La resurrección de Cabral


Foto: EFE
Cuando la pasada temporada agonizaba comenzaron los rumores acerca de posibles salidas del Celta. Uno de los más intensos lo protagonizaba Gustavo Cabral, de quien en Valencia se aseguraba que regresaría al Levante, el club del que procedía cuando fichó por el Celta en el verano de 2012. 

El central argentino ha ido perdiendo peso paulatinamente en las últimas temporadas, contando cada vez menos, tanto para Berizzo como para Juan Carlos Unzué, que acabó apostando por Sergi Gómez y Roncaglia en la recta final de la temporada. Parecía que su momento en el Celta se agotaba. Después de seis temporadas, con más de 200 partidos a sus espaldas, y sobre todo con el peso de sus casi 33 años. 

Pero si algo ha demostrado Cabral durante sus años en el club celeste, es su gran capacidad para sobrevivir a todo lo que pase, de adaptarse a las distintas situaciones. Ha renovado su contrato en dos ocasiones, y en ambas de forma agónica. La última retrasando sus vacaciones para negociar la ampliación con Carlos Mouriño. 

Así que, cuando nuevamente parecía condenado a la suplencia, llegó Antonio Mohamed y le ha dado galones. Cabral lo ha jugado todo esta temporada, salvó el partido de sanción tras ser expulsado en Girona. Le favorece el sistema, con tres centrales en muchos partidos, pero incluso cuando el preparador argentino ha apostado por jugar con una pareja de zagueros, siempre ha estado ahí. 

Una resurrección que le lleva a acumular grandes cifras con el Celta, convertido ya en uno de los extranjeros con más partidos oficiales con el conjunto vigués. Tiene contrato hasta el 30 de junio del próximo año. Hace unos meses nadie daría un duro por esa renovación. Ahora es una incógnita. 

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