El Celta está a un paso de regresar a Segunda División apenas un año después de ascender a Primera y una de las principales razones de este fiasco es que los fichajes que se realizaron para el presente ejercicio no han dado a la plantilla celeste el salto de calidad esperado.
Javi Varas es el único de los nueve refuerzos del club vigués para esta temporada –seis en el mercado de verano y tres más en el de invierno– que ha ofrecido un buen rendimiento durante todo el curso. Augusto Fernández y Krohn-Dehli han sido titulares prácticamente todo el año, pero el argentino realizó una primera vuelta discreta para explotar en la segunda y el danés brilló en el primer tramo de la competición para venirse abajo en el segundo. Por lo que se respecta a los otros seis jugadores –Samuel, Cabral, Park, Demidov, Pranjic y Orellana–, ninguno ha cumplido con las expectativas que se generaron a su llegada a la escuadra viguesa.
El caso más flagrante es el de Park Chu-Young, teóricamente el 'fichaje estrella' de la temporada y cuyo rendimiento ha estado a años luz del que se le presuponía por su caché y por los informes que manejaba Miguel Montes Torrecilla, director deportivo del club y, por lo tanto, principal responsable de los fichajes realizados esta temporada, siempre con el beneplácito del presidente, Carlos Mouriño, y el director general, Antonio Chaves.
Park ha jugado 22 partidos de Liga –ocho como titular y sólo dos completos–, en los que únicamente fue capaz de marcar tres goles. Pero lo peor del surcoreano es que nunca consiguió adaptarse al juego del equipo y su nivel de implicación, sobre todo en este tramo final de la temporada en el que además no volverá a jugar por lesión, ha dejado mucho que desear.
La otra gran decepción, en este caso por sus antecedentes, ha sido la de Fabián Orellana. El chileno maravilló el año pasado en Vigo y regresó al Celta cuando faltaban apenas unos minutos para que se cerrase el mercado de invierno. Sin embargo, su fútbol ha estado mucho más cerca del ofrecido en el Granada, donde no consiguió triunfar, que del que regaló a la afición celeste la pasada temporada.
Junto a Orellana llegaron en enero otros dos futbolistas. El central noruego Vadim Demidov, cedido por el Eintracht de Frankfurt, fue de más a menos. Disputó una docena de partidos consecutivos y posteriormente salió del equipo. Lleva más de un mes sin jugar.
Peor le han ido las cosas a Pranjic y no sólo porque son muchos los que dudan de su implicación, sino porque incluso resulta difícil adivinir para qué lo ficharon. En los diez encuentros que ha disputado (cuatro como titular) su aportación ha sido prácticamente nula.
En cuanto a los dos centrales que llegaron el pasado verano, Samuel empezó el curso alternando partidos en la grada y el banquillo. Cuando empezó a entrar en el equipo, sufrió una grave lesión de rodilla de la que acaba de recuperarse. Mientras, Cabral fue indiscutible durante buena parte del curso, pero su rendimiento ha ido decreciendo hasta tal punto que Vila le ganó la batalla por la titularidad.
Hoy, en el once tipo del Celta sólo hay cabida para tres jugadores fichados esta temporada: Javi Varas –muy regular–, Augusto –que está completando una brillante segunda vuelta– y Krohn-Dehli, si bien el danés está lejos de su mejor nivel. Los demás son futbolistas que ya estaban en Vigo la pasada campaña y la mayoría de ellos, canteranos. Un orgullo para el celtismo que, en cualquier caso, no oculta los errores cometidos por los dirigentes del club vigués en los mercados de verano e invierno.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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