El Celta visita esta noche (21:00) el Estadio de La Romareda para enfrentarse al Club Deportivo Ebro, un histórico conjunto de la capital aragonesa que esta temporada milita en la Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español.
El encuentro supondrá la puesta de largo del Celta en la Copa del Rey, una competición fetiche para el celtismo, pero que se ha saldado con eliminaciones tempranas en las últimas temporadas. En la 2019-20 cayó ante el Mirandés, de Segunda División, y el pasado curso ante el Ibiza, que por entonces militaba en la categoría de bronce.
Eduardo Coudet advirtió en la previa de los peligros de la relajación en este tipo de encuentros, y afirmó que el Celta saldrá a jugar con la seriedad necesaria, aunque sin pensar más allá de este partido debido a la situación clasificatoria, que ahora mismo centra las preocupaciones del preparador argentino.
La expedición viguesa partió ayer con 23 futbolistas, entre ellos tres jugadores del filial: Carlos Domínguez, Gabri Veiga y Coke Carrillo, una representación bastante escasa para lo que se esperaba. Se quedó en Vigo Iago Aspas, que ha sido padre por tercera vez.
Se esperan cambios en el once inicial. El propio Coudet adelantó que jugaron futbolistas menos habituales, aunque prefirió no dar nombres en la rueda de prensa previa al encuentro. Se espera que Rubén Blanco vuelva a la portería nueve meses después de su último partido, y que se produzcan cambios en todas las demarcaciones, con minutos para jugadores como Fontán, Carlos Domínguez, Gabri Veiga, Miguel Baeza o Thiago Galhardo, que en las últimas semanas ha aumentado su participación en el equipo, y que tendrá en el partido de esta noche una buena oportunidad para seguir mostrando su calidad. También supondrá una buena oportunidad para jugadores como Solari o Cervi, que por el momento forman parte de la segunda unidad del equipo.
