Cuando el Celta fichó a Williot Swedberg en el verano de 2022 el club se apresuró a filtrar que su contratación era un fichaje a medio plazo. No se esperaba un rendimiento inmediato, pero se creía firmemente en sus condiciones. El por entonces respestadísimo Luís Campos consideraba que era un jugador que podría alcanzar un valor de 30 millones a medio plazo.
Un año y medio después ese medio plazo para bastante lejano, y la presencia del internacional sueco en el equipo es totalmente residual. En lo que llevamos de temporada solo ha disputado 6 partidos, sumando un total de 47 minutos. Jugó minutos sueltos ante Osasuna, Real Sociedad, Almería, Barcelona, Las Palmas y Valencia, y aunque tuvo su gran momento en Almería, anotando el gol de la victoria del equipo, ni tan siquiera ese momento de euforia le permitió ampliar sus minutos con el equipo.
El joven futbolista sueco cierra 2023 con la sensación de que este tampoco ha sido su año, y con muchas dudas acerca de si lo puede ser 2024. Al menos ha crecido en las categorías inferiores de la selección de su país, debutando con la Sub-21 de Suecia, con la que incluso se estrenó como goleador.
Incluso su valoración en el portal Transfermarkt se ha desplomado, alcanzando su máximo con los 5 millones de euros en el momento de su fichaje por el Celta. Actualmente está en 2,5 millones, y esa cantidad seguirá bajando si mantiene su protagonismo en el Celta de Rafa Benítez.
El principal problema para Swedberg es que su ostracismo no ha variado con el cambio de entrenador. Coudet lo sentenció cuando pidió el cambio en un amistoso de verano porque no podía aguantar el ritmo. Carvalhal intentó contar con él en los primeros partidos, pero no mantuvo su confianza, y con Benítez ya estamos viendo el escaso protagonismo que tiene. Tal vez con el siguiente técnico cambie su suerte.