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Foto: Ricardo Grobas |
La ciencia desmonta uno de los mitos más interiorizados por los aficionados al fútbol y los comentaristas deportivos. Los equipos con mayor posesión del balón no corren menos y, en consecuencia, tampoco se fatigan en menor medida que los que juegan más minutos sin el esférico. Un estudio de las universidades de Vigo y Sunderland (Reino Unido) revela que el tiqui-taca, el estilo que tiene su máximo referente en el F.C. Barcelona y que ahora inspira a Luis Enrique al frente del banquillo del Celta, no influye en el rendimiento físico de los jugadores y que, en realidad, el factor determinante es su calidad técnica.
"No es cierto que los metros que recorren los jugadores estén muy condicionados por tener o no la posesión del balón. Habría que ajustar la percepción de los aficionados que en televisión solo observan el área del campo dónde está la pelota y no las constantes carreras de los futbolistas que se encuentran alejados. La diferencia del Barça es el nivel técnico. Los equipos de posesión alta tienen más calidad en los pases y cuándo reciben la pelota", revela Carlos Lago, investigador del grupo HI20 para el análisis del rendimiento en deportes colectivos y coautor del estudio.
Él y su colega Paul Bradley, de Sunderland, analizaron 45 partidos de la Liga Inglesa de Fútbol mediante un sistema de recogida de datos de Prozone, una consultora deportiva británica que tiene entre sus clientes a grandes equipos como Manchester, Real Madrid o Barça, y que utiliza cámaras cenitales y a nivel del césped. "Las grandes empresas de tecnología aplicada al fútbol están en otros países europeos. Trabajamos con datos de la Premier League pero ya hemos verificado que las conclusiones son iguales en la Liga española", comenta Carlos Lago.
El estudio, publicado recientemente en Journal of Sports Sciences, divide a los equipos de la Premier en dos grupos según opten por una posesión alta o baja del balón y constata que la distancia total cubierta en ambos casos es muy similar. Los clubes que más tocan la pelota recorren 10.690 metros sobre el césped frente a los 10.778 de los que menos tienen el balón.
El análisis tampoco revela diferencias en la carrera de alta intensidad –931 metros para el tiqui-taca frente a 938–. Si bien es cierto que, cuando no tienen el balón, los equipos de "jugones" registran una distancia un 22% menor, con el esférico en los pies el recorrido con alta intensidad es un 31% mayor que el de los conjuntos que menos la tocan.
No existen diferencias entre cada uno de los puestos cuando corren a su máxima velocidad en el campo y solo se formulan dos puntualizaciones: los mediocentros de los equipos de posesión baja corren más metros en sprint y sus delanteros suman un mayor número de metros que los oponentes. Excepto en el caso de los arietes, los jugadores de los clubes de mayor posesión son los que recorren más distancia cuando tienen el balón.
La investigación demuestra que los entrenadores no deben fijarse en la condición física sino en el nivel técnico de sus jugadores a la hora de optar por el tiqui-taca. Las estadísticas son claras: los futbolistas de conjuntos con alta posesión realizan un 44% más de pases y también son superiores en el cómputo de los que culminan con éxito y en los recibidos, así como en los regates y lanzamientos o en las llegadas al tercio final del campo. Por contra, los clubes que juegan sin la pelota realizan más entradas sobre sus oponentes y también un mayor número de despejes.
El estudio aborda asismismo cómo influyen en el planteamiento inicial de un partido variables como el marcador –la posesión se reduce una media de un 0,08% en los dos grupos analizados cuando van por delante– y apunta que los locales tocan un 3,11% más el balón que los visitantes.
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