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| Infografía: Faro de Vigo |
Luis Enrique y su plantilla no caminarán solos durante la temporada. Como ya es habitual en los últimos años, el celtismo sigue respondiendo a la llamada de su equipo y se ha volcado para apoyar al conjunto celeste en la competición que arrancará el próximo lunes a las 22 horas ante el Espanyol, buscando ser más que nunca ese jugador número 12 que arrope en las duras y en las maduras para no pasar así los agobios de la pasada campaña.
La entidad olívica dio a conocer ayer de manera oficial los datos de abonados de la campaña que se inició a mediados del mes de junio y ésta ha ido viento en popa. Hasta el momento, el Celta ha conseguido reclutar a 23.850 socios, una cifra espectacular que supera en casi 1.400 abonos a la lograda durante el verano pasado en el regreso del equipo a Primera División tras un lustro vagando por la categoría de plata, cuando el contador se paró en 22.500. Es además, la segunda mejor cifra registrada en la historia del Celta, tras tocar techo en la campaña 1998-1999, cuando se consiguieron 25.000 abonos.
El magnífico registro coincide con una temporada especial, en la que se celebra el nonagésimo aniversario de la entidad, fundada el 23 de agosto de 1923 tras la fusión del Vigo y el Fortuna. De los casi 24.000 abonos que se han tramitado durante este verano, aproximadamente 2.900 corresponden a abonados que se han dado de alta, lo que demuestra el tirón que tiene el Celta entre la afición, con muchas personas que se siguen sumando a la causa.
Uno de los aspectos más destacados que se pueden extraer de las casi 3.000 altas, es que la mayoría corresponden a las categorías sub'24 y sub'15, un dato que refleja que el celtismo se va rejuveneciendo cada vez más, garantizando el futuro de la entidad, que ha hecho un esfuerzo liberando varios asientos de gradas más asequibles económicamente como Gol y Preferencia para mejorar el ambiente.
Además, se incluyen en los 23.850 abonos los 1.600 asientos de la grada de Fondo que gestionarán conjuntamente el Celta y el Concello, que destinarán estas localidades a diferentes colectivos entre los que se incluyen parados, voluntarios, niños de colegios públicos y concertados.
La campaña, que comenzó en junio, sigue no obstante abierta para altas y renovaciones hasta finales de este mes, dos semanas en las que el Celta está intentando convencer a los abonados indecisos que todavía no han renovado su abono para la temporada que está a punto alzar el telón. Desde Praza de España estiman que alrededor de un millar de personas no han decidido todavía prolongar su relación con el club olívico, por lo que han iniciado los contactos individualizados para intentar que se vuelvan a sumar al proyecto sin perder su antigüedad y su asiento.
Los casi 24.000 abonados con los que contará el Celta reflejan la evolución positiva de las últimas temporadas, en los que gran parte del celtismo ha ido recuperando la ilusión tras unos años complicados tanto a nivel deportivo como institucional. Las cifras de la campaña que todavía está vigente demuestran que lo conseguido la pasada temporada no fue un espejismo, cuando se consiguió prácticamente doblar la cifra de socios respecto a Segunda División.
En el año del ascenso a Primera (2011-2012), alrededor de 13.300 personas habían tramitado su carnet, unos registros muy similares a la Liga en la que el conjunto vigués terminó cayendo eliminado en la primera eliminatoria del play-off de ascenso ante el Granada, la campaña que precisamente supuso un punto de inflexión y en la que el celtismo volvió a sentirse identificado con su equipo.
Durante los campeonatos previos, Balaídos fue vaciándose progresivamente por el desencanto tras el segundo descenso en tres años y la poca competitividad que exhibía el equipo. Así, el club vio como retrocedía drásticamente en lo que a masa social se refiere, llegando por ejemplo en la campaña 2009-2010 a captar únicamente 10.000 abonados, la cifra más baja en la última década. Desde ese año, el Celta ha retomado el buen camino y ha conseguido que las cifras actuales sean de más del doble, lo que demuestra que equipo y afición van de la mano hacia el objetivo común.
