Seis jugadores del Celta en el homenaje a Fernando Cáceres

Seis jugadores del primer equipo y una representación de la directiva celeste acudirán al homenaje al ex jugador celeste Fernando Cáceres, que tendrá lugar en Zaragoza este miércoles a las 20.30 horas en La Romareda. Bermejo, Jonny, Bellvís, Madinda, David Rodríguez y Jonathan Vila participarán en el encuentro que disputará el Real Zaragoza y un combinado de amigos del ex futbolista.

La recaudación íntegra del partido, con entradas a cinco euros, irá destinada a sufragar los gastos del tratamiento de Fernando Cáceres en Buenos Aires. Asimismo, "la Caixa" ha habilitado una Fila 0 para quien desee colaborar con Fernando Cáceres, en el número de cuenta 2100 8627 99 0200111250.

Fernando Cáceres llegó al Celta en el año 1998 procedente del Zaragoza y durante las seis temporadas siguientes defendió con arrojo la camiseta celeste, dejando huella en la afición céltica por su pundonor y calidad. Disputó un total de 198 partidos y anotó tres goles.

En noviembre de 2009, Cáceres recibió durante un intento de robo en Buenos Aires un disparo en un ojo que a punto estuvo de costarle la vida. El Real Club Celta quiere expresarle una vez más su apoyo, trasladarle todo su cariño y desearle una completa recuperación.

Nota de prensa

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La tienda oficial repone existencias de las camisetas oficiales Adidas

La tienda oficial del Celta acaba de recibir una nueva remesa de productos Adidas, proveedor de ropa deportiva del club, entre ellos la primera y la segunda camiseta oficial de la temporada 2013-2014. Las personas que realizaron una reserva podrán adquirir las elásticas este martes y miércoles en el establecimiento céltico, presentando el vale que se les entregó en su momento, mientras que a partir del jueves las camisetas estarán a disposición de todos los aficionados.

Las prendas Adidas incorporan tecnología 'Climacool', que ayuda a expulsar el calor y el sudor del cuerpo gracias a su composición de fibra y a la combinación de diferentes tipos de tejido de malla abiertos, situados estratégicamente para permitir que el aire circule a través del tejido y seque el sudor. El diseño de las camisetas incluye en una de sus mangas el logotipo conmemorativo por el 90 aniversario del Real Club Celta. La tienda oficial permanece abierta de lunes a sábado, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas. Los abonados celestes disponen de un diez por ciento de descuento en todos los productos a la venta.

Nota de prensa

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El Celta pierde a Oubiña por lesión, pero recupera a Bermejo

Foto: Denis Doyle

El Celta podrá contar con Mario Bermejo en Anoeta dentro de 12 días y Borja Oubiña será baja. El capitán sufre una fractura en el cuarto dedo del pie derecho y tendrá que descansar un mínimo de dos semanas según confirmó el club después del primer entrenamiento de la semana, mientras que el cántabro recibió el alta después de seis meses parado por una rotura de ligamentos producida en el partido ante el Atlético de Madrid a mediados de mayo pasado. Ya participará el miércoles en el homenaje a Cáceres, en donde también estarán los célticos Jonny, Bellvís, Vila, Levy Madinda y David Rodríguez.

Borja Oubiña tuvo que pedir el cambio mediada la segunda parte el sábado pasado ante el Rayo Vallecano y tras las correspondientes pruebas médicas le diagnosticaron la fractura en el cuarto dedo del pie. En el mejor de los casos regresará a finales de noviembre para jugar ante el Almería.

Por su parte Mario Bermejo mostró su satisfacción por volver a estar disponible y dijo sentirse igual que cuando con 17 años comenzó a entrenar con la primera plantilla del Santander: «Estoy como cuando empezaba a entrenar con el Racing en Primera y veia la posibilidad de ir convocado en algun partido, quiero agradar y demostrar que puedo ayudar. Tengo una sensación de ilusión». Reconoce que todavía no está para jugar un partido completo «pero sí para ayudar por lo menos 15 minutos». No tiene duda de que se puede adaptar al sistema de Luis Enrique «porque casi toda mi vida he jugado de delantero».

Fuente: La Voz de Galicia

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Augusto: "Tenemos que hacer mucha autocrítica"

Augusto Fernández, el internacional argentino, pidió a la plantilla del Celta hacer autocrítica de puertas para dentro con el fin de revertir la situación como local. Incluso apuntó que ante el Rayo Vallecano no habían hecho el trabajo requerido por el entrenador, lo que habían trabajando toda la semana. No tiene ninguna duda de que acabarán volteando la situación «trabajando el doble». Con respecto al enfado del público, dijo entender su actitud. Considera lógica la desazón después de siete jornadas sin ganar en casa.

Valoración: «Creo que no hicimos un buen partido»

No esconde Augusto el disgusto por dejar pasar una jornada más sin ganar en casa: «No se nos está dando poder ganar de local, con nuestra gente, y eso da bronca, pero cuando las cosas no se dan es cuando no hay que agachar la cabeza y hay que trabajar para que salgan». Precisa que no encuentra más solución que el trabajo, pero también que no pueden convertir la necesidad de ganar en Balaídos en una obsesión: «La liga, en cierta forma, recién está comenzando, falta mucho todavía y sabemos de la importancia que tiene hacernos fuerte como local».

Análisis: «No hicimos las cosas como se trabajó durante la semana»

Augusto Fernández reclamó «autocrítica de puertas para dentro» para analizar la situación, y al mismo tiempo matizó que «no se están haciendo las cosas como deberíamos. Yo creo que no hicimos las cosas como se trabajó durante la semana. No hicimos lo que nos pidió el míster, no fuimos inteligentes en el partido, pero hay que mirar para adelante».

Enfado del público: «Al hincha no se le puede reclamar nada»

Por primera vez emergieron muestras de disconformidad entre la hinchada celeste. Augusto, lejos de reclamarle, los entiende: «Estamos jugando en nuestra casa, son partidos que había que ganar y no se hizo, entonces al hincha no se le puede reclamar nada. ¿Qué le vamos a reclamar si nos apoyaron siempre, nos están apoyando siempre? es lógico que tengan esa desazón, al igual que nosotros». No duda que siempre estarán con el equipo.

Cómo cambiar: «Garantizo que vamos a trabajar el doble»

No duda el internacional argentino que los célticos conseguirán revertir la situación con la base del esfuerzo: «Aspiramos a mejorar y estoy convencido de que lo vamos a hacer, vamos a trabajar el doble para que las cosas salgan y encontremos una regularidad que por el momento no estamos encontrando». La primera premisa para conseguirlo es que todo el grupo esté convencido «y como lo estamos, lo vamos a sacar y vamos a encontrar la regularidad que nos está costando hasta ahora, tanto en el juego como en el resultados como local».

La Voz de Galicia

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Tiempo de decidir

Foto: Ricardo Grobas

Tras un tercio de competición, el Celta de Luis Enrique Martínez ya tiene claros sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Y estos últimos son objeto de análisis para comprobar la posibilidad de subsanarlos en el mercado invernal, en el que trabaja ya a pleno rendimiento la dirección deportiva, encabezada por Miguel Torrecilla.

Hacia donde apuntan los principales movimientos en este sentido es hacia la delantera. De hecho, el club descartó en los últimos días del mercado de verano reforzar esta posición y el paso de los partidos ha demostrado que al equipo, a pesar del 0-5 de Málaga, le falta pegada. El reparto goleador que se esperaba funciona ?han marcado Álex López, Rafinha y Augusto?, pero con unos dígitos escasos a todas luces y sin un referente claro en este aspecto del juego.

Hace semanas, el propio presidente celeste, Carlos Mouriño, dejó abierta la puerta a reforzar el equipo el próximo enero, siguiendo las pautas que marque el técnico celeste, Luis Enrique Martínez. 'Se puede hacer', señaló, escuetamente, el máximo responsable del club.

Las victorias fuera de casa en Málaga y Sevilla y la buena imagen dada por el equipo en ellas dan cierta tranquilidad para analizar la situación en frío. La mala racha en Balaídos preocupa pero se apunta a la mala suerte en algunos de los partidos como causa de unos números tan romos.

El equipo encara ahora quince días sin competición que deben servir para cerrar la decisión sobre los refuerzos invernales necesarios, ya sea uno o varios. En cuanto a salidas, el futbolista que menos cuenta para el técnico es Jonathan Vila, que incluso se quedó en el banquillo ante el Rayo para que Jonny ejerciese como central. El porriñés apunta a salir. Del resto, David Rodríguez y Fabián Orellana esperan movimientos.

Atlántico Diario

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Un exigente calendario

El parón de la Liga pilla por segunda vez consecutiva a contrapié al Celta, que tendrá catorce días para rumiar la derrota cedida ante el Rayo Vallecano antes de retomar el pulso de la competición para medirse a la Real Sociedad en Anoeta el próximo sábado 23 de noviembre.

Los celestes, que ya han cedido demasiado terreno en Balaídos esta temporada frente a teóricos rivales directos en la lucha por eludir el descenso, como el Granada, el Elche o el Rayo Vallecano, se la juegan antes de las Navidades. De aquí al parón navideño, el conjunto de Luis Enrique tendrá que afrontar un exigente calendario de seis encuentros -incluidos los dos de la eliminatoria de Copa del Rey que le enfrentarán a comienzos en diciembre al Athletic de Bilbao- contra varios adversarios de su mismo pelaje.

Después de jugar en Anoeta ante una Real Sociedad que no inició muy bien la Liga pero que comienza a asentarse en los puestos altos de la tabla, los celestes afrontan una verdadera reválida en Balaídos con la visita del Almería, un recién ascendido que previsiblemente estará hasta el final en la pelea por la permanencia y que se presenta en el coliseo vigués pletórico de moral después de haber doblegado en el Reyno de Navarra al Osasuna.

Toda una prueba de fuego para el Celta, que en la siguiente fin de semana afronta en Balaídos el primer asalto de la eliminatoria de Copa ante el Athletic y posteriormente se desplaza hasta el Nuevo Zorrilla para medirse al Valladolid, otro de los equipos de su particular Liga.

Tras jugar en Pucela, los célticos afrontarán en San Mamés, en fecha por determinar, el segundo asalto de los dieciseisavos de final de la Copa. Y pocos días después, el Celta cerrará este tramo competitivo con otro importante choque en Balaídos ante el Osasuna, otro de los teóricos rivales directos en la pugna por mantener la categoría.

En menos de mes y medio, el Celta se juega buena parte de su futuro. Será un tramo de competición decisivo no solo para comprobar la respuesta del equipo celeste contra rivales directos, sino también porque determinará en buena medida los movimientos del club en el mercado invernal, que se abre en el mes de enero, y en el que se más que probable que se busquen refuerzos para las posiciones de ataque.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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El último central

Foto: Lusa

Cuando se conoció la lesión de Gustavo Cabral, se planteó cierto debate entre quien debería ser el hombre elegido por Luis Enrique para reemplazarlo al central argentino. Parecía bastante claro que sería David Costas, que venía siendo habitual durante las primeras jornadas de Liga, pero existía la posibilidad, aunque pequeña, de que Jonathan Vila tuviese su oportunidad ante el Rayo Vallecano. ¿Por qué no?. El técnico asturiano había elogiado su ética de trabajo y su sacrificio siete días antes y, al menos, cabía la duda. 

Finalmente el elegido fue David Costas. Nadie se sorprendió ni se rasgó las vestiduras. Vila no es un futbolistas que goce de excesivos admiradores. Es un jugador que ha trabajado siempre a la sombra de otros futbolistas. No es un dechado de facultades físicas o técnicas, no nos engañamos. Le ha costado un mundo adaptarse a la posición de central, y tras tres temporadas actuando en esa posición aún le sigue costando. Pero es un tipo cumplidor, ya lo demostró el año pasado.  En el terreno de juego y en los entrenamientos. Se deja la piel, da todo lo que lleva dentro y no se deja nada para después. 

La elección de Costas, en todo caso, es entendible. Es una apuesta de Luis Enrique. Por juventud y potencial, el de Chapela apunta a gran central, y es otro de esos jugadores tratados injustamente en las derrotas. Tiene cosas que mejorar, como todos a los 18 años. El caso es que tras el segundo gol del Rayo tuvo que abandonar el terreno de juego por unas molestias físicas, y entonces lo más lógico hubiese sido pensar que Jonathan Vila sería el elegido por Luis Enrique, pero el asturiano llamó a Jonny. 

Jonny, al que no podremos acusar de ser uno de los protegidos de Luis Enrique. Como lateral derecho suplente de Hugo Mallo tuvo que ver el "Rotation's Day" de Getafe desde el banquillo, con Hugo Mallo en la grada y Bellvís, un lateral izquierdo, ocupando "su" posición. Pues ese jugador, habitual descarte del técnico celeste en múltiples convocatorias, que ha jugado ocasionalmente de central en categorías inferiores, está por delante de Jonathan Vila en la rotación. El de Porriño no es el quinto central como sospechaba, es el sexto, el séptimo cuando vuelva Samuel de su lesión. El último en definitiva.   Tal vez sí tenga que plantearse eso de sentarse y hablar con el club lo de salir en enero, aunque no es de los que se rinden fácilmente. 

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Tertulia de El Fútbol es Celeste (Celta - Rayo)

El Celta suma una nueva derrota en casa y la afición empieza a perder la paciencia. El planteamiento y los cambios de Luis Enrique, la ansiedad del equipo o los silbidos a Toni son algunos de los temas que debatimos con Jesús López, periodista de Onda Cero; Marcos L. Bacariza, administrador de moiceleste.com, y Germán Pérez, socio de Río Bajo.

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Charles pierde su estrella

Foto: Xoan Carlos Gil 

Cuando arrancó la temporada existían ciertas dudas sobre el rendimiento de Charles. Durante la pretemporada, Luis Enrique no parecía tener muy claro cual era su demarcación ideal. En los escasos partidos amistosos que disputó el Celta lo probó en banda, y el brasileño llegó a jugar casi de todo salvo de delantero centro, que parecía lo más lógico. No marcó ningún gol, dentro de una sequía que afectó a todo el equipo, capaz de anotar tan solo un tanto en todo el verano. 

Pero empezó la Liga, Luis Enrique lo puso de nueve ante el Espanyol, y Charles respondió con un gol y un juego sensacional de espaldas. Siete días después ratificó su juego con otro tanto en Sevilla que, además, suponía la victoria del Celta en el siempre difícil estadio del Benito Villamarín, y en la inauguración de San Mamés tendría el honor de anotar el primer tanto de la historia en un campo que ya huele a historia con apenas un puñado de partidos a sus espaldas. 

Charles fue la sorpresa en el arranque de la temporada. Un futbolista que no había debutado en Primera, fichado por apenas un millón de euros, y que daba resultado desde el primer momento. Sin embargo, con el paso de las jornadas, el brasileño ha ido perdiendo su estrella. Es cierto que sigue ofreciendo un interesantísimo juego de espaldas. Es inteligente, conoce el juego y se sabe mover entre líneas, pero le falta acertar las ocasiones que tiene. 

Y no, no son muchas, pero tal vez se le exige que de un poquito más. El equipo está creando muy poco fútbol. Es obvio que la responsabilidad y la culpabilidad no es del delantero centro, pero en estos partidos ha gozado de alguna ocasión y se ha mostrado fallón en exceso. Ha perdido esa chispa que tienen los delanteros que están enrachados. Desde San Mamés apenas ha marcado un gol, el logrado en La Rosaleda cuando ya el partido estaba más que resuelto. Ni un solo tanto ganador, ni uno que diese la victoria al Celta. Sigue trabajando duro, abriendo espacios para sus compañeros, un trabajo sordo, que seguramente nunca se valore lo suficiente, pero lo que tiene hacer un delantero, fundamentalmente, es marcar goles. 

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La mala conciencia casera

Foto: RCCV

Balaídos se resiste. Y esta vez, no por mala fortuna, sino por deméritos propios. En el cara a cara, el Celta se la perdió al Rayo. Y cuando tocó remontar, pesó la mala conciencia casera.

CUANGO ALGO FUNCIONA...

Los dos partidos más redondos del Celta en resultado y juego fueron los de Málaga y Sevilla. No son dogma de fe, dice el técnico celeste, Luis Enrique Martínez, pero hoy por hoy trata de tocar ese once lo menos posible. El centro del campo formado por Augusto, Oubiña y Álex López volvió a ser elegido, con otra oportunidad para Mina en el ataque. El único cambio respecto al último choque, el obligado de Costas por el lesionado Cabral.

PRESIÓN EN CAMPO CONTRARIO

El Celta apostó por jugarle al Rayo con sus mismas armas, entre ellas, la presión en campo rival. La inició con ímpetu, comandado por el gran momento físico y la sabiduría profunda de Augusto. Complicó la salida del balón del Rayo, pero éste hizo lo propio, y en mayor medida, en el otro campo. Fue el conjunto local el que en más ocasiones recurrió al saque largo del portero, con Mina tratando de estar a la altura como receptor de la mayor parte de esos pases largos, inservibles en muchas ocasiones.

LA PAREJA DE CENTRALES Y LOS CÓRNERS

Cabral es diferente.No es que sea más valiente que Costas o Fontás, sino que es más corajudo. Los delanteros visitantes lo sienten más cerca, más pegajoso, más peligroso. Se le echó de menos. Y en cuanto a los saques de esquina, para el Celta no forman parte del juego cuando son a su favor.

EL CASO CHARLES

Su labor no desencanta ?en muchos aspectos, es encomiable? pero tampoco enamora. En la dicotomía entre la generosidad en el trabajo táctico y el egoísmo propio de un delantero siempre gana el primer factor. El equipo lo necesita en múltiples facetas, pero la rematadora no es la menos importante.

EL DEJE DE DESESPERACIÓN CASERA

Al equipo le faltó calma en toda la segunda parte. Oubiña, desconocido, no estaba para dar el ritmo. Y la presión de los malos resultados pesó. La mala conciencia del pasado reciente en Balaídos hizo mucho más que la ilusión de romper esa nefasta dinámica: siete partidos, cero victorias.

Santi Alonso / Atlántico Diario

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El Celta acumula 511 minutos sin marcar

Foto: Xoan Carlos Gil 

El Celta sigue acumulando récords negativos de efectividad en Balaídos. Con el de ayer, ya son cinco partidos sin marcar un solo gol, lo que unido a los minutos en blanco frente al Granada, ya elevan la cifra a los 511 minutos en blanco. Desde el 31 de agosto la afición céltica no celebra un gol de su equipo en casa.

Frente al Rayo los célticos finalizaron 16 jugadas y fueron capaces de poner a prueba a Rubén en cuatro ocasiones. Da la casualidad que el Rayo Vallecano llegó a Balaídos con 30 goles en contra y tan solo el Almería había sido incapaz de marcarle un gol en todo lo que iba de Liga.

Los célticos solo han sido capaces de marcar tres goles en casa en todo lo que va de competición, dos al Espanyol y uno al Granada, desde entonces Villarreal, Elche, Levante, Barcelona y Rayo se han marchado del feudo vigués sin encajar. En cambio, los vigueses han recibido en este tiempo siete goles en contra.

Fuente: La Voz de Galicia

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El Celta regresa al trabajo este lunes en A Madroa

Foto: Ricardo Grobas

El Celta retoma mañana lunes los entrenamientos. Los de Luis Enrique regresarán al trabajo a las 16:00 en las instalaciones deportivas de A Madroa en una semana relajada ya que no habrá partidos este fin de semana. Augusto Fernández y Krohn-Dehli estarán ausentes por sus compromisos internacionales con las selecciones de Argentina y Dinamarca, mientras que se espera la evolución de las lesiones de Cabral y Aurtenetxe, así como de Mario Bermejo, cuya reaparición está muy cercana. 

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El Celta es el peor local de la Liga

Foto: Marta Grande

El Celta de Vigo es el equipo de la liga BBVA que menos puntos ha sumado como local transcurridas trece jornadas del presente campeonato, después de encadenar anoche su cuarta derrota consecutiva en Balaídos ante el Rayo Vallecano (0-2).

En siete partidos, el equipo dirigido por Luis Enrique, que ha firmado el peor arranque como local en la historia del club gallego, tan sólo ha sumado tres puntos en su estadio, fruto de tres empates frente a Espanyol (2-2), Granada (1-1) y Villarreal (0-0).

El Celta es el único equipo de la categoría que todavía no conoce la victoria ante su afición y solo su buen rendimiento a domicilio -ha ganado al Betis, Málaga y Sevilla- le permite mantenerse una jornada más fuera de la zona de descenso.

El conjunto celeste también depara un pobre balance goleador en su estadio, pues su afición no celebra un tanto en Balaídos desde que Rafinha marcara en la cuarta jornada al Granada.

Esa falta de gol mostrada ante Villarreal, Elche, Levante, Barcelona y Rayo Vallecano puede forzar a la directiva que preside Carlos Mouriño a buscar en el mercado de fichajes de invierno un delantero que compita por la titularidad con Charles, pues Luis Enrique, a la espera de que se recupere Mario Bermejo de su grave lesión de rodilla, no parece confiar demasiado en David Rodríguez y Orellana.

EFE

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Balaídos agarrota al Celta

Foto: Xoan Carlos Gil 

El Celta se ha quedado seco en Balaídos donde no ha sido capaz de marcar un solo gol en los últimos cinco partidos. Una ceguera sin precedentes en la historia de Primera División. En anteriores ocasiones (Granada, Espanyol o Levante) los vigueses han podido utilizar el pretexto de la falta de acierto, la mala suerte o la angelical actuación del portero rival, pero no hay coartada posible para la derrota de ayer. Los de Luis Enrique naufragaron de manera colectiva ante un Rayo Vallecano que cumplió al pie de la letra con lo que se esperaba de ellos. Llegaron a Vigo con su propuesta valiente y se llevaron con justicia la victoria ante un Celta que fue solo un cúmulo de buenas intenciones, pero todas ellas desorganizadas. Trashorras se metió al medio del campo de los vigueses en el bolsillo y a partir de ahí el Celta fue un ejercicio de importencia del que no se salva casi nadie. Solo Augusto y Fontás salvaron la cara en un día de evidentes ausencias y de actuaciones individuales alarmantes y que deberían conducir a una profunda reflexión en el club y en el banquillo vigués.

El partido solo necesitó tres minutos para desorganizarse, para alborotarse de manera incomprensible por la rapidez en la que el choque entró en esa dinámica. El Rayo Vallecano propuso el intercambio de puñaladas, que es donde más cómodo y feliz se siente. Y el Celta aceptó ese desafío convencido de que le favorece medirse a equipos generosos con el espacio y algo descuidado a la hora de presionar. Una perspectiva errónea porque los de Luis Enrique no fueron capaces de ajustar su velocidad a la del Rayo Vallecano y, sobre todo, a la que imponían Trashorras y Saúl. Siempre llegaron un segundo tarde, había un punto de desajuste en la presión que casi siempre permitía la salida a campo abierto de los madrileños. Una situación muy delicada porque exponía en exceso a jugadores como Toni y Costas -que ocupó el sitio de Cabral y fue la única novedad con respecto a la alineación de hace una semana en Sevilla-. El naufragio de ambos fue muy evidente. El improvisado lateral de Luis Enrique sigue siendo un filón para el rival y a Costas le faltan aún muchas horas en el horno. La espalda del joven central la buscó Viera de forma insistente en una demostración evidente de que Jémez conocía las rendijas del Celta en defensa. Explotó la banda derecha con saña mientras los vigueses se veían incapaces de encontrar solución para frenar aquella sangría. Mediada la primera parte Tito arrancódesde aquel sector para enviar un certero pase a Viera que superó a Yoel por bajo. David Costas solo pudo perseguirle de forma desesperada.

El gol puso en evidencia muchos defectos del equipo, que bajó un poco las orejas, algo que el Rayo estuvo cerca de penalizar con el segundo gol. Es como si dudasen de las posibilidades de levantar un partido que había nacido torcido. Fueron muchas las ausencias en un momento clave para revolverse contra el marcador. Oubiña estuvo ausente por completo, Alex solo apareció a cuentagotas -y es un futbolista clave para medir la temperatura del Celta- y el trío de ataque (Nolito, Mina y Charles) estuvieron completamente negados. No se les puede discutir el esfuerzo, pero la verdad es que no dijeron gran cosa. Aunque el partido seguía abierto y alocado por expreso deseo del Rayo, el Celta acusó la falta de fútbol casi tanto como sus lagunas en la línea de atrás. Y sin sala de máquinas no se ganan los partidos salvo que en el área rival tengas un asesino y no es el caso del equipo de Luis Enrique.

La cosa no cambió demasiado cuando después del descanso el Rayo Vallecano hizo reposar el partido. Trató de guardar un poco la posición y el Celta intentó empujar casi siempre por la banda de Nolito. Generaron ocasiones porque los de Jémez son también unas madres en defensa y suelen hacer concesiones alarmantes, pero la efectividad de los vigueses en Balaídos es nula. No es casual que hayan firmado cinco semanas sin marcar ante su público. Paco Jémez movió el banquillo en busca de aire en el medio del campo; Luis Enrique dio entrada a Rafinha antes de tomar otra decisión discutible. Retiró del campo a Oubiña -que estaba haciendo un partido nefasto- por Krohn-Dehli y jugar sin medio defensivo. Resultó que el Rayo se ordenó un poco más más y el Celta se hizo un lío fenomenal. Aunque los vigueses eran capaces de llegar al área rival, lo cierto es que los madrileños manejaban el partido, su ritmo y sus sensaciones. Y el segundo gol vino a ser un compendio de todo lo que había sucedido antes. Una mala presión del Celta y una salida cómoda del Rayo por la banda defendida por Toni. El céltico le dio todo el tiempo del mundo a Embarba para que centrase y Larrivey se adelantó a Costas para marcar de cabeza el segundo gol y dejar a los vigueses sobre la lona. El orgullo les dio para generar un par de ocasiones que le hubieran concedido una mínima esperanza pero en Balaídos parece que se les ha negado la suerte y el fútbol. La solvencia fuera de casa se transforma en dudas, desconcierto y desorden cuando se ven ante sus aficionados que es donde al final uno se juega supervivencia.

Juan Carlos Álvarez / Faro de Vigo

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La Otra Crónica: desorden

Foto: Jorge Landín

Venía el Celta espoleado como potro andaluz y al final se quedó simplemente con las ganas. Balaídos sigue resistiéndose y el respetable, cada vez más impaciente, no es capaz de entender el bloqueo que los pupilos de Luis Enrique sufren en su propio campo. Y no es que el partido de ayer fuese un desastre total, pero lo cierto es que este Celta en su propio campo es un manojo de nervios. Un quiero y no puedo que provoca más pronto que tarde un desorden que aprovechan unos rivales carentes de presión a domicilio. Y si encima juegan tan bien como un Rayo Vallecano que era sin duda un falso colista, pues no sorprende tanto una derrota que en el fondo nadie era capaz de contemplar.

Empezó bien el equipo vigués. Repitiendo alineación y con la inteligente propuesta de presión hacia la salida de balón de los de Paco Jémez. Trashorras, antaño héroe celeste y hoy visagra llena de ‘3 en 1’ para beneficio del equipo madrileño, no terminaba de asentarse ante las líneas adelantadas de un Celta que sí incomodaba con criterio en los primeros diez minutos. Así llegaron las primeras ocasiones marradas por Charles y Nolito. La pelota no quería entrar. Sin embargo no se descompuso el Rayo y el Celta sí. Por increíble que parezca.

Los minutos pasaban y cada vez la presión era menos coordinada, más inclinada hacia un desorden que no beneficiaba en nada a los del Lucho. Un caos cada vez más evidente en el que los de Vallecas se sentían muy cómodos. Controlaron el ritmo del partido, guardaron el balón y nunca renunciaron a la portería rival- Así llegó el primer gol, obra de Jonathan Viera tras un balance defensivo celeste que no se puede siquiera calificar como tal. El flanco más débil, aquel que ocupan un Nolito poco generoso en las ayudas y un Toni que no es lateral. No y no. Su partido de ayer es la gota que colma el vaso de la paciencia. Queda demostrado que sus fundamentos defensivos son inexistentes y que el margen de mejora no es tal. ¿La culpa? Repartida. El entrenador insiste y él no mejora. Los pitos, fuera de lugar.

A partir de ese gol la liosa era muy grande. No remonta este Celta. La ansiedad le puede, las ganas se convierten en un demonio que posee las piernas de los vigueses. Si Borja Oubiña tiene una mala tarde, el Celta tiende a no existir. Fallón en los pases, ausente en el corte. Trashorras en su salsa. Y las balas de nombre Iago Falqué, el goleador Viera y un abusón Lass por el flanco derecho, siempre bien servidos. No hubo opción.

El Celta se descompuso y apenas tiró a puerta. Algunas veces con peligro, pero nunca entre los tres palos. Nunca con jugadas claras ni con la sensación de poder romper la frágil defensa rayista. Entró el joven Embarba y evidenció todavía más los problemas de Toni con un centro que cabeceó Larrivey adelantándose a un disminuido David Costas. Del partido, antes y después, solamente se pueden rescatar para el Celta los nombres de un Fontás haciendo lo suyo y lo de Toni y de un Augusto que nunca se rinde. Sus galopadas mostraron el camino, pero la inoperancia de sus compañeros las hicieron totalmente fútiles. Se había empezado bien, pero la realidad golpeó demasiado pronto. Y ahora la moral ganada en Sevilla desaparece como un viejo sueño del pasado. La pesadilla de Balaídos no se resume ya al mal estado del viejo estadio. Es ya una obsesión que urge evitar cuanto antes.

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Galería de imágenes: [Celta - Rayo Vallecano]

Fotos: Marta Grande

No pudo ser tampoco esta vez. A la séptima no fue la vencida, y el Celta no logró la ansiada victoria en Balaídos, tan esperada como necesaria. Fue, en todo caso, una noche intensa en la que el objetivo de Marta Grande trabajó a destajo para captar las mejores instantáneas que hoy os traemos y compartimos con vosotros. Como es habitual podéis encontrarlas en nuestra página de facebook y compartirlas, si lo deseáis, para darnos a conocer. Muchas gracias. 

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El resumen de un buen pelotero

Foto: Xoan Carlos Gil 

Quizás no es el más veloz, ni el más talentoso, no es el que tiene más gol, ni el que defiende mejor, los hay con más calidad y no es el más habilidoso. Pero pocos tienen tanta personalidad, casi nadie pelea como él y ninguno, seguro, es tan buen pelotero como Augusto. El argentino es un futbolista de la cabeza a los pies. Enorme en cada gesto por pequeño que sea. Protagonista como extremo o interior, poderoso en la pelea y con criterio para atacar, defender o presionar.

Cuando sus compañeros bajan un peldaño, Augusto asoma la cabeza con más claridad que nunca. El de anoche ante el Rayo no fue su mejor partido, pero volvió a ser el mejor del Celta. Y no es la primera vez. Rara vez falla Augusto, rara vez no regala hasta el último gramo de sus fuerzas, rara vez no alcanza el aprobado. Ni siquiera cuando la mayoría de sus compañeros merecen el suspenso.

Borja Barreira / Atlántico Diario

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Un gol de Víctor Vázquez da la victoria al Racing en Barreiro

Foto: Jesús de Arcos

El Celta B no pudo en Barreiro con un excelente Racing de Ferrol, que adquirió su ventaja con mucha fortuna a los cinco minutos de juego y después defendió con solvencia el tanto que les daba la victoria. El filial lo intentó hasta el final en un partido intenso ante un buen rival.

A los cinco minutos, falta lateral, rebote y gol, casi sin querer, de Víctor Vázquez, que no celebró el tanto. Infortunio para el filial en el arranque de un partido que aún se estaba desperezando. El Celta B, muy presionado desde arriba por el rival, comenzó poco a poco a llegar por ambas bandas, con un gran empuje para tratar de deshacer la desventaja.

El Racing propuso orden y control Ara frenar el ímpetu celeste, y lo logró en la siguiente fase del encuentro. Los visitantes tocaron con precisión para desactivar la presión del Celta B y defendieron con eficacia su ventaja. Pudo aumentar a los 30 minutos con un mano a mano de Vela ante Rubén, quien tapó bien y logró desviar el cuero.

El partido apenas deparaba oportunidades, positivo para los ferrolanos, que tenían el partido en el punto que querían. No hubo novedad hasta el descanso.

Tras la reanudación, gran oportunidad para el filial. Buena arrancada de Añón, remate desde la frontal y excelente intervención de Camacho. El Celta B salía a por todas desde el primer minuto ante un rival muy sólido y compacto que generaba peligro en cada contra.

Los celestes lo intentaban sin desmayo, pero sus llegadas morían en la frontal del área rival, extraordinariamente protegida. Como la celeste. A los 34 minutos, paradón de Rubén, que sacó un balón que buscaba la escuadra.

El filial apretaba arriba al Racing en busca del empate y dejaba espacios a su espalda que los visitantes trataban de aprovechar. Rubén volvió a sacarle poco después un mano a mano a Vela.

Ficha técnica

Celta B: Rubén, Marcos Torres, Soto, Antón, Maceira, Borja Fernández (Javi Rey, min.68), Jordan, Yelko, Añón, Thaylor y Borja Iglesias (Aitor, min.57)

Racing de Ferrol: Camacho, Rubén, Víctor Vázquez, Antonio, Pumar, Yosu (Marcos Álvarez, min.68), Dani Rodríguez, Vela, Pablo Rey, Manu Barreiro (Jorge Rodríguez, min.87) e Iago Iglesias (Iván Forte, min.57)

Goles: 0-1, min.5: Víctor Vázquez;

Árbitro: Alonso de la Lama, del comité asturiano. Amonestó a Borja Fernández, Pablo Rey, Rubén, Javi Rey, Yosu, Pumar, Iván Forte

Campo: Barreiro, unos 1.200 espectadores

Crónica: celtavigo.net

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Los fantasmas achican al Celta

Foto: Xoan Carlos Gil 

El síndrome de Balaídos se acentúa. El Rayo Vallecano hurgó en la herida de un Celta que ha visto cómo ni las buenas sensaciones que arrastraba de los últimos partidos consiguieron espantar a los fantasmas. El equipo sigue sin ganar en su feudo, y el gol en casa ya es un recuerdo lejano. Del verano, para ser más exactos. Y aunque los célticos ayer no protagonizaron un mal encuentro, tampoco firmaron una buena actuación. Y en esa escala de grises en la que se movieron los de Luis Enrique, el triunfo se marchó a Madrid. Porque el Rayo, conseguido el primer gol, supo jugar sus cartas mientras el Celta buscaba una remontada que no se consigue si el gol no aparece. Y los célticos, en casa, están peleados con la portería.

Un once definido

Costas, la única novedad

Luis Enrique se ha cansado de grandes experimentos. Ayer expuso el once previsto con la única novedad de David Costas por el lesionado Cabral. Augusto parece convencer al técnico formando trío con Álex y Borja Oubiña en el centro del campo, y Nolito, Charles y Santi Mina se han convertido en la línea de ataque preferida por el entrenador. Más imaginación puso el técnico a la hora de los cambios, buscando una revolución que no llegó. Entró Rafinha para ocupar la banda de Mina, refrescó Krohn-Dehli al capitán, y Jony hizo sus pinitos en el centro de una defensa que se quedó sin un lesionado Costas.

La posesión

Un Rayo ambicioso

Que el Rayo iba a querer la pelota no fue una sorpresa. El equipo de Paco Jémez se siente cómodo con el balón en los pies, y por eso no dudó en discutir la posesión a un Celta que también prefiere tener el dominio del esférico. El debate, en la primera parte, cayó del lado visitante (42 % frente al 58 %), y aunque en la segunda fueron los celestes los que se hicieron con el porcentaje -gracias a la renuncia de un Rayo cómodo sin el mismo- no consiguieron sacarle partido. El fútbol es romo para los vigueses, que en la primera parte no dudaron en buscar la portería de Rubén con un fútbol más directo que no generó fruto alguno. En el segundo tiempo, con el Rayo más replegado, volvieron a su juego de toque, pero la profundidad llegó demasiado tarde, y con los de Jémez controlando desde muy cerca.

Las prisas

Intensidad a raudales

La presión y la intensidad son dos armas de las que echa mano el Rayo, y que ayer se aliaron en contra del Celta. Porque aunque los celestes pusieron de su parte, y sobre todo lo intentaron con ahínco en el segundo tiempo, no fueron capaces de igualar la fuerza, y sobre todo el rendimiento, que los de Vallecas extrajeron a su fútbol y a la posesión. Esa presión de los visitantes se tradujo en demasiada precipitación y demasiadas imprecisiones en un Celta que durante el primer acto tuvo que tragar saliva en más de una ocasión. Las disputas se saldaban con demasiada frecuencia a favor de los visitantes, y eso acabó pasando factura a un Celta que veía cómo se desfondaba en vano. Además, las dudas en defensa reaparecieron con una banda izquierda que sufre en exceso y con un centro de la zaga que echó de menos la intensidad de Cabral.

Lorena García Calvo / La Voz de Galicia

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Pausa contra descontrol en la medular

Foto: RCCV

Duelo de cerebros gallegos el que se vivió en Balaídos. Además de liderar el centro del campo de Celta y Rayo Vallecano, tanto Borja Oubiña como Roberto Trashorras ejercían como capitanes de sus respectivos equipos. Como en el choque disputado la temporada pasada en el mismo escenario, la victoria se fue para Vallecas, cuajando un partido mucho más serio y efectivo el lucense, que se ha sabido adaptar a las exigencias de Paco Jémez.

Desde el comienzo del encuentro ambos dejaron claro su empeño por hacerse con el control del esférico pero poco a poco la balanza se fue decantando para los madrileños. No es casualidad que los vallecanos sean uno de los equipos con más posesión del campeonato, gracias en buena medida a la aportación de Trashorras, que al inicio de esta jornada era el jugador que más pases había realizado.

El de Rábade le ganó la partida a Oubiña, como hizo el conjunto madrileño en su totalidad, en los primeros cuarenta y cinco minutos. En el papel que le ha adjudicado Paco Jémez esta temporada, de pivote puro, Trashorras era en muchas ocasiones el hombre más retrasado del Rayo, iniciando la salida de balón y dando opciones al portero y a la defensa en cada jugada, pasando por él muchos balones, destacando varios envíos en largo y cambios de banda con su habitual precisión.

Mientras, Oubiña se contagiaba del descontrol que imperaba en el Celta, desarbolado y partido en su intento de presionar la salida del Rayo Vallecano, que rompió la línea viguesa en varias ocasiones llegando con peligro al área de Yoel, con gol incluido de Jonathan Viera. El capitán céltico fue poco a poco intentando liderar a su equipo pero no aparecía su mejor versión, impreciso tanto en la presión como en la distribución, lo que notó el Celta, que depende mucho del día del centrocampista para sentirse cómodo sobre el césped.

Con el paso por vestuarios, el rayista volvió mostrarse más enchufado que el céltico, que se vio condicionado por una rápida tarjeta amarilla al cortar una contra conducida por Saúl. Trashorras tuvo dos oportunidades para aumentar la renta de su equipo pero primero su falta fue despejada por la barrera y después vio cómo su disparo desde la frontal se fue a la derecha de la portería de Yoel.

En esos momentos, el Celta comenzaba a caer en la desesperación y eso se personificaba en Oubiña, que se veía superado por el partido de ida y vuelta que se estaba produciendo, errando varios balones fáciles que se traducían en desperación en la grada, que no cejaba en su ánimo pese a las dificultades. Prueba del mal partido que vivió Oubiña fue su sustitución en el minuto 67, con mucho partido por delante, una situación que es muy rara de ver con el capitán vigués, que apenas ha sido sustituido a lo largo de su carrera con la camiseta del Celta. La locura que se había instalado en el partido no era la adecuada para las características del vigués. El cambio de Luis Enrique, sin embargo, no dio el efecto deseado y el Rayo sentenciaría el partido poco después sin necesitar a Trashorras, que tampoco entró tanto en juego al final como es habitual, condicionado también por los balones largos que buscaba su equipo para sorprender a la espalda de la defensa del Celta. El toque y distribución del excéltico no fue necesario.

Pablo Galán / Faro de Vigo

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El Celta renueva al meta del filial Óscar Santiago

El Real Club Celta anunció en la tarde de ayer la renovación del guardameta del filial Óscar Santiago. Nacido en Santander en 1992, el joven portero, que llegó al club vigués la pasada campaña, se compromete por una temporada más con opción a otras tres más. El conjunto céltico continúa renovando a sus jóvenes promesas, y destaca en su nota de prensa su "decidida apuesta por la cantera, un proyecto al que se le está dando continuidad y que se fortalece día tras día". 

Óscar Santiago es actualmente el meta suplente de Rubén Blanco en el filial entrenado por David de Dios, pero ya se ha entrenado en alguna ocasión con el primer equipo céltico, y cumplió cuando tuvo que suplir al de Mos. 

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Cuando el respetable pierde el respeto

Foto: Ricardo Grobas

Hacía mucho tiempo que los pitos no llegaban a Balaídos de una forma tan generalizada como se pudo apreciar ayer, no solo al término del partido, donde fueron mucho más notorios, sino incluso durante el transcurso del mismo. El centro de las iras para una parte de este sector disconforme con la racha del Celta en Balaídos fue Toni. El coruñés recibió silbidos, especialmente desde que el Rayo Vallecano se adelantó en el marcador, y se hicieron mucho más evidentes en la segunda mitad, especialmente tras el segundo de los franjirrojos. 

El público, en el ejercicio de sus libertades individuales, puede expresarse como considere conveniente, aún cuando en este caso tal vez eso no sea lo más conveniente para su equipo. En todo caso, hay que entender que tras siete partidos sin conocer la victoria el malestar se haya instalado en un sector de la afición. Somos humanos y es comprensible. El problema es que centrarlo en un jugador puede ser un tanto injusto. Me explico. 

Hace un tiempo publicaba un artículo en el que pedía paciencia con Toni aludiendo a ese proceso "lento y doloroso" que supondría su adaptación al lateral izquierdo. El paso de las semanas ha confirmado que el proceso está siendo doloroso, pero más que lenta, su aclimatación está siendo prácticamente inexistente. Por desgracia, sus prestaciones defensivas han mejorado muy poco, e incluso su aportación en ataque ha sido bastante discreta. El problema es que Toni está jugando en una posición en la que le va a costar mucho adaptarse por sus condiciones físicas, mucho más de lo que podríamos haber pensado a principios de temporada. Ojalá Luis Enrique consiga que su adaptación sea un hecho, pero a día de hoy, todo parece indicar que lo ha echado a los leones sin mayor defensa que una camiseta y un pantalón. 

Eso no significa que sea un deshecho de futbolista, un despojo humano al que podamos humillar y pisotear como si tal cosa. Toni viste la camiseta del Celta, y mientras dura el partido seguramente lo mejor para el equipo sería apoyarlo. Otra cosa es que luego se le pueda criticar, por supuesto que sí. Su juego, por lo visto hasta ahora, no da para halagos.  Otra cosa es pensar que el hecho de que el equipo lleve 500 minutos sin marcar un gol en Balaídos sea responsabilidad del lateral izquierdo. 

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El Celta B afronta un atractivo derbi

Foto: Marta G. Brea

Con importantes bajas en defensa y la necesidad de improvisar afronta el Celta B uno de los partidos más atractivos de la temporada en Barreiro. Recibe el equipo filial al Racing de Ferrol (16.15 horas, TVG 2) en un interesante e igualado derbi al que ambos equipos llegan empatados a 17 puntos tras solventar cómodamente sus respectivos compromisos la jornada precedente, los célticos con goleada al Caudal de Mieres y los departamentales frente al Compostela.

El principal problema para el técnico del filial, David de Dios, será recomponer la línea defensiva debido a las ausencias por de los laterales derechos Kevin (por lesión) y Pablo Pérez (sancionado) y del defensa central David Goldar, también lesionado. A estas tres bajas se suma la del medio centro defensivo Borja Domínguez, que cumple su primer ciclo de amonestaciones.

"Solo tenemos dos defensas puros, tenemos que reconvertir a Antón de central y buscar un lateral derecho. Ya somos pocos y cuatro bajas son bastantes", apunta David de Dios, que todavía "está dando vueltas a la cabeza" para conformar la alineación, pero que pronostica que presentará contra los departamentales un equipo competitivo. "Estamos obligados a improvisar pero los que salgan jugarán para competir e intentar ganar el partido", asegura. Y subraya: "Y un derbi es uno de esos partidos que siempre apetece jugar".

El entrenador del Celta B explica que las ausencias en defensas propiciarán un equipo de perfil más ofensivo. "Tenemos que salir a atacar. Estamos escasos de defensas. Iremos a por ellos, a intentar que no salgan de su campo y defender el menor tiempo posible", destaca.

Y es que el conjunto filial afronta el choque reforzado por la goleada endosada la pasada jornada al Caudal de Mieres (4-2)y la convicción de que en esta liga no existen favoritos.

"El Racing de Ferrol es un equipo construido para estar arriba, pero la liga está muy igualada. Cualquiera puede ganar a cualquiera", subraya el técnico celeste que recuerda que la pasada jornada el último ganó al primero.

El conjunto departamental, no obstante, comparece hoy en Barreiro con argumentos más que suficientes para hacerse respetar. "El ataque marca la diferencia con respecto a la línea defensiva, pero en general es un equipo muy completo, con mucha seguridad atrás y arriba con velocidad y calidad con gente como Paco Rey o Manu Barreiro", apunta De Dios, que precisa: "Y luego tiene un banquillo con gente de mucha calidad".

Pero de Dios ve su equipo en un momento dulce de forma. "Llevamos tres partidos bastante serios y hemos conseguido cierta estabilidad, que es lo que queríamos para que maduren los jugadores", dice el preparador celeste, que ha convocado para el choque a 16 futbolistas: Rubén Blanco (portero), Óscar Santiago (portero), Jordan, Sancho, Soto, Antón, Maceira, Javi Rey, Borja Fernández, Yelko Pino, Fernán, Aitor, Marcos Torres, Añón, Borja Iglesias y Thaylor.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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Una sequía goleadora preocupante

Foto: Xoan Carlos Gil 

La falta de pegada es uno de los grandes quebraderos de cabeza del Celta. El debate sobre si el conjunto vigués debe reforzarse en el mercado invernal ya está en la calle. La afición considera que una de las posiciones que necesita incorporaciones es la parcela ofensiva. El conjunto vigués, que ha cuajado un buen fútbol en la mayoría de sus partidos, sufre una preocupante sequía goleadora cuando juega en Balaídos. De hecho, los hombres de Luis Enrique son el único equipo de la máxima categoría que todavía no conoce la victoria como local.

Desde aquel inolvidable 1 de junio han pasado ya más de cinco meses. Curiosamente, aquel día sí se celebró una quedada que dejó imágenes para la historia. El gol de Natxo Insa y la derrota del Deportivo ante la Real Sociedad dejaban al Celta en Primera División. Desde entonces el cuadro celestes no ha vuelto a esbozar una sonrisa junto a su afición. Ni en el partido amistoso ante el Southampton hubo victoria. El resultado ante el conjunto británico se saldó con empate sin goles, una premonición del gran punto débil de la nueva era que lidera Luis Enrique.

En competición oficial los registros en Balaídos son preocupantes. Una vez vencido el primer tercio de curso, el Celta acumula tres empates y cuatro derrotas. La imagen ante Espanyol y Granada no pudo ser más brillante. Ante los pericos, el cuadro celeste desperdició una ventaja de dos tantos mientras que frente a los andaluces un tanto de Piti en una jugada aislada privó a los hombres de Luis Enrique de sumar su primer triunfo como local.

Precisamente, ante el cuadro nazarí Balaídos celebró su último gol. Fue el primer tanto de Rafinha Alcántara como celeste. Desde aquel 31 de agosto han pasado más de dos meses sin ver puerta. Cuatro derrotas frente a tres rivales directos en la lucha por la salvación (Elche, Levante y Rayo Vallecano) y tropiezo lógico ante el todopoderoso FC Barcelona. Esa sequía goleadora sólo se tradujo en un punto. Fue ante un Villarreal, revelación de la competición, que se topó con una actuación estelar de Yoel. Ante el submarino amarillo fue el último partido en el que el equipo de Luis Enrique saco algo positivo ante los ojos del celtismo.

Tras un tercio de Liga disputada, el Celta sabe que su problema está en casa. Mejorar los números como local será la clave para que el equipo de Luis Enrique logre asentarse en la máxima categoría del fútbol español. La próxima oportunidad para regalar una afición al celtismo será ante el Almería, otro rival directo en la lucha por la permanencia.

Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo

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Jémez: "Lo primero que le exijo a mis jugadores es que jueguen bien al fútbol"

Foto: Jorge Landín 

Paco Jémez destacó la importancia del triunfo logrado por su equipo ante el Celta de Vigo (0-2) porque, a su juicio, esta victoria le permitirá al equipo coger "un poco de aire". "Necesitábamos una victoria para tomar un poquito de aire. Llevábamos muchos partidos jugando bien, pero sin encontrar ese premio que nos merecíamos en el campo. Y esta victoria es muy importante por el momento en que llega. Estos tres puntos nos van a reforzar muchísimo", comentó el técnico del Rayo Vallecano en rueda de prensa.

Jémez aseguró que sufrió "bastante" durante el partido, a pesar de la superioridad que mostró su equipo, pues "el Celta siempre es un equipo que te exige y hemos tenido que trabajar mucho para sacar este resultado". "Nos quedan muchísimas cosas que mejorar, pero es una buena victoria ante un rival que a mí me gusta", añadió Paco Jémez, que dijo que, "a pesar del resultado, ha sido un partido complicado porque, cuando el Celta ya casi no tenía nada que perder y jugó con tres defensas, nos costó quitarnos esa presión de encima".

El entrenador del Rayo Vallecano también agradeció los halagos que está recibiendo su equipo y manifestó que, "como entrenador lo primero que le exijo a mis jugadores es que jueguen bien al fútbol porque creo que es la única manera que nosotros trabajamos para llegar a la victoria". En este sentido, comentó que "a veces los resultados son bastante ingratos cuando el equipo hace muchísimo, pero entiendo que ese es el camino y no vamos a cambiar" porque "nosotros no tenemos que perder nuestras señas identidad".

EFE

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