El viejo Balaídos no puede dar más avisos


Fuente: @CentolosdoCelta
Como el monstruo del lago Ness, los achaques del viejo Balaídos aparecen cada cierto tiempo. Con ello se alimenta de nuevo el debate sobre un nuevo estadio para el Celta que le sustituya. Sus problemas de vejez se reproducen cada vez con mayor frecuencia. En un año se han caído cascotes a la calle, hemos ganado un andamio en Marcador, han aparecido nuevas fuentes en el techo o, el pasado sábado, se cae una de las entradas a Fondo. Todo ello ante la dejadez de las administraciones.

Una foto de Centolos Celestes con un aparatoso soporte provisional en la puerta 11 ha vuelto a levantar los ánimos de las peñas y los aficionados ante el estado de Balaídos. Por parte del Celta se apunta habitualmente a que dichos problemas estructurales son competencia municipal. ¿Y el alcalde? Pues ya sabéis, que no está todo tan mal como parece.

La solución es harto complicada, y más en una ciudad envuelta en una continua lucha entre políticos y gobiernos. Sacar adelante un nuevo hospital o un auditorio ha llevado décadas. Que la iniciativa la tome el Celta en solitario se antoja imposible. Ni el terreno es suyo ni su economía lo permite. Todos los ingresos de un año no darían para pagarlo. El nuevo Anoeta, por ejemplo, se estima cueste en torno a sesenta millones de euros. Ni la ciudad puede querer perder un lugar que le permite disponer de dos pabellones deportivos, una dotación de bomberos, un local comunitario y una oficina de la Policía Local.

En un terreno público y un edificio público, todo apunta a que la responsabilidad debe ser pública. Se debería buscar una entente, con Diputación y Xunta aportando fondos como hicieron en Pontevedra, Santiago o Coruña, y el Concello poniendo su parte importante. El Celta, a cambio de la explotación de locales o un futurible parking por ejemplo, también debería aportar dinero. Y guardarse las prisas para réditos electorales, en Córdoba fueron paso a paso y tardaron casi diez años en terminar la reforma del Arcángel. Sabríamos esperar, llevamos años haciéndolo.

En otras ciudades esto sería posible. Aquí la lucha política se llevaría todo por delante. Con la losa que lastra cualquier proyecto que es la maldita crisis que no termina nunca. Demasiados obstáculos. Pero… ¿cuándo un cascote se lleve la vida de un celtista por delante también habrá obstáculos? Ojala nunca ocurra, pero parecen estar esperándolo para actuar.

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