Los rescoldos blaugranas


Foto: Juan Herrero
Superado el primer tercio de liga, los números de Luis Enrique al frente del Celta distan de ser satisfactorios. El equipo vigués ha sumado tres victorias -ninguna en los siete partidos disputados en Balaídos-, tres empates y ocho derrotas en catorce jornadas y sólo el 'gol average' le libra de estar en puestos de descenso. La gravedad de la situación se aprecia echando la vista atrás. Y es que el inicio del Celta de Luis Enrique es el peor del conjunto celeste en el último cuarto de siglo, igualado con el que protagonizó otro ex futbolista del Barcelona, Eusebio Sacristán, en la campaña 2009/2010, aunque en su caso en Segunda División.

Carlos Mouriño ha apostado desde que llegó a la presidencia por entrenadores que abogan por un estilo de juego ofensivo, salvo alguna excepción. El presidente y máximo accionista del Celta nunca ha ocultado la simpatía que siente hacia el Barcelona y su filosofía -también en lo que se refiere a la cantera- y tres de los técnicos que fichó para el Celta mamaron esa idea de juego en la Ciudad Condal: Hristo Stoichkov, su primera apuesta tras destituir a Fernando Vázquez, heredado de la etapa de Horacio Gómez; Eusebio Sacristán, que ocupó el lugar de Pepe Murcia mediada la temporada 2008/09 y dirige al Barcelona B desde 2011, sustituyendo en el cargo precisamente a Luis Enrique, máximo responsable del banquillo celeste desde el pasado verano.

Abundan los técnicos que en su día jugaron en el Barcelona a las órdenes de Johan Cruyff y que ahora tratan de aplicar la doctrina que el mito holandés implantó en el conjunto blaugrana, con los matices que el tiempo obliga a aplicar. Pero no son tantos los que han llevado a buen término tal idea, con brillantes excepciones como Pep Guardiola. En Vigo, Eusebio se fue tras año y medio de fútbol demasiado horizontal y con escasos resultados. Prueba de ello es el inicio de campeonato en la campaña 2009/2010, en la categoría de plata. El Celta vivió en zona de descenso a Segunda B el primer tercio de la citada temporada y alcanzó la décimo cuarta jornada con sólo 12 puntos -tantos como en la actualidad- fruto de dos victorias, ante el Recreativo de Huelva (1-2) y el Castellón (2-1), y seis empates.

El inicio del Celta de Eusebio en el curso 2009/2010 fue el peor del equipo vigués en veinte años, desde que el conjunto dirigido por José Manuel Díaz Novoa (gijonés como Luis Enrique) alcanzó la décimo cuarta jornada del ejercicio 1989/1990 en la penúltima posición de la tabla y con apenas 11 puntos en su haber. El asturiano sólo aguantó una semana más en el cargo antes de ser sustituido por el ourensano Delfín Álvarez (previo paso de Villar como técnico interino durante una jornada). Pero el Celta no mejoró y ni siquiera el regreso de Maguregui para cumplir su tercera y última etapa en Vigo salvó al equipo del descenso.

Ninguno de los entrenadores que el Celta ha tenido desde entonces ha sido capaz de empeorar los números de aquel equipo de Díaz Novoa en la décimo cuarta jornada. Ni el citado Maguregui un año más tarde, ya en Segunda, ni después Txetxu Rojo, Carlos Aimar, Castro Santos, Irureta, Víctor Fernández, Lotina, Fernando Vázquez, Stoichkov y López Caro (el búlgaro fue cesado en la séptima jornada del curso 2007/08), Pepe Murcia, Eusebio Sacristán, Paco Herrera y, ahora, Luis Enrique.

Eso sí, el entrenador actual del Celta se le ha acercado. Igual que Eusebio, otro ex jugador del Barça con el que Luis Enrique no coincidió por poco: el vallisoletano vistió de blaugrana entre 1988 y 1995 y el gijonés, de 1996 a 2004.

Los números del asturiano en Vigo acusan, sobre todo, el pésimo rendimiento del equipo en Balaídos, donde únicamente ha podido sumar tres puntos hasta la fecha. Después de empatar sus tres primeros compromisos sobre el Lagares ante Espanyol, Granada y Villarreal, encadenó cuatro derrotas consecutivas contra Levante, Elche, Barcelona y Rayo. Mejor le han ido las cosas lejos de Vigo, sobre todo tras los dos triunfos sumados en apenas ocho días en Málaga y Sevilla, pero la derrota del sábado en Anoeta mantiene al Celta sin margen de puntos con respecto a la zona de descenso.

Las próximas jornadas, sea como fuere, se antojan claves. Y es que el Celta se mide de aquí a final de año con tres rivales directos en la lucha por la permanencia: Almería y Osasuna en Balaídos y Valladolid en Pucela. Tres partidos perfectos para mejorar los números.

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