En los despachos de A Sede, el plan de Garcés avanza con un objetivo claro: renovar por completo el grupo de guardametas respecto a la pasada temporada. La condición indispensable es dar salida a Marc Vidal, a Iván Villar o, en el mejor de los casos para la dirección deportiva, a ambos. Solo así se podrá concretar la llegada de un nuevo portero que compita directamente con Andrei Radu.
Sin embargo, la operación está lejos de ser sencilla. Marc Vidal apenas ha despertado interés en el mercado, a pesar de que el club está dispuesto a facilitar su salida en todos los aspectos. El caso de Villar, por su parte, presenta matices diferentes. El portero morracense siempre se ha mostrado firme en su deseo de continuar en Vigo, defendiendo la camiseta del equipo de su vida y disfrutando de un contrato económicamente favorable.
Pero algo ha cambiado en las últimas semanas. Según apunta Clemente Garrido en el diario AS, la insistencia del técnico, Claudio Giráldez, ha sido determinante: tres amistosos sin minutos y la posibilidad de quedar fuera de la convocatoria contra el Getafe han dejado claro que no entra en los planes del entrenador. Este mensaje reiterado ha empezado a hacer mella en Villar, que ahora valora un cambio de aires.
En las oficinas ya han llegado llamadas de clubes interesados, tanto de España como de Portugal, y la situación podría desbloquearse pronto. El guardameta ha rechazado ofertas de destinos lejanos, pero contempla seriamente las opciones de la península. Con dos años de contrato por delante y la certeza de que ninguna propuesta igualará su actual salario, la solución que maneja el Celta es una cesión en la que asumiría buena parte de su ficha.
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