Fábio Silva es un buen ejemplo de lo que, lamentablemente, es el fútbol moderno. El atacante portugués, que sonó tímidamente para el Celta hace unas semanas, protagonizó en el verano de 2020 un sonado y millonario traspaso al Wolverhampton, que pagó por él más de 40 millones de euros cuando apenas tenía 18 años.
El medio Relevo publicó hace ahora un año un reportaje en el que el jugador dejaba claro que su intención nunca fue la de jugar para los Wolves, sino la de continuar uno o dos años más quemando etapas en el Porto: "Yo sabía que no era el momento. No era mi intención ir al Wolverhampton en ese momento, me quería quedar uno o dos años más en Porto", cuenta el ariete luso.
Silva añade: "Fui casi obligado. Me dijeron que si no iba me ponían a jugar con el filial, que si no me iba no ayudaría al club porque estaban mal de dinero... No tenía escapatoria. Tenía 18 años y había acabado mi primera temporada completa, pero no jugaba todo, sólamente 15-20 minutos. Quería quedarme en mi club, el Porto, para tener un impacto mayor".
En aquella operación intermedió Jorge Mendes, que también lo ha hecho en el traspaso de la pasada temporada de Strand Larsen, y en el de esta campaña de Fer López, del que además es su representante. El agente de Silva era Carlos Oliveira: "Tenía otros dos interesados pero todo iba dirigido a que yo firmara por los Wolves. En ese traspaso intervino más gente. Ponían más dinero, pero en el fútbol pasan cosas por detrás que tú no controlas. Para todos salió mejor que para mí", explicó a Relevo el atacante.
El futbolista, que en esa misma entrevista revelaba que no quería poner al Wolverhampton, acabó jugando cedido esta temporada en la Unión Deportiva Las Palmas. Tras el descenso del conjunto canario, regresará a la disciplina de los Wolves, con quien tiene un año más de contrato. El Celta necesita incorporar a un atacante y sería una buena opción, pero nada barata ni sencilla por la entidad de los equipos que han sonado, y porque ni mucho menos es seguro que interese al club celeste, pero su historia, contada hace un año por Relevo, sirve para explicar cómo funcionan las cosas en el mundo del fútbol, especialmente cuando Mendes forma parte de él.
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