Cardoso sobrevive mientras el Celta se hunde


Foto: Juanjo Martín
Una nueva derrota, la enésima del Celta en 2019, en otra demostración de impotencia, de incapacidad de reacción alguna, hunde al equipo vigués, que sólo se libra de los puestos de descenso por los resultados de sus rivales. Y estos equipos pierden, pero el Rayo, por ejemplo, estuvo vivo durante todo el encuentro y solo perdió gracias a un solitario gol de Griezmann. No siempre tendrá al Atlético enfrente. 

Los nubarrones negros se ciernen sobre un Celta que va de mal en peor. Los brotes verdes contra el Sevilla no eran más que un oasis en un desierto que es cada vez más grande. El Celta ha perdido muchas oportunidades ante rivales directos. Leganés, Athletic Club, Rayo Vallecano, Real Valladolid, Levante… eran equipos asequibles, a los que no hemos podido derrotar, y en muchos casos hemos perdido el goal-average particular, quedando en una situación muy delicada para el resto de la temporada. 

Mientras tanto, Miguel Cardoso parece que sobrevive en el cargo. La resistencia del técnico luso es encomiable. Salvó el cuello cuando parecía imposible tras lograr una sufrida victoria ante el Sevilla, y las dos derrotas consecutivas parece que no tendrán consecuencias. En Casa Celta no se mueve ficha, por el momento, y aunque ayer tras el partido parecía que su destino estaba escrito, esta mañana dirigió el entrenamiento del equipo. Tiene más vidas que un gato. 

Pero lo cierto es que analizando su trabajo, y teniendo en cuenta que la baja de Aspas sería un problema para cualquier equipo, no ha logrado mejorar a ningún futbolista. La tarea de un entrenador no es solo alinear y preparar los partidos, que es una parte importante obviamente, sino que también debe entrenar a los jugadores y hacerlos mejores. Ni Mohamed lo logró, ni Cardoso tampoco lo ha hecho. 

La política del Celta de contratar técnico low-coast puede tener trágicas consecuencias. Lo barato puede salir caro. Un buen entrenador es clave para cualquier equipo, y no siempre suenan las flautas de Luis Enrique y Berizzo, dos técnicos económicos en su momento, que dieron grandes frutos al equipo. Unzué cumplió sin más, pero los dos últimos que han llegado han sumido al Celta en la peor crisis desde el ascenso de 2012. 

¿A qué espera el Celta para intentar dar un giro radical a la situación?. Hay equipo suficiente para salvarse, pero habrá que rascarse el bolsillo. Si la idea es buscar otro técnico bueno, bonito y barato como Cardoso y Mohamed, mejor que no hagan nada. Si se deciden a invertir en un entrenador de verdad, que no lo demoren. 

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