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| Foto: LFP |
Desde el choque ante el Real Madrid, donde los celestes encajaron tres goles, el Celta se está mostrando como un equipo muy débil en el apartado defensivo. Cierto es que pocos equipos tendrán la inspiración ofensiva que mostró el Valencia en Balaídos, marcando en sus únicos cinco disparos a portería, pero lo cierto es que analizando los últimos encuentros del Celta no resulta demasiado difícil encontrar fallos defensivos groseros.
Ante el Real Madrid, los dos primeros tantos responden a desajustes defensivos incomprensibles por la altura del partido. El tercero también lo fue, pero en tiempo de descuento, con el Celta con un jugador menos tras la expulsión de Cabral y volcado en busca del empate. Nada se puede objetar.
Ante la Real Sociedad dos nuevos fallos defensivos, protagonizados por Fontàs, que no pudo con Agirretxe, obligaron a los vigueses a anotar tres goles para ganar el partido. En aquella ocasión lo pudo hacer, pero ayer en el derbi no fueron capaces, y los puntos se quedaron en casa. El primer gol es una indecisión de toda la zaga, y una salida extraña de Sergio. Mejor no hablemos del segundo, donde Jonny y Sergio no se hablaron, provocando que el balón se alojase en la portería céltica tras ser impulsado por el defensa de Matamá esperando que allí estuviese Sergio.
Un fallo este muy similar al que costó el gol de la sentencia frente al Valencia. En aquella ocasión Jonny cedió el balón a Sergio sin mirarlo, esperando que estuviese más adelantado. Pero Sergio no lo estaba y Paco Alcácer aprovechó el regalo para poner el 1-3 que hacía casi imposible la remontada ante los ché. Analizando las cifras, el Celta ha encajado 12 goles en los últimos cuatro partidos, en los que tan solo ha sumado tres puntos. Si esas cifras no mejoran, el resto de la temporada nada tendrá que ver con el exuberante arranque de campeonato.
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