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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Holanda siempre ha sido uno de esos países que parecen especialmente dotados para la práctica del fútbol. Desde los años 70, la selección holandesa siempre ha contado con futbolistas muy importantes, y han sido varios los que han triunfado en la liga española. Todos recordamos a jugadores como Kluivert, Koeman, Makaay, Cocu, los hermanos De Boer, Van Nistelrooy o los clásicos Neeskens o Johan Cruyff.
Sin embargo el Celta siempre ha estado bastante alejado de este fenómeno. Antes de la llegada de Wesley Hoedt solo habían pasado por Vigo cuatro futbolistas neerlandeses, y ninguno de ellos logró triunfar. A continuación vamos a recordarlos:
Poseer uno de los apellidos más ilustres en el mundo del fútbol no siempre es sinónimo de éxito. Jordi Cruyff llegó a Vigo en la Temporada 1998-99, procedente del Manchester United, donde había militado varios temporadas tras salir del Barcelona. Con la camiseta celeste disputó 8 encuentros, en los que solo marcó un gol. No dejó un mal recuerdo, pero apenas jugó.
Durante muchos años encarnó como pocos la figura del futbolista “waltrapa”. Llegó con la vitola de gran goleador en la Eredivisie, pero en el Celta fracasó rotundamente. Su flequillo rubio forma parte de la iconografía del celtismo de aquella época de cambio de siglo. Tras dejar el Celta triunfó en el RKC Waalwijick, anotando 99 goles en 231 partidos.
Tras varios años sin futbolistas holandeses en la plantilla céltica, llegaría De Ridder en el verano de 2005, un extremo derecho de indudable clase que no logró triunfar en Vigo. En dos temporadas tan solo marcó un gol y disputó apenas 23 partidos. Después jugaría varias temporadas en la Premier, sin excesivo éxito, y acabaría retirándose a los 31 años sin cumplir las expectativas generadas cuando militaba en el Ajax de Amsterdam.
Con el Celta recién descendido a Segunda División llegó este holandés, que era internacional con la selección de Ghana, que llegaba con el precedente de haber competido con el mismísimo Messi por ser el mejor jugador de un Mundial Sub-20. Jugador con un talento increíble, el celtismo se frotó los ojos en su debut al verlo gambetear y hacer bicicletas. Todo fue un espejismo, ya que estaba más pendiente de la play que del fútbol. Su carrera ha sido un drama para un futbolista de una enorme calidad.
