Un oasis en el desierto celeste


Foto: Atlántico Diario
Pocos jugadores como Okay saben interpretar lo que quiere Miguel Cardoso. No es de extrañar que el técnico portugués lo haya hecho indiscutible. Le ha dado galones y lo ha convertido en uno de esos jugadores que siempre se asocian a la figura del entrenador de turno que le dio la oportunidad. Esa figura, la de Cardoso, siempre estará relacionada con Okay. 

Pero el internacional turco no necesitaba de la presencia de un técnico que apostase por él. De no haber mediado la lesión sufrida en Braga, seguramente ya hubiese sido indiscutible para Mohamed, lo que pasa es que el argentino se encontró con una pareja, la que formaban Lobotka y Fran Beltrán, que funcionó muy bien en los primeros partidos, y era realmente difícil sacarlos del once. No había motivos para ello. 

Pero las lesiones de estos hicieron que Okay se convirtiese en una opción más que válida, y cuando estos se recuperaron ya no fueron capaces de sacarlo del once inicial. Ayer, en medio del desierto que fue el juego del Celta, el turco apareció como un oasis al que siempre se podían agarrar sus compañeros. Incluso se animó con algún disparo lejano que servían de aviso para un Levante que vivió bastante tranquilo ante la inoperancia del ataque celeste. 

Okay está para hacer grandes cosas. Ojalá pueda llevarlas a cabo en este Celta, que ahora parece agonizante. Queda tiempo para dar la vuelta a la situación, y el rendimiento de Okay será clave para ello. 

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