![]() |
VERÓNICA MARTÍNEZ |
Encontrar el momento del cambio tendrá mil y una versiones. Unos dirán Granada, otros Xerez, pero yo apuesto por el Celta-Almería de la pasada campaña. La remontada junto a una jugosa promoción de entradas provocaron un matrimonio equipo-afición que no ha vuelto a romperse. Que vivió un éxtasis en Zorrilla, que empujó para remontar en el derbi (el descuento prefiero olvidarlo) o de nuevo ante el Barcelona B. Y que vivió su clímax en aquel inolvidable encuentro ante los de Jerez.
Ese ambiente que parecía enmarcarse a encuentros importantes se ha convertido en la norma. Los cuatro encuentros en Balaídos han vivido una afición que no se ha dejado nada por su equipo. Juan Carlos Álvarez, jefe de deportes de Faro de Vigo, así lo reflejaba ayer en su Twitter: “Me tiene fascinado la atmósfera que el Celta y su gente han creado en Balaídos. Se autoalimentan de forma constante. Clave en estas victorias.”
Cuatro focos tiran del resto del estadio para que la llama no se apague en los noventa minutos. Los Irmandiños en la esquina de Río, Centolos y Carcamans en un lado de Marcador, Comando Celta al otro lado y Celtarras en Fondo son cuatro estiletes que contagian al resto del coliseo vigués. Sólo hay que ver como se levantó a todos en el empate del Getafe a pesar del mazazo.
Las razones son variadas. El celtismo esta conociendo un rejuvenecimiento después de haber perdido generaciones enteras en los años dorados. Los mayores de la afición no paran de subrayar la cantidad de gente joven que se ha unido a este sentimiento. Las redes sociales, foros y distintas webs de información han ayudado a que el celtismo viva todos los días y que se conozca. Pero además la continua actividad de los distintos colectivos colabora a que no se apague.
Deseo y apuesto porque esto continúe durante muchos años. Algo me dice que estamos plantando una semilla que al igual que hemos hecho con nuestra cantera germinara en un árbol de larga vida. Brindo por ello.
0 comments:
Publicar un comentario