Foto: Óscar Vázquez |
El celtismo vivirá unas navidades con regusto amargo. Una amargura consecuencia de unas vacaciones que llegan en el momento más delicado del curso para el equipo de Berizzo, que acumula en liga seis jornadas sin ganar, con cinco derrotas consecutivas e inmersos en la peor racha anotadora en la historia del club.
Existe preocupación en todos los estamentos del club; jugadores, técnicos, directivos y afición. Todos ellos intentan analizar la situación actual, buscando respuestas y análisis a una racha tan negativa como inesperada. Sin embargo, estos últimos meses de competición no empañan las buenas impresiones que desde el comienzo de temporada han ofrecido jugadores y técnico. La confianza en la plantilla y en el Toto Berizzo es máxima y existe unanimidad en la afición de que tanto jugadores como cuerpo técnico tienen los suficientes argumentos como para revertir esta situación y recuperar así las buenas sensaciones de principios de temporada.
A nivel clasificatorio, la mala racha de resultados ha hecho tambalearse al Celta, no tanto a nivel posicional, como sí de puntuación. En las primeras diez jornadas de liga -antes de que se precipitase esta mala racha de resultados- el Celta se había movido siempre entre la tercera y la séptima posición, manteniéndose permanentemente en puestos europeos durante los primeros meses de competición y, en algunos casos, llegando incluso a ocupar las posiciones de Champions.
De hecho, tras la histórica victoria en el Camp Nou a principios de noviembre, el Celta se situaba en la sexta posición con 19 puntos, situándose a solo tres de la Champions y con un colchón de once puntos con respecto al descenso. Seis jornadas después -con un empate y cinco derrotas cosechadas- el equipo de Berizzo es octavo, con 20 puntos, pero situándose ya a 10 puntos de la Europa League, a 11 de la Champions y solamente a siete del descenso.
Pese a que el descenso a nivel posicional no ha sido relevante, sí lo ha sido el bajón a nivel de puntos, que provocan un enorme salto en la clasificación entre el Málaga, séptimo con 30 puntos y el Celta, octavo con 20 puntos, a diez de los malacitanos. Sin embargo, entre el Celta y el Granada, que marca el descenso, hay diez equipos por medio y una diferencia de solamente siete puntos en la clasificación.
La liga parece claramente partida entre dos bloques. En las primeras siete posiciones aparecen los conjuntos que estaban llamados a marcar el ritmo de esta liga -Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia, Sevilla y Villarreal-, con la revelación de un Málaga que está ocupando un puesto que parecía destinado a un Athletic incrustado en la zona media de la tabla.
Más allá de esas primeras posiciones, desde el octavo puesto que marca el Celta hasta el Elche que cierra la tabla se sitúan doce equipos y diez puntos. Todos ellos con un único objetivo, salvar la categoría. El equipo de Berizzo es el que marca la frontera entre los dos bloques existentes en liga, pese a que nivel de sensaciones siempre se ha mostrado más próximo a los primeros, lo cierto es que a nivel de puntuación el conjunto olívico está ahora mucho más próximo a los que tienen como objetivo único la permanencia en Primera.
Serán unas navidades amargas en Vigo, pero la solidez en el proyecto y la confianza en el mismo permiten encarar el futuro con seguridad y optimismo.
La Voz de Galicia