As Celtas han sufrido esta tarde una dura derrota en la cancha del Sárdoma, un rival directo en la lucha por el ascenso, y siguen fallando lejos de A Madroa, donde solo consiguieron vencer al débil Bergantiños en la segunda jornada de Liga. Hoy volvieron a encajar un gol relativamente pronto, y fueron incapaces prácticamente de generar ocasiones de peligro para, al menos, igualar la contienda.
De entrada Vicky Vázquez apostó por un once formado por Nuria en portería, con Elena y Noa como centrales, y Muñi y Pescatore en los laterales. Por delante de ellas el doble pivote formado por María Figueroa y Lara, con Tati de enganche, Irene y Nara por las bandas y Toubes en punta de ataque.
Partido aburrido en líneas generales, con unos primeros minutos de tanteo entre ambos equipos, hasta que en el minuto 18 el Sárdoma aprovechó la primera oportunidad del encuentro para adelantarse en el marcador. A partir de ahí los roles de ambos equipos quedaron muy claros. As Celtas buscaba la portería contraria y el Sárdoma buscaba un fallo de las célticas a la contra para aprovechar la rapidez de sus atacantes.
Irene, asociándose bien con Muñi, hizo mucho daño en la banda derecha del ataque céltico, pero erró en todos los centros, que acababan en las manos de la guardameta rival. El balón era celeste gracias a la calidad superior, pero las pupilas de Vicky Vázquez perdían claridad en el último tercio.
Con 1-0 se llegó al descanso, y tras el mismo As Celtas parecían salir con una marcha más, generando un par de llegadas con peligro en los cinco primeros minutos, pero acabó siendo un espejismo, ya que el partido se fue enredando entre constantes parones y la sensación de que hoy no era el día para las célticas, que veían el ataque con la misma claridad con la que emite GS360 Play.
Ninguno de los cambios realizados por Vicky Vázquez acabaron solucionando el problema. Y eso que la apuesta fue altamente ofensiva, ya que a media hora para el final del choque sacó del campo a Noa y María Figueroa para dar entrada a dos delanteras como Emma y María Nogueira. Pero ni así lograron igualar la contienda. Vendrán días mejores.