Ser lo que no se es


Foto: Lalo R. Villar/Diario AS
Como muchos de vosotros, no conocía de nada a Antonio Mohamed antes de ser entrenador del Celta. En cuanto su nombre sonó y tomó fuerza, busqué información en México y Argentina sobre su trabajo como entrenador. La conclusión que extraje era clara, y así lo plasmé en un artículo publicado el 20 de mayo y al que podéis acceder en este enlace

Mohamed había sufrido una transformación en su carrera desde que comenzó, siendo un discípulo de Lavolpe, hasta sus años en Monterrey, el último equipo al que entrenó antes de fichar por el Celta. De ser un entrenador de presión alta, ofensivo, pasó a ser más conservador, algo que se fue consolidando conforme llegaban los éxitos, que no han sido pocos por cierto. 

Sin embargo, al día siguiente, me sorprendí al leer en twitter y otros medios múltiples alabanzas al estilo ofensivo de Antonio Mohamed. Parecía ser el nuevo Berizzo, pero con más carácter y carisma si cabe. Era el entrenador perfecto. En su presentación, el técnico argentino prometió diversión, fútbol alegre, combinativo, presión alta y mucho ataque. Incluso llegó a decir que nos sorprendería a balón parado. 

Casi tres meses después de comenzar la pretemporada seguimos esperando por el estilo de juego de presión alta y ofensivo, mientras el técnico celeste cambia en cada partido de forma de jugar. Resulta difícil etiquetar a este equipo, incluso dentro de un mismo partido. Ayer cedió el balón al Getafe. Puso talento en el medio campo, con dos jugadores de toque como Brais y Jensen al lado de otros tocones como Beltrán y Lobotka, pero se pasaron todo el partido mirando al cielo viendo los balonazos que enviaban Sergio y los defensas a Maxi Gómez. 

El cambio de Araujo, que era un error tan clamoroso que el propio Mohamed lo retrasó hasta el límite temiendo que llegase el empate del Getafe, acabó de exasperar a Balaídos. Más cuando el Getafe marca nada más entrar el mexicano, y Mohamed deshace el cambio para volver a defensa de cuatro, malgastando un cambio que era necesario en esos momentos. 

El gran acierto del Celta durante estos años había sido fichar técnicos de un mismo perfil. Era más sencillo, porque se confeccionaba la plantilla a largo plazo, y no con la inmediatez del gusto del entrenador de turno. Desde Eusebio Sacristán, con el paréntesis de Abel Resino, fichado de urgencia, todos los entrenadores tenían cosas en común. 

Desconocemos quien realizó el scouting a Mohamed, pero no lo conocían. El técnico argentino no es el que comenzó a entrenar en México. Es otro, que se ha ido puliendo y transformando con el paso de los años. Ahora es otra cosa, ni mejor ni peor, simplemente otra cosa. Y el Celta no tiene una plantilla para lo que él ha hecho siempre. Tiene una plantilla para otro tipo de entrenador, así que a Mohamed le estamos pidiendo que sea lo que no es. Y eso es muy difícil. 

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