El partido en las botas de Krohn-Dehli


Foto: Ricardo Grobas
Pocas veces un hombre decidió tanto el derbi sin tan siquiera tirar a portería. El pasado sábado lo hizo Krohn-Dehli, futbolista sobresaliente, de los que no abundan, que puso Riazor a sus pies para marcar un derbi que bailó al ritmo de sus pies. El danés fue el gran protagonista, en su ausencia y en su presencia. Vio desde el césped el dominio inicial blanquiazul. Los primeros minutos fueron para los locales, mientras que el Celta sufría sin balón. 

Krohn-Dehli apenas contactó con el balón en el primer cuarto de hora ante el empuje de un Deportivo que buscaba poner tierra de por medio desde los primeros minutos. El Celta superó el arreón inicial sin daños y a partir del minuto 20 comenzó el concierto de Krohn-Dehli, dirigiendo con maestría la orquesta viguesa. En el momento en el que el Deportivo permitió al danés tener el balón, se acabó el partido. La segunda mitad del primer acto fue completamente celeste con el danés enviando pases imposibles que los delanteros no alcanzaban por milímetros. 

Ya en la segunda mitad, el tempranero gol de Charles permitió al Celta contemporizar. Seguía dominando con la tranquilidad de un marcador favorable, y volvió a emerger Krohn-Dehli, apoyado en un increíble Augusto y en el trabajo de Radoja. Entre los tres, se hicieron con el balón para siempre, y aunque el Deportivo tuvo sus opciones, como el increíble fallo de Riera tras dos paradones de Sergio, la sensación era que el Celta tenía el partido donde quería: En las botas de Krohn-Dehli. 

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