El Día Después dedicó esta semana su habitual pieza del Celta, cuando juega en casa, al proyecto Balaídos Universal, que estrenó recientemente el club y que tiene por objetivo servir de plataforma para vivir el ambiente del estadio vigués desde cualquier punto del mundo. Una experiencia que este reportaje retrata en la persona de los celtistas y de un niño, Antón, que tuvo la suerte de vivir a pie de campo el partido compartiendo, a través de una cámara que portó durante todo el partido, su sensación con todos los que accedieron a la aplicación. Al final tuvo doble premio, ya que para casa se llevó otro preciado trofeo: La camiseta de Orellana, su ídolo.
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