Sergi Gómez, Jonny y Radoja se juegan el pase a la Euro sub21


Foto: Jorge Landín
La selección española sub 21, con los célticos Sergi Gómez –que apunta a titular– y Jonny Castro
–presumible suplente– en sus filas, juega hoy contra la de Serbia –en la que juega el también céltico Nemanja Radoja, al que se espera en el once–, en el estadio Ramón de Carranza, el partido de vuelta de la eliminatoria de acceso a la fase final del Campeonato de Europa de la categoría que se disputará en la República Checa en junio de 2015, en el que estarán en juego cuatro plazas para Río 2016. El partido de ida, disputado en Serbia el pasado viernes, finalizó con empate a cero, por lo que España precisa de un triunfo para conseguir su objetivo. Cualquier empate con goles la dejaría eliminada y daría el pase a los serbios.

Además de la clasificación, España quiere optar a ganarse la participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Los cuatro primeros clasificados del Europeo, es decir, los que alcancen las semifinales, tendrán derecho a viajar a Brasil en el verano de 2016.

España presenta la baja del delantero de la Juventus Álvaro Morata, que está sancionado. Una ausencia importante, puesto que es el máximo goleador de la selección sub-21 con 8 dianas en seis partidos. Es probable que su sustituto sea el barcelonista Munir El Haddadi. Jugadores como Iker Muniain o Francisco Alarcón 'Isco', con gran experiencia al máximo nivel en la Primera División, están llamados a liderar al equipo español.

España no ha perdido ningún partido en la fase previa, quedando líder del grupo 4 con siete triunfos y un empate. El rival, Serbia, ha acabado segundo en el grupo 9, por detrás de Italia. El equipo de Radoja  ha ganado cinco partidos, empatado uno y perdido dos.

España: Kepa; Manquillo, Gómez, Muniesa, Alberto; Saúl; Deulofeu, Sergi Roberto, Isco, Muniain; y Munir.
Serbia: Dimitrovic; Petkovic, Cirkovic, Veljkovic, Petrovic; Srnic, Radoja, Mijailovic, Kostic; Pesic y Cavric.

Atlántico Diario
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Jorge Mendes no aprueba la cesión de Mina al Valladolid


Foto: Xoan Carlos Gil 
La semana pasada conocimos el interés del Real Valladolid en la contratación de Santi Mina. El conjunto castellano se ha quedado sin su delantero Roger, lesionado de larga duración, por lo que peina el mercado para conseguir un futbolista que reemplace a su artillero. Uno de esos jugadores es Santi Mina, como publica hoy El Día de Valladolid, un periódico local, que afirma que el conjunto blanquivioleta ha hablado con el Celta par pedir la cesión de su canterano hasta el final de la presente temporada. 

No será fácil la llegada de Santi Mina, primero porque no cuenta con el beneplácito de Berizzo, que afirmó el pasado viernes que la plantilla es demasiado corta como para aceptar salidas, pero además de eso se encuentra con un obstáculo todavía más complicado, según informa el mencionado diario vallisoletano: Jorge Mendes. El afamado representante de Santi Mina quiere para su representado otras opciones. No le convence que salga hacia un club de Segunda División, y espera que pueda tener ofertas más jugosas en el próximo mercado de invierno. 

La situación del canterano no es la idea para un chico de su edad y con su proyección. Santi Mina no entra en los planes de Berizzo, o tiene a muchos jugadores por delante de él. El canterano apenas ha entrado en tres convocatorias, y no ha dispuesto de minutos en lo que va de temporada. Mina debutó con el Celta en la Temporada 2012-13, en Getafe, en el partido que le costó a Paco Herrera su cargo en el equipo. Posteriormente, ya con Luis Enrique en el banquillo, Santi Mina gozó de muchas oportunidades la pasada temporada, aunque no acabó de demostrar todo el fútbol que lleva dentro. Mina marcó tres goles, todos ellos contra equipos vascos: 2 al Athletic y uno a la Real Sociedad. 
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El Celta lleva 13 partidos seguidos marcando


Foto: Marta Grande
Hasta el siguiente parón, que será a mediados de noviembre, el Celta jugará cuatro partidos más de Liga. Y si los de Berizzo son capaces de marcar a Athletic, Levante, Barcelona y Granada, habrán igualado la mejor racha histórica del club con 17 partidos seguidos haciendo goles como equipo de Primera.

En la tabla de récords del conjunto olívico permanece esa marca desde la campaña 1997-98. Fue en la última jornada del campeonato anterior y en las primeras 16 del siguiente, cuando el Celta consiguió marcar de forma consecutiva en 17 partidos. Sería el Compostela el equipo que logró blindar su portería en San Lázaro, partido que finalizó con un empate a cero.

El Rayo fue una muralla

En la actual racha, la última vez que el Celta no marcó fue el pasado 5 de abril cuando cayó en Madrid por 3-0 frente al Rayo. Desde entonces, los vigueses no han faltado a su cita con el gol fabricando al menos un tanto en las últimas seis jornadas del campeonato 2013-14 y en las siete primeras del 2014-15, con un balance de 27 dianas anotadas en 13 partidos.

Las defensas que en los últimos cinco meses han sido incapaces de frenar a los célticos son la de la Real Sociedad (que encajó dos goles por partida doble), Almería (4), Valladolid (4), Osasuna (2), Real Madrid (2), Valencia (1), Getafe (3), Córdoba (1), Atlético (2), Deportivo (2), Elche (1) y Villarreal (1), que supusieron para la cuenta de resultados la obtención de 31 puntos sobre un total de 39.

Además de los 17 partidos de Liga consecutivos haciendo goles en los años 90 con Fernando Santos y Jabo Irureta como entrenadores, el Celta ha logrado encadenar otras buenas rachas a lo largo de su historia: 16 jornadas marcando entre las temporadas 50-51 y 51-52, y se quedó tres veces en 15 partidos durante la década de los 40.

Antonio Estévez / Marca
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El Athletic aún no ha enviado las entradas para el partido del sábado


Foto: David Ramos
Las medidas de seguridad están poniendo en jaque el desplazamiento de cerca de un millar de aficionados célticos que pretenden viajar este fin de semana a Bilbao para presenciar el encuentro de su equipo ante el Athletic. No es un partido cualquiera, ya que se trata de la primera visita que hará la parroquia celeste en masa al Nuevo San Mamés, un estadio inaugurado precisamente en un encuentro frente al Celta. En aquella ocasión, todavía faltaba un fondo, que estaba en obras, por lo que el club bilbaíno no vendía entradas para aficiones visitantes. Además, el partido fue un lunes, y la visita copera también coincidió entre semana. 

Así pues, son muchos los que tienen marcado el próximo sábado en su particular calendario de viajes acompañando al equipo. Las peticiones que han llegado a la Federación de Peñas se acercan al millar. Un total de novecientos aficionados ya han adelantado el dinero de la entrada, el viaje, y en muchos casos del hotel, pero el conjunto vizcaíno aún no ha enviado las entradas. 

El motivo es el protocolo de seguridad que exige el Athletic. La Ley del Deporte hace responsable subsidiario de la seguridad en los estadios  al club que vende las entradas. El Celta no se responsabiliza de los desplazamientos, de hecho no vende nunca estas entradas, por lo que el conjunto rojiblanco tampoco está dispuesto a hacerse cargo, exigiendo a los organizadores de los viajes, las peñas, que se responsabilicen de cualquier inicidente que pueda suceder con los aficionados. 

Argimiro Rodríguez, tesorero de la Federación de Peñas, explicaba el pasado domingo en Faro de Vigo la problemática con la que se están encontrando: "Quieren que toda la gente esté controlada y que alguien se haga responsable de cualquier tipo de incidentes que puedan suceder en el campo o en las inmediaciones del mismo". Lo normal es que en las próximas horas se llegue a un entendimiento que aclare, de una vez por todas, el panorama para todos aquellos que ya han adelantado su dinero y tienen puestas sus ilusiones en este desplazamiento. De momento, las entradas aún no están en Vigo. 
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La tarea pendiente de los parones


Foto: AS
El Celta se enfrentará el sábado a uno de sus retos pendientes desde la vuelta a Primera. Después de seis parones por selecciones vividos, todavía no ha sido capaz de ganar en el reinicio de la competición liguera. El balance es, además, muy negativo, con cinco derrotas (cuatro de ellas fuera de casa) y un empate. Por encima, en esta ocasión los vigueses cuentan con seis jugadores repartidos por el mundo mientras su rival de turno, el Athletic, únicamente no dispone de Muniain.

A la vista de los resultados, los parones no le sientan bien al Celta. La racha negativa comenzó en septiembre del 2012, nada más regresar a Primera después del lustro en el infierno. Tras el primer receso el equipo que entonces preparaba Paco Herrera tuvo que visitar Mestalla para medirse al Valencia. Los valencianos se adelantaron nada más comenzar el partido con un gol de Feughouli, empató Cabral al cuarto de hora y Cissokho decidió después. Fue la primera derrota de una secuencia continuada de cinco (todas ellas tras un parón). En esa misma temporada, 12/13, se repitió un mes después con la visita al Real Madrid: 2-0 en el Bernabéu.

El precedente de San Mamés

La temporada pasada tres fueron las derrotas después de un receso por selecciones. Curiosamente la primera de ellas fue en Bilbao, frente al Athletic en el estreno del nuevo San Mamés. El Celta se adelantó en el marcador con un tanto de Charles, que además falló un penalti, pero los bilbaínos terminaron remontando para ganar por 3-2. Aquel día se estrenó Santi Mina como goleador en la élite.

En octubre fue el Levante quien se llevó los puntos a la vuelta del parón. En un día de perros, el equipo que entonces entrenaba Joaquín Caparrós aprovechó un rebote postrero para salir triunfador de Balaídos (0-1). Y en noviembre, cuando todo estaba a favor con un 1-3 en Anoeta, la Real Sociedad se aprovechó de la expulsión de Fontás y del acierto de Carlos Vela, que marcó todos los goles locales, para ganar por 4-3.

El único punto que ha sumado el equipo vigués tras una jornada FIFA ha sido el pasado mes de septiembre, cuando igualó a dos goles con la Real Sociedad en el feudo vigués, en un partido que llegó a ir dominando por dos goles. Ahora afrontará el reto de buscar el triunfo al séptimo intento, un encuentro que los célticos asumen que será muy complicado.

Para encontrar la última victoria del Celta tras un parón hay que remontarse a octubre del 2006, hace ocho años, cuando el equipo entonces entrenado por Fernando Vázquez se había impuesto en Balaídos al Valencia por 3-2. Iriney, Canobbio y Baiano habían sido los artífices de una victoria que la escuadra de Berizzo pretende jubilar el sábado.

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Oubiña comenzará a correr en "dos o tres semanas"


El capitán del Celta de Vigo, Borja Oubiña, que el pasado 5 de agosto se sometió a una artroscopia para solucionar la artritis que arrastraba en su rodilla izquierda, empezará a realizar trabajo de campo "en dos o tres semanas", según indicó hoy el jefe de los servicios médico del Celta, Juan José García Cota.

"La evolución de la rodilla es buena pero queremos saber cómo responde cuando le empecemos a meter más de carga y cuando empiece a correr en el campo, que calculamos que será en dos o tres semanas", comentó el doctor gallego en rueda de prensa.

García Cota aseguró que el mediocentro vigués, que ya ha sido operado cinco veces de esa rodilla, se encuentra "animado" y "con ganas" porque, a su juicio, "ya tiene callo para todo esto".

No obstante, el también médico de la selección española de fútbol reconoció que es "difícil" dar un plazo para la reaparición del jugador porque "todo va a depender de cómo responda la articulación cuando aumente la carga de trabajo en el campo".

EFE
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El Celta no está preocupado por la situación de Madinda


El jefe de los servicios médicos del Celta de Vigo, Juan José García Cota, aseguró hoy que el internacional gabonés Levy Madinda, concentrado con su selección nacional, se encuentra "en perfectas condiciones" y que no está "preocupado" por un posible contagio por el brote del ébola.

"Hablé con él estos días y no tiene ningún problema ni ningún síntoma. La tranquilidad de los dirigentes de la Federación de Gabón y del jugador es absoluta. Si hay algún ápice de nerviosismo en el jugador es por lo que se le transmite desde aquí; él no tiene ningún tipo de problema ni de preocupación", afirmó García Cota.

El también médico de la selección española recordó que el ébola es una enfermedad "de difícil contagio" y que así se lo hizo saber este lunes a los compañeros del futbolista africano en el Celta.

"Yo he hablado con autoridades de nuestro país y de otros y el protocolo a seguir en estos casos es tomar la temperatura a la persona. Desde allí nos han garantizado que no va a tener ningún problema. Esperaremos a que vuelva y entonces le haremos unas pruebas de temperatura y de síntomas, que es lo normal", explicó García Cota.

El futbolista celeste jugará con su selección nacional el próximo miércoles un partido contra Burkina Faso de la fase de clasificación para la Copa de África 2015.

Madinda tiene prevista su llegada a Vigo el próximo viernes.

EFE
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El "histórico" Geli vuelve a casa


Foto: Jorge Landín
El cántabro, autor del gol 1.500 del Celta en Primera, se estrena esta temporada como técnico de la cantera celeste

El 3 de enero de 1996, el Celta ganaba en el estadio Benito Villamarín al Betis por un contundente 0-3 en la décimo novena jornada de Liga. Aquel triunfo no sería uno más de la historia porque en el minuto 72, cuando el equipo vigués ya ganaba merced a los goles de Merino y Gudelj, un cántabro llamado Ángel de Juana 'Geli' (Santander, 1968) marcó el gol 1.500 del Celta en Primera División.

Era aquella la primera campaña en Vigo del zurdo procedente del Zaragoza y criado en el Racing de Santander. Hoy, casi dos décadas después de aquella primera mudanza hacia estas tierras, Geli ha repetido camino para trabajar como técnico en las categorías inferiores del Celta al mando del equipo juvenil B. Aquel club que se encontró en 1995 y al que llega ahora "no tienen nada que ver". Para mejor, aclara.

El santanderino sabe que sigue en la memoria colectiva celeste por aquel tanto en Sevilla, pero asegura que a él el Celta le dio muchas más cosas en las tres campañas en las que militó aquí. "La gente se ríe cuando les hablo de ese gol, pero siempre les digo que siempre que vean los anales del Celta, allí estará mi nombre como autor del gol 1.500. Viví tres años maravillosos en Vigo y fui muy feliz tanto en lo deportivo como en lo personal", rememora.



En el verano de 1995, Carlos Aimar afrontaba su segunda temporada al frente del Celta y el club quiso reforzar su banda izquierda con Geli, que la anterior campaña había jugado en el histórico Zaragoza que ganó la Recopa de Europa. Todo parecía hecho cuando estalló la crisis de los avales: "Fue un poco raro. Me acuerdo que estaba haciendo la pretemporada en Huesca y me hicieron bajar a Zaragoza para firmar el contrato. De repente, me llamaron para que cogiera el taxi y volviera para Huesca porque no había nada que negociar, ya que habían descendido al Celta. Luego se hizo la Liga de 22 equipos. La verdad es que sí fue raro pero dicen que todo lo que empieza a mal se puede mejorar".

Y mejoró. Sin ser titular habitual en ninguna de sus tres temporadas, acabó jugando 73 partidos con la camiseta del Celta. "Pasé un primer año un poco mal porque estuve bastante tiempo lesionado y el equipo se salvó en la última jornada. Pero a partir de ahí, fuimos creciendo hasta que en mi último año –con Jabo Irureta en el banquillo– nos metimos en UEFA y fue maravilloso", relata el cántabro. Fue el principio del mejor Celta de la historia, aquel que estuvo seis temporadas consecutivas en competición europea y que Geli ya siguió desde el Racing, el Extremadura y la Gimnástica de Torrelavega, el último equipo en el que jugó a nivel profesional hasta que hace diez temporadas se retiró.

Tras colgar las botas, desvela que dejó el fútbol un tanto de lado "porque tenía cuatro o cinco negocios en Santander y me dediqué un poco a ellos. Una vez que estaban todos disparados y en su sitio, me preocupé del fútbol, que es lo que me gusta". Y lo hizo, como no podía ser de otra forma, en el Racing de Santander, donde llegó a ser segundo de Miguel Ángel Portugal en el primer equipo (noviembre 09/10 y 10/febrero 11). Los dos últimos años los dedicó al equipo juvenil de División de Honor, del que ahora lo ha repescado el Celta para su cantera.

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Mal recuerdo de Fernández Borbalán para Athletic y Celta


El colegiado internacional David Fernández Borbalán (Almería, 30 de mayo de 1973) no es que precisamente haya tenido buena mano para el Athletic Club. Su estadística es bastante explícita, siendo además un trencilla que le ha pitado en muchas ocasiones a los leones. Nada menos que 28 veces, con diez triunfos, cuatro empates y 14 derrotas como saldo final, la última de ellas esta misma campaña en la visita al Camp Nou saldada con un 2-0 para los de Luis Enrique.

Lo curioso del caso es que en el Celta, próximo visitante de San Mamés en un partido de máxima tensión por parte vizcaína tras el mal arranque de Liga, tampoco las tienen todas consigo cuando es el andaluz quien les dirige. Los celtiñas le tienen cruzado porque en el mismo lugar, el campo blaugrana, concedió un gol de Jordi Alba a pesar de que el lateral izquierdo internacional del FC Barcelona estaba en fuera de juego escandaloso con un par de metros de ventaja sobre la zaga del Celta. Ese tanto rompió el partido y no se lo perdonan.

Asís Martín / El Desmarque
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San Mamés, más vulnerable


Foto: David Ramos
El Athletic ha regalado en casa casi la mitad de los puntos que en toda la temporada pasada, en la que estrenó el nuevo estadio

El nuevo San Mamés abrió sus puertas el 16 de septiembre de 2013 para acoger el primer partido oficial de su historia. El rival en ese estreno fue el Celta, que regresó a Bilbao a finales de diciembre pasado para disputar la eliminatoria de la Copa del Rey. En ambas visitas perdieron los célticos. La nueva catedral del fútbol se mostraba infranqueable para los equipos visitantes. Todos se rendían, incluso cuando tenían la osadía de adelantarse en el marcador.

El primero en comprobar la robustez de las espléndidas instalaciones bilbaínas fue el Celta, que se adelantó en el marcador con un gol de Charles, quien desperdició un penalti para ampliar la ventaja antes del descanso. Los leones sacaron los dientes y los célticos sucumbieron en un día histórico.

Así, el nuevo San Mamés fue forjándose fama de mole indestructible, incluso para equipos como el Barcelona. El Espanyol tuvo el honor de llevarse los tres primeros puntos del campo del Athletic Club. Ocurrió a los cinco meses justos del primer duelo con el Celta. Hasta entonces, solo Valencia, Elche y Real Madrid lograron empatar.

En toda la temporada, el equipo de Ernesto Valverde se dejó únicamente 14 puntos en su campo, al que regresa el Celta el sábado. Sin embargo, este curso transcurre con peores resultados para el Athletic como local.

Después de siete jornadas de Liga, ha perdido casi la mitad de los puntos que cedió el año pasado en San Mamés. (5) El nuevo estadio es más vulnerable, a pesar de que ahora luce en todo su esplendor, con las obras ya finalizadas y el graderío completo para convertirse en una formidable caja de resonancia.

Tras ganar el primer partido de Liga en casa al Levante (3-0), el conjunto vasco cayó ante el Granada (0-1) y empató con el Eibar (0-0). El Celta espera aprovechar esta mala racha y sumar su primer triunfo en el nuevo San Mamés.

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Nolito: "San Mamés es el mejor campo de España"


Foto: Jorge Landín
El jugador del Real Club Celta de Vigo Manuel Agudo 'Nolito' ha asegurado este lunes que pese a que el Athletic Club, próximo rival de los celtiñas en la Liga BBVA, esté antepenúltimo en la clasificación con una victoria y un empate en siete jornadas, será un partido "muy difícil y complicado", pues San Mamés es "el mejor campo" de la competición y, allí, los 'leones' pueden ganar a cualquiera.

"Va a ser un partido muy difícil. A pesar de que el Athletic está abajo en la clasificación, pienso que es mentira porque tiene un equipo muy bueno y en San Mamés puede ganar a cualquiera. Va a ser un partido difícil y peligroso pero ahí vamos a estar nosotros para intentar traernos los tres puntos", manifestó en rueda de prensa.

Nolito aseguró que, para él, San Mamés es "el mejor campo de España" y recordó que cuenta con un ambiente "espectacular". "Vamos a intentar disfrutar y se lo vamos a poner muy difícil, y vamos a intentar traernos los tres puntos. Todos los partidos son difíciles, aquí cualquier equipo te puede ganar si no estamos a nuestro nivel", señaló.

"Tenemos que estar a tope y concentrados los 90 minutos. Está saliendo todo bien, el equipo está jugando bien y debemos estar contentos. Esto acaba de empezar y no nos podemos relajar en ningún momento", aseveró en este sentido.

A nivel personal, comentó que le ha venido bien el 'parón' por los partidos de selecciones. "Siempre viene bien ni que sea un par de días el descanso, ahora a entrenar y tranquilo. No sé si estoy en mi mejor momento pero estoy contento, las cosas están saliendo bien, y el equipo está bien. Estoy feliz por cómo están saliendo las cosas", se sinceró.

"Fui a entrenar normal, gracias a Dios todo bien, y contento por no tener esa pequeña molestias ahí, que la tenía y molestaba un poco. Contra el Elche me molestó otra vez un poco, no se iba, ahora no me molesta nada", añadió.

En cuanto a su estado de forma, celebró estar yendo por buen camino. "Intento hacer lo que sé, estoy contento de ayudar al equipo y no salgo al campo a ver si están pendientes de mí, intento jugar como siempre. Si me vigilan, hay otros compañeros solos. No me fijo mucho en eso", reconoció.

EFE
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Patxi Salinas y Lucas, entre los candidatos al banquillo del Pontevedra


La rapidez con la que se comunicó la decisión de que Manu Fernández era destituído de su cargo como entrenador del Pontevedra hace pensar que el junta directiva tuviese previsto la decisión previamente. Desde hace unos días se especulaba con la posiblidad de que Patxi Salinas podría asumir el cargo que deja vacante Fernández. No es el único nombre que suena pues también podrían estar entre los elegidos José Luis Míguez "Luisito" y Pichi Lucas. También se baraja la opción de Jaime, exjugador de Deportivo y Real Madrid, aunque su escasa experiencia en el banquillo (solo dirigió a los juveniles del Deportivo), le haría partir con menos opciones.

Sobre la posibilidad de que Patxi Salinas se hiciese cargo, hay rumores incluso de que su segundo podría haber presenciado los últimos partidos disputados por el equipo granate. Durante la pasada temporada entrenó al San Andreu. También estuvo en el banquillo del Rápido de Bouzas y en el desaparecido CD Ourense, con una breve aventura en Malta, donde dirigió al Melita.

Pichi Lucas dirigió al Ponferradina, logrando su ascenso a Segunda, y al Celta B. Mientras que "Luisito" dirigió al Racing de Ferrol y al CD Ourense, además de un gran número de equipos de Segunda División B.

Sin nadie al cargo

Desde el club no han anunciado nada oficialmente desde la destitución de Fernández. Anoche se mantenían reunidos la dirección del club en busca de nuevo entrenador. "Esperamos tener entrenador antes del viernes" fue la respuesta de la dirección.También se desconoce quién dirigirá al equipo en el próximo entrenamiento de mañana ya que Fernández no tenía un ayudante.

Fuente: Faro de Vigo
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Los descartes de Berizzo no juegan con el filial céltico


Foto: Jorge Landín 
Borja Fernández pasa de debutar en Primera a ser suplente en Segunda B

A Luis Enrique le gusta recordar que el fútbol "es un deporte de errores", e ilógico, habría que añadir a las palabras del actual entrenador del Barcelona. Aunque para todo haya una explicación cuando por medio está un balón.

A Borja Fernández quizás nadie le explicase por qué en apenas dos meses ha pasado de titular en Primera División a suplente en Segunda B. El trasvase de una categoría a otra implica la intervención de dos técnicos, del mismo club pero con planes e ideas distintas.

Ayer en Balaídos, a donde se mudó el filial céltico para recibir al modesto Somozas, muchos aficionados -incluido algún miembro del consejo de administración del club- se sorprendieron por la ausencia de Borja Fernández en el once titular del Celta B. Parecían el día y el escenario adecuados para que aficionados y técnicos de la casa pudiesen ver en acción a uno de los más prometedores futbolistas de la cantera de A Madroa.

Al menos así fue cómo lo trató Berizzo durante la pretemporada, pues el joven Borja se convirtió en el canterano con más minutos en los partidos amistosos. Y aprovechó las oportunidades luciendo ante rivales como Everton o Deportivo. Tal era la confianza del entrenador argentino en el mediocentro vigués que lo premió con la titularidad en el debut liguero: jugó 86 minutos ante el Getafe y recibió parabienes generalizados.

El fichaje del serbio Radoja lo apartó de la titularidad, pero Berizzo siguió convocándolo en los cuatro siguientes partidos. Incluso se lo llevó a Elche, donde finalmente se fue a la grada. De regreso a Vigo, se presentó en Barreiro para debutar con el filial ante el Tropezón. Entró en el minuto 72 por Borja Iglesias.

La semana pasada fue titular con el filial céltico, que ganó en Santiago al Compostela (1-2). El viernes, Berizzo animó desde la sala de prensa de A Madroa a otros canteranos del primer equipo a que sigan el ejemplo de Borja Fernández. Cree el técnico argentino que los jóvenes deben disputar partidos en Segunda B para que su temporada no se reduzca a entrenar con el primer equipo. Señaló a David Costas y a Santi Mina. Ambos, por contrato, no están obligados a "bajar a galeras", como calificaba Guardiola sus saltos del Barça al filial azulgrana con Cruyff.

Ayer, Borja Fernández se pasó todo el partido en el banquillo. Lo peor para el celtismo es que el filial fue incapaz de ganar a un rival que jugó con diez durante una hora. Goldar y Jordan, que también realizaron la pretemporada con el primer equipo, compartieron banquillo con el mediocentro. Estos dos sí tuvieron minutos de juego.

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Ascenso y caída de Santi Mina


Foto: José Lores
De goleador precoz en San Mamés a inédito antes de regresar a Bilbao

Santi Mina (Vigo, 1995) aún no ha cumplido 19 años, pero ya ha tenido tiempo de vivir las dos caras del fútbol. Hace poco más de un año, el 16 de septiembre de 2013, se convirtió en el goleador más joven del Celta en Primera División al marcar el 3-2 definitivo en un partido histórico, el que sirvió para estrenar el nuevo San Mamés. La temporada en la que cumplía la mayoría de edad, Mina disputó la nada despreciable cifra de 29 partidos en la máxima categoría, 12 de ellos como titular. Un año más tarde, el Celta regresa a Bilbao para enfrentarse al Athletic, pero con el internacional sub-19 en una situación mucho más incómoda. 

Le está costando ganarse la confianza de Eduardo Berizzo, hasta el punto de que no ha disputado ni un solo minuto de Liga en el presente ejercicio. Es el ascenso y la caída del que sigue siendo, pese a todo, uno de los futbolistas más prometedores del conjunto celeste.

Santi Mina, David Costas y Rubén Blanco, los tres nacidos en 1995 y miembros de una de las mejores generaciones futbolistas que ha dado A Madroa, son los tres jugadores del Celta, además del lesionado Borja Oubiña, que todavía no han debutado esta temporada. Pero el 'Toto' Berizzo cuenta con ellos. Es más, este mismo viernes aseguró que dada la escasez de efectivos en la plantilla de veintiún futbolistas que maneja no cree posible que se produzcan bajas en el mercado de invierno. "Nuestra plantilla, por el número de integrantes, no permite salidas. Quienquiera que sea. El número de jugadores en la plantilla no da para imaginar salidas", señaló el preparador argentino.


Interés del Valladolid

Berizzo fue claro, pero la situación de Mina no pasa desapercibida y ya ha aparecido un club interesado en hacerse con sus servicios. Según avanzó Radio Marca, el Valladolid pretende lograr la cesión del delantero vigués para cubrir la baja de Roger Martí, que se perderá prácticamente lo que resta de temporada por una grave lesión de rodilla.

No obstante, desde Pucela dicen que hay otras opciones y el 'Toto' no parece dispuesto a dejarle salir, por lo que Santi tendrá que pelear para volver a lo más alto en Vigo. En Bilbao podría disfrutar de sus primeros minutos. De entrada estará seguro en la lista, ya que Berizzo dispone de sólo diecisiete jugadorse del primer equipo.

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El Athletic regresa al trabajo con Aduriz e Ibai Gómez aparte


Foto: Paulino Uribe
El Athletic Club ha regresado hoy al trabajo, tras el descanso del fin de semana, con los tocados Aritz Aduriz e Ibai Gómez entrenándose aparte, si bien a ambos se les espera recuperados para el partido liguero del sábado ante el Celta de Vigo en San Mamés.

Aduriz e Ibai están saliendo de lesiones musculares que, en principio, según explicó el doctor Joxean Lekue, no les descartan para el choque ante el Celta y espera que esta semana puedan incorporarse al trabajo del resto del grupo. También se ha ejercitado por separado el joven Unai Bustinza, asimismo lesionado.

A la sesión de hoy han faltado Ager Aketxe y los cuatro internacionales. De estos, Ander Iturraspe ya ha cumplido su compromiso con la selección española, que ayer terminó en Luxemburgo con sus partidos de este parón liguero.

Los tres sub-21, Iker Muniain, Kepa Arrizabalaga y Aymeric Laporte jugarán mañana. Los dos primeros, con España ante Serbia en el Ramón de Carranza (18:00 horas); y Laporte, conFrancia frente a Suecia en la localidad nórdica de Halmstad (20:00).

La primera plantilla del Athletic trabajará durante toda la semana hasta el choque del sábado. De lunes a jueves lo hará en sesiones matinales (10:30), la del miércoles a puerta cerrada; el viernes, último entrenamiento previo al choque, será vespertino y a puerta cerrada (18:00).

El entrenador del equipo rojiblanco, Ernesto Valverde, ofrecerá su rueda de prensa tras el entrenamiento del jueves.

EFE
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Cabral: "Podemos soñar, pero antes está el objetivo"


Foto: Marta G. Brea
Gustavo Daniel Cabral (Isidro Casanova, 1985) ha ido ganando peso en el vestuario del Celta hasta convertirse, en su tercera temporada en Vigo, en uno de los capitanes del conjunto celeste. El central argentino celebra el gran inicio de campaña del equipo, aunque destaca la necesidad de asirse al "partido a partido" –puesto de moda por su ex compañero y ex entrenador Diego Simeone– para no descuidar el presente pensando en el futuro. Gustavo reconoce que la plantilla comparte las ilusiones de la afición, pero prioriza el objetivo de la permanencia. A partir de ahí, llegará el momento de "soñar".

Si echa la vista atrás a lo sucedido en las siete primeras jornadas, ¿cuál es el balance?
Muy bueno, la verdad. Habríamos firmado esta situación sin dudarlo a principio de temporada. Estamos muy bien, a pesar de que perdimos el último partido contra el Villarreal. Incluso ahí hicimos un gran encuentro, dando la cara en todo momento a pesar de que nos encontramos con un 0-2 ya en el primer tiempo.

¿Las conclusiones del último partido pueden ser positivas a pesar de la derrota?
El balance del partido es bueno. Perder de esa manera te deja un sabor medio raro, porque perdiste pero sabes que jugaste bien. Al final eso te reafirma en que tienes que seguir haciendo las cosas como las venías haciendo. Así serán muchos más los partidos que ganemos que los que perdamos. Es doloroso perder en casa ante nuestra afición, pero ya toca afrontar el siguiente partido ante el Athletic, en un campo muy difícil y contra un rival muy necesitado.

El inicio del Celta esta temporada es sensiblemente mejor al de las dos últimas temporadas en Primera División, en las que usted ya estaba en el club. ¿Qué ha cambiado en el equipo?
La intensidad. A la hora de presionar y del uno contra uno ha cambiado la intensidad. Siempre hay un forcejeo que a veces nos ha costado tarjetas amarillas. El equipo sigue teniendo el mismo carácter de querer seguir jugando, tener la pelota y mantenerla, pero hemos crecido mucho más en intensidad.

El Celta se ha caracterizado en los últimos tiempos por jugar bien al fútbol pero pecaba de ser un equipo excesivamente blando. ¿Berizzo y su cuerpo técnico han sabido inculcar ese punto de agresividad necesario?
Sí, el 'Toto' ha buscado esa intensidad desde que comenzó la pretemporada y el equipo ha sabido adaptarse rápido. La temporada pasada teníamos mucho la pelota y a la hora de perder, recuperábamos, pero no teníamos la intensidad que tenemos ahora. El equipo va a cada pelota como si fuera la última y creo que cualquiera que vea el partido desde fuera se da cuenta del cambio que se ha producido.

¿Cree que una de las claves también es que el equipo ha sabido dar continuidad al buen trabajo que se hizo con Luis Enrique?
Yo creo que el Celta tiene una identidad, que es jugar al fútbol. Siempre trata muy bien la pelota y así ha sido desde que yo llegué. Mantuvimos esa intensidad con Paco (Herrera), también tratamos de hacerlo con Abel (Resino), después con Luis Enrique, que venía además con su libro de tácticas, y ahora con Berizzo, que también tiene la idea de jugar al fútbol pero con un poco más de intensidad. Pero en el fondo el Celta es fiel a un estilo, a querer tener siempre la pelota.

Hasta la fecha, el Celta se ha mantenido en posiciones europeas en todas las jornadas menos en una. ¿Se ven ahí mucho tiempo?
Trataremos de ir siempre partido a partido. El próximo es el de Bilbao, intentaremos ganar y si lo consigues es obvio que te mantienes ahí arriba. Pero hay que ir partido a partido, pensando siempre en ganar el siguiente. Luego si se dan los resultados, pues seguiremos en la parte alta de la tabla.

En el vestuario abogan por mantener los pies en el suelo, pero es difícil contener la ilusión entre la afición…
No hay nada prohibido. La afición está ilusionada y nosotros estamos contentos con lo que estamos haciendo. Es lógico que la gente, con la intensidad que le ve al equipo y tal y como se está jugando, se ilusione y tenga aspiraciones. Yo lo escucho en la calle, quieren que tratemos de entrar en la Liga Europa, pero nosotros pensamos primero en la salvación, que es lo primordial. Una vez que consigamos la permanencia, veremos si podemos aspirar a otra cosa, pero nuestra filosofía es seguir creciendo poco a poco.

Usted sabe lo que es clasificarse para Europa con un equipo que empezaba la temporada pensando en la salvación, como el Levante. ¿Cuál es la clave?
Como te dije recién, el partido a partido. Nosotros tenemos que pensar en el próximo partido que nos toca jugar y no ir más allá. Si vamos más allá estamos equivocados porque estamos descuidando lo que tenemos primero y entonces estaríamos perdidos. Hay que tratar de cosechar triunfos y paso a paso van saliendo las cosas. Si Dios quiere y cerramos la salvación lo antes posible, podemos soñar porque es un sueño para todos, para nosotros y para la gente, jugar en UEFA por lo menos. Pero antes de ir a por los sueños tenemos que alcanzar nuestro objetivo.

¿Con el Levante, en qué momento empezaron a pensar en el vestuario que realmente tenían opciones de ir a Europa, que estaba en sus manos?
Faltando poco para terminar. Seguíamos ahí arriba, el equipo estaba bien, era muy fuerte a nivel defensivo y en cada situación que teníamos casi siempre metíamos gol. Estábamos bien y creíamos que podíamos, pero aun así llegamos a la última jornada y teníamos que ganar sí o sí al Athletic en casa para entrar. Por suerte se dio que ganamos y nos clasificamos. Y aquí creo que no lo valoraremos hasta el final, si todavía estamos ahí. Pero falta mucho para eso.

En las dos últimas temporadas acabó disputando bastantes partidos, pero en ambas pasó periodos en el banquillo. Ahora da la sensación de que está más consolidado que nunca como titular. ¿Lo percibe así?
Con Berizzo he empezado bien, pero también con Luis Enrique empecé jugando y me tocó salir cuando apostó por David Costas. Así que ahora sigo trabajando para mantenerme en el equipo porque lo peor que puede hacer uno es relajarse. Hay que trabajar todos los días de la semana para que el técnico vea que estás con ganas. Mi ilusión siempre es jugar y por ahora se está dando.

Se le ve cada vez más cómodo con Fontás, que no va a poder jugar en San Mamés por sanción.
Es nuestro segundo año juntos y la verdad es que nos encontramos muy bien. Lo malo es que nos están metiendo goles, es lo que me da más bronca a mí, que sólo en un partido en estas siete jornadas no hemos encajado (en Elche). Ojalá hubieran sido más, pero la verdad es que la línea defensiva está trabajando muy bien, junto con el medio campo, que nos da una ayuda constante. Igual que los delanteros, que son los primeros que defienden. Pero yo estoy más cerca de los centrocampistas y la verdad es que Radoja se ha adaptado muy bien y Borja también lo hizo muy bien cuando le tocó jugar. Estamos contentos con el trabajo que hemos hecho, pero hay que seguir trabajando para volver a mantener la portería a cero.

¿El hecho de encajar goles tiene que ver con la filosofía de juego del equipo, con esa apuesta por una presión alta que deja muchos espacios a las espaldas de la defensa del Celta?
Si vamos a presionar, tenemos que ir todos juntos. En cuanto nos partamos la cosa se complica, porque hay muchos espacios y en defensa no somos un equipo que tenga gran velocidad. En cuanto las líneas estén más cerca, tanto para atacar como para defender, creo que eso nos va a facilitar mucho más las cosas. Ésa es la clave. Si nos partimos, es más fácil que nos generen ocasiones.

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención en este inicio de temporada son los marcajes al hombre. ¿Cómo se han adaptado a esta nueva situación?
Bien, en mi caso porque en Argentina casi siempre marcamos hombre a hombre. Es muy difícil que allí se marque en zona. En su momento me adapté sin problema a la zona, pero el ‘Toto’ intenta cambiar y creo que nos ha ido bien. Mientras estemos atentos al uno contra uno y tengamos responsabilidad, vamos a estar bien.

Dentro de unas pocas jornadas el Celta se convertirá en el segundo equipo en el que más partidos ha disputado como profesional, señal de la importancia que tiene en su carrera.
Sí, después de Racing (de Avellaneda), que fue el club que primero me dio continuidad y donde jugué muchos partidos, es el segundo en el que más años he estado. Superaré los partidos con River Plate y estoy contento porque el Celta es un club que aprecio mucho, igual que a la ciudad. Me han tratado súper bien y mi señora y mi nene están encantados, así que queremos seguir dando alegrías a la gente.

¿Qué es lo que le ha dado el Celta en este tiempo?
Me ha dado tranquilidad y seriedad, que es muy importante en un equipo. Es un club bien estructurado, que proyecta futuro. Uno piensa en todas esas cosas y sabe que está en un club serio. Para un jugador es muy agradable tener la tranquilidad necesaria para pensar única y exclusivamente en jugar.

¿Y qué es lo que le ha dado Vigo?
De todo. Primero comer (se ríe), que aquí se come muy bien. Más que la ciudad es la gente. Me han tratado muy bien desde el principio, tanto a mí como a mi familia. Mi nene tiene muchos amigos y yo, con que mi señora y mi hijo estén contentos, me quedo súper tranquilo. Yo al final siempre estoy activo, con los viajes, los partidos y los entrenamientos, pero para mí es muy importante que ellos estén bien.

¿Ni siquiera echa de menos los asados argentinos?
Un poco sí, en Argentina tengo muchos amigos y disfrutamos mucho de los asados pero aquí hay muchos argentinos, así que no se extraña tanto (ríe).

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Larrivey, el goleador con el fútbol tatuado en su piel


Foto: Celta
Con su chupete colgado del cuello y sus enormes ojos verdes, el pequeño Joaquín se pasea entre los trofeos que entregan en Sitas, el club de El Palomar (Argentina) en el que da sus primeras patadas a un balón y que con el paso de los años acabará convirtiéndose en su segundo hogar. Mira con curiosidad los trofeos, sin saber que el futuro que le aguarda estará trufado de goles y ovaciones. En ese momento nadie puede predecir que el chiquito que disfruta corriendo detrás de la pelota junto a sus hermanos Damián y Denis acabará convirtiéndose en el delantero que a base de garra y tantos se ha ganado el respeto de Balaídos en un abrir y cerrar de ojos. Lo que tampoco sabe en ese momento el pequeño Bati -por Batistuta - es que el camino hacia el éxito no siempre sigue una línea recta.

«Siempre fui un fanático del fútbol. Al lado de casa había un club en el que se podía practicar cualquier deporte y de chico me pasaba la vida allí». Compaginaba fútbol y baloncesto, y cuando por horarios tuvo que elegir, optó por el balompié. «Era en el que estaban mis amigos». Los amigos y la familia son una constante en el discurso de Joaquín Larrivey. Lo mismo que en su piel. Su gente y el fútbol, grabados en tinta.

Su idilio con el balompié comenzó casi sin querer. Se divertía marcando goles, pero nadie aventuraba que su futuro podía estar dentro del área. «Nunca me había imaginado ser futbolista. Siempre había sido un sueño muy, muy lejano». Pero ese sueño transmutó en realidad el día en que un ojeador de Huracán llamó a su puerta. Le habían visto empacharse a goles con su equipo, así que con 17 años le hicieron una prueba. A los 18 estaba jugando, y a los 19 y medio era una de las estrellas del primer equipo. «Todo fue muy rápido. Para mi familia y para mí era increíble. Somos muy futboleros y encontrarse jugando todos los domingos ante 20.000 personas era un sueño. Todavía hoy lo vivo así», confiesa.

Las excursiones en familia para seguir a Joaquín cuando estaba en Sitas continuaron en Huracán. Su gente y sus amigos peregrinaban cada fin de semana para arroparle. Con una excepción, la de Lucrecia, Cuqui, su madre. Damián, el mayor de los cuatro hermanos, y un futbolero empedernido, se lo había prohibido. «Una vez que mi mamá había ido a ver a Joaquín a una final, mi hermano hizo un gol, se lo anularon, su equipo perdió 1-0 y él acabó lesionado. Le dije que no podía ir a verlo más», recuerda Damián entre risas. El mayor de los Larrivey ha vivido en la piel cada paso de su hermano en el fútbol. «Es algo que me apasiona, y que mi hermano esté viviendo todo esto, y saber que todo lo ha logrado a base de esfuerzo, nos llena de orgullo a toda la familia». Damián recuerda el día en que Joaquín lució por primera vez el brazalete de capitán de Huracán. «Tenía 21 años. Cuando lo vi salir por el túnel del estadio sentí la piel de gallina y las lágrimas me brotaron solas. Se me hinchó el pecho, respiré hondo y pensé que William Wallace al lado de mi hermano era una monja».

La emoción que destila Damián se contagia en su padre, Fernando. «Ninguno nos imaginábamos que podría salir futbolista, así que para nosotros es muy emocionante todo lo que está viviendo. Salir goleador en Huracán fue increíble, pero todavía lo fue más cuando se fue a Italia. Imaginate, verlo salir de Huracán, de jugar en la B, y de repente enfrentarse a la Juventus. Fue una emoción terrible».

Fue justo antes de irse a Italia, en su último partido con Huracán, cuando Damián levantó el castigo a su madre, y Cuqui pudo disfrutar en el estadio. «Era el partido para ascender. Yo me iba marchar a Italia, así que Damián le dijo que podía ir. Mi mamá pensó que era la última ocasión que iba a tener en mucho tiempo para verme, así que comenzó a rezar para que marcara gol». Y Larrivey marcó de córner.

Los días difíciles en Italia

Tras ascender a Huracán a Primera, Joaquín, con 21 años y cargado de ilusión, puso rumbo al Cagliari italiano, pero las cosas no salieron como esperaba. «El primer año fue muy complicado a nivel personal y futbolístico. Es difícil que uno no traslade los problemas de la vida al campo, y yo acabé pagando en los años sucesivos esa primera temporada». Primero salió cedido a Vélez. Disfrutó de la Primera argentina y salió campeón, pero el presidente del Cagliari no quiso venderlo y tuvo que regresar a Italia. «Me fue un poco mejor, pero tampoco jugué demasiado y la gente no tenía mucha paciencia conmigo. Resultó que a mi mamá la operaban de corazón, así que pedí volver a Argentina». Y salió cedido de nuevo. A Colón, un equipo de Segunda en el que arrancó bien, pero en el que acabó lesionándose los tobillos.

Volvió a Italia y en su tercer intento le fue mejor, con una decena de goles. Sin embargo, no acababa de encontrarse feliz, así que pidió salir. De nuevo la respuesta fue negativa, y Larrivey comenzó la liga 2012/13 jugando y marcando. Pero aun le esperaba otra sorpresa. «En la tercera jornada fallé un penalti. Con el mercado cerrado el presidente me dijo que me tenía que ir, y que Rusia era una buena opción». Fue un jarro de agua fría. Accedió a salir, pero puso rumbo al Atlante mexicano. «Futbolísticamente fue el peor equipo en el que he estado. No había campo de entrenamiento ni vestuarios. Iban 300 personas a los partidos, y de los ocho meses que estuve acabaron pagándome tres». Fue como tocar fondo antes de renacer. El Rayo le reclamó, y no dudó. «Para mí era reinsertarme al mundo ultracompetitivo». De sus momentos difíciles dice haber aprendido mucho, y conserva amigos y un Ave Fénix tatuado que le recuerda que se puede renacer. «Me siento un privilegiado por hacer lo que me apasiona, pero nadie me ha regalado nada».

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Carles Planas, feliz con su rendimiento en su debut en Primera


Foto: Marta G. Brea
Carles Planas, lateral izquierdo del Celta de Vigo, está "muy contento" con su rendimiento hasta el momento en el conjunto gallego, al que llegó este verano procedente del filial del Barcelona. "Vine al Celta para aprender e intentar aportar mi granito de arena a este gran equipo. De momento, he tenido la suerte de contar con la confianza del míster, espero seguir teniendo más oportunidades para sumar más minutos", afirmó a Efe el catalán.

A pesar de ser un novato en la Liga BBVA, Planas ha logrado convertirse en un fijo en el once del argentino Eduardo "Toto" Berizzo, quien lo alineó como titular en seis de los siete primeros partidos. "A nivel personal, estoy muy contento porque las cosas me están saliendo bien, pero lo importante es lo colectivo. Cuando fiché por el Celta no me marqué ninguna meta, simplemente darlo todo en los entrenamientos para ganarme la confianza del míster", manifestó.

El futbolista ve "bastantes" diferencias entre competir en la Liga BBVA a hacerlo en la Liga Adelante: "En Segunda División hay jugadores de mucho nivel, pero en Primera están prácticamente los mejores del Mundo". "En cuanto a ritmo e intensidad también se nota, además de que aquí cualquier fallo te puede condenar porque todos los equipos tienen muchísima calidad arriba", explicó Planas.

EFE
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Krohn-Dehli se mide el martes a la Portugal de Cristiano Ronaldo


Dinamarca y Portugal se verán las caras el martes en el Parken Stadion de Copenhague en un partido clave para las aspiraciones de la selección lusa de clasificarse para la Eurocopa 2016. El céltico Krohn-Dehli se enfrentará a Cristiano Ronaldo, que ha regresado a la selección tras el descalabro ante Albania. La derrota ante este débil rival provocó la destitución de Paulo Bento como seleccionador. Ha sido sustituido por Fernando Santos, que llevó a Grecia a los octavos de final en Brasil-2014.

En su primer partido al frente del combinado luso, Santos no pudo con Francia en un amistoso disputado ayer en Saint Denis (2-1). Desde París, la expedición portuguesa emprenderá rumbo hacia la capital danesa, donde el martes le espera un rival en el que el céltico Krohn-Dehli mantiene el gran nivel de juego que lleva en el Celta.

También el martes jugarán los otros internacionales célticos. Radoja volverá a enfrentarse a Sergi Gómez y a Jony Castro, en un duelo de la categoría sub 21. Este España-Serbia se jugará en Cádiz, y es valedero para el Europeo 2015.

Fuente: Faro de Vigo
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Los números 10 del Celta: (VIII) Iago Aspas 2011-13


El 10 es el número más especial en el mundo del fútbol. Desde Pelé hasta Maradona, este dorsal siempre se relaciona con los futbolistas distintos que marcan los recuerdos de los aficionados y logran que los niños amen este deporte. La calidad de un equipo bien podría medirse por la calidad de su número 10. Desde que se implantaron los dorsales fijos en el fútbol, allá por 1995, varios han sido los jugadores que portaron en su espalda ese mágico número. Unos más afortunados que otros, queremos recordar a todos los "10" del Celta antes de Nolito. 

El único jugador de la cantera que pudo lucir el número 10 en el Celta ha sido Iago Aspas. El de Moaña es uno de los futbolistas más especiales de los últimos años. Adorado por la afición desde que salvó al equipo del descenso en 2009, para posteriormente convertirse en un goleador letal en Segunda y en Primera. Medio centenar de goles contemplan a un canterano que dignificó el 10 del Celta. 

Biografía

Delantero o mediapunta. Zurdo solo par el fútbol, destiló clase y pundonor durante sus años en Balaídos. Pero la historia de Iago Aspas en el Celta arranca con una piadosa mentira. El menudo chico de Moaña recorrió ilusionado los quince kilómetros que separaban su casa de Vigo para asistir a unas pruebas que realizaba el Celta para captar niños para su cantera, pero al llegar a A Madroa se llevó una gran desilusión: Las pruebas eran para niños nacidos en 1986, y él lo había hecho un año más tarde. No podía parar de llorar, convencido de que tendría que regresar a casa de vacío. Sin embargo, su tío lo convenció: "Tú di que eres del 86 y ya está". Así lo hizo. 

Viendo las pruebas, nadie diría que aquel chico era un año menor, tal vez por su físico, pero su zurda de seda no pasó desapercibida para los técnicos. Aspas superó una dura prueba, ya que jugó por primera vez en un campo sintético y sufrió porque llevaba unas botas lisas y se caía constantemente. Aspas regresó a casa convencido de que no lo llamarían, pero a la media hora de llegar sonó el teléfono, el Celta quería reclutarlo. Ahí tuvo que confesar su edad. A los técnicos del Celta no les importó, sabían que habían descubierto en Iago a un pequeño genio. 

Pero Aspas ya destacaba antes de llegar al Celta. En A Xunqueira,  en la playa hacía rabonas y chilirrabonas, según cuentan los que jugaban con él. Su vida estaba marcada por el balón de fútbol, que lo acompañaba a todas partes. Además, su familia ha dado un buen número de jugadores. Su tío, Cristobal Juncal, jugó en las categorías inferiores del Celta, y es futbolista profesional, como su primo Aitor. También su hermano Jonathan vistió la camiseta celeste. Pero de todos ellos, el que más carácter tenía era Iago. 

Su llegada al Celta provocó una pequeña revolución en casa de los Aspas. Iago convenció a uno de sus hermanos mayores, Jonathan, para hacer las pruebas en el Celta. También lo cogieron, y llegaría a ser internacional en categorías inferiores y jugador del primer equipo. Los padres de Aspas no tenían coche, así que Aspas acudía a entrenar con otro compañero de Moaña, al que llevaba su padre y con el que compartían los gastos del combustible. Sus padres se turnaban el fin de semana para ver en directo a sus tres hijos futbolistas, ya que Urbe, otro de sus hermanos, se  abría paso como portero en categorías regionales. 

Iago Aspas se fue abriendo paso por las categorías inferiores del Celta, quería ser como Mostovoi, se identifica con él porque jugaba de mediapunta, y tenían otra cosa en común: el mal genio. Esa característica ha marcado la trayectoria de Aspas desde muy pequeño. Javier Maté fue uno de sus valedores en el Celta, y una de las personas que puso más empeño en llevar a Aspas por el buen camino. Alivió sus frustraciones, como cuando quiso irse en cadetes porque no lo habían seleccionado para el campeonato de España. Purgó sus destemplanzas con una cesión al Rápido en edad juvenil, donde destacó y dio a conocer su lado más fogoso. 

En un duelo contra el Celta, Iago se ganó la expulsión tras llamar "niñato de mierda" al asistente. También se encaró con la afición del Celta y les hizo cortes de mangas. Casi lo echan del Rápido por ello, como reconoció tiempo más tarde el propio jugador. El Celta, sin embargo, lo repescó al término de esta temporada y ya no lo dejaría escapar. Iago Aspas salía a expulsión por temporada, pero era algo que no importaba demasiado a Iago Aspas, que debutó con el filial en el Ángel Carro, ante el Lugo, como titular y disputando los 90 minutos en la primera jornada de la Temporda 2006-07. El Celta B perdió 4-0, pero Rafa Sáez había descubierto a un jugador fundamental para el futuro. 

Aquel fue su primer año en el filial, marcando 1 gol en 21 partidos, 18 de ellos como titular. Mejoró sus cifras al año siguiente, con cuatro goles en 32 partidos. Para entonces ya había forjado una increíble amistad con Dani Abalo, con quien se entendía de maravilla en el campo. Eran como Zipi y Zape. Dos traviesos futbolistas haciendo diabluras en el campo. Goran Maric, el delantero centro del aquel equipo, se beneficiaba de esa conexión para terminar cada año con grandes cifras goleadoras.  Al final de aquella campaña, la 2007-08, Aspas tuvo la oportunidad de debutar con el equipo mayor.

Una inolvidable forma de celebrar un gol 


Fue en el Helmántico, ante la desaparecida Unión Deportiva Salamanca. El Celta venía haciendo una campaña decepcionante, y aquel partido solo fue otro ejemplo más de ellos. Cayeron los de Alejandro Menéndez, que había sido su entrenador en el filial ese mismo curso, pero Aspas tuvo la oportunidad de debutar, además como titular, siendo sustituido en el minuto 60 por Pepe Aicart, otro compañero del Celta B. Aspas no destacó excesivamente en un partido bastante feo. Enfrente tuvo aquel día a cuatro futuros compañeros en el Celta: Catalá, Bustos, Botelho y David Rodríguez. 

En la Temporada 2008-09 elevaría sus cifras goleadoras a seis tantos, pero lo más importante llegaría en la antepenúltima jornada de Segunda División. El Celta, que había llegado al ecuador del campeonato con opciones de ascenso, se había complicado la vida en la segunda vuelta con una racha nefasta que le conducía al descenso a Segunda B. Pepe Murcia había dejado su sitio en el banquillo a Eusebio Sacristán, y el Celta recibía en esa jornada al Alavés, que estaba tres puntos por debajo en la clasificación. Una victoria salvaba al Celta, y una derrota lo acerca al peligroso abismo del descenso para un equipo que navegaba con la Ley Concursal como lastre.

Para ese partido, el Celta tuvo la mala fortuna de quedarse sin dos de sus delanteros. Dinei por una lesión, y Ghilas, que había visto la quinta amarilla una semana antes frente al Hércules y estaba sancionado. Eusebio Sacristán, un técnico que demostró en Vigo que no le temblaba el pulso con los canteranos, llamó para ese partido a Joselu y Iago Aspas para cubrir su baja. Eusebio los mandó a calentar en la segunda mitad, y ambos se miraron. ¿Se atrevería a ponerlos en el campo?. La duda se despejó unos minutos después cuando Eusebio hizo gestos al moañés: "Vístete, que vas a entrar". 

Balaídos recibió a Aspas con alegría, porque sabía de su calidad, pero también con la incerteza de quien jugaba el segundo partido con el primer equipo. Las dudas, si las había, se despejaron a los dos minutos de su entrada al terreno de juego, cuando intentó batir al meta rival con astucia. No lo logró, pero sería el primer aviso de lo que vendría por delante. A diez minutos del final, Trashorras abrió un balón a la banda, y Dani Abalo desde la derecha pondría un precioso balón que Aspas cabecearía al fondo de las mallas. Otra vez la conexión Abalo-Aspas haciendo de las suyas, pero esta vez con el equipo de los mayores y en un partido decisivo.

Aspas corrió como un loco, se sacó la camiseta, lo que le costó una amarilla, enarboló un micrófono de ambiente. Esta fuera de sí, pero el Alavés lo devolvió a la realidad en menos de cinco minutos logrando el empate. Ya en tiempo de descuento, Falcón salvó el segundo de los blanquiazules. Balaídos ya daba por bueno un empate que no le dejaba salvado, pero tampoco desahuciado, y pasando tres minutos del tiempo reglamentario, Jordi Figueras botó una falta en campo propio, Jonathan Vila peinó el balón, que cayó a pies de David Rodríguez y su tiro, rechazado por el portero, fue aprovechado por Aspas para marcar el 2-1 que llevaba la locura a Balaídos. Ahora sí, no había tiempo para otro gol del Alavés. Aspas se retiraba del campo a hombros de sus compañeros, mientras Abalo gritaba: "¡Es el mejor!". Pocos como Dani conocían al nuevo héroe del celtismo, que se quedó en el primer equipo para siempre. 

Eusebio Sacristán continuó siendo el entrenador en la Temporada 2009-10, la primera completa de Aspas con el Celta. La labor del técnico castellano fue importante en la carrera de Aspas, a quien labró como futbolista y también como persona, intentando calmar un carácter que hacía peligrar su talento. Ante la Real Sociedad fue expulsado en cinco minutos, primero por una falta y luego sacar otra sin el permiso del árbitro. Eusebio llegó a amenazarlo con cambiarlo en un descanso si no podía perdón al árbitro. En cierto modo, suavizó sus aristas, pero su juego seguía siendo intermitente. Aquel año anotó 5 goles en 36 partidos, en otro año flojo del Celta.

El trabajo de Eusebio con Aspas tendría su recompensa, ya que el moañés salvó la cabeza de su técnico en más de una ocasión. Primero ante el Recreativo, con su puesto en entredicho, y especialmente en un choque ante el Girona. La carta de despido del vallisoletano estaba redactada, e incluso su sustituto, sonó con fuerza Lillo, pero el Celta ganó con un gol de Iago Aspas y Eusebio siguió en el cargo, a pesar de no cumplir con lo esperado en la Liga, y sin que el rendimiento de Aspas fuese sobresaliente.  

Pero su talento no pasaría desapercibido ni mucho menos. El Celta realizó una gran campaña en la Copa del Rey, llegando hasta cuartos de final con el Atlético de Madrid como rival. El partido de ida se disputó en el Vicente Calderón, y Aspas deslumbraría a España con un excelso pase de tacón que aprovechó Trashorras para anotar el 0-1. No fue el único gol exquisito que anotaría. Ya en la temporada siguiente, con Paco Herrera en el banquillo y sin ganarse la titularidad, apenas jugó 9 partidos de inicio, anotó un gol de tacón ante el Villarreal, con un gesto técnico precioso, y otro golazo ante el Granada con un tiro lejano ante el que Roberto, el  meta nazarí,  solo pudo aplaudir.

A Paco Herrera, Aspas lo tenía enamorado. Pero no acababa de encontrarle un sitio en el equipo. Aspas solía funcionar cuando salía, pero el técnico catalán apostaba por la dupla De Lucas-David Rodríguez, que tan buenos resultados le estaba dando. El moañés apenas entró en la recta final del campeonato, donde se convirtió en un jugador importante, pero sin llegar a ser decisivo. El Celta perdió la oportunidad del ascenso en una eliminatoria muy dura ante el Granada, en la que Aspas fue el centro de las iras de la parroquia nazarí. En el partido de ida, Aspas golpeó fortuitamente a Roberto, meta del Granada y ex jugador del Celta, en la cara, provocando un fuerte hematoma, que el Granada, a través de su página web oficial, aprovechó para calentar el partido de vuelta. 

La afición granadina recibió a Aspas con el cuchillo entre los dientes. Se repartieron carteles en los que se ponía precio por su cabeza. Era una forma de intentar amedrentar al jugador, que fue titular y sufrió todo tipo de provocaciones por parte de los rivales, especialmente del propio Roberto, que conocía su carácter y quería sacar partido de ello. Aspas estuvo muy contenido durante todo el encuentro, y en la tanda de penaltis mandó callar a Los Cármenes cuando anotó su gol. Fue expulsado por ello de forma sorprendente, y el Celta acabaría eliminado tras perder en la tanda de penaltis.

Tras ese verano, el Celta emprendió una pequeña revolución en la plantilla. Se marcharon hombres importantes como Trashorras, Falcón, Michu o López Garai, y llegaron Oier Sanjurjo, Natxo Insa, Orellana y Bermejo, entre otros. Además, Paco Herrera tenía otros planes para Iago Aspas. Bermejo, que venía como referencia ofensiva, fue situado como mediapunta, dejando a Aspas en punta de ataque como falso nueve, o delantero mentiroso. A Aspas le costó entrar en el equipo, pero tras una serie de remontadas en Jerez y Villarreal, con el moañés como protagonista, Herrera le otorgó galones. Desde ese momento su titularidad fue indiscutible. 



Además, su rendimiento iba cada vez a más. Llegaron los goles, pero también una importante participación en el juego ofensivo, asistencias, y un trabajo defensivo muy loable y que siempre agradecen los entrenadores. El Celta, tras algunas dudas en el arranque, enganchó una racha muy buena, especialmente a partir de diciembre, con Aspas como protagonista. El juego del equipo, además, era muy bonito, y eso enganchaba al público. La temporada dejó partidos memorables, como la goleada al Numancia, las remontadas ante Almería, Recreativo, Barcelona B o Xerez, o una victoria in extremis en el campo del Valladolid que supuso finalmente el ascenso, puesto que los castellanos serían los grandes rivales del Celta.

En las jornadas finales, cuando todo se decidía, Aspas lejos de arrugarse se erigió en el gran protagonista, anotando 8 goles en cinco partidos, que supusieron cinco victorias decisivas para el Celta. Aspas anotó ante el Alcorcón (2), Guadalajara (2), Alcoyano (1), Xerez (2), y Nástic de Tarragona (1). Precisamente tras esta última victoria el Celta dejaba encarrilado el ascenso, puesto que le bastaba un punto para lograrlo en la última jornada, y se enfrentaba a un Córdoba que necesitaba también el empate para asegurarse la promoción del ascenso. El resultado fue un lógico empate a cero. 

Iago Aspas ya era jugador de Primera División. Lo celebró, especialmente con sus amigos Orellana, Hugo Mallo y Roberto Lago, con quien forjó una gran amistad durante ese curso. Como era previsible, no le faltaron ofertas en verano, pero prefirió seguir en Vigo, e incluso amplió su vinculación contractual hasta junio de 2017. También le llegaron los reconocimientos. El diario Marca el entregó el Trofeo Zarra de Segunda, destinado al máximo goleador nacional de la categoría de plata. Los lectores de la web moiceleste.com le eligieron mejor jugador de la temporada, y ganó el premio de la LFP al mejor delantero de Segunda. Además, a finales de ese año recibió el Trofeo Manuel de Castro, Handicap, como mejor jugador del Celta del año 2012.

Tantos reconocimientos podrían despistarlo en la nueva temporada. Nada más lejos de la realidad. Fue el máximo goleador en la pretemporada, con cinco dianas, y continuó a un excelente nivel desde la primera jornada del campeonato. No tardó en llamar la atención de la prensa y se convirtió en el jugador más mediático del Celta, la estrella indiscutible del Celta y el principal pilar sobre el que se sustentaban las opciones de permanencia del conjunto vigués. 

En lo deportivo, el Celta arrancó el campeonato más o menos bien, pero a partir de enero de 2013 fue empeorando su juego de forma preocupante, hasta el punto de meterse en puestos de descenso. El momento cumbre llegó tras una derrota en Getafe (3-1). El equipo estaba dando una lamentable imagen, y Paco Herrera lo señaló sacándolo del campo a los pocos minutos de la reanudación, dando entrada a Santi Mina, un juvenil. Aspas le negó el saludo a su sustituto y golpeó con fuerza un balón que rondaba por el banquillo vigués. Ya en los vestuarios, hubo sus más y sus menos con Bermejo, que le recriminó de forma muy airada su actitud. Casi llegan a las manos.

En sala de prensa, Herrera volvió a cargar contra Aspas: "Aspas desde hace seis o siete partidos no ofrece soluciones. Entre todos lo habéis matado. No está en la tierra, está en una nube", señaló el técnico al término del partido. Los malos resultados le costarían el puesto al catalán unas horas después, y el rendimiento de Aspas quedaba en entredicho tras estas declaraciones. Tras el cese de Herrera llegaba Abel Resino, con la intención de salvar al equipo. 

Pero el peor momento de Aspas aún estaba por llegar. Primero Eusebio, y después Herrera se habían afanado en domar el carácter que le acompaña en el campo desde que es un niño. Parecía que lo habían conseguido, pero en un derbi disputado en Riazor, Aspas sacó lo peor de si mismo. El moañés cayó inocentemente en las provaciones de Marchena, un veterano futbolista que vivía sus estertores futbolísticos en el Deportivo, y le propinó un cabezazo que le costaría su expulsión y una posterior sanción de cuatro partidos. ¡Con lo que le gustaba a Iago jugar al fútbol!

A Aspas le llovieron las críticas, primero del vestuario, en la boca de Mario Bermejo, y de un gran sector de la afición que recriminaban a Aspas una actitud que le costó la derrota al Celta en Riazor (3-1), dando vida a un rival por la permanencia que estaba casi muerto. Aspas purgó durante cuatro largas jornadas, en las que vio como su equipo apenas lograba cuatro de los doces puntos en juego. Desde el palco VIP de Balaídos, Aspas sufrió como un celtista más, con la impotencia de no poder ayudar a sus compañeros. 

Fue una dura penitencia para Aspas, que llegaba para las últimas y decisivas jornadas de Liga. En su reaparición, el Celta logró una importantísima victoria ante el Levante (0-1), en un gris partido de Aspas, pero en la siguiente jornada marcaría un gol muy importante ante el Athletic. Un punto de oro gracias a un gol muy trabajado del moañés. Aspas también marcaría en Valladolid, en la penúltima jornada, transformando un penalti, y sería clave en la última jornada ante el Espanyol, dando una asistencia de gol a Natxo Insa, tras un primoroso regate a Colotto. El Celta había logrado lo imposible, ya que dependía de que el Deportivo no ganase en Riazor ante la Real Sociedad.

La afición saltó exultante al terreno de juego a la conclusión del encuentro, y Aspas, confundido entre el bullicio, fue abandonando como podía el recinto vigués con lágrimas en los ojos y visiblemente emocionados. Abajo, en el vestuario, sus compañeros celebraban el milagro, pero Aspas lo hacía con moderación. Sentado en el vestuario, recibía el apoyo de su amigo Abalo, mientras enjugaba sus lágrimas. Sabía que era su último partido con la camiseta del Celta. Aspas había aceptado una oferta del Liverpool, que cuadruplicaba su sueldo y le reportaba al Celta unos nueve millones de euros, el cuarto traspaso más caro en la historia del club céltico, solo superado por los traspasos de Makelele y Michel Salgado al Real Madrid, y el de Turdó al Rennes, todos ellos en tiempos de bonanza económica y con el Celta en puestos europeos. 

Antes de irse, Aspas se despidió oficialmente con una rueda de prensa en la que no pudo evitar que las lágrimas volviesen a hacer acto de presencia. Se fue como un celtista, lo que siempre será.  Tras hablar con la prensa, saltó al césped y recibió el cariño de una afición que jamás lo olvidará. Llegó a Vigo siendo un niño, se enamoró del escudo de la Cruz de Santiago, salvó al Celta de un descenso y fue parte fundamental en un ascenso, y acabó yéndose mientras dejaba muchos millones de euros en la caja del club. Siempre se le recordará como lo que fue, un futbolista enorme, un niño pequeño en el campo, y un excelente tipo fuera de él. 

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