Maxi Gómez tendrá mañana (19:45) una nueva oportunidad para convencer a Óscar Washington Tabárez, el seleccionador uruguayo, en un nuevo amistoso internacional, en este caso ante Austria en Viena. El delantero céltico debutó ante Polonia el pasado viernes, disputando sus primeros minutos como internacional absoluto, cumpliendo así su sueño de infancia.
La presencia de Maxi en el Mundial no está ni mucho menos garantizada. El joven ariete despuntó en la liga de su país, defendiendo los colores del Defensor Sporting, que se proclamó campeón gracias a sus goles. Su fichaje por el Celta le ha permitido jugar en la prestigiosa Liga, por lo que se ha hecho un nombre en su país. Además, el rendimiento en los primeros partidos ha sido espectacular, por lo que la llamada de la selección era cuestión de tiempo.
El principal problema de Maxi Gómez es la competencia en su posición. Uruguay cuenta con dos delanteros de primer nivel: Luis Suárez y Cavani, además de un tercer competidor como Stuani, el delantero del Girona, que también aspira a un puesto en el Mundial. De momento, Maxi ha entrado en listas muy pobladas, pero habrá que ver si tiene un hueco en la lista definitiva de 23 con las que acudirá el combinado celeste a Rusia. De ello dependerá en gran medida lo que haga en el Celta, y también lo que haga ante Austria.
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