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| Foto: EFE |
Dijo Iago Aspas al terminar el partido ante el Espanyol que “esto no se puede repetir”, en relación a una campaña totalmente decepcionante para la hinchada celeste, entre la que se encuentra el genial delantero moañés. No le falta razón, porque además se repitieron los errores del pasado curso, con una salvación por terceros, en aquella ocasión con el triunfo del Levante ante el Girona, y este año con el empate del Real Madrid en Butarque.
Decir que la salvación del Celta es injusta no es correcto. Es indiscutible que el Leganés fue mejor que el equipo de Óscar García en las tres últimas jornadas, pero no lo fue a lo largo de 38 jornadas, ya que sumó un punto menos. La realidad es que, por muy mal que lo haya hecho el Celta, logró encontrar a tres equipos peores, y por eso sigue en Primera.
Pero no siempre sucederá algo así. El riesgo de jugar con fuego es que te puedes quemar. La Liga le ha dado al Celta dos oportunidades, algo que no suele hacer, y desde luego no le dará una tercera. Conviene, como dijo Denis, iniciar un periodo de reflexión para detectar los errores propios y ponerles solución.
El Celta sabe que si hace lo mismo es complicado que el resultado sea diferente. Estamos dejando escapar una oportunidad histórica con un futbolista como Iago Aspas en el plantel. El pasado verano se reforzó con jugadores importantes como Denis Suárez o Santi Mina. Jugadores de la casa con un gran nivel, que no aportaron lo que de ellos se esperaba, y que seguirán en el Celta a la espera de que se conviertan en ese factor diferencial que debe aupar al club vigués en los próximos años.
Al margen de los fichajes, y de los jugadores cedidos que el club quiera o pueda retener, es evidente que hay que dar un golpe de timón, y mejorar la confección de la plantilla. Uno de los errores que se le achacan a la dirección deportiva celeste es el de fichar jugadores antes que hacer un equipo. Pues quizás llegó el momento de cambiar la política y empezar a construir plantillas que ofrezcan un rendimiento acorde al presupuesto del club, porque si volvemos a hacer lo mismo es posible que el fútbol no nos conceda una tercera oportunidad.
