Filip Bradaric fue uno de los futbolistas que jugaron cedidos en el Celta durante la pasada temporada. El centrocampista croata llegó en el mercado de invierno procedente del Hajduk Split, aunque pertenecía al Cagliari, a donde regresó este verano después de disputar 14 encuentros con la casaca durante la segunda vuelta del pasado curso.
Y no se puede decir que su regreso al conjunto italiano haya sido excesivamente exitoso. Más bien al contrario. No empezó bien cuando en la primera semana de pretemporada dio positivo en Covid-19, lo que le obligó a guardar una cuarentena y reiniciar el trabajo con cierta desventaja respecto a sus compañeros.
Hasta la fecha no ha participado en ningún partido, ni ha entrado en ninguna de las convocatorias del Cagliari. Su técnico pidió públicamente durante el último parón por los partidos internacionales que aprovechase la ausencia de los jugadores que acudieron con sus selecciones para demostrarle que puede jugar y ponerle las cosas difíciles, pero por el momento no ha tenido efectos sobre sus alineaciones.
Su nombre sonó este verano con mucha fuerza para el Eibar en el último día de mercado, aunque la operación no se concretó. También se le relacionó con el Elche, e incluso la prensa italiana llegó a publicar un supuesto interés del Celta en su fichaje, algo que parece bastante improbable por los problemas que tuvo el club celeste con el límite salarial para poder incorporar futbolistas.
