Caída en picado


Foto: Faro de Vigo
Como Lacie Pound en “Nosedive (Caída en picado)”, el maravilloso episodio de Black Mirror, la popularidad de Pione Sisto ha iniciado un vertiginoso descenso en el que no se ve el final. El internacional danés cae en popularidad en cada partido, y ayer firmó un nuevo capítulo en su particular bajada a los infiernos, con el colofón final de las declaraciones de Miguel Cardoso, criticando que estuviese bromeando con los jugadores rivales antes de finalizar el choque. 

Sin entrar en lo idóneo de las palabras de su técnico, y más allá de ese hecho, lo cierto es que es un rendimiento sigue a la baja, y eso es verdaderamente preocupante. A Sisto lo ha cambiado. No queda nada de aquel jugador que llegó al Celta hace dos temporadas, y muy poco del que pudimos ver la pasada temporada, ya con muchos altibajos, pero aún con momentos de genialidad. 

De Sisto sabíamos que era un futbolista irregular, no solo en el global de una campaña sino incluso en los partidos. Su intermitencia era un hecho, pero sus picos altos eran muy buenos, y servía para ganar partidos. Esos picos altos han desaparecido y se ha quedado en una línea regular de mediocridad que le sitúa más fuera que dentro del equipo. 

Ayer toda su aportación al equipo en la media hora que estuvo sobre el terreno de juego se limitó a un buen centro. El resto fue la nada absoluta. No se fue de ningún rival, no ayudó al equipo en ataque, y se perdió en acciones insulsas que no aportaron demasiado. Cierto que las circunstancias del partido no eran las mejores, y que sus compañeros de ataque tampoco crearon demasiado, pero de Sisto se espera algo más. El público sabe lo que puede dar y añora lo que ha visto de él en el pasado. Cardoso tendrá un trabajo duro con él, y no debe rendirse. Sisto aún no está perdido. 

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