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| Foto: LFP |
Williot Swedberg fue la gran sorpresa de Claudio Giráldez en el once que formó este sábado ante la Unión Deportiva Las Palmas. El sueco aún no había tenido minutos con el técnico porriñés, ya que se lesionó en el partido ante el Cádiz, y no se recuperó hasta la anterior jornada, viajando a Sevilla pero sin tener minutos ante el Betis.
Hoy apostó de él en esa posición de interior izquierdo que había ocupado Bamba en los tres partidos anteriores, y volvió a mostrar que tiene un don para el gol. Con el de hoy ya son cuatro las dianas que suma en solo 11 partidos, para un total de 191 minutos. Esto da una increíble cifra de un gol cada 48 minutos.
Se marchó del terreno de juego en el minuto 66 en medio de una atronadora ovación por parte de la hinchada, consciente de la importancia que han tenido sus goles, que dieron el triunfo ante Almería y Betis en el descuento, y valieron para sumar un punto en Cádiz, además de redondear la remontada ante la UD Las Palmas este mediodía.
Pero al margen del gol, Swedberg realizó un excelente trabajo en la presión sobre la salida de balón. Es un futbolista cuyo esfuerzo no se corresponde con su expresión corporal. Corre mucho más de lo que parece, y suele hacerlo con criterio. Pudo incluso marcar un segundo gol en el que intentó superar al meta rival por el único hueco que había, pero Vallés respondió bien. El meta grancanario fue seguramente el mejor de su equipo en Balaídos a pesar de la goleada.
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