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| Foto: Ricardo Grobas |
Nemanja Radoja tenía ante sí la difícil misión de hacer olvidar a Marcelo Díaz. El internacional chileno, a pesar de llevar poco tiempo en Vigo, ha calado hondo en los aficionados, que ya lo consideran casi insustituible. También para Berizzo es un jugador importante, por lo que su ausencia en estos cuatro partidos preocupa al técnico y también a parte de la afición.
Por suerte, el Celta dispone de una alternativa llamada Radoja. Cierto que el serbio ha demostrado no alcanzar la categoría del chileno en ciertos aspectos, aunque en otros no tiene nada que envidiarle. El sábado afrontó la prueba con responsabilidad. Sufrió junto al resto de sus compañeros en los primeros minutos, en los que la pelota era blanquiazul, y se sumó a la fiesta cuando los de Berizzo retomaron el control.
Radoja no es un mediocentro creativo, aunque a veces se anima a avanzar unos metros con mayor o menor éxito, pero es un excelente recuperador, con capacidad para abarcar terreno y barrer cualquier balón que pase por sus inmediaciones. Es un jugador muy válido, que llegó a Vigo con la vitola de titular, y lo fue hasta que Berizzo descubrió a Augusto. Marcelo Díaz tiene un perfil más parecido a Augusto que a Radoja, y a su vez el serbio también se parece más al argentino que a su nuevo compañero.
Hacemos notar, por tanto, que ambos futbolistas son muy diferentes, y que lo que se le pide a uno y a otro no tiene nada que ver. En lo que se le pide a Radoja, hay pocos como él en la Liga.
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