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| Foto: Ricardo Grobas |
Rubén Blanco regresó al trabajo con el resto de sus compañeros con un único punto en su hoja de ruta: Alcanzar la titularidad, algo que aún no ha tenido desde que es jugador del primer equipo. Porque aunque empezó jugando en la primera jornada de Liga lo hizo por la sanción de Sergio, y sería interesante matizar esto, ya que durante el verano Berizzo no dejó claro quien de los dos era el titular.
Así pues, la duda era a partir de la segunda jornada, cuando ambos guardametas estarían disponibles para el técnico argentino y este tendría que decidir. La lesión del de Mos, inoportuna más que nunca, le evitó la disyuntiva al preparador celeste, que durante el verano repartió de forma escrupulosa los minutos, pero siempre con Rubén marcando la pauta. Es decir, fue el espigado número 13 el que jugó los partidos más importantes, o las primeras mitades en aquellos partidos en los que cada uno jugó media parte.
Detrás de esa decisión podría estar el hecho incontestable de que tendría que ser titular en la primera jornada, debido a la lesión del de Catoira, o simplemente podría tratarse del gusto del “Toto”. Ahora, dos meses después, regresa al equipo y empieza a competir por el puesto con Sergio Álvarez, y nos preguntamos si sigue existiendo el debate que había durante el verano en torno a la portería.
Porque, si bien es cierto que Sergio ha cumplido, con alguna buena actuación como la vivida ante el Barcelona, por ejemplo, tampoco es que haya tenido muchas actuaciones colosales en lo que va de temporada. El pasado curso, a estas alturas, ya había dejado su impronta en más partidos, y era uno de los jugadores clave en el Celta. Esta temporada, su rendimiento no está siendo tan exuberante, pero tampoco parece que se merezca ir al banquillo.
Las dudas se mantendrán. Es evidente que Rubén Blanco no ha tenido fortuna. Su lesión le ha llegado en el peor momento, justo cuando, por vez primera en su carrera, estaba en condiciones de pelear con opciones por la titularidad en el Celta. Es joven y tiene por delante muchos años, pero tal vez el tren para serlo este año ya lo ha perdido. O tal vez no, aún quedan casi 30 jornadas.
