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| Foto: Óscar Vázquez |
El próximo sábado regresa el derbi entre los dos equipos más importantes a nivel histórico de Galicia. No es un partido cualquiera, ya que encierra componentes que le convierte en un duelo especial, con dos aficiones confrontadas y condenadas al odio, según parece por los incidentes que se producen en cada partido. Al margen de esto, en lo deportivo se trata de un derbi muy igualado históricamente, y en este caso no será una excepción, ya que a Riazor se llegará sin un favorito claro.
Muy diferente es la sensación a lo vivido en la primera vuelta, donde el Celta llegaba con la clara responsabilidad de ganar el partido habida cuenta de la superioridad sobre su rival. Al final les costó a los de Berizzo plasmar esta superioridad en el terreno de juego, aunque los tres puntos quedaron en Vigo. Desde entonces han cambiado muchas cosas. El Deportivo es un equipo más formado, más conjuntado, y además parece haber acertado con los refuerzos en el mercado invernal. Aquel Deportivo y el actual poco tienen que ver, aunque se trate del mismo equipo.
Tampoco el Celta goza de la ascendencia que tenía por entonces. El buen arranque liguero del Celta, unido a una pretemporada maravillosa, en la que también superó al Deportivo en un amistoso disputado en Pontevedra, convertían a los celestes en uno de los equipos de moda de la Liga. La racha continuó hasta el partido del Nou Camp, pero aquella victoria en Barcelona encerraba una maldición que se extendió durante 10 partidos en los que el Celta no conoció la victoria.
El Deportivo llegó a recortar prácticamente toda la distancia que le sacaba el Celta, que llegó a ser de 10 puntos en alguna fase de la temporada. De hecho, tras el partido de los de Víctor Fernández en el Bernabéu, donde plantó cara a todo un Real Madrid, las casas de apuestas se decantarían por el conjunto herculino, favorito entonces, ante un Celta que a pesar de remontar el vuelo levemente seguía generando dudas.
Todo ello ha cambiado con el partido del Celta ante el Atlético de Madrid. Los de Berizzo aplastaron al actual campeón de Liga y subcampeón de Europa, y demostraron que la fórmula planteada por Berizzo puede conducir al éxito. La temporada está siendo brillante si se analiza desde un punto de vista numérico. El Celta es noveno, con nueve puntos de diferencia sobre el descenso, y si se continúa la linea marcada en los últimos partidos podría lograrse la permanencia sin mucho sufrimiento.
Por tanto, llegamos a un derbi en el que no hay un favorito claro. El Deportivo es el conjunto local, y eso le otorga cierta responsabilidad sobre el marcador, y el apoyo de sus aficionados le da cierta ventaja. No obstante, este tipo de partido no entienden ni de locales ni de visitantes, ni tampoco de equipos mejores o peores. En ello han incidido esta semana casi todos los protagonistas del encuentro al ser preguntados por el favorito para la victoria final. Normalmente es un tópico, pero en este caso es cierto. Todo puede pasar, lo único deseable es que sea una fiesta del fútbol, sin incidentes. Que gane el mejor, y que ese sea el Celta, claro.
