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| Foto: Miguel Riopa/Getty Images |
Balaídos asistió a una gran noche de fútbol con dos equipos buscando la portería contraria y un intercambio de golpes que acabó con victoria para el Celta, que se va con un sabor de boca amargo por el segundo gol encajado, un fallo grosero de Jonny, que se confió en exceso y permitió el remate de un rival cuando lo tenía todo para evitarlo. Al final 3-2, un resultado que obliga al Celta a ir con todas las alarmas encendidas al partido de vuelta.
De entrada, Berizzo apostó por el once esperado confirmando a Fontàs como titular en el eje de la zaga. El resto del equipo el que todos los aficionados ya saben de memoria. Los primeros minutos fueron auténticamente locos, con muchas cosas que contar en los 20 primeros minutos.
Salió el Celta mejor, teniendo más balón pero sin generar ocasiones reales de gol. Fue el Genk el que dio primero, con un gol de Boetius que llevaba la incerteza a un Balaídos que había comenzado el partido muy metido y animando como nunca. Poco duró el silencio, ya que el Celta levantó al público de sus asientos con unos minutos vertiginosos en los que remontó el partido.
A los 14 minutos, golazo de Sisto que aprovechó una bellísima dejada de Guidetti para poner el empate en el marcador. Tres minutos después, Iago Aspas roba un balón en tres cuartos de campo, conduce y envía un precioso disparo ajustado a la base del palo. Dos golazos que ponían al Celta con ventaja en la eliminatoria.
Eran los mejores momentos de un Celta que quería dejar resuelta la eliminatoria en el partido de casa. Jonny la tuvo en el 22 tras un pase de espuela de Guidetti, pero no supjo resolver en el área pequeña. Pero el Genk demostró todo el fútbol que lleva dentro, y que es mucho, gozando de varias ocasiones en su mejor tramo de partido.
El Genk es un equipo con mucha calidad arriba. En la primera parte Leandro Trossard, el 14, creó muchísimo peligro y puso a prueba a Hugo Mallo en varias ocasiones estando en casi todas las acciones del peligro de los belgas. Esas ocasiones existieron, pero el Celta presumió de pegada con el 3-1, un gran gol de Guidetti que sorprendió a Ryan con un disparo seco pegado al palo.
La segunda parte comenzó con más tranquilidad que la primera. Ambos equipos salieron decididos a protegerse un poco más, siendo más tímidos a la hora de atacar. Berizzo movió el banquillo en el 66 dando entrada a Beauvue en lugar de Guidetti, y un minuto después llegó el grave error de Jonny, que se confía, deja pasar el balón, lo que aprovecha Buffel para rematar a portería, repele Sergio, Jonny tampoco es capaz de despejar y nuevamente Buffel envía el balón al fondo de las mallas.
Tras el gol, el Celta se volcó sobre la meta contraria, pero el Genk retrasó la defensa y supo aguantar el chaparrón. El equipo vigués tuvo alguna ocasión más o menos clara, en las botas de Hugo Mallo o Tucu Hernández, y la más clara en las botas de Aspas, pero fue incapaz de marcar un gol más dejando el partido en una victoria mínima que obligará al Celta a hacer un gran partido en Genk, aunque, de momento, acude a ese partido con ventaja en el marcador.
Ficha técnica
CELTA: Sergio, Hugo Mallo, Cabral, Fontàs, Jonny, Radoja, Pablo Hdez., Wass (Jozabed, min.78), Iago Aspas, Sisto, Guidetti (Beauvue, min.66).
GENK: Ryan, Castagne, Brabec, Colley, Uronen, Malinovskiy (Heynen, min.92), Pozuelo, Berge, Trossard (Schrijvers, min.82), Samatta, Boëtius (Buffel, min.61).
Goles: Boëtius, min.10, 0-1; Sisto, min.14, 1-1; Iago Aspas, min.17, 2-1; Guidetti, min.38, 3-1; Buffel, min.67, 3-2.
Árbitro: Clément Turpin, de Francia. Amonestó a Castagne, Trossard, Schrijvers (Genk).
Campo: Balaídos, 21.608 espectadores.
