Herrera: "Vamos a vivir momentos muy difíciles, que no lo dude nadie"


LALO R. VILLAR
Paco Herrera (Barcelona, 1953) vive sus terceras Navidades en el Celta. Las vacaciones han llegado en un momento difícil para el equipo, que coquetea con los puestos de descenso, pero reconoce que el balance del año es excelente y confía en las opciones del Celta en la cerrada batalla por la permanencia en Primera División que se va a librar en los primeros meses de 2013.

- A pesar de la difícil situación clasificatoria actual, supongo que el balance del año es muy bueno.
- Haciendo un balance de todo el año, en el cómputo global, creo que el año ha sido para enmarcar. El equipo de la temporada pasada fue el más goleador de la historia y se consiguió el ascenso tan deseado. Ahora, acabamos el año abajo pero fuera del descenso. 2012, a pesar de este apartado un poco oscuro al final, ha sido fantástico.

- Se han descolgado ya seis equipos, incluido el Celta. ¿Cree que son los que van a luchar hasta el final por no descender?
- Está bien que seamos seis, aunque me gustaría que fuésemos ocho porque sería más fácil. De esos seis, tengo la convicción de que el que se va a salvar es el Celta. Respeto al resto de equipos, pero con esta plantilla, se incorpore otro jugador o no, tengo la convicción de que no vamos a bajar.

- ¿La paz institucional y el proyecto económico saneado con el que cuenta el Celta les favorecerá?
- No sé si eso va a influir. Los problemas económicos a veces ayudan a los equipos a unirse más. Tenemos los ejemplos del Rayo y el Betis hace dos temporadas. Esos problemas les ayudaron para conseguir el objetivo del ascenso. No creo que partamos con ventaja por este detalle. 

- Las últimas derrotas han sembrado la preocupación entre el celtismo. ¿Ve a su equipo y a la afición preparados para sufrir hasta el final?
- Yo no deseo que suframos hasta el final, espero salvarnos tres o cuatro semanas antes porque nos permitiría trabajar de cara al futuro. Pero vamos a tener momentos muy difíciles, que nadie lo dude, y es posible que cunda el pánico. Pero en esos momentos nunca van a encontrar a su entrenador con ese ánimo. No me lo podría permitir. Cuando llegué aquí, el club llevaba cuatro años malos. En muchos partidos jugaba bien, pero al final perdía y se había instalado esa aureola de equipo perdedor. Yo me niego a que ocurra eso. Tengo que conseguir darle la vuelta. Quiero decir en voz alta que este equipo se tiene que acostumbrar a ganar. No sirve de nada lamerse las heridas y decir que hemos jugado bien. La mala suerte no existe, lo que hay son victorias o derrotas merecidas. 

- Carlos Mouriño insiste en renovar su contrato aunque el equipo no logre la permanencia. ¿Sigue negándose a negociar hasta que el Celta consiga el objetivo?
- Es increíble que en los tiempos que corren un presidente tenga esa calma, esa tranquilidad, y razone de esa manera. Es cierto que personalmente me ha hablado de ese tema y yo le he dicho que si el equipo no conseguía el objetivo quizás no era lo más conveniente por razones obvias de cómo se mueve el fútbol en nuestro país. Seguramente, mi figura no sería aceptada por todo el mundo. Tengo que dar las gracias al presidente y al club por esa fe y, a la vez, eso me llena de más responsabilidad. Y esa responsabilidad, precisamente, es la que me hace dudar sobre lo que debo hacer. Eso sí, mi fidelidad al Celta va a ser al 100%. Yo no voy a tomar ningún tipo de decisión saltándome a este club. Cuando acaben las vacaciones, hablaremos de ese tema con más tranquilidad. 

- La afición reclama fichajes. ¿No cree que es insuficiente que sólo llegue uno este mes de enero, como anunció Mouriño?
- El equipo, para el futuro, necesita reforzar la defensa, el mediocampo y la delantera. Eso debemos de hacerlo para la próxima temporada, siempre y cuando se consiga el objetivo y en este mercado tiene que venir un jugador para cualquiera de estas tres posiciones. No lo vamos a firmar pensando sólo en el momento actual, lo vamos a traer para que nos ayude ahora y para que sea un jugador para el futuro. No queremos cedidos que nos tapen un agujero durante unos meses. Tiene que ser también un futbolista importante para la temporada que viene. No es fácil encontrar en enero ese tipo de cosas. 

- Hagamos balance de lo que va de temporada. Quedan dos partidos para finalizar la primera vuelta. ¿Está satisfecho con la plantilla que se confeccionó en verano?
- Sí. Cuando uno tiene un equipo nunca debe renegar de él. Me decepciona ver a algún entrenador que dice que con este equipo no podemos hacer nada. La plantilla de la que dispones tiene que ser la mejor, porque es la tuya. Puede ser insuficiente para algunas cosas, pero eso no significa que no sea válida. Es suficiente para el objetivo que perseguimos. Si no lo conseguimos, será mayor decepción para mí que el famoso partido de Granada. Mimbres tenemos para eso.

- Cuatro de los seis fichajes están siendo titulares indiscutibles, Park juega con asiduidad y Samuel, por desgracia, se lesionó. ¿Se movió bien la dirección deportiva este verano?
- Creo que han hecho un gran trabajo. Sí es cierto que un momento dado todos nos pusimos nerviosos porque los fichajes tardaban en llegar. Pero al final ha valido la pena. Estoy muy contento con todos. La pena es lo que pasó con Samuel. Estaba creciendo muchísimo y en la Copa hizo un buen partido. Por desgracia, en el último minuto se rompió. Un acierto del 100% en los fichajes es imposible, pero ha sido un gran trabajo de toda la secretaría técnica.

- ¿Alguno de los componentes de la plantilla todavía no está rindiendo al nivel que esperaba?
- Es normal que a algunos les cueste un poco más. Por poner un ejemplo, nombro a Toni. Pero es un jugador que es tan constante, tan pesado, que no ceja en su objetivo. El año pasado, persiguió su meta hasta que la consiguió y desbancó de la titularidad en los últimos partidos a De Lucas, que era un fijo. Toni fue vital en los últimos seis o siete encuentros. Esta temporada, le puede pasar lo mismo. Es un futbolista que le está costando adaptarse a la categoría, pero tiene tantas virtudes que creo que lo conseguirá. Hay casos que necesitan un poco más de tiempo que otros. No es lo mismo subir de Segunda B a Segunda que de Segunda a Primera. El salto es el doble de complicado.

- Con el ascenso consiguieron una perfecta comunión con la afición. ¿Cree que este hecho les está beneficiando ahora que las cosas no marchan tan bien?
- Una muestra de ello fue el último partido en casa contra el Betis. Ver empujar a la afición cuando recibimos el gol fue muy bonito. Cuando yo vine al Celta, me decían que ésta era una afición muy difícil. Pero nunca la he visto así. Se ha enganchado mucha gente joven, que tiene mucha ilusión, y está tirando de los demás. Yo le rogaría a la afición que no deje de animarnos porque no les vamos a fallar.

- ¿Se queda con algún partido en especial de la pasada temporada?
- Hubo dos partidos determinantes en un momento vital, cuando estábamos luchando con el Valladolid. Uno fue el encuentro ante el Almería, que fue precioso, un partido de los que hacen afición y que dio al equipo alas. El otro con el que me quedo es con la victoria ante el Xerez. Esos partidos nos metieron en Primera División.

- ¿Cuándo comenzó a ver claro el ascenso?
- Yo mandaba mensajes a falta de nueve o diez partidos diciendo que lo íbamos a conseguir, después de tener una pequeña mala racha. Al equipo lo veía bien y dije que lo íbamos a lograr. Y así fue. En aquel momento, pensé que había llegado el momento de confiar a ciegas en el equipo, que había que apostar por él. Por fortuna, los jugadores respondieron.

- ¿Este ascenso es uno de sus mejores recuerdos como entrenador?
- Lo viví con muchísima alegría. Ver la felicidad de los jugadores y de toda la ciudad es el recuerdo que te queda para siempre. Vigo se merecía ser de Primera y lo había conseguido. Es un recuerdo imborrable en la memoria. Para mí, personalmente, sirvió para sentirme en paz conmigo mismo. Era un objetivo vital para mí.

- Supongo que la decepción del la temporada anterior en Granada le pesaba.
- Aquello fue un palo. En los últimos 20 minutos no merecimos perder y fue muy cruel caer de esa manera. Ese partido me hizo tener muchas dudas. Me planteé si era necesario tomar otro rumbo. La decepción fue tremenda.

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