SuperDeporte detalla todas las claves de la salida de Aspas a Valencia


LOF

La batalla para fichar a Iago Aspas no ha hecho más que comenzar y promete ser larga y complicada aunque ya haya contactos entre el Valencia y el Celta. Los admite el presidente del Celta, Carlos Mouriño, que, eso sí, se mantiene firme en su discurso y no acepta ninguna negociación a pesar de que en Galicia tienen tan asumido que van a perder al futbolista, que casi dan el traspaso por cerrado. Y no es así, de momento. Esto dijo Mouriño ayer en público cuando fue preguntado en Vigo: «Contactos hubo desde diciembre, pero esto es sencillo, o se paga la cláusula o no se paga. Nosotros creemos que el valor de Iago no depende de si el Celta está en Primera o en Segunda. Si no hay nadie que pague su cláusula seguirá aquí porque Iago es un jugador muy importante para el club independientemente de que nos dé algún disgustillo».

Discurso oficial del Celta
Es el discurso oficial del presidente del club gallego, que conviene ‘descifrar’ para un mejor entendimiento del caso Iago Aspas. De entrada, cuando habla de «disgustillo» se refiere a la expulsión y a los cuatro partidos de sanción a los que fue castigado después de que darle un cabezazo a Carlos Marchena en el derbi ante el Deportivo y por el que además recibirá la máxima sanción interna por parte del Celta. Cuando Mouriño habla de «pagar la cláusula» se refiere a pagar un traspaso de diez millones de euros sin el IVA, y no es cualquier cosa este matiz porque la diferencia entre abonar la cláusula y pagar un traspaso por lo que vale la cláusula es sustancial, nada más y nada menos que 4,7 millones. El traspaso por lo que dice la cláusula son 10 millones de euros, y abonar la cláusula —no negociar— son diez millones más IVA, es decir, 14,7 millones, que es lo que pedía el Celta si algún equipo quería ficharlo en el mercado invernal con el compromiso de cara al jugador de facilitar su salida en verano por la cláusula pero sin el IVA, que es la diferencia legal entre un traspaso y pagar una cláusula. Sin ir más lejos, el Swansea de la Premier League ofreció diez millones —es decir, no abonaba la cláusula— pero le daba al Celta la opción de dejarlo cedido hasta que acabara esta temporada. Por último, cuando el presidente gallego asegura que el jugador tiene un valor independientemente de si su equipo logra la salvación o no, oculta que si baja el Celta, Aspas vale siete millones.

La estrategia del Valencia
Llegado a este punto, ¿qué puede hacer el Valencia? De entrada ha intentado llegar el primero, pero como dice la canción, hay que saber llegar. Braulio Vázquez ya se interesó en Aspas el pasado verano como recambio de Aduriz. En aquel momento, el director deportivo del Valencia se reunió con Jorge Santomé, representante del futbolista y tanteó la posibilidad de fichar al delantero revelación en segunda división, que con sus 23 goles contribuyó —y de qué manera— a que el Celta regresara a Primera. Pero el conjunto gallego pidió cinco millones y el Valencia ofreció entre dos y medio y tres, que fue lo que terminó pagando por Nelson Haedo Valdez.

Braulio vuelve
Pero si algo tiene Braulio es que siempre vuelve sobre sus pasos, y valga el caso Gameiro como prueba, del que algo hay que señalar más adelante. No pudo fichar a Iago Aspas en verano pero estaba dispuesto a hacerle un seguimiento en su primera temporada en la máxima categoría de fútbol español. Sin ir más lejos, el sábado 15 de septiembre el Celta visitaba Mestalla y ese mismo día el jugador reconocía a SUPER estar al tanto del interés del Valencia, si bien «ahora es un sueño lejano».

En Mestalla
El Celta perdió en el coliseo valencianista, pero el joven Iago hizo un partidazo, es más, a poco que hubiera acertado en la definición, los de Vigo se habrían llevado los tres puntos. Con ese partido tuvo bastante Braulio. El miércoles 10 de octubre SUPER publicaba que el director deportivo del Valencia solo dos días después de que el Celta jugara en Mestalla, llamó al agente de Aspas para concertar una cita en la que abordar de nuevo el fichaje del delantero gallego antes de que explotara definitivamente y su precio fuera ya inalcanzable para él.

Vuelve a la carga
Y es en este momento cuando las prisas traicionan al director deportivo; Braulio acude al representante equivocado y llega a un acuerdo con él —si hay firma de documentos de por medio nadie lo sabrá porque los protagonistas lo niegan dado que a ojos de la FIFA es totalmente ilegal y podría suponer una inhabilitación para el Valencia—. Se trata de José Luis Rodríguez Baster, más conocido como Rodri y que en el Valencia también representa a Diego Alves. Es más, ambos idean una operación calcada a la que terminó llevando al portero brasileño del Almería al Valencia, una operación con cláusulas penalizadoras para las dos partes —jugador y club que ficha— si finalmente no se hace la operación. Pero Braulio no tuvo en cuenta una cosa, y es que desde el punto de vista de un representante no es lo mismo tener ‘firmado’ a un jugador que tener ‘controlado’ al jugador, es decir Rodri tiene un poder firmado por el jugador pero que solo tiene validez legal porque al poco de firmado ese poder, el jugador discute con el agente y no quiere saber nada de él. Tanto es así, que al poco tiempo cambia de representante. Ahora su agente es su hermano Jonathan, futbolista en activo de la liga de Chipre. Braulio no tiene más remedio que asumir que todo lo hecho hasta ese momento no sirve; tiene que volver a llegar a un acuerdo con el nuevo agente. Si con Rodri acordó un contrato de cinco temporadas a una media de 1,2 millones brutos por temporada, ahora sube la oferta. La conversación entre Braulio y Jonathan Aspas es, sin duda, uno de los momentos más importantes en esta historia porque encauza una operación que por semanas estuvo rota. El nuevo acuerdo lo hizo público este periódico la semana pasada: cinco temporadas a razón de 1’5, 1’6, 1’7, 1’8 y 2 millones brutos por cada una de ellas. Paradojas de la vida, ahora Braulio no tiene ‘firmado’ al jugador, pero sí lo tiene controlado. Le queda convencer al Celta de Vigo. (Por cierto, ¿por qué tanto representante diferente en esta histoira? La respuesta latiene Iago...).

El Elche Carles Gil y Portu
De momento, y más allá del discurso público del Celta, el Valencia trata de bajar la cantidad que pide el equipo gallego ofreciendo futbolistas, aunque esto también cambia dependiendo de en qué categoría juegue la temporada que viene. Los futbolistas que intenta el Valencia meter en la operación en calidad de cedidos son varios. Uno de ellos es Bernat. SUPER ya publicó la semana pasada que por una cláusula de su contrato si juega un partido más verá aumentada su ficha y esto al Valencia no le conviene porque si mete al canterano en la operación con un contrato nuevo, o mejor dicho, con un contrato mayor, el Celta no se hará cargo de toda la ficha en una hipotética cesión. Otros futbolistas que pueden entrar son Carles Gil o incluso Portu, si bien está muy avanzada la cesión de ambos al Elche siempre y cuando el conjunto que entrena Fran Escribá suba a primera, que es lo más lógico. Las negociaciones están tan avanzadas, que incluso el Valencia se ha negado a meter una opción de compra en la cesión de Carles Gil, como era intención del Elche. Por último, el nombre de Paco Alcácer no ha aparecido en estos primeros contactos, —al igual que el de Jonathan Viera— pero no debería descartarse que pudieran ir cedidos si los vigueses logran la permanencia.

¿Cómo pagar?
Todo esto en lo que respecta a lograr el acuerdo con el Celta, pero hay una pregunta evidente, si, por ejemplo, hay acuerdo en pagar ocho millones y la cesión de dos futbolistas, ¿cómo pagará el Valencia ese dinero? De momento eso no preocupa demasiado, o dicho de otra manera, lo primero es llegar a un acuerdo, después reunir el dinero. En este sentido, y aunque lo niegue el club, hay varios jugadores que este verano pueden ser traspasados, y los primeros nombres son Jonas y Diego Alves, porque tienen mucho mercado y porque si se ficha a Aspas, para los dos habría recambio de garantías en la plantilla, el propio Aspas y Vicente Guaita.

En segundo término, si bien se contempla como una posibilidad, el club podría acudir a un fondo de inversiones no para que pagara el fichaje, si no para que acometiera alguno de los pagos. Por ejemplo, si el Valencia no se mete finalmente en Liga de Campeones, lo más probable es que afronte el fichaje de Iago Aspas con la ayuda de uno de estos fondos. Paradójicamente, los cuatro partidos de sanción que tiene que cumplir Iago por agredir a Marchena van en favor del Valencia porque evitarán que siga subiendo la cotización del futbolista, algo que en el club agradecen sabedores de que conforme se aproxima el final de temporada y la operación sigue sin avanzar, menguan las opciones de fichar al gallego. Ahora, además de los equipos de la Premier —Swansea, Reading, Fulham y Tottenham—, aparece otro equipo alemán que ofrece al futbolista casi el doble que el Valencia y unas posibilidades deportivas casi más interesantes.

Hasta ahora, la estrategia del Valencia para convencer al jugador pasaba por hacerle ver que es el equipo ideal para jugar con la selección española en el próximo Mundial, pero tal y como señaló el actual segundo entrenador de Aspas —el ex valencianista Pepe Serer— estamos ante un jugador «diferente al resto» que puede terminar escapándosele al Valencia de las manos a poco que no termine de definir su situación económica y social en las próximas semanas. No en vano, desde el club se dice que ahora mismo, «es muy difícil que Iago venga...». Quién lo diría, se le abre una puerta a Gameiro.

Carlos Bosch / SuperDeporte

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