El parón de la Liga pilla por segunda vez consecutiva a contrapié al Celta, que tendrá catorce días para rumiar la derrota cedida ante el Rayo Vallecano antes de retomar el pulso de la competición para medirse a la Real Sociedad en Anoeta el próximo sábado 23 de noviembre.
Los celestes, que ya han cedido demasiado terreno en Balaídos esta temporada frente a teóricos rivales directos en la lucha por eludir el descenso, como el Granada, el Elche o el Rayo Vallecano, se la juegan antes de las Navidades. De aquí al parón navideño, el conjunto de Luis Enrique tendrá que afrontar un exigente calendario de seis encuentros -incluidos los dos de la eliminatoria de Copa del Rey que le enfrentarán a comienzos en diciembre al Athletic de Bilbao- contra varios adversarios de su mismo pelaje.
Después de jugar en Anoeta ante una Real Sociedad que no inició muy bien la Liga pero que comienza a asentarse en los puestos altos de la tabla, los celestes afrontan una verdadera reválida en Balaídos con la visita del Almería, un recién ascendido que previsiblemente estará hasta el final en la pelea por la permanencia y que se presenta en el coliseo vigués pletórico de moral después de haber doblegado en el Reyno de Navarra al Osasuna.
Toda una prueba de fuego para el Celta, que en la siguiente fin de semana afronta en Balaídos el primer asalto de la eliminatoria de Copa ante el Athletic y posteriormente se desplaza hasta el Nuevo Zorrilla para medirse al Valladolid, otro de los equipos de su particular Liga.
Tras jugar en Pucela, los célticos afrontarán en San Mamés, en fecha por determinar, el segundo asalto de los dieciseisavos de final de la Copa. Y pocos días después, el Celta cerrará este tramo competitivo con otro importante choque en Balaídos ante el Osasuna, otro de los teóricos rivales directos en la pugna por mantener la categoría.
En menos de mes y medio, el Celta se juega buena parte de su futuro. Será un tramo de competición decisivo no solo para comprobar la respuesta del equipo celeste contra rivales directos, sino también porque determinará en buena medida los movimientos del club en el mercado invernal, que se abre en el mes de enero, y en el que se más que probable que se busquen refuerzos para las posiciones de ataque.
Julio Bernardo / Faro de Vigo
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