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| Foto: Getty Images |
Ayer Javier Tebas se refirió a la Superliga Europea de fútbol, considerando que será un fracaso en caso de llevarse a cabo. El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional: “No tiene sentido por varios motivos. Es imposible que ningún club de esos que esté en la superliga pueda obtener una media de 300 millones de euros. Es que ni 200. No tiene sentido económicamente porque hay una Champions League, que es un torneo que funciona, y que recauda 1000 millones de euros en derechos audiovisuales”.
El aragonés también apuntó que los clubes ingleses quieren irse a esta competición por la excesiva igualdad en los repartos televisivos, el mismo argumento que esgrime para justificar la presencia de los clubes alemanes.
Pero, ¿Qué es esta Super Liga europea que tanto preocupa a Javier Tebas? Es una competición que organizaría la ECA (Asociación Europea de Clubs) a partir del año 2018, y que vendría a sustituir a la Champions, pero ocupando un espacio que no ocupa la actual máxima competición continental, y es que el matiz sería que se disputaría el fin de semana, dando la espaldas a las competiciones locales.
La idea sería que participasen equipos fijos, que tuviesen asegurada su participación todos los años. Probablemente 5 representando a Inglaterra, España y Alemania, y 4 a Francia y a Italia. Luego quedarían algunas plazas rotativas que permitirían la entrada a otros equipos, pero la intención es evitar equipos pequeños o con poco mercado, ya que la ECA pretende maximizar los ingresos por televisión hasta alcanzar unos 7.000 millones por temporada.
Lo caótico de esta situación es que los grandes clubes europeos que participasen en ella no renunciarían a los campeonatos domésticos, pero al coincidir en el fin de semana, enviarían una especie de equipo B, teniendo plantillas de 50 jugadores para poder atender a las dos competiciones sin injerencias. Los grandes clubes prefieren enfrentarse el fin de semana al Bayern de Munich, Manchester United o Juventus que a Granada, Las Palmas o Levante, por el interés mediático que despertarían esos enfrentamientos.
Evidentemente, el interés en las ligas locales decaería con el paso del tiempo, y con la desaparición paulatina de estos equipos. El interés se iría de forma gradual hacia la máxima competición, y los equipos más modestos pasarían a un total segundo plano mediático.
No sabemos cuánto de maniobra “política” tiene este proyecto, con el fin de lograr más ingresos económicos de los que ahora perciben los equipos que disputan la Champions, y cuando de cierto. Hay muchas cosas aún por definir que no están quedando claras, pero parece evidente que antes o después terminará imponiéndose ese concepto sobre las ligas actuales.
