Tres duelos directos para finiquitar el objetivo


Foto: José Lores
El Celta iniciará el próximo domingo (12 horas) en Almería un ciclo de tres partidos ante rivales directos en donde los celestes pueden dejar cerrado el objetivo de la permanencia. Después de visitar al penúltimo clasificado, llegará a Balaídos el Valladolid y seis días después tocará salida a El Sadar para visitar a Osasuna.

Los celestes miran por ahora al encuentro del Juegos del Mediterráneo. «Debemos pensar que son tes puntos que no van volver y que de ganarlos sería casi definitivo. Si ganamos a estos rivales los dejaríamos a muchos puntos e iba a ser difícil que nos cogieran, pero solo podemos mirar a la bonita final de Almería y vamos a ir a por todas», comentó Bermejo, que el sábado lució galones de capitán. Los andaluces ya le han colgado al envite la etiqueta de final.

La próxima jornada solo hay un duelo directo, el Rayo-Betis, pero el Elche tiene que visitar el Calderón el viernes santo y el Osasuna repite en casa ante el Valencia y el Getafe se jugará la vida en el Ciutat de Valencia.

Los duelos, quizás definitivos, aparecerán siete días después con un Granada-Rayo y un Getafe-Málaga. En esa jornada al Osasuna le tocará visitar el Bernabéu y al Almería Cornellá.

Por el momento, es la pelea por la permanencia más amplia de los últimos años, ya que todavía están implicados diez equipos, aunque el Málaga podría ser el primero en divorciarse si esta noche consigue dar la sorpresa en San Mamés.

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El Celta visita por primera vez en Primera el estadio Juegos del Mediterráneo


Foto: Ricardo García
El Celta de Vigo visitará el próximo domingo al Almería en el estadio de los Juegos del Mediterráneo, en el que será el primer enfrentamiento entre ambos equipos en Primera división, pese a que el conjunto celeste ha militado cuarenta y ocho temporadas en la máxima categoría y el andaluz en cinco.

El equipo gallego ha visitado tres veces el estadio de los Juegos del Mediterráneo de Almería, dos en Segunda división y una en la cuarta ronda de la Copa del Rey 2012-13, con un balance de dos derrotas y una victoria.

La victoria llegó en su primer partido en tierras almerienses. Fue en la primera jornada de la campaña 2004-05, cuando un solitario tanto de Jandro, en el minuto 59, le dio los tres puntos al conjunto dirigido entonces por Fernando Vázquez, actual entrenador del Deportivo de A Coruña.

El ascenso a Primera ese curso del Celta y el posterior del Almería en la temporada 2007-08 provocó que ambos equipos no coincidiesen en la misma categorías hasta la campaña 2011-12, en la que los andaluces ganaron en su estadio al equipo de Paco Herrera con un gol del argentino Hernán Bernadello en la recta final del partido.

La última vez que celestes y almerienses se enfrentaron fue hace dos años en la Copa del Rey. Jonathan Sundy y Abel Molinero le dieron el triunfo al Almería (2-0) en el partido de ida disputado en tierras andaluces, aunque el Celta (3-0) lograría remontar la eliminatoria en Vigo, después de que Roberto Lago forzase la prórroga en el minuto 89 y De Lucas culminase la remontada después.

EFE


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Fiebre en las gradas de Balaídos


Foto: LFP
Cada semana miles de personas tienen una cita. Dos veces al mes ese encuentro tiene Balaídos como punto común. El coliseo vigués es uno de los estadios con mejores datos de afluencia de Primera División. El apoyo de la grada es incontestable. Se podría decir que la fe del celtismo mueve montañas. Ayuda a conseguir ascensos y, sobre todo, permanencias milagrosas.

De Balaídos han escapado puntos. Varios equipos han salido vivos de la ciudad olívica. No obstante, el apoyo de las veinte mil gargantas que se acercan cada dos semanas al templo céltico está siendo determinante para que este Celta se consolide en la máxima categoría. La última demostración se produjo el pasado sábado. El aliento de la grada fue clave para los diez hombre célticos que estaban sobre el terreno de juego rescatasen un punto que parecía imposible. Lo decía Santi Mina al término del partido. "Le pegué con el alma. Con la mía y la de toda la afición".

En el vídeo se observa ese ambiente. Ese estímulo en los minutos previos al inicio del choque.Balaídos es un coliseo, una fortaleza en las gradas que debe trasladarse al terreno de juego. Elhimno a capella o el gol de Nolito, que suponía el empate a uno. Minuto y medio que resume cómo vive y sufre el celtismo los partidos del equipo de sus amores. La próxima jornada en Vigo seguro que vencen a los elementos, a un horario adverso (lunes a las 22:00 horas) para empujar a suCelta a sellar el objetivo de la permanencia.

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Mina ya suma puntos para el Celta


Foto: Jorge Santomé 
Ha marcado infinidad de goles en la cantera del Celta y en las diversas selecciones españolas con las que ha participado, pero ninguno con la trascendencia del que hizo ante la Real Sociedad. El tanto que Santi Mina anotó el sábado se convirtió en un valioso punto para el equipo celeste, que tiene al alcance de la mano la permanencia en la élite del fútbol español. En edad juvenil todavía -cumplió 18 años el diciembre pasado-, Mina puede presumir de haber disputado 28 partidos de Liga en Primera División y de haber jugado en los mejores estadios de España. En once ocasiones ha sido titular con el equipo de Luis Enrique, que ha apostado fuerte por el canterano, al que Paco Herrera hizo debutar en la máxima categoría con 17 años recién cumplidos. Fue en Getafe, el 16 de febrero de 2013, sustituyendo a Iago Aspas en el minuto 59.

Mina se estrenó como goleador en Primera División en la inauguración del nuevo estadio de San Mamés, la que era también su primera comparecencia en el equipo de Luis Enrique en un partido oficial. Repitó acierto ante el Athletic de Bilbao en la Copa del Rey, el mismo día que celebraba la mayoría de edad.

El sábado obtuvo el primer tanto importante en su carrera deportiva, que ahora dirige el superagente portugués Jorge Mendes, que tiene en nómina a estrellas mundiales como Cristiano Ronaldo y José Mourinho. Mina ha entrado a formar parte de ese selecto grupo, por lo que es muy probable que no agote el contrato que le une al Celta hasta 2018.

"Jorge Mendes es mi representante, me ayuda y me aconseja también y estoy contento con él", desvelaba Mina el sábado de madrugada a los micrófonos de la Cadena Cope. El canterano negaba la existencia de ofertas para abandonar Vigo. "Estoy muy contento aquí. Desde que llegué con 11 años me he sentido siempre muy arropado y estoy muy contento de jugar en el Celta. Estoy orgulloso de vestir esta camiseta y espero que sea durante muchos años más", zanjaba así Mina la cuestión sobre supuestos intereses por contratarle del fútbol inglés o incluso del Barcelona.

Una de las perlas de A Madroa está tasada en 10 millones de euros. Es la misma cláusula de rescisión que el club estableció para Aspas, que se marchó al Liverpool por 9 millones.

El traspaso del moañés facilitó el salto de Mina a la primera plantilla del Celta, donde su padre jugó en la década de los ochenta tras pasar por la cantera del Barça. Ahora, su hijo está en disposición de realizar el viaje inverso. En el Camp Nou, el canterano fue titular por última vez con Luis Enrique, que en pretemporada lo eligió como jugador de la primera plantilla. No se estrenó hasta la cuarta jornada, en San Mamés. Y tardó ocho minutos en marcar su primer gol en Primera. Fue de cabeza, tras un centro de Toni. El sábado fusiló a Claudio Bravo desde la frontal tras un pase de Orellana. "Le pegué con todas las ganas del mundo y seguro que muchos de los aficionados también pusieron de su parte para que marcase ese gol", recordaba tras el partido Mina al referirse al gol más importante de su vida.

Habrá más tantos de quien tiene a un compañero como referencia. "Me fijo mucho en Charles, cómo choca, cómo pelea con los defensas. Quiero ser como él porque me gusta su compromiso y su sacrificio", proclamaba hace días el canterano.

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El Celta en El Día Después: Balaídos Universal y la experiencia de Antón


El Día Después dedicó esta semana su habitual pieza del Celta, cuando juega en casa, al proyecto Balaídos Universal, que estrenó recientemente el club y que tiene por objetivo servir de plataforma para vivir el ambiente del estadio vigués desde cualquier punto del mundo. Una experiencia que este reportaje retrata en la persona de los celtistas y de un niño, Antón, que tuvo la suerte de vivir a pie de campo el partido compartiendo, a través de una cámara que portó durante todo el partido, su sensación con todos los que accedieron a la aplicación. Al final tuvo doble premio, ya que para casa se llevó otro preciado trofeo: La camiseta de Orellana, su ídolo. 
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El Celta rentabiliza su empate


Foto: LFP
El Celta no ha tardado en rentabilizar el empate rebañado el pasado sábado en inferioridad numérica a la Real Sociedad. El punto tan trabajadamente conseguido ha permitido al conjunto que dirige Luis Enrique incrementar su renta con los puestos de descenso, que pasa de 5 a 6 puntos, con una jornada menos por delante.

A cinco semanas de que caiga el telón de la Liga, los celestes ocupan la decimotercera posición -la misma que hace siete días- con una cómoda ventaja de seis puntos -dos victorias- con respecto a la línea roja, que ocupa el Getafe tras su derrota ante el Atlético de Madrid en el Coliseum Alfonso Pérez.

El equipo azulón releva en la antepenúltima plaza al Valladolid, el equipo que ahora marca la salvación, con 32 puntos, cinco menos que los celestes. Tras el Getafe figura el Almería, próximo rival de los célticos, que se va a jugar el domingo buena parte de sus opciones de ascenso contra los de Luis Enrique. Descolgado y virtualmente descendido, marcha el Betis, que ya no podría dar caza a los de Luis Enrique aunque ganase los cinco partidos que restan.

Por debajo de los celestes siguen cuatro equipos: Granada (con los mismos puntos que el Celta tras su proeza frente al Barcelona), el Elche (35 puntos), el Osasuna (34) y el Valladolid (32).

En este favorable escenario, el conjunto de Luis Enrique puede certificar su continuidad esta misma semana, si gana el domingo al Almería en el estadio de los Juegos Mediterráneos. Varios duelos favorecen sus intereses: Atlético-Elche, Osasuna-Valencia, Levante-Getafe, Rayo-Betis, Sevilla-Granada y Valladolid Real Madrid.

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Nolito, el goleador de 2014


Foto: Jorge Landín
Manuel Agudo 'Nolito' se ha convertido en la principal referencia ofensiva del Celta. A pesar de que comenzó el año como suplente y no recuperó un sitio en el once inicial hasta el mes de marzo, el atacante gaditano es el máximo goleador del equipo vigués en lo que va de 2014. 

Nolito y Charles comparten desde el sábado la condición de máximos realizadores del Celta en Liga, que había pertenecido al brasileño en solitario desde la segunda jornada del campeonato. Ambos suman ocho dianas, pero el ex del Pontevedra no marca desde hace dos meses y medio, cuando firmó uno de los cuatro goles que el conjunto celeste le hizo al Betis (4-2) en Balaídos.

El gaditano, en cambio, está en racha. Fue suplente en siete de los ocho primeros partidos del Celta en 2014, en los que aportó dos goles en las victorias sobre el Betis (4-2) y el Villarreal (0-2). Tras perderse el encuentro frente al Elche en el Martínez Valero por sanción, salió de cara ante el Atlético y desde entonces ha sido un fijo para Luis Enrique, que únicamente le dio descanso en el Camp Nou. Su aportación resultó vital en la serie de siete partidos que el Celta saldó con sólo dos goles a favor. Ambos fueron suyos y valieron para derrotar al Levante (0-1) y el Sevilla (1-0). Contra la Real, firmó su octavo tanto del curso. Como ante los hispalenses, de penalti.

El sábado, Santi Mina se convirtió en el séptimo céltico que marca en 2014. Nolito lleva cinco goles y le siguen Charles y Orellana con tres y, con uno, Cabral, Augusto, Rafinha y el vigués

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Álex López será el foco de atención en la vuelta al trabajo


Foto: Jesús de Arcos
El estado físico de Álex López centrará la atención informativa en la vuelta al trabajo del Celta prevista para mañana, martes, en A Madroa. El centrocampista ferrolano se produjo una pequeña rotura de fibras en el encuentro recientemente disputado por el conjunto vigués en Vallecas con un pronóstico de recuperación de entre diez días y dos semanas, con lo que, sobre el papel, es recuperable para el choque del próximo domingo en el estadio de los Juegos Mediterráneos, donde el equipo vigués tiene la oportunidad de dejar certificada la permanencia. El centrocampista ferrolano trabajó al margen del grupo toda la pasada semana, pero se espera que en los próximos días pueda comenzar a ejercitarse de modo progresivo con el resto de sus compañeros.

El que no tendrá problemas de disponibilidad será Charles, a quien Luis Enrique ya convocó, aunque luego no utilizó, para el último partido ante la Real Sociedad. Para el duelo ante el Almería se espera que el atacante brasileño tenga perfectamente soldada la fractura sufrida en los huesos propios de la nariz. Apunta, de hecho a titular.

Para el compromiso del domingo, será baja segura Aurtenetxe, que deberá cumplir sanción, por su expulsión con roja directa tras propinar una patada sin balón a Carlos Vela.

Julio Bernardo / Faro de Vigo
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El paso adelante de Santi Mina


Santi Mina demostró el sábado su madera de futbolista. En el peor momento personal fue capaz de firmar su mejor actuación en Primera. Con un gol que dio puntos y revolucionando el partido en la media hora larga que estuvo en el campo. El canterano, que se convirtió en el goleador más joven del 2014 con su tanto a la Real, fue clave para salvar un punto con sabor a media permanencia.

«La gente que ha salido del banquillo ha estado especialmente bien», reconoció Luis Enrique después de la contienda. Santi Mina el primero. Por su gol, y por sus números. A sus 18 años acertó en el 63% de sus acciones en las 19 veces que entró en contacto con el balón, disfrutando de dos ocasiones de gol y transformando una. Su nota por estadística fue de un 7.3, la segunda más alta en sus 27 participaciones en lo que va de Liga. Tan solo presentó mejores números en la contienda con el Villarreal, en donde curiosamente no marcó.

Esta reacción llegó para el vigués en su momento más crítico. Cuando pese a las reiteradas oportunidades de Luis Enrique había ido perdiendo protagonismo, y sobre todo, capacidad para marcar gol, su tesoro más preciado durante toda la época de formación. Porque pese a su cartel de juvenil y de novato, cualquier delantero vive del gol, y Santi lo sabe. «Lo de ser joven no es ningún problema», comentó a Onda Cero después del partido frente a la Real, donde habló de los muchos consejos que recibe de sus compañeros, de trabajo como única pócima y de las oportunidades de Luis Enrique. «Lo haga bien o mal, el míster siempre confía en mí».

Ha jugado 27 partidos

Con 27 partidos encima de 33 posible (solo se ha perdido seis) Santi Mina se convierte en uno de los contados juveniles de Primera División que ha participado en la mayor parte de los encuentros, un dato que no parecía demasiado claro a lo largo de la temporada y que le podría abrir puertas de cara a una hipotética salida, aunque él no quiere pensar en eso: «Quiero estar en el Celta por mucho tiempo, el Celta es mi club y aquí estoy muy a gusto», comentó. Por primera vez hizo público que Jorge Mendes «es quien me lleva y me aconseja» y negó que el Barcelona esté detrás de sus pasos como se había apuntado desde la ciudad condal. Antes se le había relacionado con el Manchester City.

Al margen de comentarios, en su vuelta al primer plano coincide con el momento de ebullición de Mario Bermejo, justo cuando Charles está tocado y al borde de la suspensión. La aportación de ambos rompe las dudas a cerca del fondo de armario para la posición de ariete en el conjunto vigués. En Almería, en función de la evolución del brasileño, alguno de los dos podría tener la oportunidad desde el inicio.

Xosé Ramón Castro / La Voz de Galicia
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La consigna: "Derribad a Rafinha"


"Derribad a Rafinha". La consigna se ha extendido entre los rivales del Celta como reguero de pólvora. El brasileño es una fuente de constante de desequilibrio y protege tan bien la pelota que el único modo realmente efectivo de quitársela es tirarlo a suelo. Por eso lo cosen a patadas. Literalmente.

Es un hecho constatado que los rivales del Celta han puesto precio a las piernas de Rafinha. Se puede comprobar físicamente con la magulladuras y golpes con los que el futbolista del Celta acaba los partidos y certificar en el plano estadístico, pues el hijo menor del gran Mazinho es el segundo futbolista de Primera División que más faltas recibe, tras el delantero mexicano de las Real Sociedad Carlos Vela.

Vela ha sufrido en lo que va de curso 115 faltas en 2.773 minutos sobre el césped repartidos en 32 partidos, todos como titular. Rafinha suma once faltas menos, pero en menos tiempo sobre el terreno de juego, pues ha disputado 2.321 minutos en 29 encuentros, cuatro de ellos entrando desde el banquillo.

El jugador del Celta supera, de este modo, al delantero de la Real en promedio de falta por minuto de juego, ya que Rafinha recibe una falta cada 22,31 minutos sobre el campo, mientras que el méxicano lo hace cada 24,09. El tercer futbolista más castigado de la Liga es Diego Costa, del Atlético de Madrid. El goleador rojiblanco ha sido objeto de 100 faltas, una cada 26,8 minutos, en 30 partidos de Liga.

Se da la curiosa circunstancia de que Rafinha figura como un de los futbolistas más castigados de la categoría a pesar de que su protagonismo goleador es relativo en relación a otros hombres del plantel celeste. El peso goleador lo llevan esta temporada en el Celta Charles y Nolito, con ocho dianas cada uno; Rafinha suma cuatro y comparte con Michael Krohn-Dehli la condición de máximo asistente del equipo, con cuatro pases de gol.

Aún más sorprendente resulta la gran diferencia entre el número de faltas que sufre Rafinha en comparación con las que este curso han recibido Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, los dos mejores futbolistas del mundo en este momento. Rafinha ha sufrido más del doble de patadas que el astro argentino del Barcelona, que suma 40 faltas, y casi el doble que el último ganador del Balón de Oro, que ha recibido 59.

Rafinha supera también con creces en faltas recibidas por goleadores de tanto peso en sus respectivos equipos como Neymar (Barcelona, 76), Javi Guerra (Valladolid, 69), Ander Herrera y Muniain( Athletic, 70 y 69), Aleix Vidal (Almería, 67), Carles Gil (Elche, 66), El Arabi (Granada, 66), Trashorras (Rayo Vallecano, 62), Parejo (Valencia, 60), Rakitic (Sevilla, 60), David Barral (Levante 59), Oriol Riera (Osasuna, 57), Sergio García (Espanyol, 56) o Uche (Villarreal, 56).

En relación al Celta, Rafinha concentra casi una cuarta parta del total de faltas recibidas por el conjunto celeste, que asciende a 436.

De estas una buena parte han sido recibidas por los dos máximos artilleros del equipo, Charles Dias y Nolito. El atacante brasileño ha recibido esta temporada 59 faltas, una cada 37,7 minutos sobre el campo, mientras que el gaditano ha sido objeto de 34 infracciones, una cada 55,8 minutos de juego.

Julio Bernardo / Faro de Vigo
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Un año después, como hemos cambiado


A falta de cinco jornadas para que concluya la Liga, el Celta ya ha igualado los puntos con los que acabó la pasada temporada. 37. Ésa fue la mágica cifra con la que los pupilos de Abel Resino –y antes de Paco Herrera– obraron el milagro de la permanencia hace menos de un año. Y ésa es la cifra que suma hoy en día el equipo de Luis Enrique Martínez, que salvo hecatombe superará la barrera de los 40 y alcanzará la salvación con mucho menos sufrimiento.

El Celta está camino de cumplir el objetivo marcado desde Praza de España para el presente ejercicio: lograr la permanencia con menos apuros que la pasada campaña. A dicha meta apuntó el presidente, Carlos Mouriño, el pasado verano y a pesar de los altibajos sufridos por el equipo a lo largo del curso todo parece indicar que el cuadro vigués no se jugará su continuidad en Primera en la última jornada o, en el peor de los casos, lo hará dependiendo de sí mismo.

El conjunto celeste lleva diez victorias y siete empates en treinta y tres jornadas, tantos como sumó en la temporada 2012/2013, que acabó con veintiún derrotas encajadas por las dieciséis actuales. El equipo ha mejorado en la faceta goleadora –lleva 36 goles y el curso pasado marcó 37– y ha sabido sacarle mucho jugo a sus tantos, puesto que va camino de empeorar sus números defensivos: Yoel ha encajado ya 49 tantos y el año pasado el Celta acabó la Liga con 52 goles recibidos.

En la trigésimo tercera jornada del último campeonato liguero, el cuadro vigués sumaba únicamente 30 puntos y estaba en puestos de descenso. Curiosamente, lo mismo sucedía en la temporada 2006/07, la última antes de la larga travesía por el infierno de Segunda División. Tras 33 partidos y ya con Hristo Stoichkov en el banquillo, el cuadro vigués también estaba en zona de descenso con 30 puntos.

Aquella campaña, que comenzó con Fernando Vázquez en el banquillo celeste, el Celta se fue a Segunda con 39 puntos, sólo dos más que en la actualidad. Además, los nueve últimos llegaron en las tres últimas jornadas, con el equipo casi sentenciado, merced a los triunfos sobre Betis, Atlético y Getafe. Algo similar sucedió el año pasado, ya que el conjunto de Abel Resino acabó el curso con dos victorias sobre Valladolid y Espanyol. No obstante, en este caso esos seis puntos sí valieron para alcanzar la permanencia en detrimento del Deportivo, que cayó al 'pozo' en la última jornada al caer en Riazor contra una Real Sociedad que necesitaba sumar para asegurar su presencia en la Liga de Campeones.

De este modo, Luis Enrique está a un paso de hacer que el Celta logre sus mejores números desde la campaña 2005/06, en la que el equipo vigués se clasificó por última vez para disputar la Copa de la UEFA (ahora Liga Europa). Entonces, con Fernando Vázquez en el banquillo y sólo un año después de ascender a Primera División también con el técnico de Castrofeito, el conjunto olívico finalizó la Liga con 64 puntos en su haber, fruto de 20 victorias (el doble que en la actualidad) y cuatro empates.

Borja Barreira / Atlántico Diario
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El Celta B sale vapuleado de Oviedo


Foto: Álex Piña
El Celta B no pudo sacar nada positivo de su visita al Carlos Tartiere y ni siquiera evitó traerse a Vigo un buen zurrón de goles y un mal estado de ánimos para una plantilla muy necesitada. El partido apenas tuvo historia, pues solo duró media hora, justo hasta cuando el equipo encajó el primer gol; a partir de ahí el filial céltico fue claramente hacia abajo y se vio superado y algo más por un rival que, sin desgastarse en lo físico, le propinó un severo castigo. El equipo vigués acabó con nueve futbolistas sobre el terreno de juego tras las expulsiones de Goldar y Antón, una circunstancia que ayudó de manera importante para que incluso sufrieran mucho más de lo deseado, pues el partido por entonces ya estaba perdido.

Media hora aguantó el filial del Celta las acometidas de un rival que se juega en tres partidos el trabajo de toda la temporada. Las prisas del Real Oviedo al comienzo del choque ayudaron al Celta B a posicionarse mejor sobre el terreno de juego e incluso a buscar algún susto a la contra. En esos minutos se vio al mejor Celta B, ordenado y tranquilo tratando de hacer circular la pelota con sentido y sin renunciar a la verticalidad. Sucedió además desde el inicio del partido, lo que en nada hacía presagiar lo peor. El equipo de David de Dios contuvo con seguridad y contundencia a un rival demasiado espeso en la circulación de la pelota y que se enfrascó de buenas a primeras en una batalla en el centro del campo que no le convenía, porque fue además tan cruenta como infructuosa, ya que ninguno de los dos logró hacerse con el control de la pelota durante demasiados minutos seguidos. El Celta B estuvo en su papel de equipo inferior e incluso pudo hacer daño en un par de contras veloces y bien llevadas a las que sin embargo les faltó el pase final.

No fue hasta el minuto 28 cuando en una genialidad de Susaeta se rompía la baraja de lado carbayón. El centrocampista enviaba a la escuadra derecha de la portería de Rubén una falta lanzada desde unos treinta y cinco metros de distancia. Sin tiempo casi para la reacción, el propio Susaeta, diez minutos después, prácticamente sentenciaba el choque con un disparo cruzado desde fuera del área ante el que nada pudo hacer Rubén.

La segunda mitad apenas tuvo historia, salvo los goles y las expulsiones, pues Señé cabeceaba el 3-0 después de un disparo en semifallo de Anunciata en el minuto 62 y ponía punto y final a cualquier tipo de esperanza visitante. Solo uno más tarde el visitante Goldar veía la segunda cartulina amarilla por una falta en el centro del campo. Con el 3-0 en contra y un hombre menos al Celta B solo le quedaba pensar en encajar el menor número de goles posibles, pero la balanza volvía a caer de lado azul cuando Anunciata era derribado por Antón. Penalti claro y expulsión del vigués, que dejaba al equipo con nueve. Susaeta lograba el tercero en su cuenta particular.

Nada más sacar de centro, en una jugada rápida de Borja Iglesias los vigueses iban a conseguir el tanto del honor. A partir de ahí el Real Oviedo comenzó a realizar cambios, mientras que los nueve hombres que tenía en el campo David de Dios se multiplicaban para evitar una goleada de escándalo. Pese a los esfuerzos del filial vigués, ya con el tiempo cumplido, el lateral zurdo Sergio Díaz culminaba una gran jugada personal enviando el balón a la red y consiguiendo el quinto y defintivo gol de la tarde.

Oviedo 5 - Pol; Álvaro, David Fernández (Rubio, minuto 71), Pardo, Sergio Díaz; Susaeta (Lucas, minuto 70), Erice, Héctor Simón, Señé; Annunziata, Sergio García.
Celta B 1 - Rubén Blanco; Kevin, Soto, Goldar, Maceira; Antón (Thaylor, minuto 59), Borja Domínguez; Fernán (Aitor, minuto 60), Yelko (Pérez, minuto 70), Marcos Torres; Borja Iglesias.
Goles: 1-0, Minuto 27: Susaeta. 2-0, Minuto 38: Susaeta. 3-0, Minuto 61: Señé. 4-0, Minuto 68: Susaeta. 4-1, Minuto 70: Borja Iglesias. 5-1, Minuto 89: Sergio Díaz.
Árbitro: Jiménez González (Las Palmas). Amarilla a Héctor; Soto, Antón. Roja a Goldar (minuto 63) y Antón (min. 67).
Incidencias: Carlos Tartiere, ante 7.126 espectadores.

Área 11
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Tertulia de El Fútbol es Celeste (Celta - Real Sociedad)



El Celta consiguió un punto de oro frente a la Real Sociedad. El equipo tiró de buen juego y coraje para conseguir un empate con uno menos. El mal inicio, el rendimiento de Aurtenetxe, la titularidad de Bermejo o los cambios de Luis Enrique son algunos de los temas que debatimos con Javier Encisa "JES", presidente de siareiros.net; David Penela, portavoz de Comando Celta, y Germán Pérez, socio de Río Bajo.
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Un punto a la ambición


Foto: EFE
La fe mueve montañas, y ayer la del Celta cosechó un empate en el peor escenario. Puntuó ante una Real Sociedad que se adelantó a los cinco minutos, que exhibió pegada, que jugó buena parte del duelo con uno más, pero que quizás se durmió en los laureles confiando en que el ingente esfuerzo celeste no tuviera recompensa. Esta vez, sin embargo, se equivocó. La raza que los vigueses mentaban al final del partido se tradujo en un empate con aromas de victoria.

El once
Bermejo por Charles
Mario Bermejo volvió a salir de inicio casi un año después, y lo hizo para ocupar un puesto que parecía reservado a Charles. La recuperación de la fractura nasal del brasileño va por buen camino, pero Luis Enrique, consciente de que el próximo fin de semana en Almería se jugarán más que tres puntos, prefirió reservar al hasta ayer pichichi del equipo para evitar que viese la quinta amarilla. Rafinha y un incombustible Nolito acompañaron a Bermejo en el ataque, mientras que Fontás retomó los mandos del pivote secundado por los internacionales Augusto y Krohn-Dehli. Aurtenetxe y Cabral formaron la pareja de centrales tras dos semanas sin entrar en el once.

El arranque
Dos «Celtas» en media hora
El Celta se ha especializado a lo largo de la Liga en demostrar que es capaz de lo mejor y de lo peor, y ayer conjugó sus dos versiones en la primera media hora de partido. El inicio de los de Luis Enrique fue para el olvido. Los celestes entraron fríos, lentos, distraídos y sin intensidad, y la Real le pasó la factura en forma de gol en el minuto cinco. Tuvo que aparecer la magia de Rafinha desde la banda derecha para recordar al Celta que sabe jugar, que es capaz de plantar cara a cualquier rival si la intensidad está de por medio. Y eso fue precisamente lo que sucedió a partir del cuarto de hora de partido, con el fútbol celeste brillando ante una Real que salió del atasco por la vía del gol.

La defensa
Sin término medio
La Real Sociedad fue testigo de privilegio de los errores y aciertos de una defensa celeste que expuso todo su catálogo, desde la pasividad de los centrales ante el segundo tanto visitante, a la capacidad de los laterales para sumarse al ataque. Por momentos se vio una zaga resquebrajada, sin norte, que regalaba rechaces letales y que se aliaba con el rival sin proponérselo. Sin embargo, cuando el Celta tomó la manija del partido, la defensa mostró su cara más expeditiva, frenando al rival y anulando el vertiginoso ataque de una Real Sociedad que presumió de zarpazos y pegada.

El centro del campo
Un giro ambicioso
Aunque Fontás es probablemente el central más solvente del Celta, Luis Enrique le confió de nuevo las tareas de pivote, reforzando a la defensa. El catalán, junto a Krohn-Dehli y Augusto, se vio superado en el inicio, si bien acabó convirtiendo su parcela en un dique de contención con constantes ayudas del argentino y del danés. Bien es cierto que Krohn-Dehli exhibió sobre todo su parte creativa, siendo la habitual puerta de salida del ataque vigués.

El ataque
Efervescencia con poco premio
Cuando el Celta saca a relucir su mejor fútbol, es capaz de trenzar jugadas y generar peligro por doquier. Ayer, superada la pájara inicial, el juego combinativo que exprimía las bandas, los cambios de orientación, las búsquedas constantes de la línea de fondo y sobre todo una mentalidad claramente ofensiva, hicieron que los de Luis Enrique achuchasen a una Real solo indultada por la falta de pegada de los vigueses. Porque tuvo que ser un penalti el que abriese la lata, y Santi Mina el que rescatase en un balón casi raso y por el centro, el punto de oro ante los de Arrasate. El problema del Celta en los últimos metros sigue a la vista.

La actitud
Hambre hasta la prolongación
El empate cosechado por el Celta fue el premio al hambre y a la fe que expuso el equipo. Superados los nervios y titubeos iniciales, los vigueses sacaron su versión más ambiciosa. Los dos tantos visitantes no les achicaron, y buscaron con ahínco el premio. Que esta vez sí llegó.

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El Celta saca fuerzas de flaqueza


Foto: Ricardo Grobas
El Celta sacó ayer fuerzas de flaqueza para sobrevivir a las tendencias suicidas de Aurtenetxe, que se autoexpulsó con una acción alevosa, y rescatar sobre el alambre un punto que deja la permanencia a tiro de piedra. Más que nunca esta temporada tuvo el conjunto de Luis Enrique la virtud de la fe. Resistió y se repuso al torrencial arranque de un rival de pegada demoledora y tuvo la destreza para navegar en aguas turbulentas y remontar (e incluso tener una última opción de ganar) un encuentro que se puso pernicioso cuando, a la vuelta del descanso y por debajo en el marcador, el zaguero vasco enfiló el camino de la ducha por propinar a Carlos Vela una patada infamante.

A pesar de la molicie con que el Celta se manejó en defensa y las ocasiones dilapidadas por un adversario con nula propensión al indulto, el equipo vigués tuvo la gallardía de no dar nunca el partido por perdido, recursos para revolucionarlo y oficio para madurar un buen resultado.

la danza de los centrales
Sobradamente conocida es la aversión de Luis Enrique a repetir equipo, incluso cuando las cosas han funcionado razonablemente bien. El asturiano ha variado su alineación en 31 ocasiones en 33 partidos buscando siempre un plus de competitividad, bien para premiar el trabajo de la semana, bien para desconcertar al rival.

El continuo movimiento de piezas ha afectado de modo evidente al eje de la defensa, que ha movido con decisiones poco comprensibles y a menudo fallidas, incluso cuando parecía haber dado con la tecla adecuada. La inclusión de Aurtenetxe para adelantar a Fontás a medio campo a punto estuvo de costarle el partido, porque el zaguero vasco, además de blandito y exsangue, mostró una delirante querencia a complicarse la vida con acciones kamikazes. El futbolista cedido por el Athletic fue el punto débil de una línea que no tuvo ayer su mejor tarde y que curiosamente mejoró sus prestaciones con la entrada de Íñigo López, uno de esos tipos que siempre cumple y que dio al balance defensivo del Celta un plus de seguridad.

el regreso del viejo león
Con la fractura de nariz sufrida en Vallecas por consolidarse y cuatro tarjetas encima, Luis Enrique prefirió ayer dar descanso a Charles. La elección para suplir al goleador céltico fue Mario Bermejo, el viejo león, que tiró de oficio para volver loco a Íñigo Martínez y forzar de la nada un penalti -tercero a favor esta temporada y segundo en dos partidos- que Nolito no desaprovechó. Casi un año después de su último partido como titular con el Celta, el veterano luchador está de vuelta.

Nolito tira del carro
A pesar de algunas voces pusieron en duda su forma física, el atacante gaditano ha demostrado que el Celta no se equivocó con su fichaje. Con su tanto de penalti a la Real Sociedad iguala a Charles como máximo artillero del Celta, con ocho goles. Y a pesar de haber estrellado otros tantos balones en los postes esta temporada, Nolito es el hombre que ha tirado del carro goleador del Celta en los últimos meses. Tres de los últimos cuatro goles llevan su firman y los tres servido para dar puntos al equipo. Ayer frente a un rival de tanto fuste como la Real, el gaditano colaboró notablemente en defensa, que no es una tarea en la que suela implicarse.

el factor helenio herrera
Cuando la cosa pintaba peor, el Celta fue capaz de ser fiel ayer al viejo dicho de Helenio Herrera, el legendario entrenador argentino que sostenía que al fútbol se juega mejor con diez que con once. El Celta, desde luego, lo hizo así durante algunos minutos del partido en los que asumió grandes riesgos en busca del empate.

revolución desde el banco
La aportación de los hombres del banquillo fue una de las mejores noticias del partido. Luis Enrique acertó de pleno con los cambios. Santi Mina y Orellana dieron un plus de ambición y mordiente al equipo -entre ambos fabricaron la jugada del gol del empate-, que ganó también seguridad con la entrada de Íñigo López. Mina anotó su segundo gol en un momento decisivo y volvió a dar muestras de madurez, casi ya con el tiempo cumplido, cuando no dudó en acaparar la pelota para dormir el partido. Orellana dio chispa al ataque en un momento en que parecía que al Celta se le iban la agotar las ideas. López, por último, dio fortaleza y equilibrio a la defensa.

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Puntazo de dignidade


Foto: Ricardo Grobas
A intensa arrincada da Real Sociedade agoiraba un partido moi difícil para o Celta, ao que nunca lle sentou moi ben o horario do café vespertino. Os galegos tardaron vinte minutos en chegar a pisar a área pequena rival, cando xa os txuri urdin aseñoraban o xogo, coa táboa de marcas por diante, dende o minuto oito, grazas a un pexegazo de Canales dende fóra da área grande, que o noso Yoel papou coma un bendito. Durante ese período os de Jagoba Arrasate imprimiron un ritmo trepidante ao seu xogo, realizaron un aluvión de chegadas combinadas entre os seus catro temibles dianteiros, lanzaron varios saques de recanto con cadansúas perigosas cabezadas de Íñigo Martínez, ocasións nas que semellaba chegaría inevitablemente un segundo tanto fronte a un Celta que estaba fóra do partido.

Porén, a intensa tempestade donostiarra amainou e os de Luis Enrique moi amodiño foron entrando no encontro dirixidos polas batutas de Rafinha e Krohn-Dehli. Nolito avisou no minuto 21 que o Celta xa espertara cun xute moi orientado chapado polo porteiro. Serían despois Rafinha, Augusto e Krohn-Dehli os que finalizaron con escasa fortuna xogadas combinadas cada vez máis longas e perigosas. Cando frisaba a media hora, o capitán Mario Bermejo xutou mal, tras unha fermosa combinación entre Nolito e Krohn. Porén, apenas cinco minutos despois, como sucedera hai quince días co Sevilla, o veterano dianteiro pelexou un penalti con Íñigo Martínez, que o árbitro dubidou uns segundos en sinalar, quizais polo feito de contar o central xa cun cartón amarelo. Nolito volveu marcar, a pesar de que Claudio Bravo se estricou na dirección correcta. Dez grandes minutos celestes que conseguiron a igualada, unha proeza tal como comezara o xogo. Mais como pouco dura a ledicia na casa do probe, cando apenas faltaban dous minutiños para o descanso, un erro no despexe da defensa nosa facilitou que o francés Griezmann volvese adiantar aos donostiarras. Para botarse a chorar ou xurar en arameo, pensaron moitos celtistas.

Non comezou mellor a segunda sesión. Apenas reanudado o xogo, Jon Aurtenetxe foi expulsado por cartón vermello directo, tras marcarlle os seus tacos a Vela na coxa, o dianteiro mexicano que chegara de rapaz ao Celta cedido polo Arsenal. Con dez o Celta reordenou a súa defensa, recolocando alí a Fontás, para tratar de resistir á nova avalancha que se lle veu enriba. Durante uns minutos o partido entrou nesa fase escura e aborrecible, de continuas interrupcións. A Real atacaba con catro efectivos para liquidar o partido. Griezmann tivo na súa biqueira o terceiro en dúas oportunidades claras, tras dura pelexa co noso Jony. Mais coma sucedera na primeira, os txuri urdin non souberon definir cando tiñan toda a superioridade. Entón, Luis Enrique deu entrada a Orellana, Mina e Íñigo López, que lle deron a volta ao partido coma un carpín. Contaxiado polo entusiasmo da afección, o Celta con dez tirou das súas reservas de dignidade e arrepúxose á temible Real. Santi Mina, a pérola da nosa canteira, apenas incorporado á lameira, avisou da súa presenza cun remate ben dirixido. Xaora, cando faltaban oito minutos, o rapaz aproveitou un balón abandonado na frontal, tras unha xogada excelente de Orellana, para xutar de forma tremenda e conseguir un dos goles máis importantes da súa carreira. Dous minutos despois, no caneo de Orellana na área pequena tivo o Celta case o terceiro. Semellaba incrible que un partido no que o Celta comezara con once en clara inferioridade de xogo, rematase con dez en xusta igualdade fronte un rival con aspiracións europeas. O de onte foi un puntazo de dignidade que deixa ao Celta apenas a tres puntiños do seu obxectivo da permanencia.

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En el nombre del padre y del hijo


Foto: Ricardo Grobas
Podrían ser padre e hijo -Mario Bermejo tiene 35 años y Santi Mina, 18- y ayer formaron una pareja perfecta para que el Celta no notase la ausencia de Charles Dias, al que Luis Enrique dejó en el banquillo con la máscara que protegía su nariz rota por precaución.

Ante este contratiempo, el Celta ha vuelto a encontrar la solución en casa. Luis Enrique recurrió a Bermejo como delantero centro. Y cuando el veterano atacante se cansó de correr, el técnico le dio una nueva oportunidad a Mina. Los dos contribuyeron especialmente a que el conjunto celeste obtuviese un meritorio empate, que supo a triunfo, ante un rival que jugó con superioridad numérica la segunda parte. El primero provocó el penalti que lanzó Nolito y el segundo logró el empate final.

A pesar de una diferencia de edad de 17 años, Bermejo y Mina manejan las mismas claves en el fútbol: trabajo y compromiso con el equipo. Son argumentos que repiten en sus declaraciones públicas y que están en sintonía con lo que perciben de ambos los aficionados. El celtismo los tiene entre sus favoritos. Desde ayer, con muchos más motivos.

El cántabro es el mejor maestro que podía encontrar el vigués para crecer como futbolista. Ayer, Bermejo estaba emocionado por volver al equipo titular. Casi un año había pasado desde la última vez que apareció en el once céltico. El 22 de abril de 2013 el Celta recibía al Zaragoza con la necesidad de sumar los tres puntos para no descender. Cuando en Balaídos ya se esperaba un empate, Bermejo acudió al área para marcar un gol imposible: la bermejinha. Falló el remate con el pie derecho pero el balón tropezó en el izquierdo, sobre el que se apoyaba, y se coló en la portería de Roberto.

Semanas después se despedía de la temporada por una grave lesión de rodilla. Tras recuperarse y jugar los restos de algunos partidos, Bermejo lució ayer el brazalete de capitán y se entregó a una dura pelea con Íñigo Martínez, que a la media hora vio la tarjeta amarilla en una acción con el cántabro. Y apenas cinco minutos después, el céltico era derribado por el defensor de la Real en el área y el Celta empataba un partido que se le ponía cuesta arriba.

Cuando a la hora de partido se fue medio desfallecido por el esfuerzo realizado, Íñigo Martínez respiró tranquilo. No esperaba el zaguero vasco que se encontraría a continuación con otro como Bermejo, pero de 18 años y con un golpeo de balón excelente. El primero que le llegó a Mina en condiciones lo estampó en la portería de Bravo, ante la sorpresa de toda la defensa del conjunto donostiarra.

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La eliminación en Champions del Barcelona y el banquillo del Celta


Foto: Marca
La eliminación del Barcelona frente al Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Champions League puede tener unas consecuencias mayores de lo que en un primer momento parece. Es posible que esta derrota afecte indirectamente a otros equipos y el Celta  puede ser uno de ellos.

Los rumores de una posible salida del Tata Martino hace tiempo que se vienen sucediendo. Pese a que la actual junta directiva del F.C. Barcelona siempre ha dicho públicamente que el técnico continuaría la próxima temporada si ellos siguen al frente, muy pocos creían que eso fuera a ser cierto y ya se hablaba de posibles candidatos al banquillo blaugrana. Tras la eliminación europea y la imagen ofrecida parece que las cosas se pueden precipitar. Ya no solo se habla de una posible salida del técnico al término de la temporada, incluso se menciona a algunos jugadores.

Pero en lo que al Celta se refiere, la preocupación son los nuevos rumores difundidos por la prensa deportiva europea sobre un supuesto interés por Luis Enrique que ya vienen de la pasada campaña, y que sitúan al técnico asturiano al frente del Barcelona. Aunque no era el único entrenador que estaba en las apuestas, desde Can Barça nunca han ocultado su interés por él. Al final el técnico elegido fue Gerardo Martino, no exento de la polémica que originó el rumor de que los Messi estaban detrás del fichaje.

En este momento el equipo está bastante identificado con el estilo de fútbol del actual técnico, por lo que una posible salida provocaría comenzar de nuevo con una filosofía de juego probablemente distinta. De cualquier forma el fútbol es así y tanto los técnicos como los jugadores están un día y al siguiente no.

Ya hay quien piensa en el recambio para una posible salida del asturiano y hay un nombre que haría ilusión a más de un aficionado. Ese no es otro que Patxi Salinas. El vasco conoce bien el club celtiña tras 6 temporadas como jugador en Vigo y en este momento no está entrenando a ningún equipo tras haber rescindido su contrato en Segunda División B con la Unió Esportiva Sant Andreu hace apenas unas semanas.



Patxi Salinas está disfrutando de una etapa sabática en lo que al fútbol se refiere y disfrutando de su otra gran pasión, el póker. En la actualidad interviene en el reality show Supervivientes transmitido por Telecinco, en el que Patxi participó unas ediciones atrás, aunque en esta ocasión lo hace apoyando a su amiga Leo Margets, jugadora profesional del equipo PokerStars.

El vasco es un enamorado del póker y se le puede ver a menudo participando en alguna mesa, incluso ha participado recientemente en un gran torneo como es el Estrellas Poker Tour de Valencia, al lado de otros rostros conocidos como Fonsi Nieto, y demostrando que no se le da nada mal.

Patxi Salinas como a menudo comenta en su Twitter nunca se olvida del Celta y siempre ha seguido de cerca la trayectoria del equipo. Del mismo modo que los aficionados vigueses recuerdan el paso del “Atzelari” por el club. El defensa siempre dejó muestras de su profesionalidad y acompañó al club durante sus mejores años, con el que llegó incluso a disputar una histórica final de Copa de Rey.

Nadie olvida aquella ocasión durante un partido contra el Sporting de Gijón, en la que su compañero de equipo, Alexander Mostovoi, quiso abandonar la cancha en desacuerdo con el desarrollo del partido. Varios compañeros le recriminaron la actitud al ruso, pero fue Patxi Salinas quien se encaró con él y lo zarandeó obligándole a volver al campo. Aquel gesto siempre quedó en la memoria de los seguidores celtiñas y demostró su respeto por el club.

Por detalles como ese en los que demuestra su profesionalidad y su carácter, ahora que están de moda para los banquillos los ex jugadores con carisma, a más de uno le gustaría la idea. 
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La Otra Crónica: bendito empate


Foto: Jorge Landín
Llegó el Celta a Balaídos prolongando la caraja de Vallecas. Y claro, una Real Sociedad que corre y juega se comió a los vigueses en los primeros quince minutos sin discusión alguna. Apostaba el Lucho extrañamente por Cabral y Aurtenetxe en el centro de la zaga, pareja de centrales que ni funcionó al principio de la temporada ni funcionará por mucho que el asturiano se empeñe. Llegó por pasividad defensiva, sobre todo en la presión, el primer gol del encuentro. Obra de canales tras disparo seco en la frontal que quizá sí o quizá no pudo detener Yoel. No lo hizo y la situación, visto lo visto en el campo, parecía irremontable.

Por fortuna no fue así. Nos tiene acostumbrados este Celta a subir marchas tras recibir un gol. Pasó ya en el partido que enfrentó al equipo olívico con los donostiarras en el partido de ida. Y pasó en innumerables ocasiones como contra el Getafe. Pero en esas ocasiones hay un denominador común: falta tiempo para culminar la remontada y el empate es el botín con el que hay que conformarse. Y este empate, por suerte, sabe mejor que ningún otro.

Decíamos que el Celta se revolucionó con el gol visitante. Rafinha se puso a jugar (o al menos lo intentó entre patadas, agarrones y empujones) y Augusto a correr. Fue clave en la reacción del equipo su intercambio de posiciones. Empezó el argentino en el medio y el brasileño en el extremo derecho. Pronto se dieron cuenta, con el beneplácito de Luis Enrique, que José Ángel sufriría más ante las galopadas de Augusto. Y sí, ¡vaya gusto! A partir de ese cambio el argentino galopó, dribló y asistió. Tras una jugada que arranca en campo propio tras robo, el internacional por Argentina mareó a su marcador, percutió en diagonal y cruzó un balón al desmarque de un Mario Bermejo que se ganaba por empeño y buen oficio la titularidad. Iñigo Martínez, que ya tenía amarilla por pillería del propio Bermejo, llegó tarde y derribó al cántabro. ¿Penalti y segunda amarilla? Con Estrada Fernández de por medio solamente se podía dar una de dos.

Con algunas dudas por parte de la grada, provocadas principalmente por la situación del linier, no se sabía si era pena máxima, córner o saque de puerta lo que el colegiado había señalado. Por suerte señaló el punto de penalti y Nolito agarró el balón. Empate tempranero y un ánimo renovado para un equipo que ya se empezaba a comer con patatas a su rival. La Real, con una falta de ambición asombrosa en la tarde de ayer, dio uno o dos pasos atrás y el Celta lo aprovechó para meterse en el partido. Claro que estaba por allí Jon Aurtenetxe, sobre-revolucionado quizá por su condición de athleticzale. Horrendo en la salida del balón, lento al cruce, torpón en todo lo que hacía. Bien es cierto que el gol de Griezmann viene provocado por un mal despeje de Cabral, pero el defensa vasco tarda una eternidad en reaccionar y el francés empala el balón con toda la tranquilidad del mundo para conseguir la diana.

Al borde del descanso y con una sensación de tristeza profunda: el Celta, salvo en los inicios del encuentro, no había sido inferior a su rival. El empate era el resultado lógico pero fueron los errores propios los que desnivelaron la balanza. Quedaba todo un mundo, toda una segunda parte por delante, hasta que de nuevo Aurtenetxe decidió hacer un regalo al rival. Tras un mal control, entradón imperdonable a Carlos Vela y roja directa. Dados los precedentes en cuanto a expulsiones celestes esta temporada, cabía esperar una goleada para los de Donosti. Pero uno, a la postre, se pregunta si no sería una decisión acertada la auto-expulsión del bueno de Jon ya que el equipo, fuera por la falta de ambición rival o por el ímpetu de no desagradar a su afición por parte de los celestes, mejoró ostensiblemente.

Ayudó y mucho la frialdad de Luis Enrique manteniendo a los jugadores y sobre todo el esquema que estaba funcionando. Al contrarió que en la ida y en Pucela, el equipo no se echó para atrás ni para arriba y se mantuvo con la misma idea. Los realistas se dejaron ir y conformar, esperando una contra que matase el partido. Esta no llegó y sí lo hicieron Orellana y Santi Mina. Ambos se inventaron un gol cuando poco quedaba por rascar y sus acciones, frescas y eléctricas, aprovecharon el desgaste que tanto Augusto como Super-Mario habían hecho en la defensa de Arrasate en los minutos precedentes.

Llegó pues un empate que deja un buen sabor de boca. Son ya 37 puntos, pocas jornadas por disputarse y muchos equipos por detrás. Una victoria más quizá certifique definitivamente una permanencia por fin tranquila. Pero ya se sabe que el vigués, obrero de condición, está hecho para sufrir y el ser celtista es una prolongación de dichas características. Toca no despistarse y ganar en Almería. El optimismo se dispara, principalmente por la ausencia obligada de Aurtenetxe.


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Carlos Vela: "Me gusta que le vayan bien las cosas al Celta"


Foto: LFP
El mexicano Carlos Vela no olvida su fugaz paso por Vigo, cuando el Arsenal lo cedió al conjunto gallego a finales de 2005. "Tengo muchos recuerdos de Vigo porque fue la primera ciudad en la que estuve de Europa, donde tuve mis primeros contactos con el fútbol de aquí. De un lugar donde te recibieron bien siempre guardas una buena imagen y siempre me gusta que le vayan bien las cosas al Celta", apuntó el delantero de la Real Sociedad tras finalizar el partido de Balaídos, de donde se marchó molesto porque su equipo no aprovechó una buena oportunidad para ganar.

Vela, que se incorporó al Celta como una gran promesa del fútbol, ve a Rafinha con un potencial enorme para triunfar en el deporte rey. "Rafinha es un gran jugador, está creciendo muchísimo y vamos a disfrutar mucho de su fútbol porque es un jugador diferente, que hace cosas que gustan mucho", sostiene el mexicano, que ayer se marchó sin marcarle un gol al Celta, al que en la primera vuelta le hizo cuatro tantos.

Ayer no salió contento del partido de su equipo. "Hicimos mal las cosas y así es normal que se hayan ido dos puntos. Teniendo todo de cara y viendo cómo estaba el partido lo normal era que ganáramos. No tenemos excusas", añadió Vela.
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Nolito va camino de Don Manuel


Foto: Jorge Landín
A Nolito va a haber que empezar a llamarlo Don Manuel. El gaditano luce un magnífico momento de forma que no sólo le permite ser más incisivo en el área rival, sino también sacrificarse en defensa como ayer lo hizo, hasta el mismísimo minuto noventa.

Nolito, que tuvo que pagar con la penitencia del banquillo las dudas que generó durante la primera parte de la temporada, es hoy una de las principales referencias de este Celta. Participa más y mejor, es más rápido, crea más problemas a la zaga rival y es más decisivo.

Contra la Real participó en buena parte de las jugadas de ataque del Celta y volvió a asumir la responsabilidad a la hora de tirar una pena máxima, como contra el Sevilla. Y de nuevo su lanzamiento rozó el palo ante la inútil estirada de Bravo. Fue su octavo tanto de la temporada y ya es, junto con Charles, el máximo goleador del conjunto celeste. Don Manuel. 

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El Celta B visita Oviedo con la idea de aferrarse a la promoción


Foto: Marta Grande
Tiempos duros para el Celta B, que afronta en el Nuevo Carlos Tartiere una de sus últimas oportunidades de enderezar el rumbo y conservar ciertas opciones de mantener la categoría. Desde que doblegó al líder, Racing de Santander, a comienzos del pasado mes de marzo, el conjunto que dirige David de Dios acumula cinco jornadas consecutivas sin relacionarse con la victoria con un balance de cuatro derrotas y un empate (ante el Compostela) que han enterrado buena parte de sus opciones de permanencia.

El equipo vigués marcha tras tan negativa secuencia en la penúltima posición de la tabla, a seis puntos del Coruxo, el equipo que marca el horizonte de la salvación, que sí ha encontrado en este tramo final del curso el coraje necesario para salir de las catacumbas clasificatorias después de sumar 10 de los 12 últimos puntos en juego.

En este mismo tramo de calendario, los celestes han sumado apenas 4 y su principal objetivo constituye en estos momentos disputar la promoción de descenso, que actualmente ocupa el SD Logroñés y de la que le separan dos puntos. El conjunto riojano y el Caudal de Mieres, con un punto más que los célticos, son los rivales del filial en esta batalla por promocionar, puesto que el colista, Noja, no tiene ya ninguna posibilidad de salvación.

Tanto el Celta B como sus dos rivales más directos descansan uno de los cinco partidos que restan por disputarse, con lo que el equipo vigués dispone de cuatro "bolas de partido" para intentar enjugar su desventaja. La primera de ellas se presenta sumamente complicada, pues el Oviedo no solo es uno de los históricos de la categoría, sino que también necesita con urgencia la victoria para mantener sus opciones de disputar la promoción de ascenso.

David de Dios cuenta con las bajas de Javi Rey, lesionado, y Borja Fernández, por sanción, y ha excluido de la convocatoria a David Añón y Juan Delgado por decisión técnica. La lista está formada por 17 futbolistas, entre los que se cuenta el juvenil Samu. La componen Rubén Blanco, Óscar Santiago, Pablo Pérez, Maceira, Kevin, Samu, Pablo Crespo, Goldar, Soto, Borja Domínguez, Antón, Fernán, Marcos Torres, Aitor, Thaylor, Yelko y Borja Iglesias.

Fuente: Faro de Vigo
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De las "Bermejinhas" salvadoras a los penaltis que dan puntos


Foto: LFP
Hay futbolistas cuya memoria perdurará en el imaginario colectivo de la afición. Futbolistas cuyo recuerdo siempre irá asociado a valores positivos, de esos que tanto agradan a quienes seguimos el fútbol y apoyamos a un equipo de fútbol. Mario Bermejo los posee casi todos, pero está exhibición tan notoria puede llegar a resultarle perjudicial para su imagen. Se habla de la pelea, de la lucha del cántabro, y se olvida todo lo que aporta e incluso su calidad. 

Cuando en el partido ante el Atlético de Madrid de la pasada temporada, Bermejo se rompió los ligamentos, muchos dieron por concluida su carrera deportiva. No era un pensamiento agorero ni basado en el pesimismo, era bastante realista. O lo sería en cualquier futbolista que no se llame Mario Bermejo. Muchos valoraron el esfuerzo realizado para volver al terreno de juego con su rodilla maltrecha, pero lo realmente meritorio fue reaparecer, como si tal cosa, seis meses después. 

La ovación que recibió cuando regresó al césped con la camiseta del Celta estuvo a la altura del esfuerzo y del sacrificio realizado. Otra vez los viejos valores. Con trabajo y tesón ha sabido ganarse la confianza de Luis Enrique, y el técnico asturiano ha tenido su premio. En los dos últimos encuentros, Bermejo ha sido decisivo para el Celta con esa pequeñas cosas que lo hacen especial. 

El año pasado lo fue marcando goles con ese particular estilo que patentó el celtismo: La Bermejinha. Y este año, de su inagotable chistera están saliendo conejos en forma de penaltis. El cántabro ha provocado las dos últimas penas máximas que se han señalado a favor del conjunto celeste. Lo hizo hace quince días ante el Sevilla, anticipándose a Fazio y provocando que el hispalense impactase con su brazo en el balón tras ganarle la posición, y lo ha repetido hoy siguiendo a la perfección la contra de Augusto, ofreciéndole una línea de pase, acudiendo al espacio y anticipándose a Íñigo Martínez. De libro. 

Así es Bermejo. Un futbolista cuyo sabiduría aporta mucho al equipo que tenga la suerte de contar con él. Y ese equipo es el Celta. Regresará al banquillo ante el Almería, y no, no marcará 15 goles en una temporada, pero sus apariciones son siempre positivas, siempre en el momento más complicado. Como la "Bermejinha" ante el Zaragoza que salvó finalmente al Celta. Quien sabe si estos dos penaltis transformados por Nolito, serán tan decisivos como aquel gol. 
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El celtismo responde ante la adversidad


Foto: Jorge Santomé
Acostumbrado a las penurias de Segunda División y a los sufrimientos por volver a Primera y para mantenerse en la élite, el celtismo se reactiva cuando su equipo pasa por momentos delicados. Ayer, celebró como una victoria el empate ante la Real Sociedad porque el conjunto de Luis Enrique resurgió en el momento más difícil: con el marcador en contra y con un jugador menos por la expulsión de Aurtenetxe. Entonces, Balaídos se convirtió en una olla a presión y con su ánimo llevó en volandas a unos futbolistas que lo dieron todo por brindar una alegría a unos aficionados que llegaron con la comida casi en la boca al campo.

Ya había comenzado el partido cuando se sentó el último de los 20.839 aficionados que ayer acudieron al coliseo vigués. A las cuatro de la tarde y con un sol de justicia que invitaba a la playa, el acelerón de la Real Sociedad presagiaba que la tarde podría resultar amarga.

El Celta solo ha brindado cuatro victorias en casa en lo que va de Liga. Por ello, empates como el obtenido ante el Athletic de Bilbao se festejan como triunfos.

Cuando Nolito logró ayer el empate, Bermejo reclamó que el estadio tirase del Celta para adelantar al rival en el marcador. El tanto de Griezmann antes del descanso fue un golpe difícil de encajar para el celtismo, que se inquietó cuando Aurtenetxe vio la tarjeta roja. Las alarmas saltaron entonces en el estadio, que comenzó a empujar al Celta hacia una igualada que llevó la firma de Santi Mina. El canterano se ha especializado en marcarle goles a los equipos vascos: uno en la Liga y otro en la Copa al Athletic de Bilbao y el de ayer a la Real Sociedad, con el que Balaídos estalló de júbilo.

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Mario Bermejo entra a escena


Foto: Ricardo Grobas
Seis duelos que se convierten en seis finales. Al término del partido ante la Real Sociedad sólo quedan cinco citas. Llega la recta final de la temporada, el momento decisivo en el que toca sellar el trabajo bien hecho o, como ocurrió el curso pasado, creer en el milagro de la remontada clasificatoria.

El Celta llega en un buen momento. Mantiene una distancia prudente con el descenso e incluso los amantes de la estadística sitúan al equipo vigués a tres puntos de renovar su continuidad en Primera División. Luis Enrique y sus jugadores quien rubricar cuanto antes el objetivo. Posponer el sello a la salvación supondría entrar en territorio pantanoso, jugárselo todo en las últimas jornadas.

El preparador asturiano ha dejado de lado los experimentos del primer tercio de temporada. No obstante no tiene todavía un once completamente definido. Luis Enrique volvió a realizar ante la Real Sociedad variantes en su línea defensiva. La pareja de centrales estuvo formada por Cabral y Aurtenetxe, dos jugadores rápidos para intentar frenar la velocidad de Carlos Vela y Antoine Griezmann. En la medular se consolida Fontás, que estuvo acompañado por Krohn-Dehli y Augusto Fernández.

La gran sorpresa está en el ataque. El entrenador céltico decidió no forzar a Charles, renqueante por la agresión en la nariz sufrida en Vallecas. Apuesta por la veteranía de Mario Bermejo, que será titular por primera vez esta temporada. El cántabro, que además ha sido capitán, cobra protagonismo en el "sprint" final de la temporada. Hace doce meses fue determinante al anotar el gol que supuso el triunfo ante el Zaragoza, tres puntos clave para que el cuadro celeste lograse el milagro de la permanencia. Esta tarde su lucha volvió a tener premio. No marcó, pero provocó, al igual que ante el Sevilla, el penalti que supuso el tanto del empate. La gran noticia para la parroquia celeste es que Mario Bermejo ha vuelto para dejar al Celta en Primera División.
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