. El del Celta ayer fue un fracaso mayúsculo del que participaron casi todos los futbolistas y el banquillo, que dejó al equipo entrar en la clase de partido que no le convenía e incapaz de cambiar la dinámica del grupo en el momento en que las cosas se empezaron a torcer. El Málaga se llevó el partido limitándose a comportarse como un equipo ordenado que aprovechó las concesiones del entramado defensivo del Celta. Nada más. Muy baratos pusieron los puntos Luis Enrique y su gente. Ayer estaba claro que estaban de oferta.

Desde el arranque se advirtió que el Celta era un equipo sin tensión, que se dejó llevar de manera un tanto irresponsable por la propuesta del Málaga de abrir el partido desde el comienzo y entrar en un extraño correcalles al que resultaba imposible encontrarle sentido. A veces el equipo se entrega con demasiada complacencia a ese modelo de partido sin pensar en si le conviene o no, en si es el momento de hacerlo. Falta finura. A los jugadores y también al banquillo. El Celta jugó todo el tiempo "fuera de sitio", llegando tarde a la presión, sin apretar en ninguna zona del campo y dejando que el partido le llevase de un lado para otro. Por un rato olvidaron que en Primera División el pecho te lo vuelven a hundir a la mínima concesión y ayer el Celta fue un coladero. Puede que nadie representase el colapso del equipo como Borja Oubiña. Hubo muchos a un nivel tan deficiente como él, pero su jerarquía en el Celta y su posición hacen que al Celta le duela especialmente la "ausencia" de su capitán. Impreciso desde la primera jugada, descolocado, privado de fuerza. Su juego melancólico se contagió a su alrededor y el Málaga fue encontrando espacios para buscar la espalda de los centrales, sobre todo la de David Costas -que ocupó el sitio de Cabral- que se vio también superado por completo, siempre un par de metros por detrás del rival.

Incapaz de contruir nada coherente en ataque, la parálisis se apoderó del equipo vigués y el Málaga le castigó de forma brutal. Fueron nueve minutos que marcaron el destino del partido. Dos jugadas en las que Camacho se aprovechó de la complicidad defensiva para marcar dos goles entre el minuto 23 y el 32 que convirtieron en un ochomil levantar el partido. La energía de otros días, la confianza, el estilo y el desparpajo de otros días desapareció por completo. El Celta no dio noticias de su existencia a Willy Caballero, tranquilo espectador del partido. Solo Nolito y Krohn-Dehli -autor de un disparo al larguero- parecieron querer sacar al equipo de aquella dinámica perniciosa. A su alrededor había un erial: una posesión inútil incapaz de llevar la pelota a zonas de peligro para el rival.

En el descanso Luis Enrique dio entrada a Rafinha por Borja Oubiña, un cambio que describe la situación por la que pasa el pivote céltico. El brasileño aceleró el paso, tomó la pelota y trató de cambiar el color del enfermo. El Málaga tenía un plan preparado para combatirle: enviarlo a la lona. Se sucedieron las faltas, las tarjetas, pero Schuster tenía claro que el hijo de Mazinho no podía disfrutar de ninguna concesión. A diferencia del plan malagueño -de dudosa ética, pero efectivo- el Celta no tenía ninguna estrategia para creer en la remontada. Tampoco el espíritu. El mismo futbol anodino que solo agitaba Rafinha antes de volver a caer al césped. No le salieron socios salvo los esfuerzos de Nolito que una vez y otra se estampaba contra el muro que los andaluces plantaron en su área. Luis Enrique, tan audaz en otras ocasiones, tampoco tuvo un día especialmente lúcido y ni cuando el árbitro dejó con diez al Málaga tras la autoexpulsión de Duda el técnico se decidió a privarse de un defensa para acumular más gente en el área rival como solución desesperada. El Celta siguió a la espera de que saliese el genio de la lámpara y le arreglase la noche. Demasiada vulgaridad, poca energía que permitió al Málaga trastear el último tramo del partido sin que los vigueses fuesen capaces de disparar entre los tres palos salvo un lanzamiento postrero de Nolito que Caballero atajó sin dificultad. El Celta aplazaba de esta manera lo que parecía ser el desembarco de la salvación, alcanzar antes de tiempo esa orilla en la que uno vive relajado y comienza a pensar en la temporada siguiente. Demasiado para alguien acostumbrado al sufrimiento extremo.

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Nolito: Hiperactivo, aunque sin efecto


Foto: Ricardo Grobas
Nolito, en los relevos de titularidad y estados de forma de la plantilla, llega al tramo final de la temporada en su mejor pico de rendimiento. Se ha liberado del lastre de los kilos que le sobraban en la pretemporada y la relativa continuidad que Luis Enrique le ha proporcionado ha valido para que gane regularidad en sus intervenciones. Se le exige porque su inclusión en el once obliga a cambiar a Orellana de banda. Ayer estuvo hiperactivo desde el inicio y atrevido a la hora de encarar a los malacitanos, cargando a veces contra dos o tres pero siempre con el optimismo de que podía salir victorioso. No encontró tanto la combinación por dentro como el centro desde la banda y aquí, además de faltarle algo de precisión, careció del compañero que se le ofreciese para el remate.

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Casa con 20 puertas, mala de guardar


Foto: Jorge Landín
El celtismo tiene una coraza hecha a base de alegrías por televisión. Por eso el golpe recibido ayer, como en otras cuantas ocasiones anteriores en directo en Balaídos, no mata. La herida no sangra, aunque la coraza quede ahora a un lado y se convierta en una cota de mallas. Que protege, pero no abriga tanto. Sonreír fuera queda bien; pero se echa de menos una sonrisa amplia como local. Balaídos es una casa con 20 puertas mala de guardar.

La puerta del pasillo
Quiso demostrar ayer la afición céltica que agradece a su equipo los méritos contraidos más allá del Padornelo. Para ello, repitió ese lumínico recibimiento al autobús del equipo que se estila desde la pasada campaña en ocasiones especiales y no tan especiales. Los seguidores célticos quieren que la permanencia deje de ser un objetivo para transformarse en un hecho. Y, a ser posible, quieren vivirlo en directo en su estadio.

La puerta de Oubiña
Tiene el capitán halo de villano Parte de la afición no le pasa ni una. Ni media, en algún caso vociferante. Los errores del resto de jugadores encuentran mucha mayor comprensión que los cometidos por el vigués, que sabe que el jurado no será en absoluto benigno con él cada vez que entre en contacto con el balón. En este momento, los aplausos se le escatiman y los reproches se le multiplican. Una fase. Triste, por cierto.

La puerta de Rafinha
Tiene el brasileño, por mérito propio, halo de héroe. Y de esa capacidad para generar emociones en el celtismo quiso valerse ayer para reactivar al equipo en el inicio de la segunda parte. Salió del vestuario el primero, esprintando hacia el centro del campo y provocando el aplauso de la grada, deseosa de disfrutar de su estrella tras dos partidos sin poder hacerlo. Lástima que el tirón anímico fuese breve en lo futbolístico.

La puerta del árbitro y el tiempo
Es complicado pedir paciencia a un estadio con 22.470 personas cuando su equipo va perdiendo. Y no porque la gente se volviese contra su equipo, sino porque lo hizo contra el irremediable paso del tiempo con alguna que otra leve recriminación hacia los suyos y, sobre todo, con un catálogo de protestas hacia el colegiado por permitir las continuas pérdidas de tiempo de los jugadores del Málaga, por otra parte más que lógicas dada su ventaja en el marcador y todavía más razonables cuando se quedó con un jugador menos.

La puerta de la confianza
Se fue parte del celtismo anoche de forma precipitada del estadio. Pero no se fue enfadado. Porque ayer llovió sobre secano. El equipo está demostrando la solidez suficiente como para que su afición mantenga la fe a pesar de que los suyos sólo les hayan brindado dos ocasiones esta temporada para salir del estadio victoriosos. Queda crédito. Mucho.

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El Celta añora a su capitán


Foto: Jorge Landín
El Celta añora a su capitán. En las últimas semanas, Borja Oubiña parece perdido para la causa. Apartado de la titularidad cuando bajó su rendimiento, cada uno de sus retornos al once inicial empeoran el anterior. No se puede negar la insistencia de Luis Enrique a la hora de intentar recuperar a un Oubiña cuya confianza languidece con el paso de las semanas. En realidad, su juego no era un desastre, más allá de las críticas que recibe de un sector de la afición que nunca ha congeniado en exceso con él. 

Pero sus virtudes están ahí y son de sobra conocidas. Oubiña nunca ha tenido el favor de la afición, en parte porque su carácter no ayuda. La afición gusta del populismo que nunca practicó Oubiña, un futbolista hecho a sí mismo a base de trabajo. Su disciplina ha logrado recuperar a un futbolista destinado a engrosar la lista de juguetes rotos. Una desafortunada lesión lo mantuvo fuera de los terrenos de juego durante cuatro largos años, con una recuperación precipitada e innecesaria, con un nuevo paso por los quirófanos de por medio. 

Oubiña supo sobreponerse y recuperar su sitio en el Celta, tirando del carro el año del ascenso y siendo un hombre vital en la temporada del retorno a Primera. Las críticas siempre estaban ahí, pero jamás perdió su sitio. Su trabajo invisible, basado en la colocación y el toque rápido para elaborar el juego del equipo, nunca fue muy apreciado para el gran público, pero sí para los diversos entrenadores que han pasado por el Celta. Titular indiscutible para todos ellos. 

Incluso estando mal, bajo de forma o fatigado físicamente, su aportación resultaba fundamental para el equipo, pero en los últimos tiempos, sin confianza en apariencia, su rendimiento ha ido cada vez a menos. Perdió la titularidad por un par de malos partidos y los intentos de demostrar que vuelve a ser él solo conducen a la frustración. Esa que sienten los aficionados al ver a su capitán buscando su espacio. El Celta añora a su capitán, incluso los que siempre lo han criticado, aunque no lo sepan, lo añoran. Añora su equilibrio y su serenidad en el terreno de juego. No cabe duda de que volverá, mejor pronto que tarde. 
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Noche aciaga sobre Balaídos


Foto: Ricardo Grobas
La peor versión del Celta en mucho tiempo emergió ayer a la superficie en Balaídos. Un equipo gris, sin alma, sin capacidad de reacción, blando en defensa y absolutamente inoperante en ataque se echó a los pies de un Málaga que a la media hora ya había celebrado dos goles y que fue capaz de aguantar con uno menos durante buena parte de la segunda mitad.

El once
La sorpresa de cada partido
Adivinar un once titular de Luis Enrique es imposible. Ayer, cuando todo parecía indicar que Fontás e Íñigo López ejercerían en el centro de la defensa, el entrenador prefirió una apuesta de riesgo y recuperó a un David Costas que no jugaba desde el encuentro frente al Betis, y que sigue pecando de falta de contundencia. El central apunta maneras, pero apurar los plazos puede pasarle factura. A él, y a su equipo. Más allá de la defensa, el Celta salió con el equipo titular previsto, recuperando a Oubiña para el pivote defensivo y reservando a Rafinha para la segunda mitad.

La defensa
El desconcierto
De la defensa sólida y contundente de la que el Celta llegó a presumir en algunos encuentros, ayer no quedaba ni rastro. Desde el minuto uno el Málaga amenazó de muerte a una zaga a la que Luis Enrique adelantó peligrosamente y que quedó expuesta a las fauces del rival. Si a la presión asfixiante de los de Schuster se le suma el desconcierto que reinaba en la línea defensiva céltica, el resultado conduce inexorablemente a la derrota. Las acciones de estrategia fueron las que pusieron la puntilla, aunque más allá del balón parado los zagueros locales tuvieron un mal día. Incluso la ley no escrita de sacar el balón jugado bajo cualquier circunstancia puso en jaque al equipo en más de una ocasión. Unas veces por arriesgar en exceso, otras por confiarse, y otras por tener enfrente a un Málaga que llegó con los deberes bien aprendidos.

El centro del campo
Sin contención
Las ganas del Málaga pasaron por encima al Celta en todas las líneas. Superaron claramente la defensa, entumecieron el centro del campo y anularon el ataque vigués. En la medular, a donde regresó Borja Oubiña, el Celta no fue capaz de poner contención. El capitán se vio desbordado, y durante el primer tiempo todo el trabajo creativo quedó en manos de Krohn-Dehli. Cada balón dividido acababa en los pies del rival, y cada disputa era para los de Schuster. En la segunda mitad fue el danés el que se encargó de ejercer de pivote, dando un giro claramente ofensivo al centro del campo, a la vista del resultado.

El ataque
Ni rastro de ofensiva
El balón de Krohn-Dehli que se estrelló en el travesaño, un par de tiros de Nolito y el disparo de Madinda en la recta final del encuentro fueron todo el balance ofensivo de los célticos. Sobre el césped de Balaídos se vio el ataque vigués más pobre en mucho tiempo, con un equipo en el que solo el gaditano y Rafinha, en la segunda mitad, pusieron algo de picante. Ni velocidad, ni desmarques, ni las bandas letales que caracterizaron al Celta en sus últimos compromisos aparecieron ante los de Schuster, que tras el descanso, aún jugando con un hombre menos, supieron agazaparse sin sufrir en exceso. Y es que el ataque vigués se convirtió en una oda al horizontalismo en la que a los vigueses les sobró posesión y les faltó chispa, velocidad, ritmo e incluso ambición.

La actitud
Un Celta contemplativo
Mientras el Málaga salió a morder desde el minuto uno, sobre Balaídos se vio a un Celta mucho más contemplativo, a la expectativa y quizás incluso pecando de exceso de confianza. Casi de ambición. La presión que imprimieron los andaluces fue ahogando poco a poco a un equipo que tras no ser capaz de recuperarse en la primera parte, cayó víctima de la precipitación en la segunda. Queda ahora por ver si la falta de ideas, velocidad, intensidad y fútbol que acompañó ayer a los de Vigo se queda en mera anécdota, o si le persigue en sus próximos compromisos. La complicadísima visita al Camp Nou está a la vuelta de la esquina.

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Costas regresó al once tras pasar por el filial


Foto: Salvador Sas
La defensa no se escapa de los cambios constantes que Luis Enrique introduce en su equipo. Ayer volvió a darle una oportunidad a David Costas, que desde comienzos del nuevo año perdió el protagonismo que tuvo en el arranque, donde llegó a sumar una docena de partidos en la primera vuelta del campeonato.

Con el estudio al detalle que realiza de los adversarios, Luis Enrique eligió a Costas para suplir la baja de Gustavo Cabral, sancionado por acumulación de tarjetas amarillas. El argentino acumulaba casi una decena de partidos como titular. Su irrupción eclipsó al joven de Chapela e incluso al refuerzo que llegó en el mercado de invierno, Íñigo López.

El riojano parecía contar con todas las opciones de repetir ayer en el once céltico tras su buena actuación ante el Levante. Pero para Luis Enrique no hay titulares, cualquiera puede ser suplente o quedarse en la grada de una semana para otra.

El técnico asturiano esperaba que ayer el Málaga presionase la salida del balón del Celta desde el área de Yoel. Para salir con la pelota, prefiere a David Costas, un futbolista frío como un témpano y que, a pesar de sus 19 años, desconoce el miedo y la presión cuando está en el campo.

Formando pareja con Andreu Fontás, Costas no tuvo su mejor actuación ante un Málaga que se comportó como esperaba Luis Enrique: sus atacantes trabajaron duro para impedir que los célticos moviesen la pelota con comodidad desde su campo.

Al jugador de Chapela le ganaron en varias ocasiones la espalda y no dio mucha seguridad al costado derecho de la zaga celeste, que se dejó sorprender por los jugadores de la segunda línea del equipo de Schuster. Así, Camacho se convirtió en el goleador de los andaluces.

Después de salir imbatido de su visita al Levante, se esperaba que el Celta mantuviese la fortaleza defensiva de otras jornadas. No fue así ayer, con David Costas volviendo a la titularidad después de reforzar en las últimas semanas al filial céltico en su pelea por evitar el descenso en Segunda División B.

En el banquillo, además de Íñigo López, Luis Enrique convocó ayer a David Goldar, el otro defensa central que fue subcampeón de Liga el año pasado con el Celta juvenil. El canterano, que se estrenaba en el banquillo en un partido oficial, compartió la pretemporada con el primer equipo. Excelente fue su actuación en el partido amistoso que los célticos disputaron ante el Oporto en O Dragao. La temporada la ha jugado con el Celta B, donde la semana pasada coincidió en Barreiro con David Costas, ayer titular ante el Málaga.

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