El Ave Fénix del fútbol


Foto: Ricardo Grobas
Cuando la pendiente alcanzaba el máximo grado y las esperanzas celestes ya casi se reducían a no encajar más goles en el Calderón, llegó la revolución. Manuel Agudo, Nolito, se echaba a las espaldas a un Celta taciturno al que imprimía una marcha más y al que devolvía la ilusión y las ganas de luchar. Firmó un gol de bella factura y a punto estuvo, para delirio celeste, de poner tablas en un marcador que no pudo pasar del 2-1. Todo esto, en los poco más de 20 minutos que disputó. El mejor Nolito rugió en el mejor momento.

Porque si de algo sabe el gaditano, que hasta el momento había pasado desapercibido en el Celta, es de coraje. «Es un chico criado en la calle, que en ese sentido no tiene vergüenza y al que la presión no le puede en ningún momento», cuenta Josep María Nogués, uno de los ángeles de la guarda que han acompañado al futbolista en su progresión.

Corría la temporada 2007/08 cuando Nogués se hacía con las riendas de un Écija en el que Nolito no acababa de encajar. La temporada anterior había ido dejándose por el camino titularidades, y no atravesaba su mejor momento. Aunque Nogués lo achaca al grupo, fue él quién se encargó de recuperar al gaditano, explotar el jugón que llevaba dentro, y ponerlo en el escaparate. «No creo que sea para tanto. Me lo encontré en un momento difícil, no tenía una educación futbolística de sacrificio, alimenticia, de esfuerzo, de continuidad. Jugaba un poquito porque servía, porque tenía cualidades, pero entre todos, no solo yo» recuperaron a jugador, que a final de temporada fichaba por el Barcelona B. Allí, según Nogués, continuó puliéndose. «Luis Enrique, también le metió en vereda con más medios, haciéndole ver que para llegar arriba en el fútbol había que pasar por una serie de filtros por los que pasó».

A base de «cariño, confianza y exigencia» Nogués había logrado en el Écija que las cualidades innatas en Nolito brotasen. «Le saqué un rendimiento tremendo, hizo 16 goles, quedamos campeones de grupo de Segunda B y jugamos el play off».

El affaire de Nolito con la banda izquierda del ataque comenzó de la mano de Nogués. «En aquel momento había jugadores muy importantes arriba y en la segunda punta, así que empezamos a ponerlo en la banda izquierda para que rompiera para dentro, y ahí se ha quedado», cuenta el técnico, que cree que es en esa demarcación, «o como segunda punta, por detrás de un punta más grande», donde el gaditano puede ofrecer su mejor rendimiento.

Cuando a Nogués se le pregunta por Nolito, su voz trasluce cierto orgullo y de su garganta comienzan a salir adjetivos a toda velocidad. «Es un jugador singular, diferente, con calidad individual, desparpajo, es un ganador, tiene un buen uno contra uno y es capaz de provocar muchas faltas. Un jugador que puede hacerse un hueco en cualquier equipo y que todavía puede progresar mucho en Primera», le define.

Nolito, según Nogués, no entiende de miedos. «Se atreve con todo. Si en el minuto 90 hay un penalti, lo tirará encantado. Y si en un partido no hace una buena actuación, al siguiente saldrá a por todas, convencido de que puede hacerlo a la perfección». Así es Nolito, un hombre que «ha nacido para el fútbol y que gracias al fútbol ha podido sacar muchas cosas adelante».

Durante toda su carrera Nogués le ha seguido de cerca, y de hecho mantienen una relación estrecha y son habituales sus conversaciones. La camiseta con la que Nolito debutó en el Camp Nou con el Barcelona está en manos del entrenador. «Es de esos detalles con los que un jugador devuelve a un entrenador la confianza depositada. La guardo con mucho cariño», confiesa. «Ojalá haga una gran temporada, para él y para el equipo». Él la seguirá de cerca.

Lorena García Calvo / La Voz de Galicia

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