Dorsales históricos del Celta: [14] Juanfran



Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo.

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14 Juanfran (176 partidos) 

Un jugador que dio mucho por el Celta, aunque tuvo una salida un tanto extraña, por la prisa del propio jugador por hacerla efectiva. Detrás del asunto de su salida es probable que hubiese algo más que el simple hecho de nuestro descenso a Segunda, el pollito no parecía de los que abandonaran la nave si esta empezaba a hundirse.

Lateral izquierdo rudo, de los de antigua escuela. Correoso, pegadizo, marcador nato..... Nunca descansará un minuto. Su entrega es total. Llegó como una promesa sin confirmar de la tan productiva cantera valencianista para nuestro club. Su primer equipo fue el Levante UD, en el que jugó tres temporadas y con el que consiguió el ascenso de categoría desde la Segunda División B. Gracias a esos años, el Valencia C.F. puso su punto de mira en él y allí jugó durante dos temporadas, ganando una Copa del Rey en 1999.

Ese mismo año, fichó por el Real Club Celta donde, poco a poco, esta promesa empezó a confirmarse. Su adaptación a Vigo fue impresionante. Ya en la primera temporada se le podía ver pinchando en la desaparecida "Toro", y en el campo enseguida conectó con la afición que supo valorar el derroche de garra que hacía en todos los partidos.

Él vivió los mejores años de la historia celtiña, vivió grandes momentos, la final de Copa, la Champions, pero también vivió uno de los peores momentos de los últimos años. El famoso descenso. Las portadas al día siguiente tenían impresa la cara de Juanfran llorando. Todos coincidían con la misma imagen y era por algo, quizás porque era el que mas lo había sentido. O porque sabia que eso suponía dejar una ciudad a la que tanto quiere.

Unas semanas después se anunciaba el traspaso del valenciano al Besiktas, donde lo esperaba Del Bosque, ansioso por convertir al Besiktas en una embajada española. No fue así, fracasaron ambos. Con la vuelta del Celta a Primera, Juanfran se hizo querer nuevamente, pero su momento había pasado, la afición no le perdonaría su regreso, al menos una parte. La salida de Del Bosque del Besiktas, produce también la marcha de Juanfran del club.

Fichó entonce por el Ajax de Amsterdam, club en el que logró ganar una Copa y una Supercopa holandesas. En el verano de 2006, regresó al fútbol español, fichando por el Real Zaragoza. Tras ser apartado de la entidad del conjunto de la capital aragonesa, Juanfran fichó en 2008 por el equipo griego AEK de Atenas, donde consiguió un subcampeonato de liga.

En el mercado de invierno de 2010, el Levante UD anuncia haber logrado la cesión del futbolista. A sus 34 años, Juanfran regresaba a club que le abrió las puertas al fútbol profesional, donde hoy sigue jugando, ya en propiedad. 

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El Celta empieza a definir sus roles


Después de tres partidos de Liga, algunas de las dudas que se plantearon en pretemporada empiezan a resolverse. Es pronto para concluir quién cuenta y quién no para Luis Enrique, pero los roles han empezado a definirse y hay jugadores que han tomado ventaja con respecto a otros compañeros. Por lo pronto, cuatro han disputado los 270 minutos ante Espanyol, Betis y Granada –Yoel, Hugo Mallo, Toni y Fontás– y seis todavía no se han estrenado –Sergio Álvarez, Bellvís, Túñez, Orellana, Jonathan Vila y Jonny–, sin contar a Mario Bermejo y Samuel Llorca, ambos lesionados de larga duración.

El técnico asturiano ha apostado en estos tres primeros encuentros por dar continuidad a los mismos hombres. Sólo han jugado quince de los veintiún futbolistas que forman parte del primer equipo más David Costas, central con ficha del filial aunque asentado por ahora con el plantel profesional. Lo llamativo del asunto es que las posibilidades de jugar de aquellos que siguen esperando una oportunidad no parecen muy altas. Sergio ha perdido la batalla con Yoel en la portería y el vigués ha respondido con nota. Lo mismo sucede con Hugo Mallo, por delante de Jonny en este inicio de temporada. Por su parte, Bellvís era el único lateral izquierdo nato cuando comenzó la Liga y, sin embargo, el reconvertido Toni fue el elegido para jugar. Ahora, con Jon Aurtenetxe como alternativa, las opciones del valenciano se han reducido de manera considerable.

Por otro lado, está el caso de Jonathan Vila, que ahora mismo tiene por delante en el eje de la zaga a Cabral, Fontás, David Costas y Aurtenetxe. Los cuatro han jugado en este inicio de curso, en el que el porriñés ha tenido que volver a acostumbrarse a ver los partidos desde la grada. La competencia es la misma para Túñez, que sigue en el equipo a pesar de que Luis Enrique le comunicó que no contaba con él, tal y como sucedió con Orellana. Ambos tendrán que pelear para que el preparador gijonés cambie de opinión.

Por el contrario, hay ocho futbolistas que han sido titulares en los tres primeros partidos: los mencionados Yoel, Toni, Mallo y Fontás más Álex López, Nolito, Charles y Augusto Fernández. A ellos habría que sumar a Oubiña, que se perdió el último encuentro por sanción. Como ellos, han participado en los tres choques Krohn-Dehli – en dos como titular–, Rafinha –que en el último le arrebató el puesto al danés– y Madinda, que comienza la temporada como recambio habitual desde el banquillo, igual que David Rodríguez, que disfrutó de minutos en dos partidos. Éste es el grupo de futbolistas, junto a los mencionados Costas y Aurtenetxe y Gustavo Cabral, con el que por ahora está contando Luis Enrique y su respuesta ha sido satisfactoria. Los demás tendrán la difícil misión de ganarse una oportunidad.


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Dorsales históricos del Celta: [13] José Manuel Pinto


Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo.

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13 José Manuel Pinto (226 partidos) 

Llegó en el verano de 1998 procedente del Betis. El guardameta del Puerto de Santa María, bético en su infancia por la afinidad que sentía hacia su ídolo, el portero verdiblanco Esnaola (quién curiosamente lo entrenaría en el filial bético) llegaba a Vigo en busca de las oportunidades que se le negaba en el, por entonces, pujante equipo sevillano.

Sus primeros años en el Celta fueron duros. El joven guardameta fue suplente, primero del francés Dutruel y a continuación del argentino, Caballero, pudiendo intervenir solamente cuando uno estos guardametas estaba sancionado o lesionado, o bien en partidos de Copa y Competiciones europeas. Sus actuaciones, además, no terminan de generar confianza entre el aficionado celeste, quién eso sí, le otorgaba el cariño que el guardameta se granjeaba con su innato carisma.

El descenso del Celta en 2004 con la salida de Caballero y la llegada de Fernando Vázquez al banquilllo celeste le dio la oportunidad de gozar, por primera vez en 6 años, de la titularidad del Celta. Sus buenas actuaciones durante esta temporada hicieron que la grada sintonizara con su juego y despejó todas las dudas sobre la portería celtiña. En 2005, tras el regreso inminente del Celta a Primera, llegaría Esteban, portero de dilatada trayectoria en el fútbol español y a quién se le suponía la titularidad en la temporada del retorno celtiña a Primera.

Fernando Vázquez, sin embargo, decidió apostar por quién tan buenos resultados le había dado en la temporada del ascenso y el jugador gaditano no defraudó a la confianza depositada por el técnico gallego. José Manuel Pinto fue parte fundamental y decisiva en el éxito celtiña de esa temporada, cuando el Celta alcanzó la clasificación para la Copa de la UEFA con Pinto como salvador en muchos partidos y con el premio extra del Trofeo "Zamora" que ganó definitivamente con la Liga ya terminada. Cañizares, el otro meta con opciones, disputaba el último partido de Liga en Pamplona mientras el Celta disputaba un partido amistoso ante el Coruña en Balaídos. A mitad del partido y una vez que el meta valencianista encajó el segundo gol que le otorgaba a Pinto el Trofeo, se anunció en Balaídos ante la algarabía del escaso público presente.

La Temporada 2006-07 no fue tan dulce ni para el Celta ni para el propio Pinto. Los resultados negativos de principios de temporada fueron una losa para el conjunto a la que no supo sobreponerse. En esa temporada, Pinto nos dejó una portentosa actuación en San Mamés, dónde literalmente evitó una goleada de escándalo a favor de los bilbaínos con sensaciones paradas, especialmente tres de enorme mérito al jugador vasco Yeste.

Aquella sería la última "hombrada" del andaluz. Su juego se fue diluyendo ayudado por las dudas de una defensa de patio de colegio y por sus propias indecisiones. Su débil juego por alto tomó protagonismo y sus espectaculares reflejos apenas sobresalían. La llegada de un nuevo técnico, en la figura de Hristo Stoichkov le hizo perder la titularidad tras un desastroso partido ante el Mallorca. Otro partido igualmente desastroso de Esteban, hizo que Pinto la recuperase, pero para el Celta sería demasiado tarde. Se consumaba un nuevo descenso.

Después de muchos rumores sobre equipos interesados en él, ninguno confirmado ni admitido por el propio interesado, Pinto continuaba en el Celta en Segunda División. Sus actuaciones ya no eran tan brillantes y en torno a la figura del portero titular se creó un debate que en nada benefició al equipo. Las inseguridades de Pinto, no se sabe si debido a tal debate, hicieron que cometiera más errores de los habituales, y volvería a perder la titularidad en favor de Esteban.

El 18 de enero de 2008 se anunció oficialmente su incorporación, en calidad de cedido, al FC Barcelona, que buscaba a un futbolista para suplir a su segundo guardamenta, Albert Jorquera, lesionado a finales de diciembre de 2007 para el resto de la temporada. Los azulgranas desembolsaron 500.000 euros por la cesión de seis meses, reservándose una opción de compra sin coste adicional.

En su primera temporada en el Barcelona jugó tres partidos de Liga, en los que encajó ocho goles. A pesar de su escasa participación, el Barcelona decidió ejercer la opción de compra sobre el jugador, ofreciéndole un contrato de dos temporadas.

En la temporada 2008/09 fue el suplente habitual de Víctor Valdés en Liga y Liga de Campeones, aunque era el portero titular en la Copa del Rey. En esta competición tuvo un papel especialmente destacado en el partido de vuelta de las semifinales, ante el Mallorca, cuando detuvo un penalty a Pep Martí, tras haberle indicado al lanzador que se iba a tirar por su izquierda. El ardid resultó decisivo para que el FC Barcelona lograse el pase a la final de Copa. También jugó un papel importante en su final, ya que sólo encajo un gol del Athletic Club de Bilbao, dándole a su equipo su primera copa del año 2009.



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El Celta B no remata a un Coruxo en inferioridad


Foto: Marta Grande
El Celta B logró esta tarde un punto en su visita al Estadio de O Vao, en el derbi vigués ante el Coruxo. Un punto que sabe a poco visto el desarrollo del partido, ya que el filial céltico se quedó con un hombre más tras la injusta expulsión del meta local al filo del descanso. La segunda mitad fue un auténtico asedio de los de David de Dios a la meta del debutante Brais, pero no fueron capaces de derribar lograr un tanto que les diese los tres puntos. 

De inicio, David de Dios optó por Javi Rey en la alineación inicial, junto a borja Domínguez en el mediocentro, en detrimento de Borja Fernández. El once inicial fue el formado por Rubén, Soto, Goldar, Antón, Maceira, Javi Rey, Domínguez, Añón, Yelko, Aitor y Borja Iglesias. Los primeros minutos se caracterizaron por un juego bastante trabado, con bastante mediocampismo y sin apenas ocasiones. Las primeras llegaron a balón parado, gracias a un saque de esquina excelentemente botado por David Goldar, un auténtico especialista, que remató Yelko un tanto desviado. 

Fue a partir de esta ocasión cuando el Celta B comenzó a adueñarse del partido, creando ocasiones. Un remate de cabeza de Añón, un disparo lejano de Antón, o un remate de Javi Rey que salva Fernando, fueron las aproximaciones más peligrosas de los visitantes al borde la media hora. Fue justo antes de la llegada más peligrosa del Coruxo, cuando Mella envió el balón al larguero y en el rechace, cuando el balón cae al suelo casi se introduce en la meta de Rubén Blanco al botar por lo irregular del estado del césped. 

Fue un espejismo, ya que el Celta B continuó con su dominio, y fruto del mismo llegaría la jugada polémica del partido. Pase en profundidad para Borja Iglesias al que se anticipa el portero del Coruxo con la cabeza. Sin embargo, el árbitro del partido interpreta que lo hace con la mano y lo expulsa, ante la incredulidad del propio Fernando que, totalmente indignado, abandona el terreno de juego. 

La segunda mitad arrancó muy diferente a la primera. El Celta B se convertía en el equipo obligado a buscar la meta contraria, pero mantenía la tranquilidad y la paciencia que caracteriza a este equipo. Así, los primeros minutos fueron bastantes tranquilos y sin excesivas llegadas para ambas escuadras. El Coruxo logró que no se notase en exceso su inferioridad numérica, e incluso gozó de las primeras ocasiones de peligro gracias a dos faltas consecutivas al borde del área de Rubén Blanco, lanzadas finalmente sin mayor peligro. 

Con los cambios, el Celta mejoró. Entraron Borja Fernández y Fernán, y abandonaron el terreno de juego Aitor y Borja Domínguez, y los de David de Dios, a los que el crono se les echaba encima, intensificaron el dominio sobre la meta de Brais, conscientes de que estaban ante una gran oportunidad para llevarse los tres puntos de un campo muy complicado. A diez minutos del final lo intentó Goldar con un tiro lejano que atrapó Brais. 

Eran las opciones de un Celta B al que le costaba derribar el muro defensivo que había implantado Antonio Gómez, el técnico del Coruxo. El conjunto local se defendía con orden y criterio. Es un equipo con fútbol y experiencia. Saben jugar y se defienden con sus armas, y al Celta le costaba un mundo encontrar un hueco entre sus líneas. Cuando lo logró, apareció Brais, el portero debutante. Fue con un medido centro de Maceira que cabeceó Yelko Pino, el pequeñín de la clase, y Brais sacó una mano prodigiosa que evitó el gol que ya cantaban los aficionados visitantes. 

Fue la ocasión más clara del Celta B, que de ahí al final lo siguió intentando, con más fe que acierto. En un campo pequeño y ante un equipo que se sabe defender, lo de David de Dios han aprendido hoy una valiosa lección. Un punto, no obstante, que siempre es bueno, y permite seguir sumando en una complicada categoría, al tiempo que garantiza seguir una semana más en la zona noble de la tabla clasificatoria.


Ficha técnica

CORUXO: Fernando, Damià, Claudio, Yago Yao, Alberto García, Cifuentes (Brais p.s., min.44), Antúnez, Besada, Mella (Sergi, min.46), Centrón y Chaco (Dani, min.84)

CELTA B: Rubén, Soto (Marcos Torres, min.73), Goldar, Antón, Maceira, Borja Domínguez (Borja Fernández, min.64), Javi Rey, Yelko Pino, Añón, Borja Iglesias y Aitor (Fernán, min.69)

Goles: sin goles

Árbitro: Areces Franco, del comité asturiano. Amonestó a los celestes Yelko Pino, Soto, Maceira y Aitor. Expulsó con roja directa a Fernando, portero del Coruxo (min.44)

Campo: O Vao
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El mejor inicio de Luis Enrique


Foto: RCCV
Luis Enrique avisó en la antesala del inicio del campeonato que los primeros pasos de sus equipos siempre son duros. Especialmente en aquellos en donde el asturiano tiene la etiqueta de debutante. Le pasó en su estrenó con el filial del Barcelona en Segunda B en el curso 09-10 y se repitió en la 11/12 en su aventura italiana con la Roma. Sin embargo en su desembarco en el Celta acaba de firmar su mejor arranque en tres jornadas. Es la única vez que ha conseguido que su equipo esté invicto después de 270 minutos de campeonato.

A estas alturas con el filial azulgrana el asturiano sumaba un único punto después de un empate en casa con el segundo equipo del Mallorca. Además, en tres partidos solo había sido capaz de marcar un gol. Una semana después en Gavá llegó el primer triunfo y todo cambió. Tanto, que el equipo acabó en Segunda A.

Dos años después Lucho inició una nueva etapa en la Roma. En la Serie A solo perdió el primero de los tres partidos, pero en los otros dos no pasó del empate. Además, en el Olímpico de Roma cayó en la jornada inaugural con el modesto Cagliari y dos semanas después firmó en empate con otro conjunto de la parte baja como el Siena. Osvaldo había adelantado a los romanos y a falta de dos minutos Vitiello empató para los visitantes. En medio de ambos partidos aparece un empate de fuste ante el Inter en Milán. También en Italia ganó a la quinta jornada: 0-1 ante el Parma.

Con el Celta ha sido diferente. Un triunfo y dos empates han alimentado el modelo de juego implantado por el exbarcelonista, además el equipo ha hecho más goles que los dirigidos por Luis Enrique con anterioridad. La única similitud aparece en los partidos como local, ya que en los tres casos Luis Enrique no consiguió el triunfo en ninguna de las dos primeras entregas. Con el filial azulgrana lo hizo en la séptima jornada (el cuarto partido en casa) a costa del Sabadell: 3-0. En el Calcio una semana antes: 1-0 al Palermo, también en el cuarto partido en casa. En los tres casos, Barcelona B, Roma y Celta, el primer triunfo de su era llegó a domicilio. A nivel global, su mejor inicio lo firmó en el Barcelona B en su segundo año en Segunda División, con seis puntos de nueve posibles.

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Oubiña: "El Celta evoluciona muy bien"


Foto: Jorge Landín 
El Celta evoluciona a buen ritmo. Al equipo celeste no le ha costado asimilar el estilo de juego que pretende implantar Luis Enrique y ha iniciado la competición con buen pie y un fútbol fácilmente reconocible. Ésta es al menos la impresión del capitán celeste, Borja Oubiña, que confirma sus buenos augurios de la pretemporada, cuando pidió tiempo para que el equipo se hiciese a la nueva idea de juego. Oubiña celebra que el proceso se haya visto acompañado de buenos resultados en el arranque liguero. "Llevamos 5 puntos, quizá podría ser uno más, pero está bien. Sobre todo estamos contentos porque el equipo sabe lo que hace. Su fútbol es reconocible y es lo que nos interesa. Lo más importante es saber qué hacer en cada situación y esto lo vamos cogiendo", explica.

El pivote celeste valora la buena salida que el equipo dispensa a la pelota y la velocidad que imprime al contragolpe, que arma con mucha gente, en oleada. "Intentamos tener una buena estructura de ataque cuando tenemos la pelota y a medida que avancen los partidos creo que haremos mejor las cosas. A mayores de esta verticalidad que tenemos, adquiriremos un poco más de pausa", observa Oubiña, que remacha: "Pero el equipo está evolucionando muy bien y sobre todo tiene un conocimiento de lo que hacer en cada momento, que es lo que más nos interesa". El capitán del Celta no cree que el equipo tenga poco fondo de armario en ataque para afrontar el objetivo de una cómoda permanencia en Primera División. "Tenemos veintitantos jugadores en la primera plantilla más los chicos del filial, que ya se ve que ayudan, y entre todos intentaremos conseguir el mayor número de goles posible", señala. Y precisa: "Pero lo normal es que marquen los que juegan".

En este sentido, el pivote celeste resta importancia a la escasez de recursos de ataque con los que Luis Enrique contaba en el banquillo para deshacer el empate con el Granada en el último compromiso liguero jugado en Balaídos. "Es una cosa más pero yo me conformo con hacer un partido como el del otro día, con muchas ocasiones de gol y que el rival solo te haga uno porque lo normal es que no acierte", asegura.

Tampoco considera Oubiña relevante el hecho de que el equipo no haya tenido que jugar hasta la fecha con el marcador en contra, un problema por el que pagó una elevada factura el pasado curso. Y aunque esta situación no se ha producido de momento y los recursos ofensivos del banquillo se limitan a David Rodríguez, el descartado Fabián Orellana y Santi Mina, un chico de 17 años, el capitán céltico opina que la capacidad de reacción del Celta va a ser este año superior a la del pasado curso. "Son situaciones que aún no se han dado y ojalá no se den, pero hay cosas positivas. El año pasado, cuando íbamos con el marcador a favor, nos costaba mirar hacia la portería contraria y este año eso no nos está costando. La evolución del equipo en este sentido está siendo fantástica", afirma.

Las eliminatorias de clasificación para el Mundial de Brasil que se celebran estos días dejarán al Celta 15 días sin competir para darse luego un atracón de cuatro partidos en 14 días. Pero aunque el parón pilla al conjunto celeste en un momento dulce de forma, Oubiña no cree que le perjudique. El capitán prefiere, de hecho, centrarse en los aspectos positivos de este descanso obligado. "Es lo que hay. Cuadra así y hay que aceptarlo. Está montado así porque hay partidos internacionales, así que tenemos que aprovechar esta semana para mejorar cosas y la siguiente para preparar la competición para hacerlo lo mejor posible cada partido e intentar sacar el máximo de puntos", apunta.

Julio Bernardo / Faro de Vigo
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O Vao examina a la sensación de la categoría


Foto: Marta Grande
Vigo celebra esta tarde (18:00 horas) su particular fiesta del fútbol. Coruxo y Celta B vuelven a cruzarse en competición oficial. Lo hacen en la categoría de bronce, una división que el filial celeste perdió hace dos cursos. El equipo que dirige ahora David de Dios ha retornado con fuerza, con una generación de jóvenes futbolistas que está llamada a devolver al conjunto celeste a, como mínimo, afianzarse en la élite del fútbol español.

La apuesta por el técnico de esa nueva hornada no le está saliendo mal a la dirección deportiva del Celta. El filial ha conquistado pleno de triunfos y está cuajando un fútbol notable. Enfrente está un Coruxo que comparte la misma meta, la salvación. Los verdes basan sus opciones de permanencia en su fiabilidad en O Vao, uno de los estadios más complicados de la categoría. De momento, los hombres de Antonio Gómez han rentabilizado su único encuentro disputado como local.

El derbi vigués es un duelo entre el fútbol alegre de la juventud del Celta B con la veteranía y la experiencia que conforman el Coruxo. La fiabilidad de O Vao pone a prueba a los hombres de David de Dios, que, de momento, han regresado por la puerta grande a Segunda B. Ambos conjuntos quieren sumar de tres en tres para escapar lo antes posible de la zona peligrosa de la clasificación.

El poderío del Coruxo como local se antoja como una de las claves del choque. Los verdes saben que buena parte de sus opciones reside en presionar la salida de balón de un Celta B que tiene posiblemente en su plantel los jugadores más creativos y talentosos de la competición.

Antonio Gómez y David de Dios llegan a la cita con prácticamente todos sus hombres disponibles. El entrenador de O Vao no podrá contar por lesión con Costas, Jonathan Reguero, Pazó y Pedro Vázquez mientras que el preparador celeste pierde para el derbi vigués a Santi Mina, que padece problemas físicos, y a Kevin, expulsado la pasada jornada en el triunfo ante el Ourense.

Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo
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Los "jugones" también corren (y mucho)


Foto: Ricardo Grobas
La ciencia desmonta uno de los mitos más interiorizados por los aficionados al fútbol y los comentaristas deportivos. Los equipos con mayor posesión del balón no corren menos y, en consecuencia, tampoco se fatigan en menor medida que los que juegan más minutos sin el esférico. Un estudio de las universidades de Vigo y Sunderland (Reino Unido) revela que el tiqui-taca, el estilo que tiene su máximo referente en el F.C. Barcelona y que ahora inspira a Luis Enrique al frente del banquillo del Celta, no influye en el rendimiento físico de los jugadores y que, en realidad, el factor determinante es su calidad técnica.

"No es cierto que los metros que recorren los jugadores estén muy condicionados por tener o no la posesión del balón. Habría que ajustar la percepción de los aficionados que en televisión solo observan el área del campo dónde está la pelota y no las constantes carreras de los futbolistas que se encuentran alejados. La diferencia del Barça es el nivel técnico. Los equipos de posesión alta tienen más calidad en los pases y cuándo reciben la pelota", revela Carlos Lago, investigador del grupo HI20 para el análisis del rendimiento en deportes colectivos y coautor del estudio.

Él y su colega Paul Bradley, de Sunderland, analizaron 45 partidos de la Liga Inglesa de Fútbol mediante un sistema de recogida de datos de Prozone, una consultora deportiva británica que tiene entre sus clientes a grandes equipos como Manchester, Real Madrid o Barça, y que utiliza cámaras cenitales y a nivel del césped. "Las grandes empresas de tecnología aplicada al fútbol están en otros países europeos. Trabajamos con datos de la Premier League pero ya hemos verificado que las conclusiones son iguales en la Liga española", comenta Carlos Lago. 

El estudio, publicado recientemente en Journal of Sports Sciences, divide a los equipos de la Premier en dos grupos según opten por una posesión alta o baja del balón y constata que la distancia total cubierta en ambos casos es muy similar. Los clubes que más tocan la pelota recorren 10.690 metros sobre el césped frente a los 10.778 de los que menos tienen el balón.

El análisis tampoco revela diferencias en la carrera de alta intensidad –931 metros para el tiqui-taca frente a 938–. Si bien es cierto que, cuando no tienen el balón, los equipos de "jugones" registran una distancia un 22% menor, con el esférico en los pies el recorrido con alta intensidad es un 31% mayor que el de los conjuntos que menos la tocan.

No existen diferencias entre cada uno de los puestos cuando corren a su máxima velocidad en el campo y solo se formulan dos puntualizaciones: los mediocentros de los equipos de posesión baja corren más metros en sprint y sus delanteros suman un mayor número de metros que los oponentes. Excepto en el caso de los arietes, los jugadores de los clubes de mayor posesión son los que recorren más distancia cuando tienen el balón.

La investigación demuestra que los entrenadores no deben fijarse en la condición física sino en el nivel técnico de sus jugadores a la hora de optar por el tiqui-taca. Las estadísticas son claras: los futbolistas de conjuntos con alta posesión realizan un 44% más de pases y también son superiores en el cómputo de los que culminan con éxito y en los recibidos, así como en los regates y lanzamientos o en las llegadas al tercio final del campo.  Por contra, los clubes que juegan sin la pelota realizan más entradas sobre sus oponentes y también un mayor número de despejes.

El estudio aborda asismismo cómo influyen en el planteamiento inicial de un partido variables como el marcador –la posesión se reduce una media de un 0,08% en los dos grupos analizados cuando van por delante– y apunta que los locales tocan un 3,11% más el balón que los visitantes.

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Dorsales históricos del Celta: [12] Diego Placente


Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo.

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12 Diego Placente (68 partidos) 

Lateral izquierdo argentino conocido como "La Vieja". De pequeño su padre lo llevó a ver algunos de los partidos de Diego Armando Maradona, quien había iniciado su carrera en el Argentinos Juniors, y desde ese momento Placente quiso seguir sus pasos. Para conseguir convertirse en un gran jugador, comenzó a entrenar en las divisiones inferiores de esta institución hasta que en 1996 se le dio la oportunidad de ingresar al campo de juego.

Ese primer partido debut en la Primera División del fútbol argentino lo realizó contra el River Plate, que a pesar de ganar el encuentro tuvo una difícil tarea al intentar pasar al joven defensor. Por esta misma razón, siguiendo su evolución como jugador, al año siguiente el Club Atlético River Plate compró el pase de Placente. Con los "millonarios" jugaría durante cuatro temporadas para dar el salto a Europa en la Temporada 2001-02 en las filas del Bayer Leverkusen.

El equipo alemán era un equipo medio de la Bundesliga. Sin embargo, la llegada de Placente al conjunto de la aspirina coincidió con una de las mejores plantillas de los rojinegros en toda su historia. Allí al lado de jugadores como Ballack, Lucio o Neville, Placente disputaría la final de la Champions League después de realizar un torneo fantástico. Su equipo, sin embargo, viviría esa temporada entre la dulzura de pelear por tres títulos ese año y la amargura de perder los tres de forma cruel; Perdieron la final de la Champions y de la Copa alemana y fueron segundos en la Liga alemana, perdiendo con el Bayern de Munich por el goal-average.

Ese mismo año, Placente jugaría el Mundial de Corea y Japón, pero su selección sería eliminada en la primera fase. Los siguientes años en el equipo de Leverkusen no fueron tan buenos como el primero y el rendimiento de Placente fue descendiendo poco a poco.

En 2005 llegaría al Celta, aunque su llegada estuvo en el alero por supuestos problemas en una de sus rodillas. Finalmente el Celta aceptó su fichaje y pasó a formar parte del, por entonces, recién ascendido a Primera División. Su primera temporada en Vigo fue muy aceptable, con un buen rendimiento, especialmente en las primeras jornadas, viniéndose un poco abajo conforme avanzaba la Liga, en parte debido a problemas de lesiones. La segunda temporada de Placente en el Celta sería mucho más complicada tanto para él como para su equipo. El Celta navegaba en las últimas posiciones de la tabla y el rendimiento de Placente era puesto en duda por los aficionados que habían perdido la esperanza de ver al Placente del Bayer Leverkusen. En septiembre de 2007, a pesar de realizar la pretemporada con el Celta, Placente abandonaría el equipo cuando el club rescindió su contrato. 

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Charles: "En este equipo no juegan los nombres, sí el que trabaja"


Foto: Marta Grande
Una pequeña charla con Charles Días basta para saber que es uno de esos jugadores forjados a sí mismos a base de esfuerzo y dedicación. La palabra trabajo encabeza su discurso permanentemente, pero no se queda en teoría. En su caso, la pone en práctica luchando por labrase un nombre en Primera, lo mismo que se lo hizo en Segunda.

-¿Qué tal ha comenzado su nueva travesía en Primera?
-Bien, estoy bastante contento por las cosas que estamos haciendo tanto el equipo como yo. Estoy muy feliz con cómo está yendo todo.

-¿Primera es como se esperaba?
-Ya sabía que iba a ser así, un poco difícil, pero con trabajo todo se consigue. Estoy en Primera porque siempre he trabajado a tope. Es un premio para mí, hay que trabajar cada día más y disfrutar de esto también.

-Como delantero, es uno de los hombres que debe tomar el testigo goleador de Aspas ¿Pesa?
-No, no tengo ningún miedo. Yo soy Charles y soy una persona distinta, igual que Nolito y que los demás. Cada uno tiene su rol en el equipo y hace lo suyo. Nunca me he marcado una cifra de goles, seguro que con el trabajo que hacemos, saldrán.

-En pretemporada surgieron las dudas respecto a la capacidad goleadora de este Celta que parecen haberse acallado.
-Sabía que las cosas iban a salir bien porque el equipo estaba trabajando bien. Llevamos tres jornadas y todavía no hemos perdido ningún partido. Esta es la línea a seguir y hay que seguir mejorando.

-En los amistosos se le resistió el gol, pero fue llegar a partido oficial y marcar. ¿Cuando cayó el primero notó que se deshacía de una carga?
-Sí, un poquito sí porque en pretemporada no había hecho ningún gol, aunque sabía que con el trabajo que estaba haciendo las cosas saldrían bien. No me marco objetivos a nivel individual, solo trabajar a tope todos los días para poder jugar. En este equipo no juegan los nombres, sí el que trabaja.

-Su carta de presentación era ser el pichichi de Segunda y contar más de una treintena de tantos. ¿Asume que se generaron expectativas sobre usted?
-Claro, fui pichichi con 32 goles y con el equipo ascendido, pero el que es goleador, lo es siempre. Va a marcar en Tercera, Segunda y Primera. No estaba preocupado, sabía que las cosas saldrían con trabajo y humildad.

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Aurtenetxe: "En San Mamés voy con el Celta a muerte"


Foto: Ricardo Grobas
Jon Aurtenetxe, el último de los fichajes en incorporarse este verano a la disciplina celeste, no ha tardado adaptarse a su nueva vida en el Celta, del que se siente "uno más". La buena acogida que le ha dispensado el joven vestuario celeste y el protagonismo que le ha otorgado Luis Enrique nada más llegar han facilitado notablemente las cosas al zaguero vasco, que lamenta no poder defender, por imperativo contractual, los colores del Celta en el estreno del Nuevo San Mamés el próximo 16 de septiembre. "Jugar contra el Athletic y encima estrenando San Mamés sería muy especial. Es una pena no poder jugar ese partido", admite Aurtenetxe, que precisa: "Durante el año quiero que gane el Athletic, pero ahora soy jugador del Celta y en este partido voy con el Celta a muerte".

El defensa vizcaíno no oculta su satisfacción por haber dispuesto ya de sus primeros minutos con la zamarra celeste contra el Granada. "Estoy muy contento por haber llegado aquí y al poco tiempo jugar mi primer partido como titular. Encima creo que estuve bastante bien", dice Aurtenetxe, que valora su compenetración con David Costas sin haber jugado antes juntos. "Éramos una pareja de centrales nueva, que no nos conocíamos, pero creo que nos compenetramos muy bien en el campo e hicimos un buen partido", señala.

Aunque llevaba bastante tiempo sin jugar como central, al zaguero celeste no le ha costado readaptarse a la posición en la que dio sus primeros pasos en el fútbol en las categorías inferiores del Athletic. "No es una posición nueva para mí. Es cierto que en los últimos tres años apenas he jugado de central, pero estoy acostumbrado a jugar ahí", afirma Aurtenetxe, que se pone a disposición de Luis Enrique: "Estoy dispuesto a jugar en cualquier sitio que me ponga, de lateral o de central. Lo importante es jugar, sumar y ayudar al equipo".

El futbolista cedido por el Athletic de Bilbao valora también que Luis Enrique trate de imponer en el Celta un estilo atractivo y de toque. "El hecho de intentar marcar goles tocando la pelota siempre es atractivo. Además de bonito y vistoso es atractivo. Creo que jugando como en los últimos partidos los resultados nos van a acompañar", afirma. El jugador vasco ve similitudes con el modo de atacar que Marcelo Bielsa impuso en el Athletic. "A la hora de atacar es parecido, a la hora de defender tiene algunos cambios pero no creo que me vayan a suponer una dificultad", comenta Aurtenetxe que celebra el buen ambiente que se ha encontrado en A Madroa: "Hay muy buen ambiente dentro del vestuario y el hecho de que haya tanta gente joven ayuda mucho. Es muy fácil adaptarse".

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Dorsales históricos del Celta: [11] Gustavo López




Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo.

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11 Gustavo López (295 partidos) 

Como buen jugador argentino, Gustavo López es de esos hombres que tienen la cabeza para algo más que para rematar. El incisivo centrocampista del Celta, mira, piensa y elige siempre la mejor opción, ya sea para realizar uno de sus rápidos y variados regates, o para ofrecer precisas asistencias a sus compañeros.

Se inició en el fútbol argentino, su debut en la máxima categoría de aquel país se produjo el 1 de diciembre de 1991 en su partido que su equipo, el Independiente de Avellaneda jugaría en su estadio contra Boca Juniors, con resultado de empate a 1 gol. El primer tanto lo transformaría el 8 de mayo de 1992 contra Huracán, ese día anotó los dos goles que dieron el resultado final (0-2). El primero en el 36 de la primera parte y el segundo en el 39 de la segunda.

En total, y antes de dar su salto a España, Gustavo López jugaría un total de 74 partidos en el campeonato argentino, anontando 9 goles. En el año 1995 emprendía su aventura española enrolándose en las filas del por entonces potente Real Zaragoza, acompañado de su compatriota Sebastián Rambert, que no tendría tanta suerte como el.

Su primer año no fue todo lo que desearía, el hecho de haber llegado en diciembre le impidió hacerse con un hueco de titular en el equipo. Pese a que ya empezaba a demostrar su enorme clase. El año de su despegue definitivo hacia la gloria se produciría en la temporada 96-97 donde se hace con un puesto en el once y se consolida como uno de los grandes jugadores de la Liga española. Ese mismo año finaliza la temporada con 13 asistencias, a solo 2 del mejor pasador de la Liga, Robert Jarni, jugador del Betis.

En 1999 y por petición expresa de Víctor Fernández, técnico que ya lo fuera de Gustavo López en el Real Zaragoza, el "cuervo" llegaba a Vigo. Durante sus 8 años de estancia en Vigo y sus múltiples partidos vivió la cara bonita del fútbol, pero también la cara más amarga. Fue partícipe de increíbles partidos en Europa, como el 7-0 al Benfica o el 4-0 a la Juventus, ambos en Balaídos, dónde Gustavo era un puñal que dinamitaba las defensas rivales por la banda izquierda.

En la Temporada 2000-01, una de las más intensas del Celta, se proclamó Campeón de la Intertoto en el verano de 2000 y casi un año después de iniciar esa larguísima temporada perdería la final de la Copa del Rey ante su ex-equipo. Uno de los tragos más amargos para el argentino, pues él no estaba al 100% a causa de unos problemas físicos y no pudo ayudar como quisiera para evitar la derrota de su equipo.

Con el Celta aún tendría que vivir la gloriosa clasificación para la Champions League, la disputa de dicha competición con una gran victoria en San Siro, pero trambién esa misma temporada vivió el descenso. El contrato de Gustavo vencía en 2004 y se barajaba la posibilidad de que el argentino no renovase con el equipo celtiña. Sin embargo, el jugador aceptó una rebaja considerable de sus emolumentos a cambio de continuar durante dos años más en Vigo.

En la siguiente temporada, el Celta conseguiría el ascenso, siendo Gustavo habitualmente utilizado como revulsivo en las segundas mitades, pues su estado físico le impedía dar un rendimiento notable durante un partido entero. La Temporada 2005-06 fue muy positiva en lo colectivo, pero frustrante en lo individual. Con el paso de las jornadas el argentino fue perdiendo peso en los encuentros hasta dejar de ser convocado en la recta final y decisiva del campeonato. El Celta obtendría la clasificación para la UEFA y el último partido de la temporada ante el Getafe, ya con la clasificación obtenida, parecía ser el último de Gustavo con la camiseta del Celta.



Una vez más a Gustavo le pesó más el corazón que la cabeza y aceptó una nueva renovación por un año más con otra rebaja sustancial de sus emolumentos y el riesgo de cobrar en función de los partidos jugados. En la Temporada 2006-07, última de Gustavo en el Celta, el jugador sufrió un importante rejuvenecimiento, y aunque fisicamente estaba tocado, recordó por momentos al Gustavo del Zaragoza y de los primeros años en Vigo con actuaciones sobresalientes que levantaban al público de sus asientos. La temporada tendría un dramático desenlace con el Celta, una vez más, abocado al infierno de la Segunda División y la continuidad de Gustavo López en el equipo más en el alero que nunca.

Esta vez, sin embargo, no hubo acuerdo. El club le ofreció la renovación al jugador con idénticas condiciones a las del año anterior, pero la condición de Gustavo era cobrar un salario fijo, sin que éste estuviese en función de los partidos jugados. Tras la negativa de Gustavo a aceptar la primera propuesta, el club anunció que Gustavo no renovaría al haber rechazado esta única propuesta.

Gustavo quería seguir jugando al fútbol y encontró acomodo en el ilusionante proyecto del Cádiz. A Gustavo le costó entrar en la dinámica del equipo, en el que fue entrando poco a poco, hasta hacerse con un hueco en el equipo titular mediada la temporada.
Después de una estancia discreta en el club gaditano, se queda sin equipo, y tras rechazar varias ofertas de Qatar, Estados Unidos e incluso Argentina, por motivos personales, se retira.

Actualmente es comentarista deportivo para Canal Plus, y tiene un campus de fútbol para niños que lleva su nombre.

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Dorsales históricos del Celta: [10] Alexander Mostovoi


Foto: Eugenio Álvarez


Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo.

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10 Alexander Mostovoi (175 partidos) 

Mediapunta u organizador ruso de gran calidad, visión de juego y capacidad de llegada al área rival. Poseía un potente disparo a puerta y era un consumado especialista en los lanzamientos de falta. Su magnífico regate le permitía eludir, si estaba inspirado, a cuantos rivales le salían al paso. Jugador con un carácter demasiado fuerte, defecto que moderó en la última etapa de su carrera. Comenzó su carrera deportiva en las secciones inferiores del CSKA de Moscú. Posteriormente con 16 años fichó por el Spartak. Allí saltó a la fama tras un partido en el que la figura del Zar emergió con fuerza. Fue en concreto ante el Metallist, conjunto al que le hizo un gol antológico tras regatear a seis rivales dentro del área. Permaneció en el Spartak cuatro temporadas, hasta que en 1991 se marchó al fútbol luso para jugar en las filas del Benfica.

Allí obtuvo la nacionalidad portuguesa, pero los problemas tanto deportivos como extradeportivos, impidieron que el bueno de Mostovoi desplegara su impresionante juego en las filas del Benfica. En 1993 llegó al Caen de la mano del técnico Daniel Jeandupeux, que apostó decididamente por él y que a la campaña siguinte se lo llevó al Estrasburgo, donde rindió a un excelente nivel que le permitió convertirse en uno de los jugadores más destacados del campeonato galo. Su debut con la zamarra del Caen en la Liga francesa se produjo el 3 de diciembre de 1993, en un Caen-Lyon (1-0).

Con la selección rusa debutó el 28 de octubre de 1992, contra Luxemburgo en Moscú. El partido, correspondiente a la clasificación para el Mundial 94, concluyó con una victoria rusa por 2-0. Una lesión le impidió acudir a la Eurocopa de Suecia 92 y disputó el Mundial de Estados Unidos 94, en el que jugó un partido, contra Suecia. Disputó también la Eurocopa de 1996.

En 1996 el Celta se hizo con sus servicios por 325 millones de pesetas. Su debut en la Liga española se produjo el 22 de septiembre de 1996, en un Celta-Betis (0-2). Su adaptación al conjunto gallego al principio no fue del todo buena y es que el carácter del ruso le jugó más de una mala pasada y tuvo muchos problemas en el seno de la plantilla viguesa. Afortunadamente para el fútbol, el Zar resurgió cual "Ave Fenix" y se convirtió en el amo y señor del juego del conjunto gallego y en el máximo ídolo de una afición viguesa que por fin disfrutaba con el fútbol del crack ruso.

Su etapa en el Celta resultó, simple y llanamente, memorable. Llegó a un equipo modesto que intentaba asentarse en Primera, y, de la mano de una escuadra fantástica, consiguió alzarlo a los altares del fútbol, aunque sin llegar nunca a tocar el cielo. Con Víctor Fernández en el banquillo, y rodeado de extraordinarios compañeros como Karpin, Revivo, Mazinho, Makelele o Salgado, Mostovoi comandó al Celta por los senderos de la grandeza futbolística. Fue el abanderado de un conjunto que practicaba un futbol hermoso, preciosista, valiente, sin trampa ni cartón. El objetivo siempre era la meta contraria, y el camino era el balón. Un balón que idolatraba a su amo, a Mostovoi. El ruso era quien marcaba el tempo, quien ponía la gota de calidad, la guinda a un pastel que previamente se encargaban de cocinar Mazinho y compañía.

De sus botas salía magia, ese pase imposible, ese gol impensable. No era un hombre rápido; su velocidad no estaba en las piernas, sino en su cabeza, la cual siempre dibujaba la jugada perfecta. Su regate en parado, con los pies clavados en el suelo y un simple movimiento de cadera, le sirvió para desarbolar a muchas defensas rivales. Su golpeo de balón, el cual mostraba en esas faltas a la escuadra contraria o en esos centros milimétricos, permitió a Balaídos celebrar muchos goles. Incluso con la cabeza también mostraba destreza, y sino véase sus dianas a Real Madrid y Real Sociedad en la temporada en la que se consiguió la tan anhelada clasificación para la Champions League.



En nuestro recuerdo siempre quedarán esos partidos memorables en los que nos hizo sentirnos orgullosos de ser del Celta. Esos goles al Real Madrid, Barcelona, Benfica, Liverpool, Aston Villa o Deportivo. Esos derbys en los que establecía un duelo directo con Djalminha por la hegemonía del fútbol gallego. Todas esas tardes de gloria que nos dio y que ahora tanto echamos de menos.

No obstante, la historia de Mostovoi en el Celta no fue totalmente de color de rosa. Siempre formará parte del lamento general del celtismo el hecho de que la generación que él comandaba nunca hubiese alzado un título. Tuvo su gran oportunidad en varias ediciones de la Copa de la Uefa, pero sobre todo en la final de la Copa del Rey en Sevilla, donde un majestuoso gol suyo a los cinco minutos nos hizo soñar con verle levantar el primer trofeo del celtismo. Pero el fútbol se portó mal con Mostovoi y sobre todo con el Celta. Esa es una deuda que aún nos queda por cobrar.

Otro de sus puntos negros fue su marcha. La temporada de la Champions que él tanto había deseado acabó en la tragedia del descenso. El ruso tuvo un enfrentamiento con la grada y se borró de los últimos partidos. Asimismo, cuando se confirmó la caída del equipo al infierno, decidió marcharse al Alavés. No fue un gesto bonito.

Sin embargo, es mejor acordarse de la multitud de cosas buenas que aportó a nuestro equipo, en lugar de los pocos episodios negativos que vivió. Siempre tuvo un carácter fuerte que lo hacía en ocasiones incomprendido para reducidos sectores de la afición. En general, mientras en otros campos era silbado y odiado (especialmente en Riazor), en Balaídos era coreado constantemente como el mayor de los héroes.

Una lesión de pubis le "persiguió" entre el tramo final de la temporada 98/99 (no pudo jugar las dos últimas jornadas) y el inicial de la 99/00 (se perdió los dos primeros partidos). Al no surtir efecto el tratamiento conservador que se le aplicó, el 14 de julio de 1999, en plena temporada, fue operado. Jugó su partido 100 en la Liga española el 19 de septiembre de 1999. Fue un Celta-Rayo Vallecano (0-1).

Fue elegido en el once ideal de la Asociación de Revistas Europeas de Fútbol (World Soccer, Kicker, France Football).

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Dorsales históricos del Celta: [9] Haim Revivo





Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo. 

9 Haim Revivo (153 Partidos) 

Considerado como uno de los mejores jugadores en la historia de su país. Se desempeñaba como mediapunta y destacaba especialmente por sus goles de tiro libre y las entretenidas celebraciones que efectuaba cada vez que marcaba un gol.

Procedente de una familia tradicional judía, muy cumplidora de los preceptos del judaísmo. Su primer equipo fue el Bnei Yehuda (1990-1993).Luego pasó al Hapoel de Tel Aviv, donde tan solo pasó un año gracias a su gran calidad. Entre 1994 y 1996 jugó en el Maccabi Haifa donde despuntaría en el equipo y donde los equipos europeos empezaban a fijarse en el. Finalmente y tras muchas y duras negociaciones el futbolista Israeli ficho por el Real Club Celta de Vigo, aunque no fue fácil debido a que su religiosidad fue una de las razones por lo complicado de este traspaso. En 1996, en pleno Yom Kippur (la fiesta judía del perdón),el Celta se vio en un aprieto, tenía un partido de domingo ante el Real Betis, pero según el Yom Kippur, ese día requería recogimiento, ayuno de 24 horas y una serie de rezos. El Celta pidió pasar el partido al sábado, pero al final la cosa no cuajó y Revivo tuvo que elegir entre jugar o rezar. Al final se decidió una solución intermedia.

El Celta consiguió adelantar un par de horas el partido, del que Revivo sólo jugó el primer tiempo, para que el jugador pudiera ir a casa a cumplir con los preceptos de la festividad. Tras el partido saltó esta polémica pero Revivo aclaro rápidamente la polémica diciendo: "Yo ya negocié todo esto con la directiva cuando firmé mi contrato".

Haim Revivo llegó al Celta como un jugador absolutamente desconocido para el gran público en nuestro pais. Sin embargo muy pronto presentaría sus credenciales. Ya en la primera temporada, mala para nuestro club, pudimos comprobar todo su talento. Pero la verdadera explosión de Haim llegaría en su segunda temporada, la temporada de Javier Irureta, la temporada en la que el Celta ingresó entre los grandes clubes de Europa, donde permaneció 7 magníficas temporadas. En esa temporada, la primera grande, Revivo era una de las piezas claves de aquel equipo inolvidable donde Michel Salgado, Mostovoi, Karpin y el propio Revivo nos hicieron vivir tardes mágicas.

Las lesiones hicieron mella en Revivo en las dos siguientes temporadas, en las que apenas pudo jugar muchos partidos, pese a que sus actuaciones, cuando jugaba seguían siendo fenomenales. La llegada de Gustavo López en 1999 cerró el paso a la titularidad del israelí, que desgraciadamente decidió buscar otro lugar en el que pudiese demostrar su extrema clase.

Sus dos años con el Fenerbahçe (68 partidos y 26 goles) fueron un éxito, ya que en 2001 fue una de las figuras en la obtención del título, pero luego perdió la atención de los dirigentes al contratarse nuevas figuras y decidió irse al eterno rival, el Galatasaray, donde se quedó un año antes de abandonar Turquía.

Con la Selección Nacional Israelí jugó 67 partidos y convirtió 15 goles. Uno de ellos fue un tiro libre muy recordado, en un amistoso previo al Mundial de Francia '98, que le dio el triunfo a Israel sobre Argentina por 2-1. Desde 1985 hasta ese partido, la Selección Argentina visitaba Jerusalén como cábala y ganaba siempre, pero luego de esa humillante derrota (Israel sólo se clasificó una vez a un Mundial) se terminó la costumbre.

Actualmente es propietario del FC Ashdod, equipo en el que se retiro del futbol profesional, además es un aclamado hombre de negocios en Israel y debido a esto vive a caballo entre la ciudad americana de Los Angeles e Israel. Ademas Haim Revivo colabora con la Fifa para ayudar a los niños pobre de Israel por medio del futbol.

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Malos tiempos para Paco Herrera en el Real Zaragoza


Foto: Nuria Soler / El Periódico de Aragón 
No han arrancado bien las cosas para Paco Herrera. El veterano técnico catalán emprendió este verano una tan difícil como atractiva aventura en Zaragoza: La de reflotar a un histórico del fútbol español como es el conjunto maño, un equipo que descendió el año pasado después de temporadas complicadas con salvaciones milagrosas y un tanto extrañas, cimentadas en remontadas forjadas con victorias en las últimas jornadas que no llegaron el pasado curso. El reto es delicado porque se atisba una clara brecha entre el Consejo de Administración y buena parte de la afición. 

Por eso el fichaje de Paco Herrera parece tener un doble sentido. El catalán llega a Zaragoza para alcanzar un consenso, tanto deportivo como social. Herrera es un entrenador con capacidad, como ya demostró en Vigo, pero también con mano izquierda y habilidad para tender puentes entre afición, directiva y equipo. Claro que eso se logra, fundamentalmente, con resultados, y hasta el momento no están llegando. En las cuatro primeras jornadas, dos empates y dos derrotas, con el agravante de la derrota de esta tarde ante el Lugo, un conjunto que visitaba por vez primera La Romareda, y que se llevó los tres puntos con justicia. 

Así las cosas, el Real Zaragoza ocupa puestos de descenso a Segunda B, y Herrera decía al término del partido, en la rueda de prensa protocolaria, que el Zaragoza es el Racing de Santander del año pasado, por aquello de aspirar a Primera, y que la presión le está superando. Una palabra, presión, nervios y atenazamiento, que solía utilizar también en sala de prensa cuando entrenaba al Celta. En todo caso, no parece que la situación que viva el conjunto maño este año tenga mucho que ver con la del Racing el pasado curso. Paco Herrera trabajará duro y saldrá adelante. Por delante queda mucho aún, y como dijo un día el entrenador Luis César, la clasificación a estas alturas solo cuenta mentiras. 
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Dorsales históricos del Celta: [8] Valery Karpin




Desde la Temporada 1995-96 los jugadores tienen dorsal fijo a lo largo de la temporada. A lo largo de estas 17 temporadas muchos jugadores han portado los distintos números que van del 1 al 25 que delimita las plantillas profesionales. Alberto Fernández, historiador y estadístico, propietario del prestigioso blog "Celta Historia", y colaborador estadístico de "Yo Jugué en el Celta" ha realizado un estudio en su web tendente a determinar qué futbolistas han sido los que en más ocasiones han llevado a sus espaldas cada uno de los dorsales del Celta. Lo que él ha llamado "Los dueños de los números", y que a partir de hoy recordaremos uno por uno, como homenaje a todos ellos. Si los pudiésemos reunir a todos en plenitud de condiciones tendríamos un gran equipo. 

7 Valery Karpin (218 Partidos) 

Centrocampista diestro de gran potencia y desborde desde la banda derecha, donde aprovechaba su gran llegada desde la segunda línea y su gran disparo para hacer goles y mandar buenos centros. Comenzó a jugar al fútbol en las filas del Sport Tallin, conjunto de su localidad natal en el que jugó entre 1986 y 87. Su siguiente destino fue el PFC CSKA de Moscú cal que llegó on 18 años. Posteriormente y tras dos años en las filas del CSKA se marchó al Fakel Voronezh, donde consiguió destacar especialmente y convertirse en uno de los nuevos talentos del fútbol ruso de la época.

En 1990 ingresó en las filas del Spartak de Moscú, donde consiguió tres Campeonatos de liga y una Copa rusa. Con la selección nacional debutó en un partido ante Inglaterra en abril de 1992, con la por entonces Comunidad de Estados Independientes (CEI), la antigua URSS. Posteriormente y en agisto del mimso año ya pudo jugar con la selección rusa, en Moscú, en un Rusia 2-0 México.

También estuvo presente en el Campeonato del Mundo FIFA de 1994 y de 2000 y en la Eurocopa UEFA de 1996. Jugó su último partido como internacional el 12 de febrero de 2003 en Lemesos, en un Chipre 1-0 Rusia. En 1994 y tras su magnífica progresión con el Spartak se marchó a España para jugar en las filas de la Real Sociedad. Su debut en la liga española se produjo el 4 de septiembre de 1994 con la Real Sociedad y ante el Compostela.

En dos temporadas jugó más de 70 partidos y se convirtió en una de las piezas básicas del conjunto donostiarra. Después recaló en el Valencia CF, que lo fichó por 6 millones de euros, pero su paso por el conjunto valenciano no fue nada satisfactorio, Karpin no se adaptó y nunca fue aquel gran futbolista que por encima de todo sorprendió a todos en sus anteriores equipos por su regularidad.

Buena prueba de ello es el hecho de que que llegó a la Liga española en 1994 con la Real, el centrocampista ruso siempre ha jugado un mínimo de 30 partidos por temporada, y sólo en liga ha disputado 477 partidos (31,6 por temporada) y ha marcado 96 goles (6,4 por campaña). Tras su fallido paso por Valencia aceptó la oferta del Celta y pese a que fichó en un principio por una temporada, acabó pasando cuatro maravillosos años en Vigo.

En las filas del Celta coincidió con otro magnífico futbolista ruso: Mostovoi, ambos se convirtieron en el terror de las defensas contrarias por la calidad que atesoraban en sus botas y en el terror de los árbitros por su peculiar y fuerte carácter.

Valery contribuyó a que el conjunto gallego acabara sexto en la Liga y lograra así su clasificación para competiciones europeas. En la temporada 2002/03 regresó a la Real Sociedad con la carta de libertad y jugó en 36 ocasiones en Liga, en la que finalmente acabaron subcampeones en una campaña memorable en San Sebastián.

Valery Karpin ha jugado más de 600 partidos oficiales desde su estreno como profesional en 1989 con el Fakel Voronezh ruso. Desde entonces, completó quince temporadas en Primera División de forma ininterrumpida. Tras su retirada fijó su residencia en Vigo a Vigo, donde tiene negocios inmobiliarios. Además su empresa patrocinó a un equipo de Voleibol y otro de Rugby en la ciudad olivica, además del Karpin Galicia, equipo profesional gallego de ciclismo.

La crisis económica, sin embargo, provocó que en 2008 regresase a Moscú para hacerse cargo del Spartak de Moscú, siendo nombrado director deportivo del conjunto capitalino. Los malos resultados propiciaron que Michael Laudrup, entrenador del conjunto rojo, fuese destituído, ocupando su lugar el propio Karpin, que de este modo debutaba en los banquillos. A finales de 2009 el conjunto ruso propuso la renovación por un año más a Karpin, que éste aceptó.

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