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| Foto: Miguel Riopa/Getty Images |
Balaídos recibió ayer a 18.969 espectadores en un partido trascendental para el Celta, que se jugaba el pase a la final de la Copa del Rey. Una semana atrás, jugándose el pase a las semifinales de la misma competición, había más de 23.000 espectadores en Balaídos. La respuesta está en el rival, ya que en cuartos era el Real Madrid, y ayer era el Alavés.
Esta semana comentábamos que una eliminatoria de cuartos nunca puede ser más importante que una de semifinales, pero en Vigo así fue. Y no solo por los que vinieron a animar al equipo de fuera contra el Madrid, sino por muchos celtistas que fueron a ver el partido contra los madrileños, pero no contra el Alavés. A veces pasan estas cosas.
El problema viene ahora. El club ha anunciado esta tarde que solo quedan 700 entradas para el partido del próximo fin de semana de Liga. No, no viene el Alavés, viene el Real Madrid. Tristemente parece que es lo que más importa, y que el número de seguidores celestes es el que es. Podemos culpar a los precios, el tiempo o cualquier otra circunstancia, pero la realidad es que lo que mueve a muchos para acudir a Balaídos no es el equipo local sino el visitante. Una pena.
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