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| Foto: EFE |
Álex López no ha tenido ningún año fácil. Lo supo desde que el Celta logró el ascenso a Primera División, y la competencia en su posición aumentó hasta límites feroces, pero nunca lo sufrió tanto como en la presente temporada, donde ha pasado a ser, prácticamente, la última opción de Berizzo para el centro del campo.
El ferrolano comenzó la temporada siendo titular, pero con las ausencias de Pablo Hernández, primero lesionado y después pendiente de adaptación, y de Augusto Fernández, también en el dique seco a causa de diversas molestias físicas. Jugó, y lo hizo bien, en los primeros encuentros Álex López, donde la queja era ser el primer jugador elegido por Berizzo para salir del campo.
Con el paso de las semanas, Pablo Hernández se fue adaptando, al menos a juicio de Berizzo, y Augusto Fernández se recuperó, lo que provocó que el ex del Narón desapareciese del once inicial, fuese perdiendo importancia en el equipo y llegase al punto de inflexión del pasado sábado, cuando quedó fuera de una convocatoria en la que entraron Borja Fernández y Borja Iglesias, futbolistas del filial, que finalmente no fueron utilizados por Berizzo. El preparador argentino tan solo realizó un cambio durante el partido.
Álex López cierra la primera vuelta con 13 partidos disputados, solo uno de ellos completo, y 684 minutos de juego. 80 más que Augusto, convaleciente durante buena parte de la temporada, y más de 200 menos que Pablo Hernández, que suma 898 minutos sin haber demostrado grandes cosas en el Celta y en la Liga. El chileno, además, ha jugado 5 partidos completos, mientras que Augusto Fernández lo ha hecho en 4 ocasiones.
Es evidente que algo ha cambiado para Álex López esta temporada que, si todo sigue así, se quedará lejos de los 2.448 minutos de la temporada de su debut en Primera, y de los 1.996 de la pasada. La tendencia, lejos de mejorar, apunta a un protagonismo totalmente secundario del ferrolano, que necesita encadenar una serie de partidos con confianza para sacar lo mejor de sí mismo.
