Sergio Álvarez recibió el pasado martes el premio como mejor jugador del mes de febrero, que organiza el Celta junto a Estrella Galicia, el principal patrocinador del club vigués. El guardameta arrasó en la votación, en la que también comparecían Jonny y Daniel Wass. Gran parte del éxito lo labró en el partido de vuelta de la anterior eliminatoria, en Járkov, donde Sergio fue un auténtico muro para el Shakhtar Donetsk, que lo intentó de todas las formas posibles, sin lograr batir al meta céltico.
El canterano firmó uno de los mejores partidos de su carrera, equiparable seguramente a aquel del Camp Nou, de hace dos temporadas, en el que frenó a la MSN, para dar la victoria al Celta, que se impondría con un gol de Larrivey a pase de tacón de Nolito. Pero la trascendencia de su partido en Járkov, seguramente convierta a ese en el gran partido de la carrera de Sergio.
Al menos hasta el momento, porque mañana tendrá una nueva oportunidad de volver a hacer historia en el este de Europa. A Sergio no le pasó factura el cambio de aire, ni necesitó adaptación alguna a las condiciones climatológicas reinantes en Ucrania. Ni el frío le hizo estar frío, y por eso esta tarde, con mejores condiciones ambientales, debería volver a regalarnos otro partido para el recuerdo. El gato siempre es el gato.
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