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Top 10 Andaluces del Celta: (1) Nolito


Foto: Miguel Riopa/Getty Images
Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

1 Nolito (2013-16) 103 partidos / 39 goles 

Cerramos el Ranking, con el que, a nuestro juicio es el mejor jugador andaluz en la historia del Celta. Nolito pasa por ser el jugador del Celta que más veces ha sido internacional vistiendo la camiseta celeste, y el traspaso más caro en la historia celeste, entre otros logros. No solo es el mejor andaluz, sino uno de los grandes en la historia celeste. Esperemos que os haya gustado esta lista. 

Nolito, extremo izquierdo con duende. Jugó en el Celta durante tres años repitiendo una y otra vez la misma jugada que los rivales eran incapaces desentrañar. Su talento aupó al Celta, que regresó a competiciones internacionales, y se fue dejando en la caja 18 millones de euros. Ahí es nada.  Y eso que su infancia no auguraba un futuro prometedor. Criado por sus abuelos, ya que su madre biológica, en prisión, no podía hacerse cargo de su educación. 

Creció rodeado de sus tíos, once en total, a los que llama hermanos, y de sus abuelos, a los que llamá papá y mamá. El abuelo Manuel y la abuela Dolores le educaron en la humildad, en el respeto y en el trabajo, lo que llevó al extremo el pequeño Nolito, a quien se le vio un talento infinito para el fútbol desde bien pequeñito. Su abuelo era patrón de barco, y desde pequeño se tuvo que conformar con tener menos regalos con sus amigos, lo que no le impidió tener una infancia feliz. 

En Sanlúcar de Barrameda, la localidad en la que nació y se crió Nolito, todos le conocían por su carácter alegre. Por muchos golpes que le haya dado la vida, él  nunca renuncia a su alegría. El fútbol le hizo marcharse joven de casa, y le obligó a separarse de su familia y de sus amigos.  A los 16 años se fue a Valencia para jugar en las categorías inferiores del equipo ché, un suceso que le hizo madurar, y le hizo ver en el fútbol más como una profesión que como un simple divertimento. 

Sin embargo no hizo carrera en el Valencia. Regresó a Sanlúcar y jugo con el Atlético Sanluqueño, con quien destacó siendo un juvenil. De ahí pasó al Écija, donde su fama trascendió lo local en un partido de Copa en el que le marcó al Real Madrid. Ahí nació el Golito de Nolito, gracias a una portada del diario Marca recordando el tanto anotado por un desconocido futbolista al todopoderoso conjunto de la capital. 

Aquel gol le situó en el mercado. Nolito siempre reconoce que aún no era futbolista por entonces, estaba pasado de peso, no prestaba atención a la alimentación ni vivía como un futbolista. Solo su inmenso talento le permitía mantenerse en Segunda B, pero como tantos otros corría el riesgo de perder la ilusión si no evolucionaba. Aquella eliminatoria le puso en el mapa y el que llamó a su puerta entonces fue el Barcelona. 

Las puertas de la Masía se abrían de par en par para el delantero andaluz, que estaba a punto de cumplir 22 años cuando llegó a Barcelona. No era precisamente un chico joven, era un fichaje “raro” para un filial. Demasiado mayor pensarían muchos, algo que se olvidó pronto cuando lo vieron jugar. En Barcelona aprendió a vivir como un futbolista, a cuidarse y sacar partidos de sus virtudes. 

Allí conoció a Luis Enrique, un entrenador clave en su carrera deportiva. El asturiano comenzaba su andadura, sustituyendo a Guardiola, que había pasado al primer equipo ese mismo año. Nolito marcó 4 goles en 28 partidos durante su primer año, y de cuando en vez iba convocado con el primer equipo. Al año siguiente explotó con 12 goles en 35 partidos, que sirvieron para el filial azulgrana lograse el ascenso a Segunda División. 

Nolito estaba por fin en la élite. En Segunda demostró ser mejor jugador que en Primera. Su debut se produjo en Balaídos, ante un Celta al que derrotó el filial azulgrana de forma un tanto injusta. En aquel equipo jugaban Fontàs, Planas, Sergi Gómez y Nolito, quienes años más tardes estarían juntos en el Celta. 

Aquel año marcó 13 goles en Segunda, y le llegó la oportunidad de debutar con el Barcelona en Primera.  Fue un partido ante el Mallorca, solo disputó 12 minutos, entrando en el campo por Pedro, pero fue suficiente para él. Su debut llegaba tarde, a punto de cumplir los 24 años, como casi todo en su carrera deportiva. Sin más oportunidades en el Barcelona, acabó saliendo rumbo a Lisboa para probar suerte el fútbol portugués con el Benfica. 

Tras un primer año positivo, la falta de confianza del entrenador le relegó a la suplencia, encontrando una vía de salida en la cesión al Granada, que le permitía ser importante en Primera División por primera vez en su carrera. Con el conjunto nazarí logró la salvación, anotando 3 goles en 17 partidos. Volvió a Lisboa, pero ya no jugaría más en el Benfica, que lo traspasaría al Celta en el verano de 2013 por 2,5 millones de euros. 

El motivo de su llegada al Celta tiene nombre y apellidos: Luis Enrique. El técnico asturiano aterrizó en Vigo y lo primero que hizo fue pedir a su ex pupilo. Se puso tan pesado que el Celta hizo un esfuerzo económico importante, porque esos 2,5 millones solo suponían el 70% del pase del jugador. 

En sus primeros meses en Vigo, el delantero andaluz no pudo esquivar las críticas, que también perseguían al entrenador que lo trajo. Luis Enrique era muy criticado, y consecuentemente también Nolito. y eso que marcó pronto su primer gol, pero incluso así le costaba mantenerse en la titularidad. De hecho, perdió esta condición hasta la recta final del campeonato. Orellana, que inicialmente no contaba para Luis Enrique se hizo con la titularidad en el extremo izquierdo relegando a Nolito a la suplencia. 

Con la llegada de la primavera el juego de Nolito mejoró. Luis Enrique le devolvió la titularidad y no defraudó. Marcó 9 goles en los 10 últimos partidos, con tres dobletes consecutivos ante Almería, Valladolid y Osasuna, que certificaban la permanencia y dejaban al Celta situado en mitad de la tabla, terminando el curso a un nivel altísimo. 

Nolito había dado un salto enorme en Vigo, y aunque Luis Enrique se marchó al Barcelona, seguía teniendo una importancia enorme en el equipo. En la pretemporada, el Celta decidió viajar a Inglaterra y el de Sanlúcar marcó un hat-trick al Everton en la primera parte de un amistoso. En Liverpool tomaron nota de su nombre e insistieron mucho para llevárselo. Para Nolito no había llegado el momento, y accedió a renovar su contrato con el Celta hasta 2019, pasando su cláusula de 10 a 18 millones y una mejora salarial importante, que le convertía en el jugador del Celta mejor pagado, superando el millón de euros anuales. 

Su rendimiento no defraudó. Marcó 13 goles en 37 partidos, y fue titular de principio a fin. Berizzo le dio galones, y lo aprovechó, marcando goles importantes en la Temporada 2014-15, en la que el Celta ya no sufrió por la permanencia, situado todo el año en la zona noble. Victorias importantes las conseguidas en el Camp Nou, con un taconazo de Nolito para que Larrivey sentenciase a los catalanes, o la logrado ante el Deportivo en Balaídos, con gol suyo, certificaron que estábamos ante un futbolista superlativo, con la sensación de que duraría poco. Ese mismo año debutó con la selección absoluta, en un amistoso ante Alemania celebrado en Balaídos. Otro motivo para que no olvide jamás el estadio de Fragoso. 

Su último partido ante el Espanyol, cerrado con otro golazo del andaluz, sonó a despedida. El jugador se quedó saludando a Balaídos al término del partido. Mucho más que en un partido normal. Los rumores se dispararon durante el verano y le acompañarían hasta su salida definitiva. Atlético de Madrid, Arsenal, pero sobre todo Barcelona. La prensa catalana exageró los rumores, dio por hecho cosas que nunca se produjeron y llegó a exasperar al ariete céltico. 

Una lesión le impidió hacer la pretemporada con normalidad, disparando todo tipo de rumores acerca de su disposición a seguir en Vigo, pero lo cierto es que el mercado de fichajes se cerró con Nolito en Vigo. Padre de mellizas y feliz en la ciudad y en el club negociaba una renovación que ampliase a 25 millones su cláusula de rescisión. La versión oficial habla de falta de entendimiento entre el club y su agente, pero lo cierto es que casi todas las partes veían bien la posibilidad de un traspaso. 

Pero no sería ese verano, ni en ese invierno. El delantero continuó haciendo las delicias de la afición celeste con su juego. Partícipe de la goleada al Barcelona, con un golazo increíble que hizo la boca agua de los aficionados catalanes, cada minuto que pasaba en el Celta parecía el último. El mercado de invierno lo alcanzó lesionado, y leyendo constantes informaciones sobre su inminente paso al Barcelona, que el diario Sport llegó a dar por hecho. 

Sin embargo, nunca estuvo cerca de salir hacia el Barcelona. El club azulgrana no podía pagar 18 millones de euros por el control financiero, así que busco soluciones tan imaginativas como extrañas. Le propuso al Celta una cesión sin condiciones. Es decir, el Celta le cedía al jugador hasta el final de la temporada, y después ellos decidían si lo querían o no. Obviamente el Celta no aceptó y Nolito siguió en Vigo hasta el final de la temporada. 

Pero no olvidemos que mientras todo esto pasaba, Nolito estaba lesionado. Lo hizo en la jornada 15, ante el Espanyol, y no volvió hasta la jornada 25, ante el Eibar, más de dos meses después. En ese tiempo, el Celta pasó de estar en puestos europeos a ser octavos, con una racha horrible en la que también influyó que el Celta disputó la Copa del Rey, plantándose en semifinales, lo que distrajo un poco a los celestes. 

Su regreso supuso una mejoría evidente del equipo, que acabó la temporada en sexta posición, regresando a Europa 10 años después. El rendimiento de Nolito no fue excelente, pero su sola presencia sirvió para que los vigueses acabaran alcanzando el objetivo de la Europa League, y lo logró con un gol ante el Málaga anotado por el propio Nolito. 

Terminada la temporada recibió la llamada de Vicente del Bosque para ir a la Eurocopa. En principio iba como suplente, pero cuatro goles en tres partidos amistosos le sirvieron para ser titular en Francia. Lo fue hasta la eliminación de España en octavos de final. Durante todo ese período se intensificaron los rumores que lo situaban en el Atlético de Madrid, el Celta, el Arsenal, o el Manchester City, siendo este último quien se haría con sus servicios. 

Pep Guardiola, el técnico que lo hizo debutar en Primera División con el Barcelona se lo llevó al Manchester City, a cambio de 18 millones de euros, que recibía el Celta por su traspaso, y de 4 millones netos por año que cobraría el futbolista en Inglaterra. Dejaba Vigo uno de los mejores jugadores en la historia del club. Un jugador de inolvidable recuerdo. 

Biografía de Nolito en Yo Jugué en el Celta
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Top 10 Andaluces del Celta: (2) Manolo Jiménez



Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

2 Manolo Jiménez (1968-75)  193 partidos / 51 goles

La segunda posición en el ranking de futbolistas andaluces es para Manolo Jiménez, uno de los grandes en la historia del Celta. El extremo izquierdo sevillano jugó durante siete años Vigo, disputando casi 200 partidos oficiales. Convertido en un celtista más, aún se le sigue viendo por la grada de Balaídos cuando el Celta juega en casa. 

Nacido en pleno corazón del barrio sevillano de Triana, en un corral compuesto por 24 viviendas. El dinero pasaba tan de refilón por su casa que a la hora de comer había unas cuantas bocas hambrientas alrededor de la mesa esperando un milagro como el de los panes y los peces, lo cual no era muy diferente a lo que vivían el resto de las familias de su calle, en donde solo había un pilón para que se lavaran cara y manos para afrontar la dura jornada. Eran años de posguerra y hambre.

Ya de niño, con unos 8 años, su obsesión era llevarle cada día unas perras a su madre para contribuir a la comida cotidiana, y a esa edad, se levantaba a las 5 de la madrugada de su catre para dirigirse a la subasta del Barranco con un gancho en la mano izquierda con el que arrastrar las cajas de pescado y un martillo en la derecha para quitar las puntas de madera. Juntar cinco pesetas en un día era un milagro pero lo era mas conseguir eliminar las escamas de las manos para llegar a la escuela sin olor a pescado. Su madre, Rosario, fue una figura omnipresente en su vida.

Empezó jugando al fútbol en los recreos del colegio, cuando no tenían ni porterías ni pelota de cuero, aunque eran unos artistas con la de trapo. Unas viejas botas de fútbol remendadas por su madre con hilo de cobre fueron sus primeras armas. Nació para hacer deporte pese a que estaba muy delgado y era muy pequeño. Esa incapacidad física, de no alimentarse bien, la suplía con mucho entusiasmo. Le gustaba también la natación y el atletismo y braceaba muchas tardes entre el puente de Triana y el de San Telmo. 

Pero claro, no era un niño al que los padres pagasen las clases deportivas sino un rapazuelo que buscaba cualquier disculpa para llevar a casa un dinerillo. Vendía viseras para el sol en el campo del Sevilla colándose por una esquina y ante la plaza de toros, o globos en la Feria de Abril. O recogía colillas de tabaco rubio o de puro que vendía a un vecino suyo que las transformaba en pitillos nuevos.

Después trabajó en una pastelería, pero seguir trabajando y estudiando no detuvo nunca la pasión de su vida, el fútbol. Eso es lo que quería desde que tuvo uso de razón, ser futbolista por encima de todo. Primero jugó en la calle, luego en el colegio, y ya, de un modo más serio en un equipo federado en el que empezó a despuntar, el CD Rocío, un equipo de infantiles del barrio de Triana en el que aprendió a sacrificarse dentro de un grupo. Les llegaban las camisetas hasta las rodillas y los pantalones les cubrían los tobillos.

De allí pasó a juveniles en el San Vicente, y a los 17 años hizo la maleta para irse al Emeritense, con el que ascendió a 3ª división, y en donde el entrenador Pedro Cuadra fue su padre futbolístico. Le enseñó a golpear con fuerza, a pulir la técnica…

En el equipo de Mérida, donde ganaba 2.000 pesetas al mes, fue titular desde el principio, marcó goles, y sintió por primera vez que el mundo parecía reconciliarse con él. En una sola temporada dejó la pubertad y se convirtió en un hombre. Salió de Triana con 58 kgs y volvió con 72 a ese equipo, como titular, y parte de una delantera temible. Pronto ascendió al primer equipo, el Betis, pero había que servir a la patria y le destinaron a Algeciras en 1963, el año que mataron a Kennedy.

A su vuelta, el Betis lo cedió al Constancia de Inca, en segunda división.  Fue una experiencia crucial de su vida, porque con las 75.000 pesetas que ganó allí en una temporada y una ficha importante pudo cumplir un sueño: comprarle un piso a su madre, sacarla del corral de Triana y levarla a un lugar digno de ella.

Volvió al Betis, donde abanderó una huelga junto a Quino, Dioni y Antón, en defensa de los compañeros del filial que no cobraban, lo que se resolvió en dialogo con el presidente Benito Villamarín ourensano de Castrelo de Miño.

Luego pasó al Jerez, donde hizo 25 partidos de la campaña 1965/66. Era titular indiscutible en ese tiempo jerezano en el que pudo conocer el mundillo de los folclóricos y en el que le pusieron de sobrenombre Gila, por su parecido físico con el humorista, apodo con el que ya le conocerían posteriormente con sus variantes de “Filomatic” o “Filo”, en el Badajoz, Barça y Celta.

Luego pasó al Badajoz, donde se convirtió en el máximo goleador de todas las categorías del futbol español. No pasó esto desapercibido para el FC Barcelona que fichó al extremo andaluz que pagó por él 4 millones de pesetas.

Dejó mucho cariño en Badajoz, pero llegar al FC Barcelona en 1967 era tocar techo para un niño del barrio de Triana. Cuando entró al vestuario por primera vez vio a Muller, Benitez, Resach, Fusté, Gallego… La integración fue dura al principio sobre todo porque desconocía el catalán. Además la competencia era terrible, y Resach y rifé le cerraron el paso.
El RC Celta se interesó por él, y el Barça lo cedió en 1968 hasta final de temporada. Y fue una entrada excepcional, porque metió 10 goles en 19 partidos y el equipo volvió a 1ª tras un largo periplo por 2ª división.

Jiménez fue uno de los futbolistas emblemáticos de uno de los equipos más brillantes que ha conocido el equipo vigués en sus 75 años de historia. Su extraordinario parecido con el cómico Miguel Gila, que por aquel entonces hacía un anuncio de televisión de una marca de cuchillas de afeitar, le valió el apodo de "el filomatic", Gila o simplemente "el gitano" que juega cuando le da la gana, aunque el propio Jiménez reconocía no entender muy bien este último mote porque siempre se consideró un gran profesional.

Sin embargo, Jiménez fue más conocido por ser uno de los mejores extremos izquierdos de su época que por su condición de "alter ego" futbolístico del genial cómico. Era técnico, muy rápido, le pegaba bien al balón con las dos piernas con tanta fuerza como eficacia y lo más importante de todo: tenía gol.
  
Manolo Jiménez forma parte de una de las generaciones de futbolistas celestes que más tardes de gloria dieron al equipo vigués. Entre otros logros consiguieron la primera clasificación del Celta para una Competición europea en la Temporada 1970-71 y tuvo el honor de formar parte del equipo que debutó en la Copa de la UEFA ante el Aberdeen en Balaídos. Lamentablemente aquella aventura tan sólo duraría una ronda, pero es muy recordada por los aficionados más veteranos del Celta.

Jugó en Balaidos hasta la campaña 1974-75 en el que el Celta cayó en segunda y dejó de ser un asiduo en las alineaciones.


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Top 10 Andaluces del Celta: (3) José Manuel Pinto


Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

3 Pinto (1998-2008)  226 partidos / 257 goles en contra

El tercer puesto en nuestra lista de jugadores andaluces en la historia del Celta lo ocupa uno de sus mejores porteros: José Manuel Pinto. Nueve temporadas y media en el club, 226 partidos defendiendo los colores del Celta, antes de marcharse al Barcelona para ganar todos los títulos que se pueden ganar en el fútbol. 

Llegó en el verano de 1998 procedente del Betis. El guardameta del Puerto de Santa María, bético en su infancia por la afinidad que sentía hacia su ídolo, el portero verdiblanco Esnaola (quién curiosamente lo entrenaría en el filial bético) llegaba a Vigo en busca de las oportunidades que se le negaba en el, por entonces, pujante equipo sevillano.

Sus primeros años en el Celta fueron duros. El joven guardameta fue suplente, primero del francés Dutruel y a continuación del argentino, Caballero, pudiendo intervenir solamente cuando uno estos guardametas estaba sancionado o lesionado, o bien en partidos de Copa y Competiciones europeas. Sus actuaciones, además, no terminan de generar confianza entre el aficionado celeste, quién eso sí, le otorgaba el cariño que el guardameta se granjeaba con su innato carisma.

El descenso del Celta en 2004 con la salida de Caballero y la llegada de Fernando Vázquez al banquilllo celeste le dio la oportunidad de gozar, por primera vez en 6 años, de la titularidad del Celta. Sus buenas actuaciones durante esta temporada hicieron que la grada sintonizara con su juego y despejó todas las dudas sobre la portería céltica. En 2005, tras el regreso inminente del Celta a Primera, llegaría Esteban, portero de dilatada trayectoria en el fútbol español y a quién se le suponía la titularidad en la temporada del retorno celeste a Primera.

Fernando Vázquez, sin embargo, decidió apostar por quién tan buenos resultados le había dado en la temporada del ascenso y el jugador gaditano no defraudó a la confianza depositada por el técnico gallego. José Manuel Pinto fue parte fundamental y decisiva en el éxito celeste de esa temporada, cuando el Celta alcanzó la clasificación para la Copa de la UEFA con Pinto como salvador en muchos partidos y con el premio extra del Trofeo "Zamora" que ganó definitivamente con la Liga ya terminada. Cañizares, el otro meta con opciones, disputaba el último partido de Liga en Pamplona mientras el Celta disputaba un partido amistoso ante el Coruña en Balaídos. A mitad del partido y una vez que el meta valencianista encajó el segundo gol que le otorgaba a Pinto el Trofeo, se anunció en Balaídos ante la algarabía del escaso público presente.

La Temporada 2006-07 no fue tan dulce ni para el Celta ni para el propio Pinto. Los resultados negativos de principios de temporada fueron una losa para el conjunto a la que no supo sobreponerse. En esa temporada, Pinto nos dejó una portentosa actuación en San Mamés, dónde literalmente evitó una goleada de escándalo a favor de los bilbaínos con sensaciones paradas, especialmente tres de enorme mérito al jugador vasco Yeste.

Aquella sería la última "hombrada" del andaluz. Su juego se fue diluyendo ayudado por las dudas de una defensa de patio de colegio y por sus propias indecisiones. Su débil juego por alto tomó protagonismo y sus espectaculares reflejos apenas sobresalían. La llegada de un nuevo técnico, en la figura de Hristo Stoichkov le hizo perder la titularidad tras un desastroso partido ante el Mallorca. Otro partido igualmente desastroso de Esteban, hizo que Pinto la recuperase, pero para el Celta sería demasiado tarde. Se consumaba un nuevo descenso.

Después de muchos rumores sobre equipos interesados en él, ninguno confirmado ni admitido por el propio interesado, Pinto continuaba en el Celta en Segunda División. Sus actuaciones ya no eran tan brillantes y en torno a la figura del portero titular se creó un debate que en nada benefició al equipo. Las inseguridades de Pinto, no se sabe si debido a tal debate, hicieron que cometiera más errores de los habituales, y volvería a perder la titularidad en favor de Esteban.

El 18 de enero de 2008 se anunció oficialmente su incorporación, en calidad de cedido, al FC Barcelona, que buscaba a un futbolista para suplir a su segundo guardamenta, Albert Jorquera, lesionado a finales de diciembre de 2007 para el resto de la temporada. Los azulgranas desembolsaron 500.000 euros por la cesión de seis meses, reservándose una opción de compra sin coste adicional.

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Top 10 Andaluces del Celta: (4) Mori


Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

4 Mori (1975-84) 223 partidos / 42 goles

Muy cerquita de Sanlúcar, en Barbate, nació otro de los grandes goleadores célticos: Antonio Martínez Sánchez, “Mori”, que ocupa el cuarto lugar en nuestro ranking de futbolistas andaluces en la historia del Celta. El gaditano fue el último jugador del Celta que había marcado 4 goles en un partido, ante de que Santi Mina hiciese lo propio ante el Rayo Vallecano, hace poco más de un año. 

Era nieto de Moro, un pescador con salitre en las cejas que lo llamaban así por pasar más tiempo faenando en las costas de África que en las aguas de Cádiz. Moro tuvo un hijo que todo Barbate llamó Morito; y al hijo de Morito le dijeron Mori. Quizá en su pueblo natal estas cuatro letras no sean más que el diminutivo del diminutivo de un apodo cariñoso, pero en la historia del Celta, Mori es un icono distintivo de regate, clase, técnica y gol.

Mori era un interior derecha que se desenvolvía también por todo el frente del ataque, un jugador de mucho embrujo, de mucho arte y de mucho duende. Es de los pocos futbolistas que han jugado con el Real Club Celta en tres categorías del futbol español, pues vivió con el equipo vigués el descenso desde primera división a las catacumbas del pozo de la segunda B, y el resurgir del equipo con la vuelta a la élite.

Su palmarés cuenta que fue internacional juvenil, una vez internacional sub-23 y una vez internacional con la Selección Española Olímpica. Comenzó a jugar en el equipo filial del CD Málaga (desaparecido), el llamado Atlético Malagueño, que militaba en la Primera Regional. Estuvo dos temporadas (1969-70 y 1970-71). Sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidos al primer equipo y fue ascendido en el verano de 1970 al primer equipo para hacer la pretemporada. Finalmente se quedó durante dos temporadas. En el equipo boquerón debutó en Primera División, categoría en la que jugó dos temporadas, disputando 13 partidos en los que anotó dos goles.

Del equipo malaguista llega al CD San Fernando en la temporada 1972-73. Mori no completó la temporada con los azulinos. Jugó un total de 23 partidos y marcó 7 goles. Fichó por el Cádiz y allí jugó durante dos temporadas, junto a los Carballo, Farías, Eloy, Villalba, Ibáñez, etc. En la temporada 1975-76 pasó a defender las filas del Cacereño, equipo del grupo IV de 3ª división, de donde llegó al Real Club Celta en el mes de abril de 1976, a falta de nueve jornadas para terminar la temporada 1975-76 en segunda división.

Todavía tuvo tiempo de anotar un gol en los siete partidos que disputó, celebrando el regreso del equipo a la primera división. Al principio de su llegada venida al Celta le costó adaptarse al juego y sobre todo al clima. Estaba acostumbrado a desenvolverse en terrenos secos y en Galicia había que hacerlo frecuentemente sobre agua y barro.

Jugó durante 9 campañas en el Celta, en las que vivió ascensos y descensos, pasando por los momentos de mayor gloria hasta el fracaso más absoluto del descenso a 2ª B en 1980. Indiscutible para todos los técnicos que le tuvieron bajo sus órdenes, Carmelo, Toni Cuervo, Maguregui, Ruiz, Pedrito, Arza, o Pavic, jugó una media cercana a los 30 partidos por temporada, anotando goles en todas las campañas que jugó en Vigo.

Quizás el mejor partido de su carrera lo jugó un 4 de febrero de 1979 en Balaidos frente al Zaragoza. En un encuentro en el que le salía todo, anotó cuatro goles en la victoria céltica por (5-3). Esa temporada fue el pichichi del equipo con 10 goles.

A veces saltaba al campo peinadito como un niño con la raya al lado, y otras veces con unas greñas desaliñadas y barba de tres días. Llevaba la camiseta siempre por fuera y las ideas revueltas en la suficiencia de su técnica. No se sabría decir si era elegante o si era desgarbado, si era lento o era rápido o incluso a veces, si era divino o era humano.

Jugador de fuerte carácter, en su último año en Vigo, tuvo varios enfrentamientos con la directiva, y llevó al club varias veces a magistratura. El 20 de enero de 1984, es separado del equipo tras acuerdo unánime de la directiva por llamar mentiroso al presidente Rivadulla. El incidente fue consecuencia de la propuesta de Rivadulla a Mori de rescindir el contrato, después de que el técnico Carriega le informase de que no iba a contar con él. Mori llegó a enojarse por la actitud del presidente y le calificó de mentiroso, al considerar que el “mister” no había echo tal aseveración sobre su futuro. Carriega en un principio, se desmarcó, pero días mas tarde reconocía que le había insinuado al mandatario, la posibilidad de prescindir de Mori, el cual presentó una nueva demanda en Magistratura, que retiraría más tarde, tras esclarecerse los hechos.

Esa misma temporada, volvió a ser expedientado por andar de discotecas junto con otros compañeros a altas horas de la madrugada. Expediente que acabó con dos meses de suspensión de empleo y sueldo para el futbolista andaluz. Mori puso el caso de nuevo en manos de Magistratura, exigiendo una indemnización por daños y perjuicios. Magistratura fallaba dos meses después, y aún cuando consideraba los hechos probados, la sanción del club “era inconstitucional”, y por ello “el jugador debía volver a su trabajo con normalidad”.

Mori volvió a entrenar y las aguas volvieron a su cauce con la exhibición del equipo en Riazor. Pero tras una temporada llena de conflictos, se le concedía la baja al finalizar la liga. Este último año no empaña la sensacional trayectoria de Mori en el Celta, jugando 223 partidos de liga con la camiseta celeste, y anotando 42 goles.


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Top 10 Andaluces del Celta: (5) Flaco Gil


Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

5 Flaco Gil (1991-96) 174 partidos / 8 goles 

Antes de que Nolito fichase por el Celta, un jugador nacido en Sanlúcar de Barrameda ya había triunfado en el Celta. Se trata de José Gil Gordillo, conocido por todos como Flaco Gil, un jugador que llegó a Vigo después de militar durante cinco temporadas en el eterno rival, y que jugaría otros tantos años en Vigo, donde se quedó a vivir, naciendo un enorme cariño mutuo que se mantiene hoy en día. 

Extremo de gran lucha, veloz y desequilibrante, el “Flaco” Gil abandonaba el Cádiz en 1979 para fichar por las categorías inferiores del FC Barcelona. En el filial culé milita durante durante 6 campañas en 2ª División A, hasta que en 1986 abandona el club blaugrana para jugar en el Deportivo de A Coruña también en 2ºA durante 5 temporadas, la ultima de ellas consiguiendo el ascenso a Primera.

En su etapa en Coruña, en una ocasión se tuvo que poner bajo palos tras un penalti contra el Recre. Lo lanzó Melenas y el balón se fue fuera. Luego aguantó como un titán y el Coruña ganó el partido. En la temporada 91-92 el gaditano ficha por el R.C. Celta con quien también logra ascender de 2ª A a Primera División en su primer año en la ciudad olívica, con Chechu Rojo como entrenador. Formando línea media con Vicente o Fabiano, se encargaba de surtir de balones a Vlado Gudelj, pichichi de la categoría en esa temporada.

Con el equipo en primera siguió siendo un jugador indiscutible para Chechu Rojo. Curiosamente su debut en Primera sería en el derbi gallego ante su ex-equipo, en un partido que finalizaba con derrota celeste por 2-0. Esa temporada el “Flaco” Gil jugaría 2642 minutos en 36 partidos de liga, 30 de ellos como titular, y marcando su primer gol en primera en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid en la 29ª jornada, mientras el Celta terminaba en un meritorio 11º puesto para ser un recién ascendido.

El 20 de abril de 1994, el Celta jugaba la final de la copa de España por segunda vez en su historia. Era el broche a una sensacional campaña copera de la que el Flaco Gil fue participe. En la famosa final del Vicente Calderón, que terminó con la derrota céltica en la tanda de penaltis, Gil jugó unos minutos, tras sustituir a Ratkovic.

Posteriormente, siguió jugando un gran número de partidos por temporada, hasta su último año como celeste, en la campaña 1995-96. En esta temporada los problemas físicos merman su resistencia y en los últimos meses de la competición tiene un papel testimonial jugando menos minutos de los habituales.

Fue en la última jornada de esa liga, frente al Valencia, el 25 de mayo de 1996, cuando Gil, y el entonces capitán céltico, Vicente, jugaron su último partido con la camiseta celeste del Real C. Celta.  La despedida no pudo ser con triunfo, pero ambos jugadores se llevaron una gran ovación. Tras dejar el Celta, en la temporada 96-97 recala en el Racing de Ferrol, en donde terminaría su carrera deportiva.

Un futbolista con mucho pundonor, y siempre al servicio del equipo, el “Flaco” Gil fue siempre un jugador muy querido por el público de Balaidos. Confianza que Gil supo ganarse con su trabajo y entrega en el campo.

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Top 10 Andaluces del Celta: (6) Jesuli


Foto: Miguel Riopa/Getty Images
Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

6 Jesuli (2000-04) 153 partidos / 29 goles

La sexta posición de nuestro ranking la ocupa uno de los jugadores más talentosos que ha vestido la camiseta del Celta durante el presente siglo. Nadie ha olvidado el gol de José Ignacio ante el Milan, pero pocos recuerdan que fue Joselu el autor del primero, el que igualaba el partido. Capaz de lo mejor y de lo peor, dejó para el recuerdo auténticos golazos que conservar en la videoteca de oro del club. 

El sevillano, jugador irregular donde los haya, demostró en Vigo lo mejor que ha dado en su carrera deportiva. Tuvo momentos gloriosos, como un gol soberbio ante el Mallorca en la primera temporada de Lotina, gol que nunca se borrará de nuestras retinas por la belleza estética de su ejecución. Ya antes había marcados goles similares, de extraordinaria factura. Desde el pico del área, un balón con una rosca endiablada que se cuela en la escuadra del palo largo. Sensacional.

Sin embargo, aquí en Vigo, tampoco dio todo lo que de él se esperaba, un jugador demasiado inestable para optar al cariño de la grada, que nunca le perdonó ciertas cosas. Su afición a las salidas nocturnas unida a su poca discreción le otorgaron una fama de jugador-vividor de la que nunca fue capaz de huir. No extraña pues, que su salida al club fuera acogida con una indiferencia semejante. Nosotros nos quedamos con sus bellos goles, sus valientes internadas por la banda y su inteligencia en el juego. Tardaremos en encontrar un jugador con sus facultades, pero no es nada difícil encontrar un jugador con mejor actitud que él.

Jesuli se formó en la cantera del Sevilla, donde debutó en primera división la temporada 1996-97, cuando todavía no había cumplido los 20 años. En el verano del 2000 es traspasado al Celta, donde juega la copa de la UEFA y consigue la clasificación para la liga de campeones. La carrera de Jesuli en el Celta culmina con el descenso del equipo celeste en el año 2004. Tras el descenso vuelve a Andalucía y al Sevilla, pero su nuevo periplo ya no será tan exitoso, y sería cedido a equipos de segunda división, Real Sociedad y Tenerife.

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Top 10 Andaluces en el Celta: (7) Rafael Berges


Foto: Ben Radford/Getty Images
Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. Podéis consultar aquí la lista al completo. 

7 Rafael Berges (1993-01)  159 partidos / 7 goles

La séptima posición de nuestro ranking es para este cordobés que militó en el Celta durante 8 temporadas, convirtiéndose en el lateral izquierda de referencia durante la década de los noventa. Vistió la camiseta celeste en 159 ocasiones, e incluso llegó a marcar 7 goles. Su final no fue el deseado, saliendo, como tantos otros, por la puerta de atrás del Celta. 

Lateral izquierdo cuya carrera estuvo marcada por las lesiones y que siempre será recordado por formar parte de la selección española que consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Berges podía ocupar el puesto de lateral e interior, se movía con gran cabeza y no destaca ni por regate ni por velocidad, eso sí trabajaba muy bien y no fallaba en los pases, cuando subía lo hacía con peligro, las lesiones fueron su mayor cruz.

Comenzó a jugar al futbol de forma profesional en el Córdoba C.F. de su ciudad natal. Del Córdoba pasó al C.D. Tenerife, donde jugó dos temporadas. En su etapa en la isla luchó por la titularidad con Paqui, con quien además compartió medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Berges llegó al R.C. Celta en 1993, y sería en el equipo celeste donde disfrutaría de sus mejores años como futbolista. La llegada de Berges al Celta, tuvo mucho que ver con los problemas de Goran Juric, al que se le detectó una diabetes en el verano de 1993, y que ya no volvería a vestir la camiseta del Celta, con lo que el puesto de lateral izquierdo quedaba cojo.

Disputaría en su primera temporada en Vigo, 29 de los 38 partidos de liga, anotando dos goles, el primero en Oviedo, en el segundo partido de la liga (1-1), y el segundo en la victoria del Celta en Pamplona ante Osasuna (0-1). Berges participó también en su primera temporada en el Celta, de la excepcional campaña copera, que terminaría con la final de Copa el 20 de abril de 1994 en Madrid ante el Zaragoza, que el equipo celeste perdió en los penaltis. Aunque Rafa Berges no pudo disputar la final.

Berges estuvo un total de 8 temporadas en el R.C. Celta, aunque las dos ultimas lesionado de gravedad en una rodilla. A raíz de esos problemas de lesiones, Berges no salió del Celta de la mejor forma posible, pero siempre será recordado como el lateral izquierdo de los primeros años del eurocelta que deslumbraba con su futbol total. Disputó un total de 159 partidos con el Celta en primera división, anotando 7 goles.

Tras dejar el Celta, Berges se fue al Cordoba. Allí terminó su carrera con poco mas de 30 años pasando a ser entrenador. 

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Top 10 Andaluces en el Celta: (8) Andrés Fernández


Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste.  Consulta aquí la lista al completo

8 Andrés Fernández (1980-84) 102 partidos / 26 goles

La octava posición de nuestro ranking es para este onubense, nacido en Punta Umbría, que a pesar de militar solo tres temporadas en el equipo dejó huella por su inmensa calidad técnica, y también por su capacidad goleadora, teniendo en cuenta que no estamos hablando de un delantero. Andrés Fernández es uno de los jugadores talentosos de una época bastante complicada para el Celta. 

Centrocampista creativo, de calidad, veía puerta con facilidad, llegando a ser en alguna ocasión, sin ser delantero, el máximo goleador de su equipo. Su mejor posición era la de enlace con la delantera, a veces escorado a la banda izquierda, como interior zurdo.

Se estrenó en un equipo grande, allá por el año 1976, con el decano del futbol español, el Recreativo de Huelva, disputando la segunda división, y realizando una gran campaña, que llamó la atención del Sporting de Gijón, que lo ficha para hacerlo debutar en primera. Las actuaciones en sus inicios futbolísticos, le llevan a la selección española juvenil entrenada por Chus Pereda actuando en el torneo de Mónaco en 1978.

En el Sporting, sin embargo, no tendría apenas ocasiones de mostrar su valía en las 5 campañas que se mantuvo en el club rojiblanco. En la campaña 1980-81, el Real Club Celta, que acababa de hundirse en el pozo de la segunda B, reestructuró por completo la plantilla en busca del ascenso. Una de las primeras incorporaciones, fue Andrés, cedido por el Sporting, ya que se encontraba en Figueirido (Pontevedra), cumpliendo el Servicio Militar.

Antes del inicio de la temporada, el Deportivo, intentó una maniobra un tanto extraña para hacerse con los servicios de Andrés, pero en Coruña se quedaron con las ganas. La temporada de Andrés en segunda B con el Celta, fue sencillamente para enmarcar. Se convirtió en el futbolista mas utilizado de la plantilla, jugando 35 de los 38 partidos de liga, y anotó la escandalosa cifra de 14 goles, sin jugar como delantero, en un paseo del equipo vigués por la tercera categoría del futbol español.

Al concluir la temporada retornó a Gijón, y la temporada siguiente llegó a jugar 20 partidos en primera con el equipo asturiano, en la que sería su mejor campaña en Asturias. Esa misma temporada, el Celta volvía a primera división, y Andrés retornaba a Vigo, junto con otro futbolista del Sporting, Pedro.

Por ambos se pagaron 30 millones de pesetas, abonados con muchas dificultades, hasta el punto de que los dos jugadores estuvieron a punto de regresar a su club de origen meses después por impago de letras ya vencidas y avaladas.

Si algo caracteriza la estancia de Andrés en el Celta es la regularidad. En las tres temporadas que defendió la camiseta del Celta, fue siempre uno de los jugadores mas utilizados de la plantilla, jugando más de 30 partidos por temporada. Destacaba también su capacidad goleadora, sin ser ni mucho menos un delantero.

Al terminar la temporada 1983-84, abandona el Real Club Celta, para recalar en el Cartagena donde es pieza importante del conjunto departamental durante varias temporadas. Posteriormente volvió a jugar en primera con el Cádiz, y terminó jugando en Sabadell, Hércules, y Torrevieja.

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Top 10 Andaluces en el Celta: (9) Antonio Hidalgo


Foto: Todo Colección
Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección 
muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste.  

9 Antonio Hidalgo (1968-76) 190 partidos / 2 goles

El noveno clasificado en nuestra lista solo sonará a los lectores más veteranos de la web, y es que Antonio Hidalgo, que fue jugador del Celta durante ocho años, dejó el equipo en 1976, después de ocho años vistiendo la zamarra celeste, y de casi 200 partidos a sus espaldas. Otro sevillano, como Juan Velasco, fue un defensa polivalente que no olvidan aquellos que le vieron jugar en Vigo. 

Andaluz de Sevilla, su gracejo y acento inconfundibles no dejaban lugar a dudas de su procedencia. Defensa que se desempeñó en todos los puestos de la zaga, destacó principalmente jugando en el lateral. Comenzó a brillar en los juveniles del Betis, jugando después cedido en el Extremadura, antes de pasar al Badajoz. Estando en el Badajoz estuvo a punto de ser fichado por el Atlético de Madrid, pero finalmente llegó al Real Club Celta mediada la campaña 1968-69, la que sería la última en segunda tras un largo paseo por la categoría de plata.

Debutó con el Celta en el primer partido de la segunda vuelta contra el Mestalla, en el campo del Valencia. Fue un debut afortunado, porque en aquel partido el equipo olívico vencía por 4-2, sumando dos positivos que reafirmaron al Celta en sus pretensiones de ascenso a la División de honor, aspiración que, afortunadamente, se hizo realidad en aquella primera temporada del sevillano en el equipo. Jugó los 19 partidos del campeonato desde su llegada, y aunque inicialmente firmó un contrato por tres campañas, permanecería en el Celta, un total de ocho, jugando la friolera de 171 partidos de liga con el equipo vigués.

Durante su estancia en Vigo, el Celta consiguió por primera vez, la clasificación para disputar la Copa de la UEFA, e Hidalgo tuvo ocasión de jugar el partido de ida de la primera eliminatoria europea del Celta, en Septiembre de 1971, en Balaidos, frente al Aberdeen escocés, (0-2).

Anotó dos goles con el Celta, ambos en liga. El primero de ellos en Las Palmas,  en un empate (1-1), en mayo del 72.

Su segundo y último tanto lo hizo el 3 de noviembre de 1974, en un empate en Balaidos frente al Real Madrid (3-3). En el minuto 31 de la segunda parte, el Celta sacaba una falta que Doblas remataba fuerte, rechazando un defensa madridista el balón, que llegaba hasta Hidalgo, que había subido al remate, y de disparo cruzado establecía el 3-2. Posteriormente el Madrid, en el descuento empataba el partido, en un año en el que el Real Club Celta descendería de categoría.

Era un lateral fuerte e intenso. Los viejos aficionados no olvidan la tarde que libró una intensa pelea con Roberto Martínez, en un Celta-Espanyol con Balaídos embarrado. El hispanoargentino casi le doblaba en altura. En una jugada, ambos cayeron al suelo y en el forcejeo Hidalgo le soltó un mordisco en el gemelo al futbolista que después jugaría en el Real Madrid.

Aguerrido en el campo, el sevillano era entrañable y simpático en el vestuario. Antonio Hidalgo fue un jugador muy regular durante su estancia en el Real Club Celta, jugó una media de mas de 20 partidos por temporada en las ocho temporadas que permaneció en el equipo, formando defensa con compañeros como Rivas, Pedrito, Manolo, Costas, Navarro o Dominguez. Consiguió dos ascensos a primera, y la mencionada clasificación para la Copa de la UEFA.

Tras retornar a primera, antes de iniciarse la temporada 1976-77, se le concedía la baja, junto a otros ocho compañeros.

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Top 10 Andaluces en el Celta: (10) Juan Velasco


Foto: Getty Images
Andalucía ha sido, a lo largo de la historia, uno de los principales viveros del Celta dentro de España. Más de una cuarentena de jugadores procedentes de esta Comunidad han defendido los colores celestes. José Naranjo será uno más, pero en moiceleste hemos hecho una selección muy personal para elaborar una lista con los 10 mejores jugadores andaluces en la historia del Celta. Espero que os guste. 

10 Juan Velasco (1999-04)  134 partidos / 1 gol

Arrancamos nuestro repaso con el último jugador, antes de Nolito, que disputó una Eurocopa representando al Celta con la selección española. Fue Juan Velasco un buen lateral derecho, que defendió los colores del Celta durante cinco temporadas, hasta que el descenso de 2004 hizo que, como tantos otros, decidiesen abandonar el club. Antes de eso, su rendimiento fue extraordinario. Uno de los mejores laterales en la historia de nuestro club. 

Lateral derecho internacional. Tras jugar en el modesto Coria, llegaría al filial del Sevilla, alternando presencias en el equipo filial con varias convocatorias con el primer equipo. Su oportunidad de debutar en Primera División le llegaría el 5 de marzo de 1997 en Vallecas ante el Rayo Vallecano. El Sevilla perdería por dos goles a cero.

El traumático descenso del Sevilla daría con los huesos del joven lateral derecho en la Segunda División, dónde militaría dos temporadas con el club sevillista jugando más de 70 partidos. En la Temporada 1998-99 el Sevilla alcanzaba el ansiado regreso a la Primera División del fútbol español, pero ya no volvería a jugar con los sevillanos en la División de Honor, puesto que en el verano de 1999 ficharía por el Celta de Vigo.

En Vigo vivió sus mejores años como futbolista. Con el conjunto vigués logró convertirse en internacional absoluto por España (debutaría el 26 de enero de 2000 ante Polonia) e ir convocado a la Eurocopa de Holanda y Bélgica disputada ese mismo año. Su debut en Liga con el Celta fue el 22 de Agosto de 1999 en el antiguo Carlos Tartiere de Oviedo. El Celta ganaría 0-1. Su mejor temporada sería la primera. Además de participar en las goleadas al Benfica (7-0) y Juventus (4-0) en Copa de la UEFA, consiguió la internacionalidad, y además consiguió marcar su único gol con el Celta en Liga. Fue ante el Valencia en Mestalla. La Temporada 2000-01 sería también bastante positiva a nivel personal e individual, ya que el Celta alcanzaría el subcampeonato de Copa.

En 2002, sufriría una lesión que le tendría alejado de los terrenos de juego durante 4 meses. Antes de eso había sido titular siempre en el Celta. Ya nada sería igual, su juego se resintió y su participación con el equipo ya no sería tan destacada, aunque seguiría gozando de muchos minutos.

En la Temporada 2002-03 participaría activamente de la clasificación del Celta para la champions League, a pesar de que una lesión en el estadio del Betis le hizo perderse casi dos meses de competición. Cuando regresó recuperó la titularidad con facilidad, y ya no la perdería hasta el final, jugando los 90 minutos del decisivo encuentro ante la Real Sociedad, que finalmente otorgaría al Celta una más que merecida plaza en la Champions League de la Temporada 2003-04.

Con el Celta en Champions, Velasco pudo debutar en la máxima competición continental de clubes, pero la temporada terminaría siendo amarga ya que el Celta descendería a Segunda al finalizar dicho ejercicio. Su último partido con la camiseta del Celta en Liga sería ante el Mallorca en Balaídos. El Celta perdería (1-2) y certificaría su descenso de categoría.

Después de 5 años en Vigo, y a pesar de estar muy cómodo en Vigo, Velasco decidía abandonar la entidad para evitar jugar en Segunda División aprovechando alguna de las ofertas que le llegaron.Velasco dejaba el Celta después de 134 partidos en Liga y 25 en competiciones europeas. Su destino sería el Vicente Calderón para jugar en el Club Atlético de Madrid.

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