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| RICARDO GROBAS |
"El Sevilla es uno de los cinco poderosos de la liga", reconoce Eduardo Berizzo 24 horas antes de visitar el Ramón Sánchez Pizjuán. Es consciente el técnico argentino del duro examen que le espera mañana al mediodía a su equipo ante una de las plantillas más competitivas del campeonato. El objetivo es resarcirse del resultado y las malas sensaciones de hace siete días ante Las Palmas con una actuación positiva ante un Sevilla necesitado de puntos. Los hispalenses no han iniciado con buen pie la competición doméstica y todavía persiguen el primer triunfo del curso.
Los 20 futbolistas disponibles han viajado hacia la capital andaluza. Sólo Rubén Blanco, lesionado, se queda en Vigo. En una semana envuelta por la polémica de los pitos al Tucu Hernández, los celestes visitan uno de sus campos talismanes. Al menos en los últimos años, pues en sus últimas diez visitas han logrado la mitad de los triunfos.
Berizzo no es amigo de cambios y parece que no rotará a pesar de la semana cargada de partidos que se le avecina al grupo. La única modificación será obligada debido a los problemas físicos de Fontás. Así, Sergi Gómez tendrá sus primeros minutos en el centro de la zaga. El resto, los habituales, incluido el discutido Pablo Hernández. Es decir: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny; Augusto Fernández, Tucu Hernández, Wass; Orellana, Nolito y Aspas.
Quien sí puede tirar de variantes será Unai Emery. Los hispalenses vienen de jugar Champions durante la semana, por lo que el preparador guipuzcoano puede dar descanso a algunos de los titulares. Cuenta con las bajas de Beto en portería y de tres defensas centrales como Nico Pareja, Adil Rami y Daniel Carriço.
El canterano Sergio Rico estará en portería, escoltado por una línea de cuatro formada por Coke, Andreoli, Kolo y Tremoulinas. El doble pivote lo formarán N'Zonzi y Krychowiack, con Reyes, Banega y Vitolo en la mediapunta. Y arriba el riojano Fernando Llorente.
Jaime Latre, del colegio aragonés, dirigirá un partido vital para un Sevilla en puestos de descenso que todavía no conoce la victoria en liga, e importante para un Celta que quiere recuperar sensaciones tras el tropiezo en casa del pasado domingo. Será la primera prueba de fuego para los de Berizzo, que hasta ahora se han enfrentado a equipos diseñados para pelear por la permanencia, y ahora visitarán uno de los estadios más complicados de la liga.
