El mercado de fichajes se cerrará en poco más de 24 horas sin que se vislumbren muchos movimientos en Casa Celta. En los últimos días incluso no ha habido demasiados rumores, algo extraño teniendo en cuenta las alturas del mercado, y las declaraciones de Felipe Miñambres apuntaban prácticamente a que la plantilla estaba cerrada. Si a eso unimos la resignación de Óscar García, parece que la idea del club es la de no reforzar el equipo.
O puede ser que estén jugando una partida de póker, saben engañar como nadie, y mañana llegarán a Vigo los jugadores que el Celta necesita. De entrada el fichaje de un delantero centro parece una obviedad casi insultante. El equipo de Óscar García, que se salvó de milagro hace un par de meses, tiene dos delanteros centros menos que entonces, ya que la marcha de Smolov y Gabriel Fernández no ha sido suplida por nadie.
No hablemos ya de la portería, donde parece claro que ahora no llegará ningún refuerzo a pesar de que durante dos meses solo habrá un portero, con poca experiencia en Primera División, y suplentes con escasa experiencia en el fútbol profesional.
Pero para que llegue alguien, o esa es la excusa que esgrimen en Príncipe, antes tendrán que salir los jugadores que no cuentan para Óscar García, es decir, David Costas y Jorge Sáenz, quienes por el momento siguen en Vigo a la espera de una oferta que satisfaga sus necesidades o las del Celta. Si alguno de estos dos futbolistas no salen, será complicado que lleguen refuerzos. Y si es así, o bien en el Celta se les da muy bien el póker, o la imagen de los dos últimos partidos ha hecho cundir el pánico ante otra previsible temporada de sufrimiento y agonía por la permanencia.
