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| Foto: Faro de Vigo |
Cuatro meses y medio después de su único partido con el Celta, Mathias Jensen volvió a vestirse de corto para disputar un partido de fútbol. No entró en la mejor situación posible, con un Celta hundido, perdiendo 0-3, pero le servirá para coger ritmo de competición y demostrarle cosas a Cardoso.
La recuperación de Jensen, que se lesionó cuatro días después de jugar su primer partido con el Celta después de recuperarse de otra lesión, se ha ido alargando sin que se supieran muy bien los plazos exactos, pero obtuvo el alta médica antes del parón de navidad. Han tenido que pasar otros dos meses, ya con el alta, para que dispusiera de una oportunidad.
Todo lo que rodea al caso Jensen es sorprendente. Era una de las cartas con las que jugaba el Celta para reforzarse en el mercado de fichajes el pasado verano. De hecho, su nombre estaba subrayado en la lista de futuribles. Lo seguían desde hace tiempo y tenían claro que era el hombre que necesitaban para suplir las bajas en la medular. Pero cuando el traspaso estaba a punto de cerrarse sufrió una lesión con su equipo. El Celta lo fichó igualmente, sabiendo que no podría realizar la pretemporada, pero desconociendo todo lo que vendría después.
A eso se unió una nueva lesión en el mes de octubre, y la falta de confianza de Cardoso, que lo considera mediocentro, y tiene por delante a jugadores como Okay, Beltrán, Lobotka o Jozabed. Difícil jugar en esas condiciones. Este año está perdido para el danés, que tendrá que centrarse en convencer al técnico de la próxima temporada, en la que partirá en igualdad de condiciones con sus compañeros.
Ayer, lo poco que pudimos ver, confirmó más o menos lo que se decía cuando fichó por el Celta. Un futbolista con buen toque, no exento de buen disparo desde fuera del área, ayer ensayó uno interesante, y bastante movilidad. Le falta ritmo y minutos. Veremos si en lo que queda de Liga es capaz de ganarse más oportunidades. Al Celta le vendrá bien.
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