El Celta añora a su capitán


Foto: Jorge Landín
El Celta añora a su capitán. En las últimas semanas, Borja Oubiña parece perdido para la causa. Apartado de la titularidad cuando bajó su rendimiento, cada uno de sus retornos al once inicial empeoran el anterior. No se puede negar la insistencia de Luis Enrique a la hora de intentar recuperar a un Oubiña cuya confianza languidece con el paso de las semanas. En realidad, su juego no era un desastre, más allá de las críticas que recibe de un sector de la afición que nunca ha congeniado en exceso con él. 

Pero sus virtudes están ahí y son de sobra conocidas. Oubiña nunca ha tenido el favor de la afición, en parte porque su carácter no ayuda. La afición gusta del populismo que nunca practicó Oubiña, un futbolista hecho a sí mismo a base de trabajo. Su disciplina ha logrado recuperar a un futbolista destinado a engrosar la lista de juguetes rotos. Una desafortunada lesión lo mantuvo fuera de los terrenos de juego durante cuatro largos años, con una recuperación precipitada e innecesaria, con un nuevo paso por los quirófanos de por medio. 

Oubiña supo sobreponerse y recuperar su sitio en el Celta, tirando del carro el año del ascenso y siendo un hombre vital en la temporada del retorno a Primera. Las críticas siempre estaban ahí, pero jamás perdió su sitio. Su trabajo invisible, basado en la colocación y el toque rápido para elaborar el juego del equipo, nunca fue muy apreciado para el gran público, pero sí para los diversos entrenadores que han pasado por el Celta. Titular indiscutible para todos ellos. 

Incluso estando mal, bajo de forma o fatigado físicamente, su aportación resultaba fundamental para el equipo, pero en los últimos tiempos, sin confianza en apariencia, su rendimiento ha ido cada vez a menos. Perdió la titularidad por un par de malos partidos y los intentos de demostrar que vuelve a ser él solo conducen a la frustración. Esa que sienten los aficionados al ver a su capitán buscando su espacio. El Celta añora a su capitán, incluso los que siempre lo han criticado, aunque no lo sepan, lo añoran. Añora su equilibrio y su serenidad en el terreno de juego. No cabe duda de que volverá, mejor pronto que tarde. 

0 comments:

Publicar un comentario