El Celta ya sonríe


Foto: Óscar Vázquez

Tras dos semanas de sinsabores, la sonrisa celeste ya luce en Primera División. Le ha costado a los de Paco Herrera, pero por fin su casillero de puntos ha comenzado a llenarse. En un partido trabajado y duro ante un rival correoso, el Celta consiguió imponerse y sumar su primera victoria de la temporada. Lo hizo con buenas maneras, dominando a Osasuna, minimizando sus virtudes y aprovechando sus defectos, desplegando un juego más acorde al nivel de este equipo que el realizado el fin de semana anterior y sustentándose en las principales virtudes que el curso pasado posibilitaron la consecución del ascenso: una buena defensa, un doble pivote capaz de dominar el balón y dar equilibrio al equipo y una dupla atacante que se complementa a las mil maravillas.
   
Osasuna apenas inquietó en los primeros minutos, donde de nuevo la madera volvió a salvar los muebles. Por lo demás, la pareja Cabral-Túñez recuperó las buenas sensaciones del día del Málaga, mientras que los dos laterales completaron un encuentro correcto. Especialmente reseñable lo de Jonny, quien ha demostrado que poco o nada tiene que envidiarle a Hugo Mallo. Valiente Herrera al apostar por él ante la enfermedad del de Marín. Se incorporó al ataque con buen criterio y consiguió proteger su costado de las embestidas de Lamah. Labor a la que ayudó Borja Oubiña, notable a nivel táctico. Tanto él como Álex López mejoraron sus prestaciones respecto a las primeras jornadas e inclinaron la batalla del centro del campo del lado celeste. Importante para los vigueses que ambos se vayan entonando poco a poco pues, especialmente el ferrolano, son el auténtico motor de este equipo.
   
En la parte de arriba el Celta regresó al pasado. Aspas y Bermejo volvieron a encontrarse en el once y el reencuentro no pudo ser más fructífero. Como antaño, el moañés se aprovechó del trabajo del cántabro para convertirse en un quebradero de cabeza para la defensa rival y estrenarse en el apartado goleador. Ojalá sea el primero de muchos. Mención aparte merece lo de Bermejo, a quién el Celta debería plantearse ofrecerle un contrato vitalicio. Una auténtica joya el de Torrelavega, capaz de ofrecer sacrificio y calidad a partes iguales. Su postrero gol fue el premio a un futbolista de oro, de los que consiguen puntos dentro y fuera del campo. También destacaron Augusto Fernández y Krohn-Dehli, especialmente el primero. A poco que coja la forma física puede ser un jugador decisivo. Paciencia con él. Al danés le falta algo más de malicia en los metros finales, menos pase y más portería, pero el Celta ha fichado con él desequilibrio en los metros finales.
   
Se puede decir que con esta victoria el Celta ha hecho los deberes. Perder ante el Málaga, pese a que se jugó para ganar y se rozó el empate en los últimos instantes, entra dentro de lo posible. Caer en Anoeta ante un equipo de cierto nivel como la Real Sociedad tampoco puede considerarse un fracaso. Lo que sí era obligatorio era vencer en casa a un rival directo como el Osasuna. Y se ha cumplido. Ahora toca viajar a Valencia con la ambición de puntuar, pero conscientes de que la permanencia del Celta se jugará principalmente en casa y ante rivales como el conjunto navarro. Hasta entonces restan 15 días, tiempo suficiente para acoplar el equipo, preparar el asalto a Mestalla y conservar esta primera sonrisa en Primera División.

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